Teatro Abierto 1981: repercusión en algunos medios gráficos de la época | Centro Cultural de la Cooperación

Teatro Abierto 1981: repercusión en algunos medios gráficos de la época

Autor/es: Irene Villagra

Sección: Palos y Piedras

Edición: 9/10

Español:

Teatro Abierto 1981 fue presentado a la sociedad mediante la Conferencia de prensa del 12 de mayo de 1981 en Buenos Aires en el Teatro del Picadero, durante una fase de la dictadura 1976-1983, en que aún regía el estado de sitio. Se presenta algunas notas sobre el acontecimiento teatral en medios graficos de la época: Clarín, La Nación, La Prensa, La Razón, Crónica, diarios editados y consumidos cada uno de ellos por públicos de variada composición social y cultural. Lo mismo ocurrió en algunas revistas, entre ellas en la revista Humor, surgida a mediados de 1978, época del Campeonato Mundial de Fútbol con sede en Argentina.


Como ya ha sido referido en un artículo anterior1, Teatro Abierto 1981 fue presentado a la sociedad mediante la Conferencia de prensa del 12 de mayo de 1981 en Buenos Aires en el Teatro del Picadero, durante una fase de la dictadura 1976-1983, en que aún regía el estado de sitio. Dicha conferencia generó la difusión de la programación en medios gráficos de la época. Se ubican registros para la convocatoria y difusión del acontecimiento teatral en Clarín, La Nación, La Prensa, La Razón, Crónica, diarios editados y consumidos cada uno de ellos por públicos de variada composición social y cultural. Lo mismo ocurrió en algunas revistas, entre ellas en la revista Humor, surgida a mediados de 1978, época del Campeonato Mundial de Fútbol con sede en Argentina.

Al comenzar el primer ciclo de Teatro Abierto, el 28 de julio de 1981, los medios gráficos publicaron editoriales, notas y críticas en los medios citados escritos, en las secciones de teatro y de espectáculos. Algunas notas de los diarios fueron firmadas por los cronistas acreditados en los medios citados; otras fueron firmadas sólo con las iniciales de sus nombres y apellidos o bien se encuentran algunas sin firma. Los cronistas realizaron la crítica de las obras y puestas de los estrenos de la programación del ciclo hasta el final y además se refirieron a temas de asistencia de público, a su comportamiento en cuanto muestras de adhesión.

Se destaca que luego del incendio intencional en el Picadero, durante la madrugada del día 6 de agosto de 1981, las menciones a Teatro Abierto se incrementaron. Para el cierre del primer ciclo ocurrido el 21 de septiembre de 1981, también se encuentran registros en la prensa escrita, a modo de balance.

Es posible encontrar la repercusión de Teatro Abierto 1981 en revistas, tanto especializadas como en revistas culturales de la época y aún se lo ubicó en revistas populares o de la farándula como es el caso de la revista Radiolandia 2000, como se describe más adelante.

Es necesario aclarar que todos los canales de televisión del período dictatorial pertenecían al Estado y estaban intervenidos y no dieron a conocer este acontecimiento. Hay que recordar que actores y actrices profesionales figuraban en “listas negras”. Esto significaba que estaban prohibidos, lo que no sólo no les permitía acceder al trabajo, sino que sus vidas estaban en riesgo.

Al presentar a continuación algunas muestras o extractos de fuentes de distinto tenor, provenientes de las innumerables fuentes publicadas, es posible apreciar la diversidad en cuanto a la repercusión de Teatro Abierto en los medios gráficos. Dichas fuentes, indiscutiblemente, son representativas de algunos sectores que integraban el movimiento Teatro Abierto en 1981. Una hipótesis de trabajo que se está desarrollando en el presente reside en estudiar con precisión la coyuntura política en la que también se formó la Multipartidaria para detectar si hubo o no alguna relación con los gestores de Teatro Abierto, cuestión que no le resta ningún mérito ni a ellos ni al acontecimiento en sí.

