Radios rebeldes | Centro Cultural de la Cooperación

Radios rebeldes

Autor/es: Leonardo Vázquez

Sección: Investigaciones

Edición: 14/15

Español:

Se investiga sobre “las radios” de las organizaciones socio-político-militares que enfrentaron dictaduras y/o procesos anti-populares en el pasado reciente de la historia Argentina. Los casos a analizados corresponden a experiencias de la organización Montoneros, del Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) y del Grupo Uturuncos.


Introducción

No es fácil encontrar rincones de la historia que no hayan sido revisados por el “Rescate de la Memoria”, pero sin embargo todavía quedan espacios que no fueron visitados con frecuencia, ni siquiera por quienes tienen comprometida parte de su historia personal en ellos. Hacia allí vamos.

Explicar que los medios de comunicación son una herramienta política indispensable es hoy acortar la vida útil del teclado sin chances concretas de avivar a algún rezagado…

Pero tal vez, sí sea necesario recordar aquellas experiencias que, aun en tiempos en los que no todos tenían acceso a las informaciones, y en los que la tecnología casi no era tal cosa, fueron pioneras en el uso de los medios como instrumento fundamental para acompañar los intentos de cambio.

Esa es la invitación y ese el desafío.

Nos propusimos investigar sobre “las radios” de las organizaciones socio-político-militares que enfrentaron dictaduras y/o procesos anti-populares en el pasado reciente de la historia Argentina. Es así que nos encontramos, en algunos casos con proyectos que fueron parte fundamental del aparato de prensa y comunicación de esos grupos, y que han sido desarrollados a tal punto que alcanzaron repercusión internacional y que incluyeron la participación de altos dirigentes o referentes culturales que ya han inscripto su nombre en los libros de historia.

Los casos a analizar corresponden a experiencias de la organización Montoneros, del Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP), y del Grupo Uturuncos.

En los dos primeros fue realmente notoria, y altamente desarrollada, con ejemplos de excelencia periodística en prensa grafica sobre todo, pero con importantes proyectos en otras áreas que merecen ser estudiados también. En el movimiento peronista, y en el partido marxista, las radios sufrieron suertes muy diferentes…


Montoneros

Montoneros editó, por ejemplo, el diario Noticias, que llegó a tirar 140 mil ejemplares 1y que contó, entre directores, jefes de sección y redactores destacados, con nombres como Miguel Bonasso, Martín Caparros, Francisco “Paco” Urondo, Norberto Habbeger, Juan Gelman, Rodolfo Walsh, Horacio Vertbisky, que salió desde diciembre de 1973 hasta agosto de 1974, y que fue clausurado por un decreto de la presidenta María Estela Martínez de Perón, que lo acusaba de desarrollar “una intensa campaña de exaltación de las actividades delictivas en el campo de la subversión”.2

También han ganado un reconocimiento histórico la revista El Descamisado (después El Peronista, más tarde Causa Peronista), entre 1973 y 1974, con dirección de Dardo Cabo (el periodista que condujo la operación en la cual un grupo de jóvenes militantes peronistas ocupó y desvió un avión de pasajeros y lo hizo aterrizar en Malvinas en 1966) y con la participación de Héctor Germán Oesterheld (El Eternauta), y Ricardo Roa (actual editor general adjunto del diario Clarín), entre otros. El Descamisado llegó a una tirada promedio de 100 mil ejemplares por semana, alcanzado un pico de 250.000 ejemplares3 vendidos en ocasión de la asunción de Héctor Cámpora a la presidencia de la Nación el 25 de Mayo de 1973.

La Evita Montonera, editada entre 1975 y 1979, fue una revista clandestina, que, a diferencia de los otros medios redactados por profesionales, fue íntegramente dirigida y escrita por la conducción nacional de Montoneros. Llegó a imprimir entre 10 y 20 mil ejemplares por edición, que en una primera etapa fue mensual, y en los últimos tiempos, se editaba en la medida de lo posible.

La revista Vencer fue editada desde el exterior y “se inscribió en el marco de lo que Montoneros definió como el paso de la resistencia a la dictadura militar hacia la Contraofensiva Popular. En sus comienzos, Vencer se editó en México y su redacción estuvo a cargo de un equipo de tres compañeros, entre ellos Carlos Villar Araujo. Economista y periodista de vasta trayectoria, había participado en las revistas Primera Plana (Jacobo Timerman) y Crisis (Eduardo Galeano). En Madrid funcionaba un equipo de periodistas, en el que se encontraban entre otros Bonasso y Gelman, que enviaban artículos con noticias desde Europa. En Vencer, el historiador y profesor Rodolfo Puiggrós tuvo una influencia fundamental porque fue el vínculo con la política internacional, con los medios de comunicación, con la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) y con periodistas reconocidos”.4

En el primer número se incluyo una colaboración de Julio Cortázar. La primera dirección fue ejercida por Fernando Vaca Narvaja de la conducción nacional, y luego se hizo cargo Jorge Omar Lewinger (actual periodista de la Agencia Telam).

También existió la revista Información que no llegó a editar su primer número, que estaba programado para el 24 de marzo de 1976 y que la realidad histórica hizo desaparecer.

Además Montoneros editaba distintos folletos, cuadernillos, volantes, gacetillas, manuales de formación política y otras alternativas periodísticas o de difusión que podían ser unas veces iniciativa de la dirección partidaria, otras proyectos de las regionales locales que existían en todos los rincones del país.

Falta mencionar a la revista Estrella Federal, del Ejército Montonero y el diario La Voz que apareció en democracia, en 1984.

