"Historia del Teatro Nacional Cervantes: 1921–2010. Colección Historia Teatral" por Beatriz Seibel. Instituto Nacional del Teatro. | Centro Cultural de la Cooperación

"Historia del Teatro Nacional Cervantes: 1921–2010. Colección Historia Teatral" por Beatriz Seibel. Instituto Nacional del Teatro.

Autor/es: María Inés Grimoldi

Sección: Palos y Piedras

Edición: 14/15

Español:

A largo de noventa años, el Teatro Nacional Cervantes, una de las salas oficiales, registró épocas, cambios y avatares que se inscriben en la misma historia del teatro argentino. Desde los clásicos de la escena española, local y universal, al Teatro por la Identidad, pasando por el espectáculo circense y las marionetas, sus escenarios han cobijado variadas compañías, artistas y repertorios que aportaron lo suyo al crecimiento y consolidación de este verdadero y bello monumento, tanto arquitectónico como simbólico.


Este libro, que nos introduce en la historia y orígenes del Teatro Nacional Cervantes, cuenta con un prólogo de Claudio Gallardou y Rubens W. Correa

Fue primeramente un sueño del matrimonio de actores españoles de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza, y en 1918 ese sueño se convirtió en proyecto. En 1921, el edificio estaba ya en la esquina de Córdoba y Libertad. María quiso que se llamara Cervantes para recordar al autor de El Quijote. Su frente copiaba el de la Universidad de Alcalá de Henares, y la obra del debut sería de Lope de Vega.

Hay que destacar que el edificio se ubica, cronológicamente, en el momento de la llamada restauración nacionalista, y de la revalorización de las raíces hispánicas sustentadas en arquitectura por Martín Noel y Ángel Guido, entre otros.

En 1925 comienzan los problemas económicos, y se piensa en rematarlo. Corren rumores de que una empresa quería comprarlo para convertirlo en cabaret y casino.

Una comisión de gente del teatro y la cultura, entre ellos, Enrique García Velloso, fundamentando la necesidad de un teatro oficial, promueve ante el presidente de la Nación, Marcelo T. de Alvear, su adquisición por el gobierno. Y el 16 de septiembre de 1926, el Cervantes se convirtió en propiedad de los argentinos.

Estos dos sueños –el del edificio teatral monumento del arte español, y el del Teatro Nacional Argentino– son los fundantes de este teatro, que tuvo otros a lo largo de su historia. Los vaivenes políticos de nuestro país hicieron que no todos los proyectos fueran en el mismo sentido. Hubo funciones gratuitas para obreros y estudiantes, formación de nuevos actores y autores con independencia artística e integración con los ideales latinoamericanos. También hubo pesadillas como el incendio de 1961, temporadas suspendidas por conflictos gremiales y épocas burocráticas de escasa actividad. Pero siempre hubo soñadores que se hicieron cargo de la reconstrucción después del incendio y del rediseño del escenario.

Luego de estos noventa años, el teatro es la síntesis de estos proyectos pero, lamentablemente, hubo errores que hicieron que mucha documentación se perdiera, o no estuviera en el lugar adecuado.

El libro está dividido en partes que coinciden con los distintos ciclos, según una estricta cronología, y se los relaciona con los diferentes momentos histórico-políticos, haciendo referencia a las interrupciones de las dictaduras, y a los cambios que éstas provocan en la programación y desarrollo del Teatro. La primera parte va desde la inauguración del teatro en 1921 hasta 1927, y luego una transición entre los años 1928 y 1935. En 1936 se inauguró el teatro Nacional de Comedia y el Instituto Nacional de Estudios de Teatro –INET– con conferencias y publicaciones.

Si bien vinieron revistas francesas, se representaron operetas, y hubo una revalorización de lo hispánico, cada vez se dio más espacio a las producciones nacionales.

Se interrumpe esta continuidad y crecimiento entre los años 1956 y 1960.

Otro ciclo está señalado por el incendio que ocurre en el año 1961, y se extiende hasta el 1967. Siguen la reapertura del teatro y el festejo de su 50º aniversario (1968–1972). Está señalado el período democrático que va desde 1973 a 1975, y la posterior actividad durante la dictadura entre 1976 y 1983. El período que va desde 1984 hasta 1989, se caracteriza como una vuelta a la democracia con gran ímpetu creativo. En los años noventa (1990–1994), el auge del teatro-danza y los musicales contribuye a una intensa actividad hasta el año 1999. Dos hechos marcan el último período: uno es la Feria del Libro Teatral a partir del 2000, que ha sido un logro, y el otro, los conflictos gremiales que se intensificaron a partir del 2006.

El libro cuenta con una reflexión de la autora sobre la historia del teatro en relación a distintos temas: la elección de los repertorios, el espacio otorgado a las producciones nacionales y a las extranjeras, el precio de las entradas, el teatro para niños, Teatro por Ta identidad, teatros callejeros y circenses. (págs. 207–208 y 209).

También aparece la nómina de todos los presidentes desde Hipólito Yrigoyen a Cristina Fernández de Kirchner, todos los directores generales del TNC, y un extenso índice de obras. Es un relevamiento exhaustivo desde que se creó este teatro hasta nuestros días.

No es una historia crítica sino descriptiva, pero muy detallada, y tiene valor como documento histórico. También pueden verse fotos de las distintas épocas, en blanco y negro y en color.

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