Por ejemplo, en el diario Clarín del 23 de julio de 19812 se publicó en la sección “Cultura y Nación”, la nota titulada: “Teatro Nacional”, con la firma del actor y director de teatro Osvaldo Bonet, quien no sólo anunció el comienzo del ciclo de Teatro Abierto, sino que describió la situación del teatro y del público, con un tono de pesadumbre, en la que subraya y da su visión del panorama social de ese momento. Planteó la realidad por la que pasaba el teatro en paralelo al de la sociedad, pudiéndose palpar el estado de ánimo de algunos sectores sociales en esos años oscuros, pasados unos cinco en dictadura. En el escrito, Bonet manifiesta y habla de la crisis3, que subyacía e iba minando a la misma dictadura, en el momento de la construcción de Teatro Abierto:

Estos últimos años el teatro argentino pasó en una situación casi de letargo. El quehacer del teatro estaba rodeado de indiferencia, cuando no de hostilidad. Había que competir con espectáculos importados del otro hemisferio, y nuestros actores y directores tenían que hacer esfuerzos inauditos para imitar la forma de actuar de otras latitudes. La censura, las prohibiciones, la indiferencia ayudaron a crear un clima de desaliento (...). El arte dramático es vital para una sociedad porque la ficción enseña y ayuda a formar el carácter de una nación (...) pues sirve para afirmarse en su carácter y criticarse, que es una de las mejores maneras de progresar. Si el arte dramático no critica al hombre, no lo muestra en todas sus dimensiones, ¿para qué sirve? Esta es una pregunta que seguramente no se han hecho jamás los censores. (...) El teatro no es de asistencia obligatoria. Y la gente tiene que estar dispuesta a ir. Mejor dicho tiene que tener el impulso y hasta el hambre de ir. Digamos que no es lo que pasa en estos últimos tiempos entre nosotros. (...) Causas (casi escribí “excusas”) hay muchas, claro: además de la plata, transportes nocturnos escasos, regresos penosos, fútbol por TV, etcétera. Pero no. Lo que ocurre es que el público posible, para quien trabaja el artista de teatro, está sin entusiasmo. Las preocupaciones de todos los días (¡Y si las hay!) han hecho perder a nuestro hombre el gusto del juego, del placer de la libertad de la imaginación, fuente de toda libertad. El teatro es fundamentalmente (...) un arte báquico. Requiere del espíritu, un estado eufórico, tranquilo, gozoso, bien instalado. Cuando los pueblos tienen proyectos, cuando hay paz, entonces los hombres tienen sed y necesidad de internarse en los misteriosos vericuetos del arte dramático, que son los de su propia alma. Entonces (...) el teatro cumple su función humana. (...) Y mientras tanto el grupo de fanáticos, de selenitas, de “locos de la guerra” (...) seguimos practicando obstinadamente este arte milenario, que es el arte del hombre por excelencia (...). Y un día, unos cuantos lanzaron el grito de la convocatoria: una fiesta del teatro argentino. Veintiún estrenos de autores nacionales, bajo la responsabilidad de veintiún directores, más de cien actores y músicos, escenógrafos y público. El público se movilizó con el mismo entusiasmo que la gente del oficio y ya agotó los abonos. Se llama Teatro Abierto, empieza a fines de julio (...)

Cuando ocurrió la interrupción del primer ciclo de Teatro Abierto, debido al atentado por parte de una facción del poder de la dictadura militar, este hecho hizo aun más visible la existencia del grupo de teatristas lo que les permitió una mayor trascendencia. Luego de ese episodio, la cobertura periodística de Teatro Abierto 1981 fue más amplia en la prensa gráfica en el país como se destacó más arriba, incluso se conoció en el exterior. Por ejemplo en el diario francés Le Monde4 que el 13 de agosto de 1981 publicó en la página 5: AMÉRIQUES. Argentine. La nota firmada por el corresponsal Jacques Després, se tituló: L’Indencie suspect d’un théâtre provoque une mobilisation des milieux culturels” se señalaba que Teatro Abierto nació del miedo, del miedo de estar por largo tiempo privados de la palabra; que los autores necesitaban decir, pero en contra del discurso de la censura hipócrita y omnipresente de la referida dictadura. Asimismo se relata que en la asamblea realizada por los teatristas en el Teatro Lasalle, que decidieron la continuidad del ciclo, refiriendo que habían estado presentes el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y el escritor Ernesto Sábato dando su apoyo al movimiento Teatro Abierto. Incluso se hace mención al telegrama de repudio remitido por Jorge Luis Borges con motivo del incendio del Teatro del Picadero en el que decía que después de cinco años de dictadura, se había producido el evento cultural más importante, Teatro Abierto.

