La salud y la enfermedad en la Ciudad Pro | Centro Cultural de la Cooperación

La salud y la enfermedad en la Ciudad Pro

Autor/es: Brenda Maier

Sección: Investigaciones

Edición: 9/10

Español:

Se analiza la politica de salud en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde una perspectiva socio sanitaria, tomando en cuenta no sólo los programas de atención específicos de la salud sino también los programas sociales o de apoyo. Se utilizaron fuentes secundarias como informes de las distintas áreas de salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Censo 2001, Encuesta Permanente de Hogares (EPH), Encuesta Anual de Hogares, Informes Indicadores 2007 de la Organización Panamérica de la Salud y el Ministerio de Salud de la Nación y a través de la legislación porteña vigente.


Introducción

El presente artículo analiza la situación sanitaria en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El sistema de salud es analizado desde una perspectiva socio sanitaria, tomando en cuenta no sólo los programas de atención específicos de la salud sino también los programas sociales o de apoyo, es decir, que favorecen el acceso a los tratamientos, medicamentos, etc.

Se utilizaron fuentes secundarias como informes de las distintas áreas de salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Censo 2001, Encuesta Permanente de Hogares (EPH), Encuesta Anual de Hogares, Informes Indicadores 2007 de la Organización Panamérica de la Salud y el Ministerio de Salud de la Nación y a través de la legislación porteña vigente.

Este texto es parte de una investigación que se desarrolló durante el año 2007/2008 sobre la situación socio sanitaria de la Ciudad desde el Departamento de Salud del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.

¿Cómo pensar la Salud?

La concepción de salud varía según los contextos históricos y culturales de cada sociedad. Se construye como un supuesto estado de bienestar a alcanzar, como un parámetro que diferencia qué es salud y qué no lo es.

Según el Dr. Contandriopoulos1, profesor de la Universidad de Montreal y especialista sanitario, la concepción de salud “es una categoría compleja, socialmente construida, determinada no sólo por el patrón biológico sino que es expresión y producto de una construcción social histórica que se vincula con cierta estructura simbólica, es decir, con los valores, la cultura de una sociedad, sus modalidades de organización, tradiciones, que definen una concepción de salud y el rol y funciones del Estado y de la sociedad civil”.

La salud es un proceso dinámico, que se produce, reproduce y define en las relaciones sociales. La enfermedad es una manifestación de la salud que posee una expresión biológica de un determinado estado de no-salud, se presenta como una deficiencia o un funcionamiento anormal, sin embargo no se reduce a esto únicamente. Como plantea Contandriopoulos2 se puede decir que las enfermedades y la salud responden a construcciones sociales en un determinado tiempo y espacio, es decir a procesos históricos que han estado atravesados por distintos factores, sean estos: sociales, políticos, culturales y/o económicos, determinando y definiendo que se va a entender por salud y así también por enfermedad.

Asimismo, entendemos que las relaciones de producción, la distribución inequitativa de la riqueza y la vulneración de los derechos son los factores que determinan el bienestar o no de una población, no así las enfermedades.

La situación sanitaria de Argentina: su trayectoria histórica

La realidad de nuestro país coincide con las realidades que gran parte de los países de Latinoamérica presentan. Los países denominados “periféricos o dependientes” poseen varios puntos en común, en cuanto a su desarrollo político, económico y social, producto de las relaciones internacionales desiguales en las que se encuentran enmarcados.

En nuestro país, las situaciones de emergencia social y sanitaria se han instalado desde hace algunas décadas en las agendas públicas y aún no ha podido ser resueltas. Los vastos intentos fracasados, la falta de voluntad política, las planificaciones normativas que pierden de vista los aspectos socio culturales y no producen impacto, los pequeños o medianos aciertos, son todas características que forman parte del círculo vicioso de las políticas sanitarias.

