Lecturas de verano: Entrevista a Alexandra Elbakyan
Reproducimos a continuación fragmentos de la entrevista que lleva por título "Ciencia abierta, comunismo y astrología: Entrevista a Alexandra Elbakyan" traducida por Carolina Monti y publicada en el blog Acceso Abierto en movimiento, de la la Biblioteca de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE) / Universidad Nacional de La Plata (Argentina). Esta conversación se publicó originalmente en el mes de marzo de 2021 en Netzpolitik.org, ROARS – Return on Academic Research, Nero Magazine y the Institute of Network Cultures.
H C-(M): Múltiples perfiles te comparan y te asocian con otros proyectos o personajes histórica y culturalmente relacionados con la piratería online en los Estados Unidos —desde Piratebay, Megaupload y Napster hasta Wikileaks, Edward Snowden y Chelsea Manning. ¿Qué opinas sobre cómo los medios de comunicación informan sobre Sci-Hub? Pienso en particular en un artículo de Nature de 2016 y en un perfil publicado en The Verge en 2018, ambos citados regularmente en relación a Sci-Hub.
Alexandra Elbakyan: En mi opinión, la cobertura mediática de Sci-Hub fue muy escasa, injusta y tendenciosa. Incluso diría que el debate sobre el sitio fue censurado en los medios. Sci-Hub es una verdadera revolución en la ciencia comparable a CRISPR, pero los medios prefieren guardar silencio al respecto. Sci-Hub comenzó en 2011 y desde el principio fue reconocido como un proyecto revolucionario de Ciencia Abierta y ganó una enorme popularidad entre los investigadores. Pero solo en 2016 empezaron a aparecer artículos en los medios de comunicación. Esa censura es quizás el resultado de la percepción general de Sci-Hub como un proyecto ruso opuesto a los Estados Unidos. La información errónea aparece no sólo en los medios de comunicación, sino también en fuentes más reputadas, por ejemplo, en libros como "Shadow Libraries", publicado por el MIT, y en disertaciones. Leí algunos de ellos y había graves errores en mi biografía y en la descripción del funcionamiento de Sci-Hub. De nuevo, los autores de estos trabajos ni siquiera se molestaron en ponerse en contacto conmigo.
HC-(M): Es fascinante cómo la tensa relación entre EE.UU. y Rusia durante la Guerra Fría juega un importante precedente en la opinión pública para generar complots y teorías sobre los orígenes y las intenciones de Sci-Hub en territorios con copyright, a pesar de que has insistido una y otra vez en que Sci-Hub es un proyecto que iniciaste en 2011. Estas teorías sugieren un pletórico abanico de posibilidades, desde un proyecto totalmente financiado por la Inteligencia Rusa, hasta una investigación en curso dirigida por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos que señala a Sci-Hub como un proyecto de espionaje encubierto. ¿Cuál es tu respuesta a estas acusaciones y qué hay detrás de la constante aparición de tramas conspirativas contra Sci-Hub?
AE: En primer lugar, estas sospechas son comprensibles: Sci-Hub es un proyecto abiertamente comunista, procedente de la antigua URSS o Rusia, con una foto de Lenin fijada en su página de Twitter. Yo estudié seguridad informática en la universidad, apoyé la política de Putin y Sci-Hub utiliza supuestamente credenciales hackeadas para entrar en los sistemas universitarios. Todos estas cosas en conjunto crean una imagen clásica de alguna inteligencia rusa. También las autoridades estadounidenses podrían sospechar que Sci-Hub es un intento de influencia sobre los investigadores estadounidenses por parte del gobierno ruso. Y la segunda razón de las conspiraciones es que Sci-Hub es un proyecto muy genial y avanzado. Entonces mucha gente piensa: ¿cómo puede una mujer armenia que viene de Kazajistán crear esto sola? Tiene que haber un equipo de desarrolladores detrás, etcétera. Aún tenemos muchos prejuicios contra las mujeres, sobre todo las jóvenes — todavía mucha gente piensa que las mujeres no pueden hacer programación o un trabajo serio en TI— prejuicios contra la raza y los países. Basta con pensar en la película Borat sobre Kazajistán. Después de ver esta película, ¿quién puede creer que algo grande como Sci-Hub — y mucha gente lo considera grande— pueda salir de Kazajistán? Y así sucesivamente. Lo más gracioso es que, a causa de todo esto, ¿quién me va a considerar para algún gran trabajo? Por lo tanto, lo único que puedo hacer es trabajar en un proyecto que es ilegal en todos los países. Pero incluso entonces ese trabajo no será considerado mío. Es necesario notar que estos prejuicios eran mucho más fuertes hace unos años, cuando empezó Sci-Hub, ahora se están debilitando.
