El proceso revolucionario de Buenos Aires en la Aurora de Chile (1812-1813) | Centro Cultural de la Cooperación

El proceso revolucionario de Buenos Aires en la Aurora de Chile (1812-1813)

Autor/es: Lucas Ricci Marchand

Sección: Especial

Edición: 23

Palabras clave: Independencia, Siglo XIX, La Aurora, Chile
Español:

El presente trabajo tiene como objetivo central indagar cuál era la mirada de la prensa chilena sobre el proceso emancipatorio de Buenos Aires durante el funcionamiento del periódico La Aurora de Chile entre los años 1812 y 1813. La elección del tema se debe particularmente a la necesidad de analizar la prensa del período poscolonial de Chile en base a los discursos y representaciones ideológicas a partir de las ideas revolucionarias de la época. Estas ideas no exceden al desarrollo del proceso de independencia de la Capitanía General de Chile, que tienen como punta de lanza, la instalación de las juntas de Caracas y Buenos Aires en 1810 dentro del espacio de ex Virreinato del Río de la Plata en su lucha contra el imperio español.


A comienzos del año 1808 sólo unos pocos hispanoamericanos podrían haber previsto la oleada de juntas nacionales que, dos años después, marcaría los orígenes de su emancipación del imperio español. Las juntas surgieron, en efecto, de la naturaleza confusa de los tiempos como una respuesta a ciertos dilemas inmediatos. Las dos características más importantes de la revolución de 1810 a lo largo del continente fueron, primero, que afirmaron al máximo los derechos locales criollos, deteniéndose muy por debajo de la total independencia pero, sin embargo, asumiendo un grado completo de autonomía; segundo, que fueron las elites minoritarias las que se arrogaron la representación de la gran mayoría de hispanoamericanos, los cuales no tuvieron intervención en los cambios. Las revoluciones de 1810, entonces, fueron eventos espontáneos dictados preferentemente por circunstancias inmediatas. En Chile, casi dos años exactos separaron la recepción de las noticias del cautiverio de Fernando VII de la instalación del gobierno nacional. La forma precisa de las propuestas criollas cristalizó sólo en los últimos seis meses.

Los eventos externos, los de la crisis europea, tuvieron una importancia fundamental. Esto llevó rápidamente a complicaciones políticas en España, a los eventos en Bayona1 en mayo de 1808 y a la total ocupación de la Península por parte de Francia. Las noticias del comienzo de estos eventos llegaron a la Capitanía General de Chile en agosto y septiembre de 1808. Agosto trajo las noticias de la abdicación (marzo de 1808) del rey Carlos IV y, al mismo tiempo, comenzaron a expandirse rumores inquietantes de las intenciones finales de Napoleón respecto a la monarquía española. Septiembre confirmó los peores temores de los criollos. Fernando VII, se supo entonces, había entregado el trono español en Bayona, José Bonaparte (hermano de Napoleón Bonaparte) tomaría el poco envidiable papel de procónsul coronado en nombre de su hermano, en tanto que el pueblo español resistía al invasor francés con obstinado heroísmo. En Chile, como en otras partes del imperio de ultramar, los criollos comprendieron que el momento había llegado.

Una complicación adicional en Chile era la caprichosa y semi despótica forma de gobernar de Francisco Antonio García Carrasco2. A principios de 1808, había sucedido al respetado andaluz Luis Muñoz de Guzmán. García Carrasco no era el hombre indicado para la gran emergencia. De haber sido más temperado en sus actitudes hacia la aristocracia criolla, posiblemente habría sido capaz de retener Chile para España de la misma forma que Abascal2 lo hizo con el Perú. Sin embargo, como ocurrió, su mal gobierno precipitó la creación de una junta nacional mediante la generación de una fuerte corriente de excitación política.

Ya para el verano de 1808-1809 corrían rumores de que un grupo de criollos deseaba una junta. Había incluso algunos supuestamente conspirando por la independencia total. En abril de 1810, el virrey del Río de la Plata, Baltasar Hidalgo de Cisneros, informó a García Carrasco que fuentes confiables le habían asegurado la existencia en Chile de grupos partidarios de la independencia de España. El 18 de mayo de 1810, el gobernador ordenó investigar la conducta de tres vecinos ilustres: José Antonio de Rojas, Juan Antonio Ovalle y Bernardo de Vera y Pintado. Una inmediata protesta pública evitó que García Carrasco enviara a los prisioneros a Perú; sin embargo, un mes más tarde, llegaron a Chile las noticias de la Revolución de Mayo en Buenos Aires. García Carrasco interpretó el derrocamiento del virrey del Río de la Plata y el establecimiento de una junta nacional como una amenaza fundamental a la soberanía de Fernando VII y a la continuación de la hegemonía española en América. El cabildo complotó para derrocar al gobernador García Carrasco por la fuerza y crear un gobierno nacional en el acto, mientras que la Audiencia, detectando el peligro, se adelantó a esta drástica medida mediante la deposición de García Carrasco como si se tratara de su propia iniciativa y lo reemplazó por un octogenario respetado, Mateo de Toro y Zambrano, Conde de la conquista. Pero la calma que siguió al derrocamiento de García Carrasco fue sólo un interludio. Rápidamente se hizo patente que la agitación criolla por un gobierno nacional no haría más que continuar.

A estas alturas, era evidente que la movilización en favor de un gobierno nacional estaba alcanzando un nuevo clímax. Finalmente, en la segunda semana de septiembre, los miembros más activos del Cabildo resolvieron redoblar los esfuerzos para asegurar una junta nacional en el sentido indicado por el ejemplo de Buenos Aires. Después de una breve lucha entre bastidores, con la Audiencia poniendo una resistencia glacial, el gobernador accedió a convocar a un Cabildo Abierto, una reunión abierta de los principales vecinos de la ciudad, para el 18 de septiembre.

En la asamblea se estableció, prácticamente sin oposición, un gobierno nacional, que debía estar presidido por el Conde de la Conquista y con una composición marcadamente respetable. La histórica Acta del 18 de septiembre de 1810 declaró con firmeza que Chile sería preservado para Fernando VII y que se defendería de sus enemigos. El documento no tenía demasiados elementos que pudieran haberse considerado abiertamente subversivos o revolucionarios, reafirmando una intensa lealtad al monarca. Sin embargo, al mismo tiempo, representó un notable paso hacia la autonomía al interior del imperio español; incluso más importante, prometió la reunión de un congreso nacional. De ese modo, Santiago de Chile experimentó los mismos movimientos que Caracas, Buenos Aires, Bogotá y otras ciudades hispanoamericanas, dando así el primer paso hacia la independencia. El Cabildo Abierto del 18 de septiembre de 1810 bien pudo haber llevado hacia el tipo de autogobierno que la mayoría de los criollos deseaba, sin que Chile participara en posiciones más extremas. Tan sólo siete años después, llevarían a la separación final de la madre patria3.

