Transiciones escolares | Centro Cultural de la Cooperación

El Búho y la Alondra

Transiciones escolares

Autor/es: Gabriela Ramos

Edición: Transiciones


¿“Soy lo que soy” o lo que estoy siendo?

Durante el año 2018 se presentó, con mucho éxito en la TV abierta, (¿”100 días para enamorarse”?), una creación de Underground, productora que dirige Sebastián Ortega. Esta telecomedia romántica que tuvo su prime time en Telefe puso en pantalla muchos temas que deberíamos incluir como contenidos de la Educación Sexual Integral (ESI), entre ellos: disidencias sexuales, orientaciones sexuales, vínculos poliamorosos, infidelidad, acoso escolar por cuestiones de género, diferentes estructuras familiares, vínculos de amistad entre mujeres, amistad entre varones, embarazo en la adolescencia, aborto clandestino, violencia de género, fertilidad humana asistida, inclusión de personas migrantes. Temas que, presentados desde la televisión habilitan a que se conversen en la mesa familiar y a que puedan transformarse en un buen disparador para diferentes clases en la escuela.

Nuestro país cuenta con un frondoso marco legal para pensar cada uno de estos temas que desde el año 2006 son parte de los contenidos de la ESI, que por Ley Nacional 26150 deberían enseñarse en las escuelas. Esta ley garantiza el derecho de los niños, niñas y adolescentes a recibir información científica, actualizada y comprensible sobre sexualidad en todos los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal. En su artículo 1, la ley define la educación sexual integral como aquella que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos.

Al aplicar el concepto de integralidad que plantea la ley comprendemos que la sexualidad necesita un abordaje complejo. Este no se agota en enfocarla sólo en la genitalidad y por eso sostenemos que todos los temas presentados en la serie serían posibles de ser llevados al aula para ser analizados. Pensar la sexualidad desde la perspectiva de género y desde el enfoque de derechos humanos además de la tan conocida visión del cuidado y la promoción de salud, enriquece y complejiza la propuesta pedagógica.

En la serie, Juan es un personaje clave; unx estudiante adolescente que ha ido ganando protagonismo a lo largo del año a medida que iba planteando la dinámica construcción de su identidad de género. Desde el paradigma de la complejidad de Edgar Morin y la teoría de la interseccionalidad desarrollada por Kimberlé Williams Crenshaw, sostenemos que la identidad se construye, se construye en un proceso social e histórico en permanente transformación, lo que la hace móvil y nos permite percibirnos como sujetos en tránsito. La identidad es el resultado de la combinatoria posible entre diferentes categorías biológicas, sociales y culturales como el género, la etnia, la edad, la clase, la orientación sexual, las creencias religiosas, la especie, las capacidades, la casta, la nacionalidad que interactúan en diferentes niveles.

A partir de la sanción de la Ley Nacional 26743 –Ley de Identidad de Género– en mayo del 2012, se garantiza, en nuestro país, el derecho de toda persona al reconocimiento de la identidad autopercibida, a ser tratadas conforme a ella y a la inclusión y el acceso a derechos e igualdades de toda la comunidad trans. Esta ley transforma en ciudadanxs a las personas transgénero garantizando, desde “la letra”, los mismos derechos y oportunidades que las personas cisheterosexuales (aquellas personas cuyo sexo biológico coincide con su identidad de género). La norma expresa que toda persona mayor de 18 años podrá solicitar la rectificación registral del sexo y el cambio del nombre de pila cuando no coincidan con su identidad de género, siempre que sea por libre voluntad, sin distinción de edades, con un régimen especial si se trata de menores de edad a través de sus representantes legales y con expresa conformidad del niñx-adolescente. También hace posible el acceso integral a la salud de todas las personas trans, el derecho a solicitar el acceso a intervenciones quirúrgicas totales –o parciales– y tratamiento integrales hormonales, para adecuar su cuerpo a su identidad de género autopercibida.

Con este escenario de época sostenido por el marco legal y desplegado por los medios de comunicación, nos preguntamos qué sucede en las escuelas con la inclusión de las niñeces y adolescencias trans. Varixs niñxs se hicieron visibles en estos años. Conocimos a Luana a través de los escritos de su madre Gabriela Mansilla y los relatos que ella hace tanto en Yo nena, yo princesa como en Mariposas Libres. Derecho a vivir una infancia trans. Conocimos a Mauro, el primer niño trans que recibe su DNI en la Ciudad de Buenos Aires. Sabemos de algunxs otrxs niñxs en varias provincias argentinas pero también es cierto que en muchos casos se sigue pidiendo informe psicológico para nombrar a lxs niñxs como ellxs quieren ser nombradxs. Porque como sostiene Gabriela Mansilla, hay mucho desconocimiento todavía, mucha desinformación, mucho miedo, mucho prejuicio: “Somos las mamás las que llevamos la ley a las escuelas: hay un montón de maestrxs y directorxs que no tienen ni idea de que en Argentina existe la Ley de Identidad de Género”.

