Moloch Siglo XXI | Centro Cultural de la Cooperación

Moloch Siglo XXI

Autor/es: Mariana Sverlij

Sección: Comentarios

Edición: 1


Moloch siglo XXI. A propósito del Imperialismo y las Cumbres. Compilador: Julio C. Gambina.

TapaMoloch siglo XXI reúne el aporte de una serie de intelectuales destacados del Centro Cultural de la Cooperación, a propósito de la Cumbre de las Américas (y su contraparte, la Cumbre de los Pueblos) con la consiguiente llegada del presidente de EEUU, George W. Bush (Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina, noviembre de 2005). El objetivo del repudiado presidente del país del Norte era fijar los lineamientos finales del proyecto del Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA).

El material reunido en el libro, de este modo, da cuenta de las tensiones que atraviesan las estrategias del gran capital, señalando al mismo tiempo las resistencias de los pueblos. Pero, sobre todo, reúne un material crítico que analiza la estrategia imperialista en la región (en su dimensión política, social y cultural), desmenuza las políticas neoliberales implementadas en nuestros pueblos, al mismo tiempo que vislumbra las grietas de un sistema que se pretende infalible, siempre atendiendo a la necesidad de construcciones alternativas de carácter popular.

Frente a Moloch, monstruo mítico descrito por Gustavo Flaubert en la Tentación de San Antonio "Ahí está Moloch, escupiendo fuego por las narices; su vientre, repleto de seres humanos, aúlla como un bosque en llamas", el mismo monstruo que inmortalizó Allen Guinsberg en su poema "How", una audaz denuncia de la "América" de los años 50: "¡Moloch, la prisión incomprensible! (...) ¡Moloch, cuya sangre es corriente de dinero"¡Moloch, cuyos dedos son diez ejércitos! (...) ¡Moloch cuyo amor es un sin fin de petróleo y piedra! ¡Moloch, cuyo alma es la electricidad y el Banco! (...) ¡Moloch, cuya pobreza es el fantasma del genio!...", se erige el quehacer ineludible de la intelectualidad latinoamericana: la necesidad de enfrentar, desde el pensamiento y la acción, una historia de atropellos sobre la región y poder también contribuir a construcciones contra hegemónicas. En este sentido, siguen siendo elocuentes las palabras que escribiera Julio Cortázar en una carta a Fernández Retamar, en la que analiza la situación del intelectual latinoamericano:

El lento, absorbente, infinito y egoísta comercio con la belleza y la cultura, la vida en un continente donde unas pocas horas me ponen frente a los frescos de Giotto o los Velázquez del Prado, en la curva del Rialto del Gran Canal o en esas salas londinenses donde se diría que las pinturas de Turner vuelven a inventar la luz, la tentación cotidiana de volver como en otros tiempos a una entrega total y fervorosa a los problemas estéticos e intelectuales, a la filosofía abstracta, a los altos juegos del pensamiento y de la imaginación, a la creación sin otro fin que el placer de la inteligencia y de la sensibilidad, libran en mí una interminable batalla con el sentimiento de que nada de todo eso se justifica éticamente si al mismo tiempo no se está abierto a los problemas vitales de los pueblos, si no se asume decididamente la condición de intelectual del tercer mundo en la medida en que todo intelectual, hoy en día, pertenece potencial o efectivamente al tercer mundo puesto que su sola vocación es un peligro, una amenaza, un escándalo para los que apoyan lenta pero seguramente el dedo en el gatillo de la bomba.1

Los distintos artículos que componen Moloch Siglo XXI dan cuenta de la relación – enmarcada en proyectos histórico- políticos- de América del Sur con el imperio del Norte; relación asimétrica ya vislumbrada en el siglo XIX por José Martí y corroborada por los distintos tratados comerciales de visible desventaja para los países latinoamericanos. Se hace imprescindible, también, detenerse en la historia de los últimos años para comprender el desarrollo de las relaciones carnales entre la potencia imperialista y los países de la región que se entronizó en nuestro país como política de estado y signo de las relaciones exteriores en los años noventa. La dictadura de 1976, en este sentido, señala un momento crucial en el camino de instalación del modelo neoliberal, la era del individualismo y el vociferado anuncio del fin de las ideologías. Tras la caída del Muro de Berlín y el derrumbe del socialismo de los países del este, la emergencia del mundo unipolar, estimuló la apatía generalizada y la despolitización, retroalimentadas por el Pensamiento Único. Es así como, en el plano de la producción del pensamiento, como señala Daniel Campione, "...al intelectual comprometido y revolucionario, lo reemplazó el intelectual des- comprometido, distante, escéptico, irónico, post- marxista y hasta post- militante (...), [preocupado] más por hacer propuestas de superficial originalidad que por transformar la sociedad en la que vive. El hombre de pensamiento debía readaptarse al paradigma del éxito privado, individual, en reemplazo de la inscripción del propio destino en el cambio de la suerte de los oprimidos y explotados".2

Moloch Siglo XXI propone vías alternativas capaces de repensar críticamente la realidad, atravesarla en sus múltiples dimensiones, aparentemente inconexas, y transformarla como deber ineludible, ligado a la propia supervivencia de nuestros pueblos y culturas.

El ALCA y la dimensión cultural

El ALCA, en tanto iniciativa comercial que "aseguraría" una era de prosperidad para nuestra región, es analizado en Moloch siglo XXI en sus dimensiones económicas, pero también políticas, sociales y culturales. Las mismas recetas revertidas de nuevas máscaras – la liberalización de flujos comerciales, el desmantelamiento de las interferencias estatales y la caída de las barreras proteccionistas-3 que han saqueado a nuestras sociedades y han despertado, al mismo tiempo, grandes estallidos sociales, cobran actualidad, apremiadas por un Moloch -amenazado en su capacidad de dominación económica, no sólo en la región sino en su propio país- que se vuelve más agresivo y adopta posiciones cada vez más reaccionarias.