Buenos Aires, imagen de una ciudad revolucionaria

La primera información que menciona la Aurora de Chile sobre Buenos Aires hace referencia que esa ciudad señala como victorioso al General José Artigas, quien derrotó a una tropa portuguesa formada por 300 hombres4. Esta batalla se daba en el marco de un conjunto de acciones militares llevadas a cabo por las fuerzas portuguesas en el sur de Brasil. Estas, comandadas por Diego de Souza, tenían por objetivo socorrer al entonces Virrey Francisco Javier de Elío, sitiado en Montevideo por las fuerzas patriotas de Buenos Aires.

En la edición del 16 de abril, se publica un discurso del coronel británico Patteu. En él se menciona un pedido de Inglaterra (como aliada a España) a las cortes de Cádiz de libre comercio con la América española. Además, gran Bretaña se había ofrecido como mediadora entre las disputas entre las Cortes y América.

La Junta de Buenos Aires se había negado a la oferta hecha por  Lord Strangford a no ser que la mediación se tratase como entre dos estados independientes.

Posteriormente, continúa enumerando los riesgos de someter las juntas revolucionarias a las peticiones de las cortes, y de que los revolucionarios solicitaran ayuda a Francia. Por otro lado, menciona el riesgo que corre Gran Bretaña de que las cortes le prohíban el comercio con América. Al respecto comenta que

El gobierno de la metrópoli clama la superioridad, y el gobierno colonial la igualdad.  Ahora ¿quién determina este punto? ¿Quién buscará entre los recuerdos de la constitución de la antigua España.  Ciertamente que esta es obra de los Españoles mismos, y no nuestra.  Debe decírseles de una vez a las Cortes, que nosotros no tenemos que hacer con sus disputas…5

El 9 de julio aparece un extracto de la Gazeta de Buenos Aires con fecha del 29 de mayo. Comienza informando que los festejos realizados el 25 de mayo por la independencia de aquel lugar. También menciona buenas noticias sobre los acontecimientos en el Alto Perú, los progresos de emancipación en Nueva España y la situación favorable en las cercanías de Lima. Por otra parte, explica que la corte de Brasil ha reanudado relaciones de amistad con Buenos Aires y el retiro de las tropas de la frontera. Por último, expone que Montevideo sigue bajo poder realista y los llama tiranos, y proclama la libertad para todo el resto de América.6

En la publicación del 23 de julio, una carta con fecha del 29 de mayo proveniente de Asunción del Paraguay, explica que este país sigue muy unido a Buenos Aires y ayudó a Artigas con 1900 hombres armados; Velasco sigue arrestado. En Brasil hay insurrección y Paraguay ha tomado algunos pueblos. La noticia de adhesión de Chile al sistema continental ha regocijado a los paraguayos.7

En la última edición mensual, la Aurora se hace eco de las repercusiones de una conspiración Conspiración de Álzaga descubierta el 1 de julio, donde europeos residentes unidos con los de Montevideo tramaban apoderarse del fuerte, de los cuarteles. La idea primigenia, era proclamar virrey a Martín de Álzaga para luego pasar a degüello a todo americano mayor de siete años y europeos que no se sumaran al levantamiento. Finalmente, Álzaga fue ejecutado y la mayoría de los cabecillas juzgados. Ante los hechos expuestos, la Aurora comenta:

Aquel Gobierno despliega una energía asombrosa; ha ganado toda la confianza del pueblo cuyo entusiasmo es inefable, y parecido al de la antigua Roma; todos los espíritus se han reunido, y se esperan grandes resultados de este acontecimiento en toda la América libre8

El mes de agosto comienza con el estado de situación de la guerra en el Alto Perú. En este caso, una carta desde Lima traída por la fragata Nueva Mexicana, que llegó a Valparaíso el 31 de julio, informa que las fuerzas de Goyeneche habían entrado en Cochabamba. Nada se sabía del estado de las fuerzas patriotas ni del General Belgrano alrededor de la ciudad de Potosí. Tampoco tienen noticias sobre el estado de la revolución en México9. En cuanto a las relaciones entre Buenos Aires y Brasil, se comunica que para el 3 de julio del presente año estaba firmada la amistad y convención entre ambas partes.10

En la publicación del 13 de agosto, la redacción de la Aurora recibe artículos de cartas provenientes de particulares del otro la de la cordillera. La primera de ellas, fechada el 16 de julio, hace mención sobre el envío de un comisionado haciendo responsable al general Souza por la lentitud del retiro de sus tropas (portuguesas) de la Banda Oriental. Si no se cumple el armisticio se pedirá el retiro a su gobierno.11

La siguiente carta, referida a la Conspiración de Álzaga, informa sobre el ajusticiamiento a los europeos que participaron en dicha acción descubierta el 1 de julio del corriente año. Por lo antes expuesto, explica que

Se han desterrado a todos los frailes europeos, que eran los únicos que quedaban con vida si se lograba el plan de los demonios, corriendo la misma suerte los clérigos y frailes patricios por ser fieles a su patria….12

La última carta con fecha del 16 de julio, y en sintonía con el tema precedente, comenta que la comisión de justicia falló en contra de la confiscación de bienes a los hijos de los conjurados.13

Concluyendo con esta línea informativa, la Aurora se refiere a extractos de papeles públicos de Buenos Aires. Un artículo ministerial del 10 de julio, atribuye el ensañamiento de los conjurados españoles (en referencia a los responsables de la conspiración liderada por el comerciante Martín de Álzaga) a la humillación que estos sufrieron por la igualdad que el gobierno patriota le dio a los americanos y españoles. Además, informa que está en la visión de los españoles que el hombre americano debe ser sirviente y que el criollo debe ser tratado al igual que un esclavo. Menciona que español se ve como una raza privilegiada de la naturaleza ante el cual deben temblar las demás naciones. A su vez, se publica que el 26 de mayo se celebró un armisticio entre Brasil y Buenos Aires.14

En relación a la información de la guerra altoperuana, un parte comunicado del General Belgrano del 17 de Junio, informa sobre el estado de las fuerzas de Cochabamba y puntos donde se hallan situados, dispuestas para enfrentar a las fuerzas realistas de Goyeneche. Finalmente, en Santiago del Estero se han recibido cartas de Jujuy y de Salta que aseguran que una división de Goyeneche, compuesta de ochocientos hombres, y al mando de Picoaga, fue derrotada en las cercanas de Suipacha por el General Belgrano.15

La última edición del mes de agosto, informa la retirada de las tropas Portuguesas del espacio oriental rioplatense, y el alistamiento de las tropas patriotas para marchar hacia la ciudad de Montevideo.16

