Secesionismo: HACIA LA REPÚBLICA INDEPENDIENTE DE ANTIOQUIA
Por: Horacio López
El escritor colombiano Arturo Alape en su obra La Paz, la Violencia: testigos de excepción, narra lo siguiente:
Es preciso recordar que no habían pasado muchos días desde el grito de independencia en 1810, cuando ya los notables criollos se lanzaban en una larga guerra civil por ocupar el poder que creían suyo definitivamente; guerra que tomó el disfraz de sofisticados argumentos de federalistas contra centralistas... Un poco más adelante, al regresar los ejércitos colombianos del Perú y Bolivia en 1826 (...) el conflicto estalló para no apagarse durante todo el siglo. En el año 28 se levantan Obando y López en el Cauca, en el 29 lo hace Córdoba en Antioquia, en el 30 tras revueltas y revueltas, las oligarquías ecuatoriana y venezolana, disuelven la Gran Colombia, no sin antes asesinar a Sucre y dar un golpe de Estado, seguido de una guerra civil en Colombia. [1]
Este estado de anarquía y guerras fratricidas entre hermanos no sólo se desplegó durante el siglo XIX sino que continuó durante el XX. En todo ese largo periodo, sectores de las clases dominantes se fueron disputando, en diversos momentos, el poder político y los recursos materiales colombianos.
En nuestros días, en Colombia se libra una guerra de liberación nacional, en la cual las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) preponderantemente, luchan contra el Estado opresor y pro imperialista, dominando en forma soberana gran parte de la extensión del país. Las clases dominantes se atrincheran en un Estado fuertemente centralizado, militarizado y represor. No era de extrañar entonces que, en semejante situación, se exacerbaran las fuerzas centrífugas en determinadas regiones. El caso de Antioquia es uno de ellos.
Antioquia es uno de los actuales departamentos colombianos, el segundo más industrializado de Colombia. Allí se produce café, azúcar, leche, ganadería porcina y equina; se explotan minas de oro, platino, carbón y hay abundantes reservas de petróleo, hierro, cobre, entre otros minerales.
En su historia republicana, en Antioquia existieron siempre las ideas de independencia del poder federal central, levantándose cada tanto la reivindicación de la creación de la República independiente de Antioquia o “Antioquia la Grande”.
En su momento, mediante un pacto de conveniencias mutuas que incluía beneficios fiscales y cuotas de poder, como la designación de algunos ministros nacionales, la burguesía antioqueña –poderosa ya por su actividad de explotación y exportación cafetera- aceptó someterse al poder central. Y tuvo y tiene una influencia decisiva en las altas esferas gubernamentales (el Presidente Uribe pertenece al sector de los terratenientes antioqueños). Pero no obstante el regionalismo acendrado siguió vigente.
Tomamos del suplemento de la revista electrónica de Psicología Social FUNLAM de su edición nº 3 de octubre de 2001, de un artículo titulado “El discurso de la identidad en el regionalismo antioqueño”, lo siguiente:
La conformación geográfica de Antioquia, su lento desarrollo y su aislamiento de las demás regiones de Colombia, fueron determinando un particular crecimiento y una singular forma de vida. Su visión del mundo se fue estructurando a partir de la lucha de gentes que, obligadas por el medio, se abrieron paso a través de la maraña de una región inhóspita.[2] Tales condiciones –continúa el artículo- configuraron los rasgos del complejo cultural antioqueño hacia la libertad, la independencia, el positivismo y el sentimiento de altivez, pero a su vez a un sentir omnipotente, a vivir sólo de sí mismos.
En relación a la capital del país, el artículo señala que
por mucho tiempo ha entablado una rivalidad que aún no conoce límite y que está constituida en los procesos de lucha por el reconocimiento social a nivel nacional conduciéndola al salto catastrófico hacia la segregación o el regionalismo.[3]
En la realidad social de la región se constata que los indígenas prácticamente desaparecieron; la población es en un 80% de origen europeo, predominando fuertemente la de origen español. Antioquia posee su bandera propia (dos franjas horizontales, una superior de color blanco y la otra verde), escudo e himno.