El vínculo entre unión económica y unión política, que advirtiera Martí, resurge en la imagen de patio trasero, de territorio propio, con que el gigante del norte pretende ejercer su dominio en Latinoamérica y el Caribe; coronación exitosa del proyecto imperialista del "destino manifiesto", cuya continuidad se extiende a lo largo de dos siglos, lo atestigua la historia de Washington para la región: panamericanismo, Doctrina Monroe, Alianza para el Progreso, ALCA, junto con, Plan Colombia, Plan Puebla Panamá, e interés por la Triple Frontera; expresiones de una misma política que incluye manifestaciones económicas, políticas, militares, culturales.4 Por otra parte, el ALCA conlleva un objetivo visiblemente político, como parte de las disputas interimperialistas del mundo: busca desplazar a Europa, asegurándose la hegemonía en la región latinoamericana. En este sentido, Beatriz Rajland cita las palabras del ex secretario de Estado, Colin Powell: "nuestro objetivo es garantizar para las empresas norteamericanas el control de un territorio que se extiende desde el Artico hasta la Antártida y el libre acceso sin ninguna clase de obstáculo de nuevos productos, servicios, tecnologías y capitales".5

Lucidamente, advierte también Martí, "Lo primero que hace un pueblo para llegar a dominar a otros es separarlo de los demás pueblos". Quizás esta es la vigencia irrenunciable del libro; más allá de los acontecimientos que tuvieron lugar en Mar del Plata, traza un panorama político- cultural de nuestro continente, erigiendo el desafío de un proyecto integral y emancipador de nuestra América, como paso ineludible que comprende también "la resistencia al proyecto geoestratégico de recolonización que EEUU diseñó para los años 2000".6

¿Qué queda, sino, como horizonte posible?

El espejo modélico del American Way of life que EEUU propone para que se miren otros pueblos ofrece, por otra parte, un panorama de injusticia social, políticas públicas deficientes y serias falencias económicas, gravitando en los sectores más desfavorecidos de la población que muestran el otro lado de la brillante sonrisa hollywoodense. La contraparte del éxito devuelve una imagen turbia para ofrecer como modelo de vida. Y es que, como señala Stella Calloni, su propia población "(...) tuvo que mirarse en el espejo sucio de New Orleáns...Y en Louisiana, Alabama, Missisippi, los reinos del Ku- kux- klan (...) ahí estaban las ausencias estatales, la perversión de la desaparición de los estados, las consecuencias de la privatización de las guerras, la orfandad de los pueblos como corolario de esa política (...)". 7 Como señala Ceceña, asimismo, este diseño continental y mundial que propone la nueva ofensiva del capital coloca a gran parte de la población en calidad de sobrante.

La insistencia en señalar el error de considerar que el proyecto del ALCA se extiende en su sola dimensión económica, hace que el libro recorra las múltiples facetas de las estrategias del gran capital. Es aquí, por ejemplo, donde ingresa el peso de las industrias culturales y la producción simbólica; la industria audiovisual ocupa el segundo lugar en los ingresos y exportaciones de EEUU, el 80 por ciento de la facturación latinoamericana en industrias culturales está en manos de empresas multinacionales ajenas a la región8. Producción simbólica y de materiales que busca subsumir a esa calidad sobrante de la que hablara Ceceña en la ignorancia, la cosificación, vuelta ella misma mercancía de un devenir globalizado y que no queda más que espectar. De ahí surge también la contraparte del sistema global, expresada en las distintas herramientas y manifestaciones culturales de nuestros pueblos. Vemos entonces cómo Dubatti9 nos escribe sobre un teatro contrario a la desauratización del hombre, la mercantilización, la homogeneización cultural de la globalización, la insignificancia, el olvido y la trivialidad, la supuesta univocidad de lo real y el pensamiento único, la hegemonía del capitalismo autoritario y el neoliberalismo, la espectacularización de lo social o la cultura del espectáculo, contra la pérdida de la praxis social, en fin, contra la parálisis que genera la pauperización. Terrenos estos en los que, también, Moloch siglo XXI arroja una mirada que se permite revisar críticamente las políticas educativas, la dimensión de la historia, el análisis económico y la dimensión jurídico- política en un compromiso orgánico, ya ineludible con nuestros pueblos.

Notas

1 Cortázar, Julio, "Situación del Intelectual latinoamericano". Saignon (Vaucluse). 10 de mayo de 1967. A Roberto Fernández Retamar en La Habana. Aparecida originalmente en Casa de las Américas, n° 45 (1967).

2 Campione, Daniel "La política de Bush y el pensamiento de la izquierda", en Julio C. Gambina (comp.). Moloch Siglo XXI. A propósito del Imperialismo y las Cumbres. Ediciones CCC, Buenos Aires, 2005, p.108.

3 Borón, Atilio, "Una visita indeseable", Ibíd.

4 Gambina, Julio "El libre cambio en la estrategia del capital", Ibíd.

5 Rajland Beatriz "La integración en la estrategia del imperialismo", Ibíd. P.85.

6 Op. Cit. Gambina, Julio. Ibíd.

7 Callón, Stella "El rechazo a la invasión silenciosa". Ibíd. P. 26.

8 Villafañe, Juano "Libremercado, Arte, Industrias culturales e Integración". Ibíd.

9 Dubatti, Jorge "Teatro, Anticapitalismo y Resistencia globalizada". Ibíd.

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