Por último, siguen las repercusiones por la conspiración sediciosa liderada por Álzaga. En este caso, se pone en evidencia que fue el autor y el director de dicha conjuración, y que en su casa asistieron varias personas implicadas en el hecho como Francisco Valdepares, y que las fuerzas rebeldes constaban de dos divisiones: una del norte, y otra del sur de la ciudad. Quedaba en evidencia que el plan se había concebido en tiempo y “sobre las meditaciones de un cálculo combinado”.17

En la edición del 10 de septiembre, la redacción de la Aurora publica que el gobierno de Buenos Aires está promoviendo la creación de un instituto científico para la enseñanza de derecho, economía, agricultura, ciencias exactas, etc. Para ello, ha contratado profesores extranjeros. Al respecto, comenta:

“Nos resta, dice, destruir las tinieblas en que hemos estado envueltos por más de tres siglos: nos resta conocer lo que somos, lo que poseemos, y lo que podemos adquirir; nos resta sacudir el fardo de las preocupaciones y absurdos que hemos recibido en patrimonio…”.18

Luego de una editorial de Camilo Henríquez en donde el autor llama a los lectores a no perder el espíritu revolucionario y a promover el desarrollo de gobiernos justos y no corruptos, esta edición número 33 se refiere a Buenos Aires a partir de las cartas llegadas a la editorial del periódico. En los artículos de estas cartas, se informa que el ejército patriota ha sido enviado hacia Montevideo y comandado por Manuel de Sarratea. Además, menciona que el ejército del norte comandado por Belgrano sigue afianzando posiciones mientras Goyeneche desde Poton refuerza su vanguardia que se encuentra en Suipacha.19

En la Aurora del 15 de octubre, en un extracto de papeles públicos de Buenos Ayres se notifica sobre una batalla contra las fuerzas realistas al sur del río de las Piedras el día 4 de septiembre. La misma ha resultado victoriosa a favor del ejército del norte al mando del General Belgrano. A su vez, hay una nota sobre un levantamiento topográfico con el fin de darles tierra a “familias patricias” que viven en la indigencia.20 Por último, aparece la Información en la cual el gobierno de Buenos Aires por medio de un decreto, apoya la migración al país de personas que quieran establecer domicilio en su territorio. Les ofrece los derechos “del hombre en sociedad” con tal que respeten las leyes y campos para cultivo o territorio para quienes se dediquen a actividades mineras.21

El 22 de octubre se publican noticias sobre la Batalla de Tucumán. Un parte de General Manuel Belgrano, informa que el 24 de septiembre las fuerzas patriotas obtuvieron una completa victoria de su ejército y una nueva toma de botín. El parte del General Belgrano informa:

LA PATRIA puede gloriarse de la completa victoria que han obtenido sus armas el 24 de corriente día (…) Desde el último individuo del ejército hasta el de mayor graduación, se han comportado con el mayor honor y valor. Al enemigo le he mandado perseguir, pues con sus restos va en precipitada fuga…22

Finalmente, un artículo de carta del 1 de octubre del año en curso, informa que el ejército de Goyeneche acecha en las afueras de Tucumán, y que el ejército patriota conformado por tucumanos, santiagueños y cordobeses se encuentra alistado para hacerle frente.23

En el mes de noviembre, las noticias sobre el bando patriota porteño comienzan con una descripción pormenorizada del estado del ejército del General Belgrano en Tucumán, a partir de papeles públicos, firmado por él mismo.24 Por otra parte, artículos de cartas fidedignas, afirman el levantamiento de marinos americanos en la ciudad oriental de Maldonado reconociendo al gobierno de Buenos Aires. A su vez, la campaña de los paraguayos contra portugueses terminó con la toma de un fuerte y el retiro de estos hacia la frontera. Noticias del ámbito rioplatense informan que detuvieron al obispo de salta por colaborar con Goyeneche.25

El 12 de noviembre, se hace mención a los festejos en el espacio porteño por la victoria de la batalla de Tucumán en la actual basílica de la Merced. Se realizó una misa a la que asistieron los más ilustres personajes de la época. Según la crónica, hubo salvas de artillería que en conjunto con la música y los vítores de “Viva la Patria”, manifestaban el espíritu de unión del pueblo chileno y el de Buenos Aires en torno a la independencia.26 Por cartas de Buenos Aires del 16 de octubre se informa que las tropas

patriotas apostadas en la Banda Oriental al mando de Artigas avanzan hacia Montevideo que se encuentra sitiada. Otras cartas fidedignas de Córdoba, fechadas el 16 de octubre de 1812, informan que los realistas que escaparon de la batalla de Tucumán se hallan cercados por el ejército patriota al mando de Díaz Vélez. Por último, un oficio del gobernador interino de Salta, con fecha del 28 de septiembre, dirigido al General Belgrano, comunica la expulsión del ejército realista de Salta.27

La primera edición de la Aurora del mes de diciembre, publica un oficio del Conde Das Galveas, ministro de relaciones exteriores de la corte del Brasil al Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata. En él, relata que, gracias a la aplicación de una convención de amnistía, se resolvieron los problemas con tropas del Río de la Plata y se procedió a la retirada del ejército portugués.28 Por otra parte, se informa que Belgrano marcha hacia Salta para enfrentar a realistas con un ejército debilitado. A su vez, explica que Gran Bretaña fue garante del tratado entre Brasil y Buenos Aires. Por lo antes expuesto, informa: “Se apresura el momento en que las Provincias del Río de la Plata se declaren Estados Unidos, soberanos, e independientes. Los papeles públicos respiran ya la majestad y fortaleza de los pueblos libres…”.29

El 10 de diciembre, aparece la publicación de una carta que relata avances en el sitio de los patriotas en la ciudad Montevideo. También comenta que la renuncia de Manuel de Sarratea no fue aceptada y que el ejército se envió hacia el Perú. A su vez, informa que hay deserción en el ejército realista al mando de Juan Pío Tristán (brigadier que fue derrotado en la batalla de Tucumán al mando de Goyeneche). En relación al espacio rioplatense, Inglaterra intervino ante Brasil para que no ayude a Montevideo.30

En la última edición del mes de diciembre, aparecen artículos de una carta desde la ciudad de Lima con fecha del 12 de noviembre de 1812, en donde informa que el ejército realista al mando de Pío Tristán ha sido vencido por fuerzas patriotas.31

Una serie de cartas son publicadas en la primera edición del mes de abril de 1813. La primera de ellas, con fecha el 16 de diciembre de 1812, comenta sobre el estado del ejército del General Belgrano, al cual describe en buenas condiciones y fortalecido en la lucha con los realistas del Alto Perú. En referencia al sitio de Montevideo expone que esta ciudad se encuentra debilitada y aclara sobre las deserciones del bando realista.32 Otra de las cartas, fechada el 16 de diciembre de 1812, informa que Belgrano está en Salta al mando de un importante ejército y cuentan con una victoria final sobre los realistas en Alto Perú.33

