Pueblo Cooperativo en Tecnópolis
Este 2012 se ha declarado Año Internacional de las Cooperativas. Para celebrarlo, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación levantó un Pueblo Cooperativo en el Parque de la Energía de Tecnópolis.
Dar un paseo por el Pueblo Cooperativo permite conocer historias donde la igualdad y la solidaridad marcan el camino a través de 28 stands de cooperativas agropecuarias, de vivienda, consumo, crédito y trabajo, entre tantas que invitan a profundizar cada una de estas historias que comprueban que la unión hace la fuerza porque la principal energía de la economía solidaria es la integración.
“En Argentina hay 4.800 mutuales y 23 mil cooperativas que aportan 500 mil puestos de trabajo, representan el 8% del PBI anual y brindan cobertura de salud a 2,7 millones de habitantes”, detalla José Brontes, secretario de Desarrollo y Promoción del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), el organismo dependiente del Ministerio de Desarrollo Social que regula la Ley de Sociedades Cooperativas.
Cuando flaquean las fuerzas del capital, porque éste no contribuye a distribuir equitativamente la riqueza, las cooperativas persiguen el auspicioso fin de repartir las utilidades con equidad y justicia. “Se reinvierten o se reparten entre los asociados, las relaciones de trabajo son horizontales con poder de decisión por medio de asambleas y se fomenta el desarrollo local dando trabajo a la comunidad y no fugando las utilidades al exterior”, señala Brontes.
Uno de los disparadores más importantes que tuvo la economía solidaria en el país, surge como respuesta a la crisis del 2001. Por entonces, este modelo se utilizó en numerosas fábricas que fueron recuperadas por sus trabajadores tras el abandono por parte de los accionistas.
Tal es el caso de la antigua fábrica de cristales Durax, presente en el Pueblo Cooperativo de Tecnópolis. Aquel lema publicitario que quedó en la memoria de los argentinos -Durax toda la vida- se quebró cuando, la política económica de los ´90 los llevó a la quiebra. Entonces, fueron los trabajadores quienes pagaron los platos rotos quedándose sin su fuente de empleo. Sin embargo, en 2002 conformaron la Cooperativa de Trabajo Cristal Avellaneda que hoy cuenta con 155 socios. “Con sacrificio y esfuerzo pudimos sacar adelante una fábrica que estaba en las ruinas y podemos decir, orgullosos, que en 2011, por primera vez, generamos utilidades que decidimos reinvertir para aumentar la producción y nuestros beneficios”, explica orgulloso, Osvaldo Donato, el trabajador más antiguo y actual presidente de Cooperativa de Trabajo Cristal Avellaneda.
Las cooperativas y mutuales tienen una larga tradición en la Argentina y son claves para el desarrollo de la comunidad. Se trata de un modelo de fuerte impacto en las economías regionales: “Soy un convencido de que el cooperativismo es la solución a la crisis mundial, un camino alternativo importantísimo que puede darle al mundo la posibilidad de organizaciones eficientes que ayuden a dar respuesta a los problemas de la gente”, concluye el diputado nacional, Carlos Heller, presidente del Banco Credicoop.
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