¿Qué hay que saber en la escuela?

Lo primero que deberíamos saber en la escuela es que el artículo 12 de la Ley de Identidad de Genero denominado Trato Digno expresa: “Deberá respetarse la identidad de género adoptada por las personas, en especial por niñas, niños y adolescentes, que utilicen un nombre de pila distinto al consignado en su documento nacional de identidad. A su solo requerimiento, el nombre de pila adoptado deberá ser utilizado para la citación, registro, legajo, llamado y cualquier otra gestión o servicio, tanto en los ámbitos públicos como privados. Cuando la naturaleza de la gestión haga necesario registrar los datos obrantes en el documento nacional de identidad, se utilizará un sistema que combine las iniciales del nombre, el apellido completo, día y año de nacimiento y número de documento y se agregará el nombre de pila elegido por razones de identidad de género a solicitud del interesado/a. En aquellas circunstancias en que la persona deba ser nombrada en público deberá utilizarse únicamente el nombre de pila de elección que respete la identidad de género adoptada”. Por lo tanto, la escuela garantiza el derecho a la educación en igualdad de oportunidades y de trato desde el mismo momento en que nombra a unx estudiante.

Si la escuela cuenta con baños separados por sexo, deberá garantizar el derecho a la educación sin discriminación permitiéndole a lxs estudiantxs elegir el sanitario donde se sienta más cómodx de acuerdo con el modo como se perciba y garantizando que podrá asistir sin ser hostigadx. Es ilegal habilitar “otro baño” posible (baños para discapacitados o para docentes) con la excusa de cuidarlxs. No hay tal cuidado en esta medida, sino exclusión.

El gran desafío es la implementación de una educación sexual integral que emancipe a lxs niñxs de la presión social de los estereotipos binarios y heteronormados para pensar los cuerpos. Por eso la escuela deberá implementar las medidas necesarias para el desarrollo de actividades físicas en el grupo que elija, salvo que en el currículo ya estén garantizadas actividades de educación física mixtas.

Y ¿qué sucede en las clases de biología o de ciencias naturales donde se arraiga lo más duro de transformar: el conocimiento científico? El saber científico también es androcéntrico y la biología, aunque parezca objetiva, aséptica o neutral, está atravesada por fuertes componentes ideológicos. El patriarcado ha disciplinado los cuerpos a partir de producir saberes sobre ellos. Todavía en muchas aulas vemos estas láminas para presentar las partes del cuerpo en el nivel inicial y primario:

En materiales didácticos oficiales, producidos por el Ministerio de Educación de la Nación, se observan imágenes como la siguiente:


¿Cuándo podremos comprender que la transgeneridad se plasma en la diversidad corporal?

Hacia una ESI transfeminista

Para quienes trabajamos en las aulas y somos conscientes de nuestra responsabilidad en la garantía de derechos desde la ESI, es muy importante contar con:

  • Formación adecuada

  • Materiales didácticos

  • Apoyo de las autoridades escolares

  • Trabajo en red con la comunidad

  • Armado de equipos docentes para compartir experiencias

Dentro de los materiales didácticos ofrecemos algunas sugerencias para llevar al aula:

Desde la literatura

Llámame Paula, de Concepción Rodríguez Gasch (Editorial Bellaterra); a partir de 12 años.

A Paula le regalan una muñeca que adora, con la que juega a todas horas. Pero a su abuela no le gusta que lo haga y se la quita. ¿Por qué? Porque Paula es un niño y no consideran apropiado ese juego para ella/él. Por suerte, Paula conoce a Laura, una niña que será su confidente y con la que vivirá un sinfín de aventuras. ¿Será de ayuda también para que su familia la acepte tal y cómo es?

Julia, la niña que tiene sombra de niño, de Christian Bruel y Anne Galland (Editorial El Jinete Azul); a partir de 8 años.

Algunas propuestas para darle lugar a la transgeneridad desde los recursos audiovisuales.