Este breve repaso sobre los medios gráficos del Movimiento Nacional Montonero puede servir para tomar conciencia de la importancia que la organización la otorgaba a la comunicación. Los proyectos que ocupan la atención de esta investigación en curso son, como se dijo, los relacionados con la radio, que en la experiencia Montoneros, son dos: Radio Noticias del Continente, y Radio Liberación-TV.


Radio Noticias del Continente (RNC)

Fue una emisora legal que Montoneros instaló en Costa Rica, que llegaba por onda corta, con mucha potencia y respetable claridad, a varias regiones de Argentina. En 1979, cuando la instalación técnica, y los profesionales ya estaban listos para comenzar a emitir, el Frente Sandinista de Liberación Nacional solicitó la onda de RNC para emitir como Radio Sandino, ya que el ejército del dictador Somoza había bombardeado las instalaciones de la emisora sandinista. En julio de 1979 el FSLN entró en Managua y triunfó la revolución, y una semana más tarde se realizó la emisión inaugural de Radio Noticias del Continente.

Se trató de un proyecto que nació como alternativa para romper la censura, el cerco comunicacional y la represión que instaló la dictadura de 1976, y se eligió Costa Rica porque en la gran mayoría de los países de la región, también gobernaban procesos antidemocráticos, que además articulaban con el terrorismo de Estado de nuestro país, en el marco del Plan Cóndor.

En Costa Rica gobernaba Rodrigo Carazo, un progresista social-cristiano, que tenía posición tomada contra el gobierno de Somoza en Nicaragua y respecto de las dictaduras de Sudamérica

Carlos Suárez, fallecido en 2009, recordó para el trabajo ya citado de M. I. Luchetti que toda la instalación “…la hicieron técnicos y profesionales ligados al Movimiento Peronista Montonero. El transmisor propiamente dicho fue hecho por argentinos, y fabricado en Costa Rica. Se instaló en un pueblo llamado Grecia a 30 ó 40 Km de San José de Costa Rica donde también se colocaron 2 antenas de 60 metros de alto. Los estudios estaban en el centro de San José de Costa Rica desde donde se transmitía.”

La onda corta y un potente transmisor permitían una muy buena llegada a nivel mundial, lo que, sumado a la excelencia periodística y el profesionalismo del proyecto, en todas las áreas que lo comprendieron, permitió que se transformara en una fuente confiable, para otros medios, y otros periodistas, de todas partes del mundo.

La radio contaba con un equipo de periodistas costarricenses y argentinos, y con corresponsalías fijas a cargo de profesionales de la comunicación en varios países. Además tenía un consejo asesor, integrado por referentes políticos e intelectuales destacados de distintos países, como, Rodolfo Puiggros, de Argentina, Ernesto Cardenal (el cura sandinista) de Nicaragua, Genaro Carnero Checa, presidente de FELAP, y Guillermo Torrielo, canciller de Guatemala durante la presidencia de Jacobo Arbenz.

RNC era financiada por Montoneros, aunque en la última etapa consiguió algunos ingresos a partir de colaboraciones de otros espacios políticos que apoyaban el proyecto y de auspicios publicitarios de empresas mexicanas.

FOTO 1: Logo de Radio Noticias del Continente
FOTO 1: Logo de Radio Noticias del Continente

El jueves 5 de marzo de 1981 el gobierno de Costa Rica decretó la clausura de la radio.

Con la presidencia de Ronald Reagan en Estados Unidos la política exterior norteamericana pasó a ser de apoyo a las dictaduras y a los grupos que se oponían a los gobiernos democráticos en los países representados por la voluntad popular. Así, el gobierno costarricence perdió fuerza política y el Movimiento Costa Rica Libre, grupo paramilitar de extrema derecha comenzó a presionar, con apoyo de la embajada estadounidense, al tiempo que la Junta Militar Argentina ya no ocultaba sus esfuerzos por interrumpir las emisiones de R.N.C.

Dos ataques a los militantes que custodiaban la planta transmisora, una bomba en los estudios y un bombardeo aéreo fallido no pudieron lograr que la emisora se silenciara. Finalmente la presión política consiguió la clausura y los equipos fueron trasladados rápidamente a Nicaragua, antes del cierre definitivo.

RNC cubrió episodios históricos, como la última homilía de Monseñor Carlos Arnulfo Romero, de El Salvador, el mismo día que lo asesinaron y el plebiscito de la dictadura de Pinochet en Chile.


Radio Liberación TV (RL-TV):

Las RL-TV eran intervenciones sonoras, durante las emisiones televisivas de los canales locales y/o nacionales que se lograban a través de una pequeña planta transmisora, “desarmable y portátil” que los grupos de militantes, especialmente capacitados técnica y políticamente para este tipo de operaciones, realizaban entre 1976 y 1983, pero fundamentalmente entre 1978 y 1980.

Las Tropas Espaciales de Agitación (TEA 1 y TEA 2) fueron entrenadas en México principalmente, para formar parte de la Contraofensiva Estratégica, por la cual Montoneros envió de regreso al país a cientos de combatientes, organizados para distintas acciones.

Los equipos se conformaban de un grabador pasa-casete, con el casete que contenía la proclama grabada, conectado a un transmisor que a su vez se unía a la antena, todo alimentado por una batería, que en principio era de auto, pero después se reemplazó por una de moto, más chica y liviana, que igualmente proporcionaba la energía suficiente para las pequeñas transmisiones.