En sintonía con la información procedente de cartas de particulares, la Aurora del 21 de enero publica un artículo de una carta de un particular de Buenos Aires fechada el 2 de enero de 1813. El artículo menciona una acción contra Buenos Aires iniciada por la llegada de un barco de España con auxilio a los sitiados realistas de Montevideo. El fervor realista fue acompañado por noticias provenientes de España donde los aliados ocuparon Madrid. A su vez, declara que el gobierno porteño ha sido alertado rápidamente sofocando la rebelión.34

El 28 de enero, se publica un bando del 1 de enero en donde en la batalla denominada “Sitio de Montevideo” muere el general realista Vigodet. La nota cuenta que tanto su montura como su caballo han pasado a manos del ejército patriota.35 Por otro lado, papeles de Buenos Aires hablan sobre la entrada de Napoleón a Moscú, y cómo fue incendiada la ciudad por orden del general ruso.36

Luego, aparecen dos notas publicadas por Camilo Henríquez sobre información que le ha llegado desde Buenos Aires referente a la situación de la guerra española y sobre el espacio rioplatense. A respecto, explican:

En muchas cartas de Londres, recibidas en Buenos Aires se asegura que el refuerzo, que condujo Masena a España, consiste en cuarenta mil hombres (…) Un sistema más federativo y democrático se ha adoptado por el Gobierno del Paraguay, en cuya virtud se han electo Diputados para la Asamblea y ya estaban para llegar a Buenos Aires…37

Otra noticia relata, a partir de capítulos de cartas, la información proveniente del espacio hispanoamericano y de la guerra en la península ibérica. En ella, menciona que en Cundinamarca intervino en Caracas y comenta las vigencias del tratado de amistad entre Buenos Aires y Brasil. En tierras aztecas, menciona que las fuerzas del Virrey Vanegas fueron derrotadas. A su vez, se ratifica la intención de Inglaterra en apoyar a los gobiernos patriotas americanos; y que la intervención inglesa en la ciudad de Madrid vaticina una derrota de los franceses38. Por último, se expone un artículo de carta dirigida a la ciudad de Tucumán con fecha de 16 de diciembre de 1812 por un individuo de aquél Cabildo a otro de carácter público en esta capital describe los refuerzos para las tropas de Tucumán enviados desde Buenos Aires. Los hacendados de Salta cortan suministros y se rebelan contra las tropas realistas comandadas por Tristán. Inminente llegada del ejército comandado por el General Belgrano.39

El 11 de febrero, se publican capítulos de cartas en donde en una de ellas se informa desde Buenos Aires, el envío de refuerzos de tropas y dinero para el General Belgrano, que se apronta para ir hacia salta en enero de 1813.40

El 25 de febrero, el caudal de la información es abundante y sobresale la noticia referida a la instauración de la Asamblea en la ciudad porteña. Camilo Henríquez, publica un documento del 31 de enero de 1813, cuando se instaura la Asamblea General Constituyente con representantes porteños y provincianos. En ella se estableció como primera disposición asumir la representación de la soberanía de las Provincias Unidas del Río de la Plata y decretar la inviolabilidad de sus diputados.41

Para finalizar aparece una proclama del General Gaspar de Vigodet al pueblo de Montevideo después del revés sufrido en su salida como gobernador de la Banda Oriental hacia mediados de 1812. Realiza un discurso, exhortando a las tropas realistas para que lo sigan en la lucha contra los patriotas porteños. También explica, que la derrota sufrida en Montevideo, se debió a la deserción de los soldados gallegos y al miedo que infundían los Tupamaros.42

La primera publicación del mes de marzo informa a través de comunicaciones oficiales de Buenos Aires, el avance hacia Salta del ejército patriota, y las tropas realistas al mando de Pío Tristán están evacuando la mencionada ciudad. A su vez, noticias de Tucumán mencionan la vuelta de la insurgencia en Cochabamba y La Paz.43 En la Banda Oriental no hay novedades importantes, destaca que se repelen intentos de desembarcos y algunos hechos menores en Entre Ríos. En San Pedro hubo un desembarco de 400 hombres pero San Martín acudió en defensa de la ciudad. Al finalizar la edición, aparece la información referida a la Asamblea Constituyente instalada en Buenos Aires, informando por un comunicado extraordinario que ésta ha declarado no provisorio” al Poder ejecutivo.44

En la edición del 11 de marzo, y en sintonía con la precedente, se publican actos de legislación emanados por aquella asamblea. En aquellos quedan expresados que desde el 31 de enero de 1813, los niños no pueden ser esclavos. Esto se debe a un decreto realizado por la Asamblea Constituyente de Buenos Aires con fecha 2 de febrero de 1813. También expone que serán despedidos de sus cargos públicos todos los europeos que no hayan conseguido “el título de ciudadanía”. De igual modo, el poder ejecutivo informa que ya no se entregarán sueldos ni pensiones a los europeos que no trabajen, y que antes gozaban de tan agradable beneficio.45 Por otra parte, un parte del Coronel San Martín informa la victoria patriota en el puerto de San Lorenzo el 3 de febrero de 1813. Al respecto, comenta:

TENGO el honor de decir à V. E. que en el día 3 de febrero los granaderos de mi mando en su primer ensayo han agregado un nuevo triunfo a las armas de la patria. Los enemigos en número de 250 hombres desembarcaron a las 5 y media de la mañana en el puerto de San Lorenzo, y se dirigieron sin oposición al colegio de San Carlos conforme al plan que tenía meditado en dos divisiones de a 60 hombres cada una…46

También se informa por comunicados oficiales desde la ciudad porteña, los auxilios que están prestando los anglo-americanos a los patriotas de México. Por otra parte, la última división del ejército de la patria partió el 27 de febrero de Tucumán hacia la ciudad de Salta. Para finalizar, noticias procedentes de Inglaterra, informan que el parlamento Inglés aprobó el libre comercio de armas con América y estiman el arribo de fusiles al Río de la Plata.47

El 11 de marzo la Aurora publica un suplemento especial en alusión a la Batalla de Salta, en la cual resultaron victoriosas las fuerzas patriotas al mando General Manuel Belgrano quien no tomó prisioneros de guerra; sino que pidió la rendición de los ejércitos realistas comandados por Pío Tristán.48