Al finalizar la experiencia del primer ciclo de Teatro Abierto, el 21 de septiembre de 1981, entre una serie de testimonios gráficos, se seleccionó para este trabajo tomar lo que la revista Radiolandia 20005 publicó el 24 de septiembre. Se trata de una extensa nota acompañada por fotos, en el que no sólo dio a conocer este movimiento, sino a sus protagonistas quienes se explayaron con toda amplitud acerca del hacer y el pensar, bajo el título: “Cossa, Somigliana y Dragún abordan el fenómeno de ‘Teatro Abierto’ y el problema cultural argentino - Reunirse para analizar la realidad es peligroso” con un significativo epígrafe de Armando Discépolo:

En cuanto al teatro comprometido. El teatro no tiene que detenerse ante nada. Ahora que lo detenga es otra cosa. Aunque después de todo, en el teatro se ve cómo es un país.

De esta misma fuente se seleccionan y transcriben expresiones de Osvaldo Dragún, que perfilan y completan el clima e ideas de ese momento:

Dragún se interrogó y respondió:

(...) ¿qué es lo que aporta fundamentalmente Teatro Abierto? Fueron o son doscientas personas dando el ejemplo de reagrupamiento en un momento determinado que incita al aislamiento. Nosotros propusimos un reagrupamiento que contagie: se reagrupa al público que de ese modo se convierte en cómplice nuestro, se reagrupa la prensa, nos apoyan no ya frente a un hecho al cual se debe criticar, sino como parte del hecho en sí. (…).

Se aprecia variedad de expresiones publicadas acerca de Teatro Abierto 1981 en las que el público, también diverso en sintonía ante el mismo enemigo, la dictadura, tuvo la posibilidad de recibir cantidad y calidad de información acerca del acontecimiento Teatro Abierto. Y que a pesar de la censura, esta breve muestra de fuentes periodísticas gráficas permiten dar a conocer y comprobar que los teatristas fueron parte de un movimiento de resistencia en esta fase de la dictadura 1976-1983, cuando la misma no estaba clausurada, ni aún se sabía hasta cuándo duraría y ni siquiera se podía conjeturar que incluso sobrevendría un nuevo período de endurecimiento por las facciones hegemónicas de los golpistas que detentaban el poder y que llegarían a desatar la Guerra de Malvinas el 2 de abril de 1982. Sin embargo, en 1981 algunos medios se manifestaron en forma independiente, otros formando parte de un proyecto, desde los diversos aparatos culturales opositores, con distinto signo político, pero juntos en ese momento enfrentando a un enemigo común, resultando que Teatro Abierto 1981 se constituyera como un acontecimiento singular e inédito por su trascendencia y magnitud no sólo para la historia del teatro, sino para la historia argentina.


Bibliografía

  • Villagra, Irene, 2006, Teatro Abierto y Teatroxlaidentidad, Universidad de Buenos Aires, Tesis de Licenciatura, Carrera de Historia (inédito).

Fuentes

  • Diario Clarín, 23 de julio de 1981, en Biblioteca y Archivo del Instituto Nacional de Estudios de Teatro, en el Teatro Nacional Cervantes.
  • Diario Le Monde, 13 de agosto de 1981, fotocopia del recorte ubicado en el archivo personal de Osvaldo Dragún, donación de María Ibarreta al Instituto de Historia del Arte Argentino y Latinoamericano “Luis Ordaz.” Caja N° 11.
  • Revista Radiolandia 2000, 24 de septiembre de 1981, fotocopia del recorte de diario en Biblioteca y Archivo del Instituto Nacional de Estudios de Teatro, en el Teatro Nacional Cervantes.

Notas

1 Villagra, Irene Teatro Abierto: Conferencia de Prensa del 12 de Mayo de 1981, proyecto cultural de resistenciaLa Revista del CCC, sección: Palos y Piedras, Publicado en mayo / agosto 2008, Edición N° 3 / Año 1
2 Fotocopia del recorte de diario ubicado en la Biblioteca y Archivo del Instituto Nacional de Estudios de Teatro, en el Teatro Nacional Cervantes.
3 Crisis no sólo en la sociedad producto de la desaparición forzada de personas, por la destrucción del aparato productivo del país, sino también la propia crisis al interior de la dictadura en la que distintas facciones se disputaban la hegemonía del poder.
4 Fotocopia del recorte ubicado en el archivo personal de Osvaldo Dragún, donación de María Ibarreta al Instituto de Historia del Arte Argentino y Latinoamericano “Luis Ordaz”, Caja N° 11.
5 Fotocopia del recorte de diario en Biblioteca y Archivo del Instituto Nacional de Estudios de Teatro, en el Teatro Nacional Cervantes.

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