Las etapas del modelo brasilero a través de sus cuentas externas: 1999-2014 | Centro Cultural de la Cooperación

Las etapas del modelo brasilero a través de sus cuentas externas: 1999-2014

Autor/es: Leandro Zicarelli

Sección: Estudios de Economía Política y Sistema Mundial

Edición: 22

Español:

El presente trabajo se aboca al estudio de los cambios ocurridos en la economía brasilera durante el período 1999-2014 desde el análisis de sus cuentas externas. Para dicho fin, el mismo fue estructurado bajo un esquema de periodización donde se destacan tres etapas: la primera de ellas, que se extiende desde 1999 hasta 2002, es caracterizada por devaluaciones, crecimiento débil y recuperación de saldos comerciales positivos achicando así los déficits de Cuenta Corriente. En 2003 comienza una segunda etapa definida por un crecimiento más dinámico con acumulación de reservas y apreciación cambiaria. La misma se cierra con el inicio de la crisis mundial y la devaluación de 2008. De allí en adelante se abre la tercera etapa: determinada por el giro definitivo de las cuentas externas de Brasil hacia una economía generadora de divisas por Cuenta Capital y ya no por vía comercial. En verdad, este cambio comienza a perfilarse en 2007, se sostiene en 2008 y se instaurará definitivamente ente en el bienio 2009-2010 y hasta la actualidad.
El entendimiento de este cambio en las cuentas externas brasileras, obliga a estudiar la trayectoria de su inserción comercial a lo largo de la década y su brusca modificación a partir de 2007. Para tal fin, el trabajo cuenta con una descripción macroeconómica general para cada período con énfasis en el balance de pagos, a fin de comprender el desempeño comercial en un marco integral que abarque tanto la dinámica económica de las distintas fases, como el ordenamiento comercial dentro de la totalidad de las cuentas externas brasileras.


Salida del Plan Real: devaluación y crecimiento débil (1999-2002)

La recuperación económica y el acomodamiento de las cuentas externas

La salida del Plan Real en 1999 inauguró una etapa de devaluaciones y reducción en la tasa de interés que permitió que la economía vuelva a crecer a un ritmo lento pero constante. Este crecimiento fue sustancialmente distinto al de la década anterior, la disminución de los rendimientos financieros achicó notoriamente los ingresos por cuenta capital, mientras que el combo “devaluación y crecimiento débil” permitieron dinamizar las exportaciones industriales sin que las importaciones requeridas por la economía aumenten considerablemente, lo que generó cuantiosos superávits comerciales y reversión hacia 2003 del déficit de Cuenta Corriente. Es relevante destacar que, a diferencia de nuestro país, la convertibilidad del Real duró apenas tres años, con lo que la devaluación de 1999 pudo ser rápidamente aprovechada por la economía brasilera dado el menor nivel de desintegración de su tejido productivo.

Como se observa en el siguiente gráfico, durante 1999-2002 el incremento interanual del PBI se ubicó en torno al 2,1%, exactamente la mitad de crecimiento del siguiente lustro. El período en cuestión es una transición entre el anterior esquema dependiente del endeudamiento externo (que rigió de 1995 a 1999) y un esquema de crecimiento dinámico con Cuenta Corriente positiva, acumulación de reservas y apreciación cambiaria que regirá desde 2003 y hasta 2008.

Gráfico N° 1 Evolución del PBI (en %)

Grafico 1
Nota Metodológica: las TAA incluyen la variación del primer año de cada período. Fuente: elaboración propia en base FMI.

La brusca devaluación de 1999 (48%), y sus subsiguientes del 2001 y 2002, permitieron reacomodar el tipo de cambio luego de la fuerte apreciación que significó en la práctica el Plan Real. Esto mejoró sustancialmente el resultado de la Cuenta Corriente y más que compensó la reducción de ingresos por Cuenta Capital que se dio luego de la caída de la convertibilidad. Ya para 2003, tanto la Cuenta Capital como la Corriente arrojan un saldo positivo que permitió liberar las presiones cambiarias e incluso ingresar en un largo ciclo de apreciación del Real.

Gráfico N° 2 Evolución del Tipo de Cambio y el Balance de Pago por Cuenta (en miles de millones de dólares y % de variación)

Grafico 2
Fuente: elaboración propia en base BCB.