La edición del 18 de marzo, es la última en publicar información sobre Buenos Aires. En este caso, difunde un parte del General Belgrano sobre el triunfo conseguido ante las fuerzas realistas comandadas por Pío Tristán el 20 de febrero en la ciudad de Salta. Por lo antes expuesto, la Aurora publica el parte del General Manuel Belgrano: “El Todo Poderoso ha coronado con una completa victoria nuestros trabajos; arrollando al enemigo con las bayonetas y los sables: el ejército al mando de Pio Tristán, se ha rendido del modo que aparece de la adjunta capitulación…”.49

Para finalizar, la Aurora publica una carta remitida a su editorial con fecha del 4 de marzo del corriente año. En ella, se informa que Pío Tristán y todos sus oficiales han prestado juramentación en la ciudad de Salta. El compromiso asumido fue no volver a tomar las armas en contra de la patria, quedando todos liberados. Por último, expresa que en la Banda Oriental Sarratea se retiró del sitio, quedando al mando de las fuerzas patriotas José Rondeau y José Artigas.50

Dentro de esta representación unitaria, Buenos Aires cumplía un rol central en la formación del campo juntista americano. Era la ciudad que se había enfrentado “sola” al baluarte más fuerte del poder realista en América del Sur (Lima), y la disidencia interna dentro del propio territorio que reclamaba como su jurisdicción (Montevideo, Paraguay). La ciudad que había inspirado con su ejemplo el establecimiento de juntas en otros puntos del continente, así como ideas y líneas de acción adoptadas por otras juntas que le precedieron en el tiempo. El desarrollo del proceso revolucionario, iba impulsando un desplazamiento gradual en la representación del “otro” del poder patriota de una imagen centrada en la burocracia colonial que se perpetuaba en el poder, a otra centrada en los jefes de los ejércitos realistas como agentes de una guerra contrarrevolucionaria, como represores y verdugos de los pueblos.

Por último, para la prensa revolucionaria de mayo, el proceso emancipatorio chileno fue por sobre todas las cosas un proceso de transformación político institucional, gradual pero sostenido, del régimen heredado del colonialismo. Hasta 1813 la prensa porteña resaltará, con especial ahínco, la similitud del proceso de transformación institucional trasandino con el que se venía desarrollando al este de la cordillera. Se le prestó particular interés a las reformas graduales del viejo orden (reunión de un congreso, derogación del monopolio, abolición de las instituciones coloniales, proyecto de constitución) que impulsaron los patriotas chilenos adelantándose, en algunos casos, a instancias en que los patriotas de Buenos Aires venían enunciando como caminos a recorrer de este lado de la cordillera. Los sucesivos cambios de gobierno chileno fueron invariablemente presentados en la prensa bonaerense como una profundización positiva del proceso de cambios en los que la comunidad de ideas y objetivos primaba sobre el antagonismo.

El periodismo de mayo tomó nota de la presencia popular en los momentos cruciales del proceso revolucionario, siempre como una expresión de apoyo a las transformaciones de la elite patriota. Salvo cuando se resaltaba la voluntad de los patriotas chilenos de contribuir a la resistencia contra las agresiones de los realistas de Lima, la imagen de la revolución chilena fue fundamentalmente un proceso de transformación a nivel local aunque no se eludiera intentar el paralelo con la evolución del proceso en el ex Virreinato del Río de la Plata la prensa porteña recalcaba las relaciones respetuosas entre los patriotas a ambos lados de la cordillera y la instalación de delegados de la Junta porteña en Chile, así como el intento frustrado de la Junta chilena de mantener relaciones cordiales con la realista Montevideo, como un esbozo de diplomacia entre entidades políticas independientes de facto que aspiraban, sin enunciarlo de una manera explícita, a ir equiparándose con naciones soberanas de iure. La irrupción de la guerra contra los realistas a partir de 1813 hará ganar centralidad a la imagen del proceso chileno como guerra defensiva contra la agresión limeña, pero no dejará de dársele un lugar importante a las noticias sobre el devenir institucional y legislativo de la revolución trasandina.

En las páginas de la prensa porteña, el movimiento patriota chileno representaba un modelo de superación gradual del régimen colonial, en la cual la elite patriota bonaerense en su conjunto podría verse reflejada. De esta manera, la evaluación del proceso revolucionario chileno nunca fue motivo de controversia en la prensa porteña.51

Conclusiones finales

Entre las primeras consideraciones que podemos establecer sobre el análisis de la prensa Chilena, es que nace como órgano oficial del gobierno patriota a partir de su creación en febrero 1812 por pedido de las autoridades de gobierno; y como una continuidad de la instalación de la Junta el 18 de septiembre de 1810. La piedra angular sobre la que se basa la construcción de la información en la Aurora de Chile, es la creación de un nuevo imaginario social basado en las ideas de independencia y emancipación tomadas de la Revolución Francesa y la independencia de los Estados Unidos que deja entrever el editor Camilo Henríquez en cada una de sus editoriales.

Durante el año 1812 la Aurora fue construyendo una imagen de conjunto del campo patriota hispanoamericano centrada en el movimiento juntista como expresión del acceso al poder de los criollos. Se trataba de una imagen unitaria del nuevo poder criollo que se definía, por oposición al campo realista, a partir de los siguientes elementos: a) desconocimiento del Consejo de Regencia y del poder gaditano; b) desplazamiento de la burocracia colonial del ejercicio del poder efectivo y de los españoles europeos en su conjunto como grupo social hegemónico; c) reforma y abolición gradual del colonialismo como régimen político y sistema de dominación.

El juntismo patriota representaba el comienzo de la reversión de tres siglos de situación subordinada de los criollos en su propia tierra. Se los concebía con tensiones (propias de un orden alterado) y dentro de un indefinido campo autonomista integrado por las juntas que gobernaban en nombre del rey cautivo pero desconociendo la legalidad del gobierno metropolitano. En un primer momento se prestaba a ser entendido tanto como un intento de refundar la nación española poniendo en pie de igualdad a los reinos a ambos lados del océano; como la antesala de un proceso separatista de forma natural.

Los ejes de discusión abordados por la prensa realista durante el período 1812-1813 estarán enmarcados en los diferentes puntos de polémica que entabla la prensa trasandina. Las publicaciones de la Aurora de Chile tendrán como función principal informar las noticias que llegaban de la Hispanoamérica convulsionada a partir de la instalación de las juntas de Gobierno a partir de 1810. En ellas, contará su propia versión sobre los hechos militares acaecidos en la península, el proceso de emancipación de Chile, los hechos políticos y militares en el Río de la Plata (y su confrontación con el último bastión realista: Montevideo), el proceso de la guerra en el frente altoperuano y los sucesos desencadenados en la lucha independentista del espacio hispanoamericano.

