Esta primera edición de 2015 se produce en un año que será, sin dudas, un punto de inflexión en la suerte de Argentina y el proyecto político que lleva 12 años de aplicación como el capítulo nacional de una apuesta Nuestro Americana. En efecto, las elecciones presidenciales marcarán el primer gobierno sin la presencia de Néstor o Cristina Kirchner que han sido una garantía de rumbo en tiempos turbulentos.

Las operaciones mediáticas y de la oposición política no han dado los resultados esperados. El año se inició con la muerte del fiscal Nisman y tras la multitudinaria marcha del 18 de febrero se comenzaron a difundir escandalosos detallas de su labor al frente de la unidad de investigación de la AMIA. En diciembre de 2014 dejó dos documentos firmados con su puño y letra en el que consignaba el compromiso del Gobierno Nacional con el esclarecimiento de la causa. Es decir, dejó bajo llave un pronunciamiento antagónico al que presentaría semanas más tarde acusando al Ejecutivo de complicidad con el crimen de la mutual judía. Los detalles de la vida privada del fiscal, sus gastos injustificables y unos vínculos muy extraños con las agencias de inteligencia de EEUU e Israel pueden haber sido el motivo por el cual en la segunda marcha que convocó la oposición –ahora mediática y judicial– no hubo en el Palacio Tribunales más de trescientas personas.

Siguieron otras operaciones como las cuentas de Máximo Kirchner y Nilda Garré, negadas por la entidad bancaria que supuestamente las albergaba. La lista no ha cesado.

Los resultados electorales hasta aquí no han evidenciado lo que la derecha vernácula afirma hace ya años: que se llegó a un fin de ciclo kirchnerista. Más bien, al contrario, la fórmula del Frente para la Victoria consiguió ocho puntos de ventaja sobre la primera coalición opositora y algo más de catorce, medida la fórmula del FPV contra la más votada de Cambiemos, con las postulaciones de Macri y Michetti.

¿Qué es lo que se está jugando en estas elecciones? La continuidad y profundización de un proyecto de país que ha ampliado derechos, que recuperó el papel de la política como herramienta de transformación; que reorientó al Estado nacional como instrumento de justicia social; que co-participó de la lucha por la construcción de un orden mundial más justo y la recreación de la Patria Grande, idea rectora de nuestros fundadores libertarios.

El mundo está atravesando un complejo proceso de transición, en un pasaje de un orden unipolar a uno multipolar. La primera economía está siendo China y emergen bloques de contrapoder que cuestionan la voz excluyente de “Occidente” (especialmente EEUU) generándose un haz de alianzas –Unasur, Brics, Asean, Alba– que, por su parte, establecen novedosos mecanismos de encuentro, intercambio y vinculación, construyendo nuevas estructuras y relaciones alternativas a las propuestas neoliberales hegemónicas.

En este Número 22 se recorren distintos aspectos que dan cuenta de los debates y combates actuales.

Algunos de los artículos hacen foco en la lucha y el reconocimiento de viejos y nuevos derechos o, alternativamente, en la denuncia frente a su violación. En este último sentido, sendas entrevistas sobre la complicidad del poder judicial en la última dictadura cívico militar en Argentina o las implicancia de las desapariciones de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa en México dan cuenta de los hilos visibles e invisibles de unas mismas políticas represivas cuando gobiernan las fuerzas de la derecha.

Por otra parte, la masiva movilización del 3 de junio alrededor de las justas reivindicaciones de género tras la consigna “Ni una Menos” marca un hito que hay que poder valorar. Hay en este edición artículos que abordan la problemática de la igualdad de género, el derecho a la identidad y se analiza críticamente el modo del discurso mediático a propósito de estos tópicos entre otras interesantes aristas de esta demanda por un reconocimiento respetuoso y paritario de identidades, perspectivas, puntos de vista.

En Economía se abordan, en distintos artículos, las perspectivas en disputa entre los proyectos económico-sociales ortodoxos y otros que ponen en el centro al ser humano. Retomando los planteos que Francisco, el Papa, expresó en el II° Encuentro Mundial de Movimientos Populares, es preciso rehacer el mundo pues la actual configuración planetaria se torna insoportable, e inviable.

Si, como decía José Martí, “trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras” esperamos contribuir, con esta publicación, tanto a la denuncia de un orden radicalmente injusto como al anuncio de otro orden social, de dignidad y justicia.