  • Mi vida en rosa. Película franco-belga-británica dirigida por Alain Berliner. Narra la historia de Ludovic quien continuamente se pregunta si es niño o niña. Su hermana le explica la parte genética de la conformación de los sexos: hombre XY, mujer XX, pero no hay explicación posible para sus sentimientos y la manifestación de su expresión de género que le trae muchas complicaciones a nivel familiar y social.
  • El último verano de la Boyita. Película argentina dirigida por Julia Solomonoff. Narra la historia de un par de amigues que se encuentran en el campo y comparten cuestiones propias de la entrada a la adolescencia: los cambios corporales, el valor de la amistad, la aceptación social frente a las diferencias.
  • XXY. Película argentina dirigida por Lucía Puenzo. Narra la historia de Alex, unx niñx trans en su pasaje a la adolescencia y los debates que se plantean a nivel familiar sobre la mejor manera de acompañar su crecimiento.
  • Tomboy. Película suiza dirigida por Céline Sciamma que narra la historia de una niña llamada Zoe que al mudarse de barrio decide comenzar a presentarse como Michael y permitirse experimentar juegos, actitudes, expectativas propias del “ser varón” para ir construyendo su identidad.
  • Buterfly. Serie en Netflix para adolescentes y adultxs. Puede ser utilizada en Formación Docente y para reuniones con familias.
  • “Infancias trans. Nunca es el cuerpo equivocado”. Conferencia a cargo de las licenciadas Laura Parabano y Romina De Lorenzo. Disponible en <https://www.youtube.com/watch?v=4xZG9km6MEQ>.

La ESI nos transiciona a todxs

Incorporar la educación sexual integral en la escuela implica pensar la diversidad en todas sus formas, no solo étnica o religiosa, sino también de género. Mucho se ha discutido en los medios de comunicación sobre el lenguaje inclusivo y la necesidad de recibir autorización por parte de la RAE para utilizarlo en la escuela. Se presentaron situaciones escolares donde se esgrimió una supuesta prohibición de parte de las máximas autoridades educativas para no utilizarlo en el ámbito escolar. Sabemos de la importancia del lenguaje en la construcción de la realidad: no nombrar es invisibilizar. Invisibilizar a lxs niñxs trans es un modo de discriminar. Por ello, nos interesa seguir preguntándonos en este texto ¿qué desafíos le plantea a la escuela la visibilidad de las niñeces y adolescencias trans?

La comunidad educativa en su conjunto transiciona. Transiciona desde un paradigma de identidad moderno, estable, estanco, esencialista a un paradigma de identidad en permanente transformación. Estas “nuevas identidades”, como todas las identidades, se van construyendo desde temprana edad. Ese es un cambio sustancial con el modelo anterior donde se concebía que la identidad sexual se forjaba en la adolescencia y tenía una fecha de cierre y consolidación, donde se definía: la edad adulta. Ahora sabemos, además, que niñxs y adolescentes trans son sujetos de derechos y la escuela en nombre del Estado tiene la obligación de garantizarlos. Niñeces y adolescencias trans trastocan a la comunidad educativa: transicionan la familia, la escuela y lxs pibxs. Es hora de prepararnos para acompañarlxs en este crecimiento porque, como dice Gabriela Mansilla: “La ley está pero tiene que cambiar la sociedad: no hay publicidad, los manuales de la escuela niegan lxs cuerpxs trans, los juguetes, las películas, los dibujitos animados. No hay diversidad. Hasta la identidad se la bancan pero la diversidad de lxs cuerpxs no la pueden soportar. Los cuerpos de nuestrxs niñes siguen atentando contra la Iglesia, contra la familia. Para ellos mi hija es una abominación”.

Es esta temática una excelente oportunidad para abrir las puertas de la escuela y convocar a instituciones de la comunidad para formarnos teóricamente y tejer redes que garanticen el asesoramiento legal, médico y psicológico para lxs estudiantes. Mencionamos sólo algunas alternativas:

Programa Convivencia en la diversidad de la CABA. Ofrecen encuentros para reflexionar sobre las prácticas de convivencia que se dan en distintos ámbitos de la CABA, desde una perspectiva multicultural, garantizando igualdad de trato y respeto. Desarrollan temáticas de derechos humanos, diversidad sexual y cultural, migrantes, refugiados, convivencia, resolución de conflictos. Disponible en <http://www.buenosaires.gob.ar/derechoshumanos/convivencia-en-la-diversid....

Otras opciones a nivel nacional que cuentan con producción de materiales teóricos y diferentes campañas son el INADI y 100x100 Diversidad.


Cómo citar este artículo:
Gabriela Ramos. "Transiciones escolares". El búho y la alondra [en línea]  Julio / Diciembre 2019, n° Transiciones. Actualizado:  2019-06-06 [citado 2024-11-08].
Disponible en Internet: https://www.centrocultural.coop/revista/transiciones/transiciones-escolares. ISSN 2618-2343 .

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