La entrega de la imprenta, por parte de la Junta revolucionaria santiaguina a Camilo Henríquez, tenía como función difundir a la “opinión pública” chilena sobre los hechos ocurridos a partir de la lucha emancipatoria, y crear en el imaginario social la idea de representación de una bandera de lucha política basada en la idea de libertad de los pueblos de una América liberada del yugo español. En ella, la constante apelación de un ideario basado en las ideas de la Ilustración y la independencia norteamericana que el editor planteaba frecuentemente en sus editoriales. A su vez, la instalación de las juntas de Buenos Aires, Caracas y en otros puntos de América española; representarían al conjunto de dicho imaginario el ejemplo a seguir por los pueblos de la Hispanoamérica toda. El desconocimiento de aquellas plazas al Consejo de Regencia español era evaluado por la prensa fidelista como exponente de la rebeldía y erigido sobre los mismos fines y principios separatistas, diferenciándose del resto del continente que se mantenía fiel a la causa española.

En este contexto, la prensa chilena desarrollará en el período analizado, ciertos instrumentos y esquemas que serán utilizados para representar la imagen del bando patriota como elemento de información a la causa emancipatoria del espacio chileno, manteniéndose al margen de todo elemento fidelista y como ciudad rebelde. En primer lugar, la reproducción de documentos oficiales como forma de plantear la discusión política e ideológica, fue el esquema utilizado por el periódico chileno para informar sobre acciones militares y actos de gobierno, o bien, para la publicación de documentos diplomáticos. Vale recordar, que la incipiente prensa chilena no tuvo frentes de debates y discusión con otros aparatos de prensas realistas, como sí lo tuvo la Gazeta de Buenos Aires frente a la prensa montevideana (Gazeta de Montevideo). Estas tenían grandes discusiones, y la reproducción de documentos oficiales del bando porteño y realista y las correspondientes respuestas, fue la forma de plantear la discusión política e ideológica entre ambas prensas: documento patriota/respuesta realista y viceversa.

En segundo lugar, podemos hacer mención de las cartas anónimas enviadas a la Aurora por un “particular” leal a la causa realista en la que se pretende relatar hechos que acontecen en diversas plazas americanas y europeas durante alguna contienda militar o sobre la situación particular de la misma y el accionar y conducta de las fuerzas patriotas. Este recurso será el empleado para dar la propia versión de lo que sucede en diferentes plazas que eran sitiadas u ocupadas por las fuerzas militares patriotas en el ámbito del ex Virreinato del Río de la Plata, así como también en las plazas recuperadas en la península ibérica por las fuerzas españolas frente al invasor francés.

La imagen construida desde la prensa chilena sobre el proceso de emancipación chilena y la guerra altoperuana no tenía la vocación de desmentir ninguna versión derrotista porque no existían otros periódicos que atacaran el desarrollo de dicho proceso. En esta instancia, no se desenvolvía ningún tipo de confrontación más que la que la necesidad de instalar en el imaginario social chileno, la idea de independencia con la metrópoli como el “enemigo a vencer” en el campo político-ideológico. A diferencia de otras latitudes (como en el caso de Buenos Aires), entendemos que la iniciativa de fijar la agenda de temas a difundir siempre recayó sobre su editor, Camilo Henríquez. En el caso porteño, cuyo aparato de propaganda era muy fuerte y su acción se apoyaba en las plumas más destacadas de la revolución porteña (Castelli, Monteagudo, Moreno), se diferenciaba íntegramente en su discurso y su oratoria más radical. Alrededor de la Iniciativa de la prensa patriota en sólo difundir la información como aparato de propaganda juntista, se generaba la inexistencia de un ámbito de discusión político como el que sí existía en otras partes del espacio hispanoamericano. Este rasgo atravesaría toda la vida de la Aurora de Chile durante el período 1812-1813 como expresión de la inexistencia de una versión fidelista de la naciente vida política de la sociedad santiaguina posrevolucionaria.

En agosto de 1812, uno de los hechos relevantes que se manifiesta en la Aurora es la censura que estableció la Junta de Gobierno de Chile, encomendando a una comisión, que además tenía la labor de elaborar un proyecto de imprenta libre. Camilo Henríquez vio quebrantar sus esfuerzos por avivar el fuego revolucionario que quería traspasar a sus compatriotas en sus escritos. Ante este atentado a la libertad de expresión, replicó desafiando a la junta que la censuró. No obstante, en octubre de ese mismo año, se expidió un nuevo decreto de censura, que cambiaba a los censores.

Durante el año de su funcionamiento, la Aurora insistió en seguir demonizando toda ligazón con el orden colonial y destacar a la Junta revolucionaria como elemento de irrupción, como única opción de cambio al orden impuesto en el espacio trasandino. Los revolucionarios (a escala regional) seguirán siendo vistos como una camarilla que alteró el orden español, influenciados por ideas que infundían el separatismo entre los pueblos de América leales al rey de España. La convocatoria de la Asamblea del Año XIII por el Triunvirato de Buenos Aires, fue un hecho político que ocupó la atención de la prensa trasandina como característica esencial del proceso de institucionalización del orden revolucionario chileno y que, de alguna manera, contenía a los pueblos que se habían sublevado en contra de la corona española. Declarada soberana y jurada su fidelidad por los ejércitos patriotas en campaña, fue un hecho relevante que se vio reflejado en las ediciones del periódico. De esta manera, la instalación de dicha institución fue presentada por la prensa chilena como una muestra de institucionalización, no sólo de la revolución porteña, sino también, de la rebeldía de las ex colonias españolas en el curso de la emancipación americana frente al yugo y opresión metropolitana.

También puede destacarse el interés de la Aurora luego de la muerte de Martín de Álzaga que se verá reflejado a través de varias publicaciones sobre el tratamiento de los hechos. Los oficios de gobierno porteño reflejaban el desarrollo de los acontecimientos a partir de las confesiones realizadas por los participantes de dicha intriga. Este hecho puntual fue el que se llevó varias ediciones del periódico a partir de una conspiración por un grupo de sublevados, con el comerciante Martín de Álzaga a la cabeza, tendiente a desestabilizar la revolución de Buenos Aires. Esta situación dejaba entrever la tensión entre las diferentes fuerzas en pugna que se presentaba a ambas márgenes del Río de la Plata.

La Aurora de Chile dará su propia versión de la guerra en España, en el Alto Perú (Combate de las Piedras, batalla de Tucumán y Salta), pero también de la campaña oriental y la guerra fluvial en el litoral (batalla de San Lorenzo). Las noticias sobre la guerra napoleónica se mantendrán como uno de los ejes informativos contenidos en las ediciones de dicho periódico. Esta situación será sostenida por las noticias que llegaban a esta parte del imperio español en relación a los acontecimientos de la guerra española, y de esta manera, reforzar la posición en territorio americano.