HC-(M): En 2016 Marcia Mcnutt (ex presidenta de la Academia Nacional de Ciencias) escribió una columna para la revista Science titulada Mi amor-odio a Sci-Hub en la que argumenta que la descarga de artículos desde Sci-Hub podría generar daños colaterales para los autores, editoriales, universidades, las becas y la educación científica, entre otros ámbitos. El escenario de amor-odio que pinta Mcnutt es, sin embargo, confuso para el debate que quiere abrir sobre el conocimiento corporativo dentro de las instituciones, ya que todo el texto deja serias grietas en su descripción del funcionamiento del sistema editorial. Accidentalmente, en el mismo texto, evidencia una cadena de explotación normalizada hacia los investigadores de su comunidad— al no recompensarlos. En sus propias palabras: "Las revistas tienen costos reales, aunque no paguen a los autores ni a los revisores, que ayudan a garantizar la precisión, la coherencia y la claridad de la comunicación científica". Si el acceso significa poder y el poder se alimenta de altas cantidades de dinero, ¿qué pretenden las normas de acceso a la información políticamente correctas, sino la acumulación de capital?
AE: Por supuesto que Sci-Hub genera daños: daños al statu quo, porque las viejas formas de hacer las cosas mueren y nace una nueva realidad —lo que se percibe como daño a las viejas formas es sólo transformación y cambio. En su artículo, Marcia McNutt dice: "Los autores no se benefician de las estadísticas de descargas, por ejemplo, que se utilizan cada vez más para evaluar el impacto de su trabajo". A mí no me parece una objeción de mucho peso. Al fin y al cabo, ¿el verdadero impacto se produce cuando se cita un trabajo, no sólo cuando se descarga? Yo descargo muchos trabajos para leerlos más tarde, por ejemplo. Podés descargar y leer algún artículo porque tiene un título atractivo, pero puede resultar inútil para tu trabajo. Sci-Hub registra las estadísticas de descarga, aunque no son públicas, pero todas las estadísticas de descarga se vienen registrando desde 2011 y tengo un plan para añadir el número de vistas de cada artículo en el futuro. Así que Sci-Hub puede adaptarse para proporcionar dicha información. El artículo continúa... "Las bibliotecas no pueden hacer un seguimiento adecuado del uso de las revistas que ofrecen y podrían acabar discontinuando títulos que son útiles para su institución. A medida que las instituciones cancelan las suscripciones, disminuye la capacidad de las sociedades científicas sin ánimo de lucro para proporcionar revistas y apoyar a sus comunidades de investigación." En mi opinión, es muy bueno que las instituciones cancelen las suscripciones, porque tenemos que deshacernos de ese modelo de suscripción anticuado que funciona bloqueando el acceso al conocimiento a todos los que no han pagado una suscripción. No lo veo como un daño, sino como algo bueno. El argumento sigue siendo que las revistas tienen costos reales. Mi respuesta es que los precios que se cobran actualmente por las suscripciones no sirven para cubrir los costos, sino simplemente para aumentar las ganancias. Un ejemplo para ilustrar esto es que los artículos publicados en los años 2010s y anteriores son de acceso pago. ¿Por qué? No hay ninguna razón: estos artículos se publicaron hace más de 10 años. ¿No se han cubierto ya los costos de su publicación? Podrían ser gratuitos, pero se mantienen con acceso cerrado sólo para extraer más ganancias.
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