Las proclamas se graban previamente, en las casas operativas, y los grupos, a la hora de operar, no superaban los tres integrantes. El sonido de la grabación “montonera” comenzaba a escucharse en los aparatos de televisión hogareños durante los programas de la transmisión habitual, con contenidos que podían ser consignas políticas generales del partido, o locuciones grabadas para intervenir en conflictos puntuales que afectaban a la zona de alcance de la interferencia. La imagen continuaba visualizándose normalmente solo en el radio más alejado del punto en el cual se originaba la señal de RL-TV, mientras que en los televisores más cercanos a la interferencia, se perdía bajo una “lluvia”. La dinámica y movilidad de los equipos, y la corta duración de las transmisiones, además de la audacia y preparación de los militantes, hizo que a pesar de que se realizaran intercepciones en todo el Gran Buenos Aires, no se tiene registro de detenciones o enfrentamientos con las fuerzas de la represión, como producto de estos operativos.

FOTO 2: Nota en Evita Montonera Nº 20, diciembre-enero 1978.
FOTO 2: Nota en Evita Montonera Nº 20, diciembre-enero 1978.

Víctor Hugo Díaz o “Beto”, un militante que operó entre 15 y 20 transmisiones de RL-TV (sociólogo, que hoy trabaja en la Secretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires) recuerda que generalmente el grupo al cual pertenecía apoyaba conflictos obreros en fábricas de la Zona Sur del conurbano bonaerense, como el de los empleados de la automotriz Chrysler de la localidad de Monte Chingolo, en Lanús. Además también trae al presente un dato que fue importante para los RL-TV: con la tibia reapertura de las importaciones, a fines del 79, comenzaron a llegar al país unos transmisores de radio portátiles, que permitían sintonizar el audio de los canales de televisión, que en ese momento emitían por señal radiofónica, lo cual potenciaba las posibilidades de hacer llegar la señal intrusa, de la emisión montonera.

Beto agrega que, aunque comandos de otras zonas armaban el equipo transmisor en el interior de camionetas o vehículos grandes, ellos preferían trasladarlo en bicicletas y montarlo en los pisos superiores de edificios en construcción, o en techos de fábricas abandonadas, lo que extendía notablemente las 10 ó 15 manzanas de llegada habitual.

“En 1981 Montoneros incorporó un nuevo equipo que permitía realizar interferencias a radios de onda larga.

Así, el 8 de septiembre y el 31 de octubre de ese año se interfirieron Radio Colonia y Radio Rivadavia respectivamente”.5

Las intercepciones sonoras lograron ser una herramienta original, con un interesante potencial de alcance, y con riesgo menor (al menos menor que asaltar un cuartel militar o secuestrar un funcionario), que alcanzaron repercusiones en medios tradicionales del país y el exterior, como los diarios La Nación de Argentina y La Vanguardia de España.


PRT-ERP (Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo)

El proyecto radiofónico del PRT-ERP no llegó a concretarse. En su fase de preparación fue desbaratado por la represión que ya hostigaba a los militantes de izquierda antes de 1976, pero era una iniciativa ambiciosa, que surgió desde el Buró Político del partido y el Secretariado General del ejército, como una nueva herramienta dentro de la desarrollada política de comunicación que también alcanzó el grupo a nivel nacional.

El órgano de difusión del ERP era la revista quincenal Estrella Roja y el periódico El Combatiente lo fue del PRT. Ambos medios dejaron la clandestinidad durante el período “democrático”, de 1973-1974, y en todas sus etapas contaron con tiradas numerosas, un muy desarrollado aparato de distribución y un reconocimiento importante, aun en sectores enemigos. La revista Nuevo Hombre, que se publicaba en Buenos Aires, fue dirigida en principio por el intelectual marxista y formador de cuadros Silvio Frondizi y luego por Rodolfo Matarollo (secretaría de Derechos Humanos de la Nación). También existieron en Córdoba las revistas Posición y Patria Nueva. A nivel nacional, durante 1973 se editó en forma legal el diario El Mundo, una reedición del tradicional periódico de los años 30, comprado por el Partido para competir con los medios del sistema. Allí se combinó un plantel de excelencia profesional, entre intelectuales militantes del PRT, de otros sectores políticos y trabajadores de las noticias sin pertenencia partidaria orgánica: “A la primera reunión asistimos Benito Urteaga, por el PRT; Luis Alberto Cerruti Costa, que había radicalizado sus posiciones acercándose al PRT; el padre Ramondetti, de los sacerdotes por el Tercer Mundo; Alicia Eguren, viuda de John William Cooke; Félix Granovsky, del Partido Comunista, y yo, que militaba en el Frente Revolucionario Peronista”, recuerda el abogado y periodista Manuel Justo Gaggero, que luego recaló en las filas del PRT-ERP y más tarde dirigió el matutino. Antes y después del Gaggero (que en la década del 90 alcanzó reconocimiento como colaborador de Página/12), Cerruti Costa y Alberto Genoud fueron los responsables periodísticos del diario, que contaba con columnistas como Agustín Tosco, poniendo su firma en la sección “Sindicales” (¿dónde si no…?).

Otros que participaron fueron Susana Viau (luego en Página/12, Crítica de la Argentina y Clarín), el director teatral Roberto “Tito Cossa”, la periodista de espectáculos Nora Lafon y José María Pasquini Durán (fallecido en 2010), uno de los fundadores y columnista histórico de Página/12, que había comenzado su carrera en el diario de la CGT de los Argentinos de Raymundo Ongaro, donde fue compañero de Rodofo Walsh, y que llegó a ser jefe de redacción del diario La Opinión, de Jacobo Timerman.