Los contextos históricos –como ha de esperarse– han atravesado los ámbitos sanitarios modificando los escenarios, así se pueden establecer determinados puntos de inflexión en la historia del sistema de salud Argentino. Se produjo la incorporación de la planificación en Salud, como consecuencia de las recomendaciones de la Alianza para el Progreso (1971), programa que tenía como objetivo el desarrollo socioeconómico de Latinoamérica –a partir del otorgamiento de créditos– fundamentado en la elaboración de planes con carácter decenal, esta iniciativa estaba apoyada por la Organización de Estados Americanos. Cabe destacar que dicho programa no preveía las particularidades de cada país por un lado, al tiempo que ponderaba lo técnico sin reconocer los conflictos, las relaciones que se establecían en torno a las problemáticas y las trayectorias históricas que se habían definido en la resolución de las mismas.

Otro hito en la historia de la salud pública se inscribe con la reforma producida en la década de los 90, periodo en el cual se instaura la hegemonía de las políticas neoliberales. Dichas políticas resignificaron las relaciones sociales, de producción y las formas de atención de la salud.

Desde los diferentes gobiernos nacionales (fundamentalmente el menemismo, y con continuidad en los gobiernos posteriores) y desde los organismos multilaterales de crédito, principalmente el Banco Mundial la intención era la articulación de los tres subsectores (publico-estatal, privado y seguridad social) bajo el comando de la lógica de Mercado y donde estas compitan por la obtención de fondos destinados a la salud (mejor dicho a la enfermedad).3

La incorporación del Mercado como uno de los ejes centrales en el área sanitaria tuvo un impacto significativamente desfavorable, la salud pierde su carácter de derecho universal como plantea Faraone “para convertirse en un bien de mercado, bien privado, que los individuos en forma particular deben adquirir.”4

Dichas reformas estuvieron sustentadas por el Banco Mundial,5 el cual impulsó un nuevo paradigma denominado “Invertir en Salud”, en cual las singularidades de cada país (características culturales, políticas, económicas, de organización sanitaria, etc.) no estuvieron abordadas, impulsando de este modo un modelo homogéneo, “universal”. Los objetivos apuntaban a mejorar el gasto público –reduciéndolo– y promover la diversidad y la competencia entre los sectores privados. Las consecuencias de la utilización de la propuesta del Banco Mundial fueron la focalización en la atención, la descentralización de la atención de salud sin otorgar los recursos correspondientes, el debilitamiento del Estado como organizador social, deterioro en la calidad de vida de los sectores marginales, las ausencias de vigilancias epidemiológicas que impiden controlar epidemias, surgiendo así la reaparición de enfermedades ya controladas (como la TBC o la Fiebre Amarilla).

Es importante mencionar que el sector privado, en especial los laboratorios, fue uno de los principales actores en la reforma de los 90, “la Argentina ha sido uno de los primeros países del mundo donde los laboratorios han sido privatizados, lo que terminó induciendo a una política pública orientada a dejar la salud en manos de las empresas”6. Este ámbito adoptó la lógica del mercado, tanto en lo que refería al acceso –o no– de la misma como a fomentar el consumo de medicamentos.

Luego de la aguda crisis social y económica del 2001, la situación del país en general decayó, inscribiendo huellas en todos sus habitantes. La situación de precariedad en todos los ámbitos en que se desenvuelven las personas generó un fuerte impacto sobre las condiciones de vida de las poblaciones. A su vez, esta crisis trajo fuertes consecuencias en las instituciones estatales que con menos recursos tuvieron una mayor demanda.

El contexto nacional actualmente presenta mejoras en relación a la cuestión social, dado que el país atravesó después de la crisis periodos de crecimiento y se aplicaron políticas que están generando impacto social significativo, como el caso de la Asignación Universal por Hijo o los aumentos móviles a las Jubilaciones y Pensiones.

A través del recorrido histórico podemos reconocer los contextos en que se fue construyendo la atención y resolución de los procesos de salud enfermedad.

La situación de la ciudad

A través de los datos que nos brindan las estadísticas podemos visualizar que la situación de Salud en la Ciudad de Buenos Aires es una de las más favorecidas dentro de nuestro país. En términos generales, presenta indicadores por debajo de la media y con grandes brechas en relación a las provincias que presentan mayor déficit. Esta situación favorable posee relación con la situación total en que se encuentra la ciudad, es decir, con la situación socio económica que atraviesa.