En este caso podemos hablar del desarrollo de las dos formas de secesión enunciadas al principio: la Blanda que promueve aspiraciones federalistas y, como recurso extremo llegado el caso, la Dura, o sea la independencia.
Sobre el primer caso: en el libro El Ensayo en Antioquia con selección y prólogo de Jaime Jaramillo Escobar encontramos una Declaración del Colegio de Abogados de Medellín del año 1972, que dice que dicho Colegio
...ha llegado a la convicción sobre la necesidad de adoptar un régimen federal para Colombia, mediante la respectiva reforma constitucional que reconozca la descentralización política, fiscal y administrativa a que tienen derecho las regiones, sobre la base de conservar para la nación su soberanía y competencia en los asuntos que son propios de su naturaleza, entre ellos la organización y distribución de las Fuerzas Armadas, el manejo de la política exterior y la regulación del comercio internacional, de la moneda y del crédito; la expedición de normas orgánicas en materia de impuestos destinados a gravar las rentas, el consumo de artículos de producción nacional y las importaciones y exportaciones...
“Considera el Colegio que el régimen federal, además de procurar el desarrollo equilibrado de las regiones en forma acorde con la idiosincrasia y los recursos naturales y humanos de cada una de ellas, constituye el medio por excelencia para preservar la libertad, consolidar la unidad nacional sobre bases firmes y reales, mantener la plena vigencia de las garantías individuales y del régimen democrático, y dar al país un gran impulso hacia nuevas formas de vida en que se asegure el cumplimiento de la justicia distributiva y de la igualdad de oportunidades tanto para los ciudadanos como para las entidades territoriales.[4]
Un grupo de senadores antioqueños presentó un proyecto de ley en el año 2000 para formar una sola región con Antioquia y los Departamentos de Chocó y Córdoba, con mayor autonomía, que le permita captar grandes inversiones capitalistas, especialmente norteamericanas y japonesas. Al mismo tiempo, la oligarquía antioqueña viene pactando con los paramilitares en la región, desde la época en que fuera gobernador Uribe Vélez (1995-1997).
La secesión Dura es la forma que promueve la independencia lisa y llana de Antioquia, para formar una nueva república. Encontramos una página web actualizada en junio de 2000 cuyo título dice: “Porque podemos solos!!” y su texto:
Pero lo importante aquí es hablar de una idea que siempre ha estado presente, desde el Estado de Antioquia en el siglo XVII hasta el movimiento de Antioquia Federal en los años 60’s.
Nosotros sólo tratamos de revivir la presencia del Estado con el concepto de crear un país, aunque sea en nuestros corazones, por ahora. Los jóvenes de hoy ya sienten la necesidad de afianzar el amor patrio por nuestra tierra paisa.
Esta página fue creada por ‘nosotros’ los jóvenes antioqueños que estamos cansados de que Colombia nos exprima y nos robe todo lo bueno que nosotros construimos; también estamos cansados de las discriminaciones de Bogotá (pura y mera envidia); los rolos hijueputas en nombre de Colombia discriminan la superioridad antioqueña: censurando nuestros aeropuertos, limitando el presupuesto para nuestro departamento, limitando las fuerzas militares, evitando hacer de Colombia una federación y mantener una estúpida unidad nacional que los beneficia a ellos y nos perjudica a nosotros ANTIOQUIA.
Antioqueños: Despertemos y luchemos por nuestra independencia, deshagámonos de los que nos han estado robando, utilizando, usurpando por más de 200 años.[5]
La hoguera sigue siendo atizada.
[1] Arturo Alape, La Paz, la Violencia: testigos de excepción, Planeta Colombiana, Bogotá, 1985.
[2] Tomado de Betancur Cuartas Belisario. “Declaración de amor del modo de ser del antioqueño”, El Navegante Editores, Santa Fe de Bogotá, Colombia, 1994, p.5.
[4] Jaramillo Escobar, Jaime, El Ensayo en Antioquia, Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina, Medellín, 2003.
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