Radio Rebelde de Mujeres / Radio de Mujeres Rebeldes

Tres compañeras militantes, con historias importantes dentro de la historia del Partido, tuvieron a cargo el desarrollo del proyecto, que fue una de las resoluciones del Comité Central Ampliado “Vietnam Liberado” de julio de 1975. La vinculación del grupo con la comandancia era a través de otras dos mujeres. La primera directora del proyecto, Elena Codan (desaparecida), se reunía en un principio con Liliana Delfino, psicóloga, que por entonces ya era compañera del máximo líder revolucionario de la historia reciente del país, Mario Roberto Santucho.

Luis Mattini, integrante del Buró Político y secretario general del PRT luego del secuestro y desaparición de Santucho y Delfino, en julio de 1976, recuerda que “El Robi” había ordenado que los locutores de la radio debían tener acentos típicos de las provincias del norte argentino, y tal vez por eso, y por el compromiso y la audacia demostrada en los años de militancia, fue designada para esa tarea Monena Márquez, (menos conocida como Ramona), una educadora rural, que estuvo detenida en el Penal de Máxima Seguridad de Rawson en 1972, y que participó de la fuga que culminó con la Masacre de Trelew. Además, su historia y la de su familia se hizo conocida porque Monena es la hermana menor de Olga Márquez de Aredez, Madre de Plaza de Mayo que comenzó su lucha cuando en julio del 76 la empresa de la familia Blaquier, del ingenio Ledesma en Jujuy, en un acto de colaboración abierta con el genocidio, cortó el suministro eléctrico de todo el pueblo para facilitarle a la represión las tareas del secuestro de 400 trabajadores, de los cuales resultó desaparecido el intendente de Ledesma y esposo de Olga (cuñado de Monena), el médico Luis Aredez, entre otras 30 personas.

El objetivo era armar la emisora, capacitar a las compañeras y trasladar todo a las montañas tucumanas, donde se encontraba la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez.

Los 2 transmisores fueron comprados en Buenos Aires por la encargada operativa (directora ejecutiva) del proyecto, que luego de la desaparición de Elena era la encomendada para recibir las instrucciones del Estado Mayor del ejército en reuniones semanales o quincenales. Un equipo fue ocultado en la casa de una pareja de militantes colaboradores en Capital Federal, y el otro en Chilavert, en la casa que compartían dos de las 3 mujeres, junto a sus dos hijos. En otra parte vivía Monena6, que se reunía con sus compañeras para realizar las capacitaciones que tenían como modelo el ejemplo de Radio Rebelde, la emisora creada por Ernesto Guevara en los montes cubanos, y las tácticas de agitación de masas, propaganda y denuncia de la guerrilla vietnamita. El asesor cultural y periodístico era Haroldo Conti, al que las compañeras visitaron en su propia casa, donde recibieron algunas recomendaciones artísticas, escucharon emisiones de Radio Rebelde traídas de Cuba por el escritor, y se llevaron en calidad de préstamo bajo estricto cuidado, algunos discos de música cubana, oriundos de la isla.

Durante el mes y medio que duraron las preparaciones en Buenos Aires, el grupo se instruyó política, militar, cultural y técnicamente, en varios aspectos. Las grabaciones se hacían en cinta abierta, con la voz de la locutora oficial Monena Márquez, con música de fondo irradiada desde un tocadiscos, como complemento estético pero sin dejar de lado el objetivo social y político, y para eso se utilizaban LP´s de Joan Manuel Serrat, cantando poemas de Miguel Hernández, o del cubano Carlos Puebla, entre otros. La canción que daba comienzo a los programas (que duraban alrededor de 15 minutos) era “Para la libertad” de Serrat, y los contenidos estaban comprendidos entre otras cosas por los comunicados del PRT y los del ERP que eran difundidos además por las revistas orgánicas. La idea en curso era grabar varios bloques de micro programas, que dieran la posibilidad de completar dos horas de transmisión, porque se pensaba en una emisora transportable, que permitiera la movilidad necesaria para dificultarle las tareas a las brigadas del Operativo Independencia que ya operaba bajo el control del general genocida fallecido en 2010, Acdel Vilas.

FOTO 3: Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez, del Ejército Revolucionario del Pueblo
FOTO 3: Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez, del Ejército Revolucionario del Pueblo

Todo empezó a terminar cuando los compañeros de la casa en la que se escondía el transmisor alternativo en la Ciudad de Buenos Aires, una pareja de ex presos políticos sospechó que el lugar estaba siendo vigilado por fuerzas de “seguridad” y se lo hicieron saber a la coordinadora general de grupo, quien, después de consultar con las compañeras, tomó la decisión de transportar ese equipo a su propia casa en la localidad de Chilavert, en el partido bonaerense de San Martín. Todavía faltaban algunos días para el próximo encuentro con Liliana Delfino o algún dirigente de la comandancia y una duda o unas pocas horas de demora en ese contexto podrían resultar fatales. Se subió el transmisor a un Citroën, y con medidas elementales de seguridad (insuficientes, a la luz de los resultados) se emprendió el viaje. Dos días mas tarde, por la noche, los gritos y las amenazas hicieron comprender a las mujeres que una patota de la represión se encontraba afuera de la casa. El valor no flaqueó en el momento de tensión, y la compañera a cargo del proyecto hizo valer la confianza que la dirigencia había depositado en ella: lo primero que hizo, al momento que los policías y civiles se aprestaban a ingresar a la vivienda como fuera, fue romper la próxima cita con Liliana Delfino, que estaba anotada (en código) en un papelito en el bolsillo de un tapado, y dilatando algunos segundos más la inminente detención, por un sistema indirecto de alertas telefónicas, emitió un mensaje que poco tiempo después llego al “Gringo” Mena, alto dirigente del Buró Político, informándole la caída. Ningún compañero fue detenido ni perseguido como consecuencia de este operativo, gracias a los mecanismos de seguridad interna activados por las militantes. Al mismo tiempo, las mujeres hacían creer a los policías que se estaban vistiendo diciéndoles que enseguida saldrían, y cuando intentaron la fuga por la medianera del patio trasero, colocaron a los chicos de 4 y 10 años, sentados en la pared y al subir ellas dos, se dieron cuenta que la casa estaba completamente rodeada, sin opciones de escape, ya que varios agentes apuntaban sus armas hacia ellas y sus hijos.