Como definimos anteriormente para comprender el estado sanitario de un país o una región, se debe vincular a la condición en que sus habitantes se desarrollan, trabajan, se alimentan y al desarrollo de las condiciones de salubridad tales como la provisión de servicios. Por ejemplo, respecto a las condiciones de vivienda la población que habita en condiciones deficitarias es el 6,4% del total. En la Ciudad de Buenos Aires, El 99,9% de la población posee acceso a la red de agua corriente, mientras que el 96,6% cuenta con desagües cloacales. Por su parte, en la provincia del Chaco los índices son del 61,6% y el 18,6% respectivamente, según los Indicadores 2007.

Comparación de acceso a servicios en la CABA y Chaco

Grafico 1

Grafico 1

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Indicadores 2007.

Actualmente, el sistema sanitario de la ciudad atiende las problemáticas de salud no sólo de la población que reside en la misma, sino de poblaciones del Conurbano Bonaerense, del interior del país y de países limítrofes. El porcentaje7 de pacientes egresados de hospitales según residencia habitual refleja que el 49,3 % es población de la ciudad, mientras que el 45,5% corresponde a habitantes del Conurbano y el 5% a otros lugares de residencia.

Grafico 2

Grafico 2

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Indicadores 2007.

Los resultados de una investigación recientemente realizada por la Defensoría del Pueblo demuestran que la mayor demanda de atención hospitalaria en la ciudad de la población que reside en el conurbano es en la especialidad materno infantil. Estas personas concurren a la ciudad en busca de respuestas a sus problemáticas de salud, dado que, en parte, ésta presenta mayores recursos e infraestructura –aunque no por esto óptimos–; y, por otro lado, existen representaciones sociales ligadas a que allí se accede mejores prestaciones o con mayor rapidez, lo cual no siempre coincide con la realidad. Estos hechos generan repercusiones desde hace décadas en la organización sanitaria de la ciudad, dado que la demanda es superior a la oferta de servicios y produce un fuerte impacto en los recursos destinados.

En la actual gestión, esta situación presenta una fuerte tensión. Se ha tratado de instalar que al momento de otorgar turnos se priorice a quienes residan en la ciudad.

Resoluciones y recursos de la ciudad

En el abordaje de los procesos de salud y enfermedad coexiste una multiplicidad de factores que facilitan u obstaculizan los procesos de resolución. A partir del material recopilado y el análisis de documentos, hemos visualizado algunas situaciones que influyen en las intervenciones, dificultando que las resoluciones sean eficaces y propicias. Los aspectos más destacados son:

- Escasa capacitación o especialización de los profesionales de la salud. Por ejemplo el número de ingresantes a las residencias y concurrencias –un espacio de formación de especialización o de posgrado– se encuentra reducido ampliamente en relación a la cantidad de egresos de grado.

- Respecto a los recursos humanos se observa escasez de personal. Al tiempo que se expone a situaciones laborales de precariedad al plantel existente, sueldos por debajo de la canasta familiar, los auxiliares médicos trabajan más de la jornada establecida.

- Demora diagnóstica o diagnósticos erróneos. Esto se produce por falta de recursos para realizar determinados estudios y/o por el escaso conocimiento de los profesionales sobre enfermedades que presentan baja prevalencia.

- Demoras en las cirugías. En algunos hospitales, las listas de intervenciones quirúrgicas superan los seis meses. Un ejemplo de esta situación se puede encontrar en la Resolución Nº 0379/08 de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. A partir de una actuación un paciente manifiesta una demora de cinco a ocho meses en la cirugía cardiovascular que se le ha indicado en forma urgente, por esta razón la Defensoría toma parte en el asunto. El jefe de la Unidad Cirugía Cardiovascular del Hospital General de Agudos “Dr. Juan A. Fernández” afirmó8 que, en mayo del 2005, se implementó un plan de cirugías que por diferentes motivos debió suspenderse en tres oportunidades. En relación a esto, en la mencionada resolución, se cita la respuesta que brindó dicho funcionario del Hospital:

Existen 20 pacientes en lista de espera, ninguno tiene cobertura social (llegó a haber 70, de los cuales fueron derivados cada vez que se suspendía el plan. De éstos, 5 pacientes fallecieron sin poder ser derivados, 3 requerían tratamiento de urgencia y 2 esperaban cirugía electiva). El tiempo de demora, si un paciente ingresa en este momento, es de 6 meses aproximadamente (...)