La noticia de la instalación de la Asamblea en Buenos Aires se reflejará notoriamente en varias ediciones de la Aurora, otorgando gran importancia a la noticia proveniente del ámbito porteño. La prensa chilena reivindicaría este acontecimiento a partir de un conjunto de publicaciones sobre las resoluciones que de dicha asamblea se emanaba. La importancia de tal noticia se reflejaba por la notoriedad de su representación y dimensión en el ámbito vernáculo al quedar constituida con representantes porteños y provincianos, lo que entregaba forma al proceso de emancipación de las ex colonias españolas en su lucha por la independencia. La conformación de un organismo con diputados americanos y la sanción de leyes que suprimieran gran parte del status quo del orden colonial en diferentes órdenes de la vida política, social, económica y administrativa, representaba un quiebre de legitimidad de un sistema que presentaba síntomas de descomposición en detrimento del “nuevo orden” con representación y voz propia.

A lo largo del período analizado, y desde la aparición de la Aurora como aparato de propaganda político e ideológico en febrero de 1812, la mayoría de los elementos que venimos señalando se mantuvieron invariantes. Se puede observar en la prensa trasandina, que en ningún momento se cae en la tentación de incurrir en un tono derrotista. En todo momento se sostuvo una moral por sostener el proceso emancipatorio trasandino en curso apelando a unidad de los pueblos apoyando la causa patriota revolucionaria.

No obstante, existe en la prensa chilena, la necesidad en poner al español como enemigo de los americanos. Como es obvio, los realistas estaban más necesitados en retener la adhesión de los criollos leales, que los patriotas en ganarse el apoyo de los españoles. Por ello, era una necesidad poner como estrategia central en las ediciones de la Aurora de Chile, la imagen de los pueblos de América bajo el yugo español como el enemigo a derrotar en el campo político, militar e ideológico.

 


Bibliografía

Prensa Chilena

  • Aurora de Chile (1812-1813)

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Notas

1. Para Napoleón, la única manera de avanzar sobre Gran Bretaña era ocupar Portugal, restándole así a la potencia que dominaba los mares su anclaje más seguro en el continente europeo; por eso, avanzó sobre España con la excusa de ocupar Portugal. En ese avance, España pasó de país aliado a país ocupado por las fuerzas napoleónicas. Cuando Napoleón mostró su interés sobre España, el rey Carlos IV se encontraba desprestigiado de sus homónimos portugueses, sobre todo por la mala reputación de su ministro favorito, Godoy; y las disputas dentro de la familia real se volvían cada vez más evidentes. En medio de las acusaciones, en marzo de 1808 cuando se produjo el Motín de Aranjuez, en el que se destituyó a Godoy y Carlos IV abdicó a favor de su hijo Fernando. Napoleón supo aprovechar los conflictos dinásticos de los Borbones españoles: dos meses después del motín, el emperador reunió en Bayona, una ciudad de la frontera francesa, a la familia real. Allí tuvieron lugar los acontecimientos conocidos como los “sucesos de Bayona”, donde se sucedieron tres abdicaciones, casi simultáneas: la de Fernando, que devolvió la Corona a su padre, la de Carlos IV a favor de Napoleón y la de éste a favor de su hermano José Bonaparte. Estos hechos no tenían antecedentes en la tradición monárquica europea, según la cual un rey no podía renunciar voluntariamente a la corona sin el consentimiento del reino. Entre tanto, Fernando VII permaneció en Bayona, custodiado por las fuerzas napoleónicas. Citando en: Ternavasio, Marcela. Historia de la Argentina 1806-1852. Buenos Aires. Siglo Veintiuno Editores. Capítulo 2. 2009. p. 42.

2. Nacido en Ceuta en 1743, murió en 1812; arribó a Chile en 1796; en virtud de su rango militar -y nada más- ascendió al gobierno en marzo de 1808; depuesto por la Audiencia el 16 de julio de 1810. Citado en Collier, Simón, Ideas y política de la independencia chilena 1808-1833, Chile, Fondo de Cultura Económica, Parte II, 2012. p. 72.

3. José Fernando de Abascal. Militar y administrador español. Virrey del Perú (1806-1816), al comenzar los estallidos independentistas, hizo de Lima el centro de la resistencia realista. Ocupó el Alto Perú, sofocó los levantamientos en Chile y Ecuador y reorganizó la flota del Pacífico. Le sucedió Joaquín de la Pezuela en 1816. Al estallar la revolución de Buenos Aires el 25 de mayo de 1810, incorporó provisoriamente al virreinato del Perú las provincias de Córdoba, Potosí, La Paz y Charcas. Cuando España sufría la invasión y dominación napoleónica (1808 -1813), los criollos iniciaron movimientos separatistas en casi toda Hispanoamérica. La primera oleada revolucionaria patriota estuvo cerca de conseguir la independencia entre 1810 y 1814, sin embargo Abascal sofocó a sangre y fuego los gritos de libertad lanzados en el Alto Perú, Chile, Perú y Quito; incluso estuvo cerca de destruir la junta de gobierno patriota de Buenos Aires. Por su papel represor fue honrado por el rey Fernando VII de España con el título de “Marqués de la Concordia”. Su fama proviene principalmente de su firmeza al reprimir las conspiraciones contrarias a la persistencia del domino español en el Perú entre 1809 y 1810. Aunque el Perú sufrió un trastorno entre 1814 y 1815 por una seria insurrección en el Cuzco, seguía siendo un bastión del fidelismo a España cuando Abascal se retiró a la península en 1816. Murió en Madrid el 30 de julio de 1821 a los 78 años de edad. Citado en: www.ecured.cu

4. Collier, Simón, Ideas y política de la independencia chilena 1808-1833, Chile, Fondo de Cultura Económica, Parte II, 2012. pp. 71-75.

5. Aurora de Chile (en adelante AC); 20 de febrero de 1812; Buenos-Ayres; p. 8; Col. 2.

6. AC; 16 de abril de 1812; Inglaterra como mediador entre España y América. Discurso atribuido al Cnel. Británico Patteu; p.45; Col. 1 y 2.

7. Ibidem; 9 de julio de 1812; Extracto del suplemento de la Gazeta Ministerial de Buenos Aires del viernes 29 de mayo de 1812; p. 90 Col. 2 y p. 91 Col. 1 y 2.