En una especie de impostada legalidad, se labraron actas con testigos de la detención, aunque después las mujeres tuvieron que firmar declaraciones a punta de pistola, estuvieron desaparecidas a partir de traslados no registrados y fueron separadas de sus hijos durante 10 días. Los equipos de radio también fueron a parar a la comisaría de Villa Ballester, junto con todos los muebles y la perra de la casa, que luego fue aplastada por una topadora y entregada a una familia de policías, cuyos descendientes continúan siendo propietarios del inmueble, ubicado en la calle Mitre 24 (Chilavert, San Martín, Pcia. de Buenos Aires). Esos días, a pesar de que permanecieron encapuchadas en la celda, pudieron advertir que los agentes y oficiales policiales, mas algunos civiles que probablemente pertenecieron al grupo de Aníbal Gordón de la Triple A, se entretenían reproduciendo los programas grabados en los equipos de la radio, en la comisaría. Pero sin embargo no era esa la preocupación a la hora de los interrogatorios, sino la escuela militar del ERP, en la cual se entrenaban los combatientes que aspiraban a llegar a los montes tucumanos, con dirigentes que a su vez habían recibido instrucción militar en Cuba, entre los cuales se encontraban algunos compañeros muy cercanos a “La Encargada” de la radio.

8 años de prisión, en Olmos, Devoto, y Ezeiza fueron los destinos de las dos detenidas que no tenían causas previas ni armas en su poder o en la casa donde fueron capturadas.

El primer marido y el último compañero de “La Encargada” participaron del Asalto al Cuartel domingo Viejo Bueno de Monte Chingolo, en diciembre de 1975, en el último intento de detener el inminente Golpe de Estado, y luego fueron desaparecidos en diferentes circunstancias. La compañera con la que compartió la casa y el secuestro se exilió luego de la cárcel, y nunca volvió a hablar de aquella época en público. Las dos recuperaron la libertad en 1983, 40 días antes de las elecciones que colocarían a Raúl Alfonsin en la presidencia del país.

Algunos meses después, la Compañía de Monte hizo funcionar una radio en las montañas. Se realizaron emisiones de programas nuevos, que incluían lecturas de proclamas y documentos en vivo, nada del anterior proyecto fue retomado para esta nueva etapa, que fue construida bajo la coordinación de uno de los hermanos de Santucho, Oscar Asdrúbal, jefe de comunicaciones del estado mayor del ERP, que había recibido instrucción técnica y periodística en Cuba. Poco se sabe de esta experiencia, que vivió durante los últimos 3 meses de 1975. Este trabajo se propone dar a conocer detalles de ese proyecto, que fue operado por un puñado de militantes, de los cuales solo quedan unos pocos con vida y son aun menos los que están dispuestos recordar aquellos días en voz alta.

Monena Márquez continuó su militancia en el PRT y sus tareas de alfabetizadora rural en el norte del país. Liliana Delfino fue secuestrada junto a toda la dirigencia del partido en un departamento de Villa Martelli, el 19 de julio de 1976. Haroldo Conti fue secuestrado y desaparecido el 5 de mayo de 1976, y fue visto en el Centro Clandestino de Detenciones y Torturas “El Vesubio”. Desde entonces no se conoce su paradero… ni el de sus discos traídos de Cuba.


Uturuncos

Luego del golpe del 55, los comandos de la Resistencia Peronista se multiplicaron rápidamente por todo el país, realizando acciones de sabotaje y algunas expropiaciones, para intentar debilitar a la Dictadura y contagiar al resto de las masas populares que provocarían, en un escenario ideal, una insurrección que permitiera el regreso del General Perón.

Los tiempos se extendieron y un grupo entendió que esa estrategia ya estaba agotada y que era necesario profundizar la lucha y enfrentar abiertamente al régimen. El Comando 17 de Octubre que operaba en la provincia de Tucumán, vinculado, como tantos otros, a John William Cooke, y conducido por Manuel Enrique “El Gallego” Menna, se transformó en el Ejército de Liberación Nacional-Movimiento Peronista de Liberación-Uturuncos (ELN-MPL-U).