A esta situación se suma que el gobierno actual de la ciudad decidió centralizar las compras de insumos desde el mes de junio de 2008, por denunciar la existencia de sobreprecios. Así les quitó la facultad a los hospitales de realizar sus compras y las centralizó a cargo del Ministerio de Hacienda. Dicha situación produjo graves trastornos porque los hospitales se quedaron sin stock a la espera que les envíen los insumos solicitados, por la conflictividad que produjo la norma, se acordó un sistema mixto, en el cual las compras generales (insumos de mayor uso) quedan centralizadas y compras específicas (para prestaciones especificas o de mayor complejidad) son realizadas por cada hospital.

Conclusiones

Actualmente, encontramos que el panorama general del sector salud manifiesta una profunda crisis, el sector público comienza a desestimarse por presentar déficit en la atención, en la legitimidad de su acción, en su infraestructura. El presupuesto otorgado no se corresponde con la demanda creciente. Se produce una brecha importante entre el desarrollo de los recursos humanos y tecnológicos del ámbito público en relación al privado. Este último, a su vez, comenzó a definirse como un actor prestigioso en la atención sanitaria fragmentando y diferenciando planes de salud de acuerdo al poder adquisitivo, instalando la concepción de clientes y afianzando la salud como un producto de mercado.

La situación sanitaria de la Ciudad de Buenos Aires no escapa a la crisis. Las políticas socio sanitarias presentan baja incidencia en la resolución de las problemáticas que las poblaciones presentan. Los procesos de salud enfermedad que se enmarcan dentro de la Alta Complejidad se encuentran, por lo general, por fuera de los programas existentes y los que se encuentran comprendidos están atrapados dentro de un sistema burocrático que presenta grandes demoras y poca efectividad en las respuestas que brinda. Respecto de los hospitales especializados por la gran demanda existente, muchas veces pierden la “especialidad” que los atañe y atienden consultas que podrían haberse resuelto en ámbitos comunitarios, como en los CESAC. La descoordinación de los trabajos en red también se presenta como un obstáculo para la atención de patologías complejas. Otro dato que resulta interesante de analizar es la mayor demanda que se produce en la zona sur de la Ciudad en comparación con la zona norte9. La zona sur es la que presenta mayores índices de vulnerabilidad y por tanto, presenta mayor solicitud de atención sanitaria por parte de la esfera pública. Sin embargo, como hemos podido leer en los diarios nacionales las últimas semanas, no sólo que no se encuentran políticas especificas para apuntalar estas poblaciones sino que los programas existentes no quieren abordar las problemáticas, como la situación de las personas que necesitaron asistencia médica y, al llamar a emergencias, se les negó la ayuda porque la ambulancia no entra a la villa 21-24.

¿Cómo se podrá efectivizar el Derecho a la Salud si se relega las poblaciones por residir en zonas marginales? ¿Cómo se construye un “Buenos Aires va a estar bueno” cuando desde el estado porteño se niega la condición de ciudadanos a las personas en condición de vulnerabilidad?

Estos interrogantes nos plantean la necesidad de replantear las políticas socio sanitarias que la ciudad propone. Las políticas públicas deberían favorecer la inserción de las poblaciones a los sistemas de atención socio sanitarios, no obstaculizarla más. Debe considerarse que las personas afectadas por estas patologías se encuentran atravesadas por una multiplicidad de circunstancias que afectan fuertemente su desenvolvimiento cotidiano. Es importante entender que estos procesos se encuentran enmarcados por una lógica de precarización y degradación que la sociedad viene transitando desde hace algunos años, motivo por el cual se tiende a una naturalización y aceptación de la deficiente atención sanitaria. Es importante destacar que la Ciudad de Buenos Aires posee 33 hospitales con distintas especializaciones y dispone un presupuesto generoso ($3.912.883.705) en relación a las demás provincias; es decir, por los niveles de ingresos que mantiene presenta las condiciones para ofrecer una mejor atención a sus ciudadanos y ciudadanas, efectivizando así las leyes que la ciudad promulgó, y garantizando el “derecho a una salud integral” expuesto en el artículo 1 de la Ley Básica de Salud Nº 153 de la ciudad.

