Reseñas: Argentinos, judíos y camaradas: tras la utopía socialista. de Nerina Visakovsky | Centro Cultural de la Cooperación

Reseñas: Argentinos, judíos y camaradas: tras la utopía socialista. de Nerina Visakovsky

22/03/2023

Hoy presentamos una nueva sección del blog, que se ropone compartir reseñas de libros, que están disponibles para su consulta en la Biblioteca. En esta ocasión el título es Argentinos, judíos y camaradas : tras la utopía socialista, de Nerina Visacovsky (puede solicitarlo como [CCC] 314.7 VIS) y la reseña está a cargo de Daniel Campione.

Nerina Visakovsky. Argentinos, judíos y camaradas: tras la utopía socialista. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Biblos 2015. 306 páginas.

Esta obra remite a un entramado de historias:  La de la colectividadj judía en Argentina, la del partido comunista, la de ciertas persecuciones anticomunistas y antisemitas. Pero se detiene en un punto más particular: La historia del ICUF (Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina), entidad que existe hasta el día de hoy y supo albergar a miembros de la colectividad que se autodefinían como “progresistas” y sostenían una orientación laica, crítica de la sociedad capitalista, vinculada a la defensa de la Unión Soviética y a las perspectivas políticas del partido comunista en nuestro país. A esta perspectiva general se sumaba la defensa y el cultivo de la lengua idish. Se entendía a ese idioma como basamento de toda una cultura traída por inmigrantes europeos y destinada a arraigar en tierra argentina.
Esa mirada historiográfica tiene asimismo asiento en una reivindicación: La historia de los llamados “judíos progresistas” quedó relegada frente al hegemónico sionismo, lo que redujo su tratamiento en las obras históricas a referencias breves e incidentales.
Visacovsky traza retratos de esforzados militantes que dedicaron sus empeños a la enseñanza, al periodismo y a las diversas actividades culturales auspiciados por las instituciones afiliadas al ICUF, que incluyeron desde el teatro a los talleres literarios en ídish. Y también al deporte.
El Partido Comunista supo tener en su mira el trabajo con la colectividad, que incluyó la conformación de órganos específicos para el trabajo en su seno, como la comisión israelita. Uno de sus responsables, Rubén Sinay, tiene amplias menciones en el transcurso del libro.
Las escuelas procuraron desarrollar una enseñanza de avanzada. Tanto por sus  contenidos, diversos y aún contrarios a los de la enseñanza oficial, enaltecedores de los comportamientos solidarios y de los ideales socialistas.
Los debates en torno al Estado de Israel y el auge renovado de las corrientes sionistas, colocó a los judíos agrupados en el ICUF ante un imperativo de creciente urgencia: La defensa de la tradición internacionalista frente al nacionalismo en avance. La autora fundamenta la idea de que supieron hacerlo, pese a la desigualdad flagrante en materia de protecciones poderosas y disponibilidad de recursos. Los icufianos trataban de contrapesar ese poderío con trabajosas colectas y actividades sociales “a beneficio” de las escuelas.
Las autoridades estatales, sobre todo en los períodos más reaccionarios hicieron sentir su peso sobre las escuelas “progresistas”, al condicionar sus acciones educativas, propiciar su desprestigio por la orientación comunista de sus acciones. Y prodigar el amplio repertorio de obstáculos que las diversas burocracias estatales suelen oponer al paso de iniciativas cuestionadoras.
El acaecer del genocidio plasmado por los nazis constituyó un enorme revulsivo, que le dio un nuevo significado a la defensa de la cultura judía y sus portadores, que emergían ahora como sobrevivientes de la masacre. La posterior fundación del Estado israelí agregó una nueva complejidad, sobre todo en la medida en que dicha entidad se colocó del lado del “mundo libre” en la guerra fría, con definidas posiciones antisoviéticas.
El devenir de la URSS en tiempos de Stalin constituyó un dilema para los icufianos, que debieron lidiar, entre negaciones y perplejidades, con el hecho de que muchxs judíos sufrieran represión en la “patria del socialismo” y en las recientes “democracias populares”, en particular en Checoslovaquia.
La obra nos trae una mirada de rescate de aquellos sectores de la comunidad judía que se formaron en la disidencia franca respecto a las posiciones sionistas primero, y a la crítica firme a las políticas del Estado de Israel después. Una información que puede llegar a sorprender es que durante un buen tiempo las instituciones judías no sionistas, tanto las de alineación con el comunismo como las socialistas del Bund, tuvieron más influencia y afiliados que aquéllas.
La organización de escuelas a contraturno, “complementarias” de la enseñanza en las escuelas públicas,  cuya defensa se asumía en plenitud y a las que se propiciaba que sus alumnxs concurrieran. Esas escuelas fueron también reservorios del idish, si bien progresivamente incluyeron y luego adoptaron el castellano para su enseñanza.
De cualquier manera el idish formó parte de la diferenciación y las actitudes de combate frente al sionismo, al oponerse al hebreo moderno que se convirtió en la lengua oficial del estado israelí.
Se toma registro en el libro de ciertas discrepancias en las tomas de posición entre los militantes del Icuf y la línea comunista oficial. Por ejemplo respecto al peronismo, acerca del cual sostienen una mirada más severa que la partidaria y con especiales críticas hacia los sectores de la comunidad judía que se sumaron a la causa justicialista o pretendieron una mirada neutral, como las grandes instituciones del tipo de la AMIA y la DAIA.

Villa Lynch y el Peretz: La pequeña historia bajo grandes impulsos

En la última parte de su investigación la autora se proyecta al plano de la historia local.  Antes de ingresaar en su objeto más específico de interés brinda un útil pantallazo sobre la comunidad judía de Villa Lynch, configurada en torno a la industria textil. Llegada a este punto Visacovsky trasmite una cercanía no sólo intelectual sino afectiva hacia su objeto de estudio. Esa localidad de San Martín es para ella un ámbito de procedencia e identificación a cuyo rescate ha partido a través de un estudio minucioso, centrado sobre todo en el rastreo de fuentes primarias y entrevistas.
 y a un proceso de ascenso social que convirtió en pequeños o medianos patrones a quienes se habían iniciado como obreros del ramo. En muchos casos esos recientes empresarios no renunciaron a su pertenencia al ICUF ni a su militancia comunista. Quedó allí planteada la contradicción, que se referencia en el libro, de una sección de un partido de vocación obrera en gran medida conformado no por trabajadores sino por empleadores de trabajo asalariado.
Aborda a una de las instituciones más significativas en la trayectoria del ICUF, el centro cultural y deportivo “Isaac León Peretz” de Villa Lynch. Se centra en la actividad educativa que se desenvolvió en su seno, en la escuela del mismo nombre.
Lo que condice con las apreciaciones acerca de la centralidad de los proyectos educativo y de su tendencia evolucionista, que poco a poco va reemplazando la escuela idishista por una educación progresivamente más informal, asentada sobre la recreación, los talleres artísticos y los deportes. Actividades que se desplegaban básicamente en castellano y que tenía en el kinder club y en el jardín de infantes sus centros de irradiación. Los que atraían un número mayor de familias. Las que tenían la posibilidad de discutir en reuniones y asambleas los problemas de la escuela.
En este libro hay muchos nombres de personas.

Esta reseña fue publicada originalmente en la revista Tramas y se reproduce aquí con permiso del autor.

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