A mediados de 1959 una veintena de militantes subió a la zona boscosa del sur de la provincia, en el departamento de Chicligasta, y así nació la primera experiencia guerrillera de nuestro país. Con el objetivo de dominar la selva, conocer los caminos, prepararse política y militarmente, pasaron unos cuantos meses en lo hondo de la naturaleza tucumana, bajando para realizar un puñado de acciones menores que les permitieron afinar puntería,  sumar armamento y, sobre todo, ensanchar pechos y endurecer corazones para lo que vendría: la primera acción de una guerrilla en Argentina, la toma de la comisaria de la localidad de Frías. Salió tal cual lo pautado, sin disparos, un grupo de militantes disfrazados de militares logró asustar a los policías, y así se llevaron uniformes, armas y un vehículo policial. Si bien fue la primera acción armada relevante, el relato no debería comenzar allí. Hay parte de esta historia que no ha sido contada en los pocos textos que narran la odisea de Uturuncos ni en los miles de libros biográficos de Juan Domingo Perón.

Durante su exilio, luego de haber sido recibido por los dictadores Stroessner en Paraguay, Somoza en Nicaragua y Trujillo en República Dominicana, el General también se asiló en la Venezuela del militar golpista Marcos Pérez Jiménez. Desde Caracas sugirió al “Comando 17 de Octubre” la puesta en marcha de una radio.

Julio Robles, “Teniente Mikey”, integrante de la Columna de “Porteños” del Grupo Uturuncos recuerda aquellos momentos: 

Parece que la idea de la radio empezó después de un viaje a Caracas que hiciera el Gallego Menna (Comandante Uturunco) para fines del año 1957 o principios de 1958, donde se entrevistó con el General Perón. Se comentaba que el viaje fue toda una odisea, ya que, por la falta de recursos, se hizo por vía terrestre. A su regreso El Gallego trajo varios discos grabados por Perón y cartas para algunos dirigentes, además de proclamas y consejos para el camino a seguir por los militantes. Para el Comando 17 de Octubre, el pedido expreso del General era continuar con la lucha y además de los mimeógrafos y los grafitis, hacer funcionar una radio clandestina que arengara a la población. La idea estaba latente y para juntar los fondos para comprar los elementos necesarios para el armado de un transmisor, los compañeros de los barrios organizaban reuniones donde el Gallego Mena contaba sus experiencias del viaje a Caracas, informaba sobre lo conversado con  Perón y al finalizar la misma, los concurrentes, colaboraban con un humilde óbolo…

Julio Robles vive en Córdoba, participó de Uturuncos hasta el final del grupo, y sacude recuerdos con la colaboración de un llamado telefónico a Carlos Carbajal,

un compañero de fierro que aún vive en Tucumán, colaborador periférico pero muy activo del Grupo Uturunco, y uno de los fundadores del Comando 17 de Octubre, hermano del Comandante Alhaja (Genaro Felipe Carbajal), quien dirigiera a los combatientes Uturuncos en la Operación Frías. A la vez Carlos es hermano de Olga Carbajal, viuda de Enrique Manuel Mena (El Comandante Uturunco) que murió en 1970.

 Dice Julio:

Quien orientaba en la compra de los elementos era un compañero, colaborador del Comando 17 de Octubre llamado Luis Frías, de profesión radiotécnico, oficio muy valorado en esa época. Este compañero, que tenía su taller en un local de la calle 12 de Octubre, esquina Santiago del Estero y que vivía sobre la calle Santiago a 50 metros de su taller, es el que construyó el aparato transmisor, que luego funcionaría como emisor de la Radio Patria Libre. Existe una versión que este aparato fue robado en una exposición en la ciudad de Santiago del Estero, cosa que no es cierta, los compañeros de esa provincia hicieron valiosos aportes al grupo de Tucumán, pero nunca de un aparato de radio. Para fines del año l958 y durante varios meses del año 1959 el artefacto transmitía la voz de Radio Patria Libre, dos o tres días a la semana, siempre comenzando a la hora 20,25 (hora en la que falleció Evita, el 26 de julio de 1952).

 Cerca de los 80, Julio tiene en su Currículum Vitae-Militante haber integrado, como se dijo, la Resistencia Peronista y el Grupo Uturuncos. Además soportó decenas de allanamientos en casas propias y de familiares y un pedido de captura en 1968 de Gendarmería, que lo identificó erróneamente como integrante de las FAP. A pesar de todo, continuó militando hasta el regreso de Perón y participó en la confección del único documento  oficial emitido por Uturuncos en el año 1973, como actividad de despedida de un grupo que, en la práctica, ya se encontraba disuelto. Continúa recordando sobre Radio Patria Libre:

El alcance de la emisora era de aproximadamente 10 cuadras a la redonda, se sintonizaba en un lugar en el dial cercano al de LV7. De acuerdo a lo narrado por Carlos Carbajal, el tamaño del aparato sería de aproximadamente 40 x 30 x 15 centímetros y era transportado en el portaequipaje de alguna bicicleta. Este transmisor funcionaba alimentado por la corriente común o por una batería de auto, indistintamente. Siempre era transportada por Genaro Felipe Carbajal, que a la vez era el locutor y operador de la misma y generalmente acompañado por “El Colorado” Juan Carlos Martin Ramón que, en otra bicicleta, transportaba la batería. Las transmisiones se hacían de distintos lugares de la ciudad, siempre en la casa de algún compañero.

 Más adelante, en el 61, Julio eludió un cerco policial que había sobre los cerros tucumanos, y llegó a Buenos Aires y de ahí a Montevideo. Se entrevistó con Alicia Euguren, dirigente del Peronismo Revolucionario y esposa de John William Cooke, que ya se encontraba en Cuba. La mujer le ordenó descender de las montañas y dispersar el grupo hasta nuevo aviso. Algunos viajarían a la isla para recibir entrenamiento, entre ellos el Gallego Mena, fugado de la cárcel, donde había llegado, detenido bajo el Plan ConIntEs (Conmoción Interior del Estado), del presidente Arturo Frondizi.