Bibliografía

  • Banco Mundial. Informe “Invertir en Salud”, 1993, s/e.
  • Castellanos P. Sobre el concepto de salud-enfermedad, un punto de vista epidemiológico, Cuadernos Médico Sociales, Rosario, Centro de Estudios Sanitarios y Sociales, 1987.
  • Contandriopoulos, A. La salud entre las ciencias de la vida y las ciencias sociales, Cuadernos médico sociales, Nº 77, Rosario, Centro de Estudios Sanitarios y Sociales, 2000.
  • Faraone, Silvia. “Reforma silenciosa en Salud”, en revista Salud-Problema, Nº 9, México, Universidad Autónoma Metropolitana de Xochimilco, 2000.
  • Tognoni, Gianni. “Por el mercado, la medicina adquirió un sesgo irracional”, en diario Perfil, 29/10/06, Sección Sociedad.
  • Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires www.buenosaires.gov.ar
  • Laurell, C. El estudio social del proceso salud-enfermedad en América Latina, Cuadernos Médico Sociales, Rosario, Centro de Estudios Sanitarios y Sociales, 1986
  • Minayo M.C., Investigación Social. Teoría, método y creatividad, Buenos Aires, Lugar Editorial, 2003.
  • Menéndez, Eduardo. Modelo hegemónico, crisis socioeconómica y estrategias de acción del sector salud, Cuadernos Médicos Sociales, N° 33, Rosario, Centro de Estudios Sanitarios y Sociales, 1985.
  • Ministerio de Salud de la Nación www.msal.gov.ar
  • Ministerio de Sanidad y Consumo de España. www.msc.es
  • Organización Panamericana de la Salud. Programación y Salud Pública. En: Programación de la Salud, Publicaciones Científicas, Nº 111, Washington DC: OPS; 1965.
  • Sans, Mónica; Hidalgo, Pedro C. “Uruguayan and Cuban public health systems in the Latin American context: a consideration”, Ciência & Saúde Coletiva, 2002, vol.7, Nº 1, ISSN 1413-8123.
  • Testa, M. “Autocrítica”, en Pensar en Salud, Buenos Aires, Lugar Editorial, 1993.

Notas

1 Contandriopoulos, A. La salud entre las ciencias de la vida y las ciencias sociales, Cuadernos médico sociales, Nº 77, Rosario, Centro de Estudios Sanitarios y Sociales, 2000.
2 Ídem.
3 Faraone, Silvia. “Reforma silenciosa en Salud”, en revista Salud-Problema, Nº 9, México, Universidad Autónoma Metropolitana de Xochimilco, 2000.
4 Ídem.
5 Banco Mundial. Informe “Invertir en Salud”, 1993, s/e.
6 Tognoni, Gianni. “Por el mercado, la medicina adquirió un sesgo irracional”, en diario Perfil, 29/10/06, Sección Sociedad.
7 Datos extraídos del “Análisis de la situación de salud de la población de la Ciudad Buenos Aires”, realizado por Dpto. de Epidemiología del Ministerio de Salud del GCBA, 2006.
8 Las afirmaciones mencionadas se encuentran en la Resolución Nº 0379/08 que puede verse en: www.defensoria.org.ar/institucional/resoluciones/r0379-08.doc
9 Datos obtenidos del movimiento correspondiente al 1er Semestre de 2008 del servicio de estadística del Gobierno de la Ciudad. http://estatico.buenosaires.gov.ar/areas/salud/estadisticas/1er_trim_2008/aps_pdf/informe_aps_1er_2008.pdf

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