8. Ibidem; 23 de julio de 1812; Noticias. América; p. 102; Col. 2.

9. Suplemento AC.; 30 de julio de 1812; Noticias recientes de Buenos-Ayres; S/P.; Col. 1 y 2.

10. AC.; 6 de agosto de 1812; Noticias. Lima; p. 112; Col. 1 y 2.

11. Ibidem; 6 de agosto de 1812; Noticias. Buenos Ayres; p. 112; Col. 2.

12. Ibidem; 13 de agosto de 1812; Noticias. Artículos de Cartas. Buenos-Ayres, 16 de julio de 1812; p. 114; Col. 1 y 2.

13. Ibidem; 13 de agosto de 1812; Noticias. Artículos de Cartas. Buenos-Ayres, 15 de julio de 1812; 114; Col. 2.

14. Ibidem; 13 de agosto de 1812; Noticias. Artículos de Cartas. Buenos-Ayres, 16 de julio de 1812; 114; Col. 2.

15. Ibidem; 13 de agosto de 1812; Noticias. Artículos de Cartas. Buenos-Ayres. Extracto de Papeles Públicos de Buenos Ayres; 114; Col. 2.

16. Ibidem; 13 de agosto de 1812; Noticias. Artículos de Cartas. Buenos-Ayres. Estado de las fuerzas de Cochabamba, y puntos donde se hallan situados, según el parte comunicado por el General Belgano en 17 de junio; 115; Col. 1.

17. Ibidem; 27 de agosto de 1812; Noticias de Buenos Ayres; p. 124; Col. 1.

18. Ibidem; 27 de agosto de 1812; Noticias de Buenos Ayres. Artículos de Cartas. Extracto de los Papeles Públicos de Buenos-Ayres; p. 124; Col. 1 y 2.

19. Ibidem; 10 de septiembre de 1812; Buenos-Ayres; p. 131; Col. 1 y 2.

20. Ibidem; 24 de septiembre de 1812; Noticias. Artículos de cartas. Buenos-Ayres, 1º de Septiembre de 1812.; p. 131; Col. 1 y 2.

21. Ibidem; 15 de octubre de 1812; Noticias del Perú.; p. 150 col. 2 y p. 151 col 1.

22. Ibidem; 15 de octubre de 1812; Decreto; p. 151 col 1 y 2.

23. Ibidem; 22 de octubre de 1812; Noticias. Parte del Sr. General Belgrano; p. 152; Col. 1.

24. Ibidem; 22 de octubre de 1812; Articulo de Carta; p. 152; Col. 1 y 2.

25. Ibidem; 5 de noviembre de 1812; Noticias Relativas á Buenos-Ayres. De Papeles Públicos; p. 164; Col. 1.

26. Ibidem; 5 de noviembre de 1812; Artículos de Cartas fidedignas; p. 164; Col. 1 y 2.

27. Ibidem; 12 de noviembre de 1812; Jubilo Patriotico; p. 167; Col. 1 y 2.

28. Ibidem; 12 de noviembre de 1812; Noticias. Por Cartas de Buenos-Ayres de 16 de Octubre; p. 167; Col. 1 y 2.

29. Ibidem; 3 de diciembre de 1812; Oficio del Exmo. Sr. Conde das Galveas. Ministro de relaciones exteriores de la corte del Brazil al Superior Gobierno de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.; p. 176; Col. 2.

30. Ibidem; 3 de diciembre de 1812; Sin título; p. 176; Col. 2.

31. Ibidem; 3 de diciembre de 1812; Carta. De una persona mui fidedigna por su conocida veracidad, y carácter público; p. 183; Col. 1 y 2.

32. Ibidem; 24 de diciembre de 1812; Articulos de una Carta de Lima de 12 de Noviembre último; p. 188; Col. 1 y 2.

33. Ibidem; 7 de enero de 1813; Comunicación de una persona mui fidedigna por su veracidad, discernimiento y carácter público. Buenos-Aires 16 de Diciembre de 1812; p. 2 col. 1 y 2; p. 3 col. 1.

34. Ibidem; 7 de enero de 1813; Capitulo de Carta de Buenos Ayres de una persona de carácter y verdad, de 16 de Diciembre de 1812; p. 3; Col. 1 y 2.

35. Ibidem; 21 de enero de 1813; Artículo de Carta de una persona de primer orden de Buenos Ayres, Enero 2 de 1813; p. 11 col. 1 y 2; p. 12 col. 1.

36. Ibidem; 28 de enero de 181; Cuartel General de Sta. Lucia en la banda oriental y Enero 1 de 1813; p. 15; Col. 2.

37. Ibidem; 28 de enero de 1813; Buenos Ayres 1 de Enero de 1813; p. 15; Col. 2.

38. Ibidem; 28 de enero de 1813; Sin título; p. 16; Col. 1.

39. Ibidem; 28 de enero de 1813; Capítulos de cartas; p. 16; Col. 1 y 2.

40. Ibidem; 28 de enero de 1813; Capítulos de cartas. Artículo de Carta dirigida á Cordova del Tucumán con fecha de 16 de Diciembre último, por un individuo de aquel Cabildo á otro de carácter público en esta capital; p. 16; Col. 2.

41. Ibidem; 11 de febrero de 1813; Capítulos de Cartas. San Juan 25 de Enero de 1813; p. 24; Col. 1.

42. Ibidem; 25 de febrero de 1813; Bando Publicado en Buenos-Ayres; p. 28; Col. 2.

43. Ibidem; 25 de febrero de 1813; Proclama del General Vigodet al pueblo de Montevideo después del descalabro que padecio en su salida.; p. 27 col. 1 y 2; p. 28 col. 1.

44. Ibidem; 4 de marzo de 1813; Comunicaciones oficiales; p. 30; Col. 1 y 2.

45. Ibidem; 4 de marzo de 1813; Sin título; p. 30; Col. 2.

46. Ibidem; 11 de marzo de 1813; Actos de Legislación de la Asamblea constituyente de Buenos-Ayres; p. 34 col. 2; p. 35 col. 1.

47. Ibidem; 11 de marzo de 1813; Victoria del 3 de Febrero; p. 35; Col. 1 y 2.

48. Ibidem; 11 de marzo de 1813; Comunicaciones Oficiales. Buenos-Ayres, 16 de febrero de 1813; p. 35 col. 2; p. 36 col. 1.

49. Suplemento a la Aurora; 11 de marzo de 1813; Sin Título; S/P.

50. AC.; 8 de marzo de 1813; Victoria del Exercito de la Patria, Sobre el de Tristán. Parte del General D. Manuel Belgrano al Exmo. Supremo Gobierno; p. 37 col. 2; p. 38 col. 1.

51. Ibidem; 18 de marzo de 1813; Articulo de una Carla fidedigna de Buenos-Ayres, 4 de Marzo de 1813; p. 38 col. 1.

52. De Lucía, Daniel Omar. La imagen de los movimientos emancipatorios hispanoamericanos en la prensa revolucionaria de mayo (1810-1815). Buenos Aires. Universidad Nacional de Lanús (UNLa). Cuadernos de trabajo del centro de investigaciones históricas. Serie Investigaciones N° 17. 2011. pp. 64-67.

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