Pero todavía quedan cosas por contar de la primera Radio Clandestina/ Política de nuestro país.  recuerda el Teniente Mikey:

La Radio de los montes, emitía desde la ciudad de Tucumán y estaba equipada con una antena, compuesta de un cable de cobre que se colocaba en la terraza de la casa desde la cual se hacía la transmisión, o en algún árbol de la calle, las transmisiones no duraban más de 15 minutos y en los primeros tiempos se colocaba a manera de cortina musical una grabación de una canción de ritmo tropical, muy en boga en esos tiempos, llamada “La Blusa Azul”, era un tema infaltable en los bailes populares de entonces. Con el tiempo, por sugerencia de algunos compañeros y para darle más seriedad, se cambió esa canción por “La Zamba de las Tolderías”, de Los Fronterizos. Comenzada la audición se leían mensajes de Perón, y se pasaba alguna grabación de la voz del General. Pero por sobre todo se instaba a la población a sumarse a la lucha de la Resistencia Peronista identificada en ese entonces con el Comando17 de Octubre.

El objetivo de la Radio, dice Julio, que dijo Mena, que dijo Perón, era “difundir proclamas, leer instrucciones para la resistencia y así mantener alto el espíritu combativo de los activistas y del pueblo Peronista en general”,

El comprobante más importante del objetivo cumplido es el hecho de que uno de los integrantes de la segunda etapa, y dirigente en la última, se acercó al Movimiento al sentirse convocado por una de las emisiones.

Se trata del “Comandante Hacha” alias Santiago Transelino Molina. “El Mexicano”, como también le llamaban los compañeros, era tucumano y falleció en 2008 con una bala alojada en la parte superior de su pierna, recibida de la policía, ya reforzada para el “Plan Conintes (que habilitaba al ejército a “intervenir” en huelgas, y protestas obreras). Casualmente, esa bala que lo acompañó hasta el fin de su vida ingresó en su cuerpo en un enfrentamiento en el monte, en el día del quinto aniversario del bombardeo a la Plaza de Mayo, el 16 de junio de 1960.

El reconocido escritor, político y periodista-Uturunco Enrique Oliva7 lo despidió con un texto:

…deja una viuda, varios hijos y nietos criados a su sombra y ejemplo patriótico, en pobreza llevada con gran dignidad. Sin quejas. Se fue con una bala policial en un muslo recibida hace casi medio siglo. La atención primera fue tortuosa como su descenso para ser atendido sin ninguna consideración ante la sangre perdida y la extracción del proyectil se fue postergando. Un tormento de por vida, pues en temporadas se desplazaba en su interior el trozo de plomo provocándole fuertes dolores y dificultando aun más su andar. El padecer de diabetes nunca hizo posible la intervención quirúrgica.

Padeció Molina un ilegal juicio militar en Tucumán y más de tres años por las más rigurosas cárceles de la Patagonia y del Noreste del país, siempre lejos del contacto con sus humildes familiares, en condiciones de preso común.

Un gaucho pobre, un peronista de permanente militancia, gestionando siempre mejores condiciones de vida para los campesinos tucumanos y de todo el país, mantuvo un real predicamento en las barriadas populares donde vivió, sin reclamar nada para sí por sus grandes merecimientos y sacrificios.

FOTO 4: Uturuncos detenidos por Gendarmería, fotografiados por la prensa
FOTO 4: Uturuncos detenidos por Gendarmería, fotografiados por la prensa

En 1984, más precisamente el 17 de septiembre, en Lules, Tucumán, Julio Robles, grabó recuerdos de sus compañeros de armas y en esa oportunidad Santiago Molina se refirió al origen del grupo y a Radio Patria Libre:

Molina: Me incorporé al Comando 17 de Octubre a fines del 58 y principio del 59, escuche grabaciones de Radio Patria Libre, que convocaba a la juventud, que convocaba al autonomista para traer al país al General Perón, era una emisora clandestina que algunos días de la semana irradiaba programas de carácter revolucionario, a la hora 20.25, que había pasado a la inmortalidad la compañera Eva Perón…

Julio Robles: ¿Y esas transmisiones eran regulares?

Molina: Eran realizadas por hombres del “C 17”.

Julio Robles: ¿Qué tareas realizaba el “C17”?

Molina: el Comando 17 de Octubre creo que a raíz de esa tesis que se plantea dentro del mismo comando sobre la salida insurreccional, de conformar frentes armados, sufre una escisión interna, por un lado gente que no está de acuerdo forma otra sigla “CIPOM” (Comando Insurreccional de Perón o Muerte, que no estaban de acuerdo con la lucha armada).

Julio Robles: ¿Ustedes empiezan a funcionar como “C17” para dedicarse a la parte armada?

Molina: Sí, se forma gente para esa tarea pre-revolucionaria, gente que se dedica al trabajado de la retaguardia, y gente que hace de puntero de conocimiento de lo que es el monte, viajan 4 ó 5 compañeros para ver cuál era la zona más favorable que se podía iniciar…

Volvemos a la radio: 

Las transmisiones se hacían siempre diferentes días de la semana, para complicar los posibles rastreos de las fuerzas de la represión, y una vez finalizada la transmisión, se desarmaban los componentes y pedaleando lo más rápido posible, se salía de la zona de influencia. La  radio fue llevada al cerro por los primeros combatientes en octubre del año 1959. Se pensaba que con el tiempo se podría transmitir desde la montaña, pero en la accidentada primer experiencia, con detenciones de combatientes, pérdida de armas, deserciones y otras desgracias que no lograron desanimar al grupo más comprometido, en un traslado y sin que se probara si funcionaba o no, el transmisor sufrió desperfectos en una caída por un pequeño barranco hacia un arroyo y luego, al perderse un transformador, se la dio por inutilizable y fue ocultada en un lugar que nunca más se pudo hallar…

Antes de eso el equipo transmisor viajó a Buenos Aires para una reparación y control de rutina y realizó dos transmisiones similares a las de Tucumán, en los barrios de Valentín Alsina y Pompeya, donde se encontraban los comandos que colaboraban con el grupo del norte del país, y que brindaban la asistencia técnica.

Unos años después, desde esa zona del conurbano bonaerense partió otro equipo transmisor de dimensiones inocultables y con un peso varias veces superior al original, con Julio Robles como encargado del traslado en el tren. Nunca se logró hacer funcionar ese nuevo aparato, y después de algunas pruebas fallidas se dio por finalizado el intento de renacimiento de Radio Patria Libre.  

En el 63, un grupo de Uturuncos que habían permanecido a la espera de instrucciones disgregados por todo el país, volvieron a internarse en los  montes tucumanos junto a un puñado de regresados de Cuba. Permanecieron allí 10 meses sin realizar operaciones. En el 68, Julio Robles acompañó a las montañas a una escuadra del Partido Revolucionario de los Trabajadores-PRT, entre los cuales se encontraban Mario Roberto Santucho, máximo líder de la izquierda revolucionaria de las décadas del 60 y 70, para mostrarles los caminos, los escondites y los secretos de la selva. Luego el ERP parió en la zona la Compañía de Monte, Ramón Roza Giménez. 

La gran mayoría de los Uturuncos murió en la pobreza. Como se cuenta algunas líneas más arriba, Julio Robles-Teniente Mikey, grabó en 1984 tres casetes de entrevistas a los compañeros de camino (Genaro Zuletta, José Luis Rojas-Comandante Supay, Santiago Transelino Molina-Teniente Hacha, entre otros). Esas grabaciones sirvieron como aporte al libro del periodista Ernesto Salas, Uturuncos. El origen de la guerrilla peronista (2003) y a este artículo. Se trata de importantes documentos históricos, útiles para recordar esa primera experiencia de una emisora política clandestina, que disparó sus sonidos contra el proceso anti-popular: Radio Patria Libre!



Notas

1 El diario Clarín vendió un promedio de 290 mil ejemplares por día durante 2011. En el período 1972/1974 apenas superaba los 320 mil ejemplares diarios http://www.eldsd.com/eldsd/zonadura/2008/julio/zd-10-julio-2008.htm
2 Gabriela Esquivada, Noticias de los Montoneros, Buenos Aires, Sudamericana, 2009.
3 Revista Pronto vendió un promedio de 110.600 ejemplares por edición (semanal) durante 2011.Revista Caras vendió un promedio de 74.000 ejemplares por edición (mensual) durante 2011.Fuente http://www.ivc.org.ar
4 Tesina de Grado-no publicada-de María Inés Luchetti, ex- militante de la Organización Montoneros, Licenciada en Comunicación Social.
5 Tesina de Grado-no publicada-de María Inés Luchetti, ex- militante de la Organización Montoneros, Licenciada en Comunicación Social.
6 Monena Márquez es actualmente (2012) delegada del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación el Racismo y la Xenofobia) de Catamarca.
7 El Periodista y escritor Enrique Oliva falleció en 27 de febrero de 2010, a los 87 años. Había formado parte de la Resistencia Peronista y dirigió el periódico El Grasita. En 1956 fue detenido y se exilió en Venezuela, donde estuvo junto al derrocado presidente Perón de quien había sido asesor durante la primera presidencia. A su regreso al país se incorporó a Uturuncos por recomendación de John William Cooke y volvió a ser detenido en 1960, en los operativos policiales posteriores a la toma de la comisaría de Frias. Estuvo preso cuatro años. La dictadura militar instalada en 1976 secuestró a dos de sus hijos que finalmente fueron liberados. Luego de ello se exilió en Francia. Allí se hizo conocido con el seudónimo François Lepot con el que trabajó para Clarín como corresponsal en Europa. Entre otras personalidades, entrevistó a la ex primera ministra india Indira Gandhi y al presidente israelí Simon Peres. Recientemente había sido declarado ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Oliva fue el primer periodista argentino que pisó las Islas Malvinas luego de la Guerra, en 1986. De vuelta en el país se desempeñó como director de Asuntos Culturales de Cancillería entre 1991 y 1999, como asesor presidencial con rango de secretario de Estado. Miembro de Número de la Academia Nacional de Periodismo, Oliva se doctoró en Ciencias Políticas, fue uno de los primeros funcionarios del Conicet, secretario general de la Universidad Nacional de Cuyo y rector fundador de la Universidad Nacional del Neuquén, hoy llamada del Comahue. Entre sus numerosas obras se destaca El rey de Araucanía y la Patagonia, que le valió una demanda, luego retirada, en los tribunales parisinos por parte de Philippe Boiry, el autoproclamado rey de la Patagonia. Presidía el “Instituto Malvinas” desde el que había apoyado y luchado junto a los Familiares de Caídos en el conflicto para imponer su propio Cementerio por los argentinos que yacen en las Islas.

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