Impacto comercial: Un Brasil como locomotora regional y exportador de industria a los países centrales

El saldo comercial de este período es sumamente positivo. Se revierte la tendencia de déficit comenzada con la introducción del Real en 1995 y se acrecienta de manera sistemática el superávit llegando a tornar positiva la cuenta corriente luego de una década de déficits.

Gráfico N° 3 Evolución de las exportaciones, importaciones y saldo comercial (en miles de millones de dólares)

Grafico 3
Fuente: elaboración propia en base a BCB.

Como se observa, el fuerte dinamismo de las exportaciones sumado al poco arrastre importador que generó el débil crecimiento económico permitió a Brasil recomponer sus cuentas externas. Es dable destacar que, a diferencia de nuestro país, la corta duración de la convertibilidad (apenas 4 años) no alcanzó para desmantelar de manera integral el tejido productivo, pudiendo aprovechar rápidamente el acomodamiento cambiario para colocar sus productos en el exterior.

Tabla N° 1 Tasa Anual Acumulativa de crecimiento de las importaciones y las exportaciones (en %)

Tabla 1

Nota Metodológica: incluyen la variación del año 1999 respecto de 1998. Fuente: elaboración propia en base a BCB.

En materia sectorial este breve período no llegó a permitir cambios sustanciales en los productos importados. El estancamiento y la retracción de las compras externas brasileras se realizaron de manera simétrica entre los distintos sectores, manteniendo las manufacturas un peso superior al 75%, similar al del lustro anterior.

Sin embargo, por el lado de las exportaciones sí se evidenciaron cambios relevantes. Las exportaciones industriales tuvieron un gran dinamismo y llegaron a explicar poco menos del 80% de las ventas externas brasileras. En este marco se destacaron particularmente las industrias de insumos difundidos como Metales Comunes y Productos Químicos y el complejo metalmecánico, seguidos por alimentos y productos derivados del petróleo.

Gráfico N° 4 Composición de las exportaciones industriales en el período 1999-2003 (en % de las exportaciones industriales)

Grafico 4

Fuente: elaboración propia en base a BCB, ONU y Cepal.

Estas industrias más pujantes en materia comercial son justamente las que durante los años 90 lograron subsistir exportando (metalmecánica e insumos de uso difundido) y que ante el acomodamiento cambiario tuvieron un impulso competitivo muy grande. La modificación en los precios relativos les permitió ingresar en los mercados de países desarrollados como Estados Unidos y diversos miembros de la Unión Europea. Tal es así, que hacia 2003 el 75% de las exportaciones metalmecánicas brasileras estaban distribuidas entre dichos destinos. Es decir, Brasil se orientaba hacia un patrón de inserción comercial basado en la exportación de bienes industriales complejos fundamentalmente hacia países de altos ingresos.

En lo relativo a los destinos y orígenes del comercio brasilero en este período, se destaca fundamentalmente una fuerte desconcentración de socios tanto en exportaciones como en importaciones. La Unión Europea y Estados Unidos mantienen su posición dominante en el volumen comercial pero con mermas en sus participaciones. Para el caso del MERCOSUR se observa una dinámica similar dado que el período 1999-2003 encuentra a Argentina (principal socio del bloque) en una crisis severa, lo que lo lleva a comerciar menos con Brasil.

Gráfico N° 5 Composición de las importaciones -por origen- y las exportaciones -por destino- (en %)

Grafico 5

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb.

Finalmente, como se verá a continuación, el período de crecimiento débil tiene a China como uno de los socios más dinámicos ganando peso tanto en las compras como en las ventas externas brasileras.

Tabla N° 2 Principales Socios por Volumen Comercial (en %)

Tabla 2

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb.

Es relevante destacar que en este período se da la reversión de todos los saldos comerciales con los socios de mayor relevancia en volumen. Las pérdidas de peso para los casos de la Unión Europea y Estados Unidos fueron asimétricas en términos de que el peso perdido en las importaciones fue sustancialmente más relevante que en las exportaciones, permitiendo así a Brasil revertir ambos déficit comerciales. Para el caso de China, el crecimiento también fue asimétrico, las exportaciones brasileras a dicho destino crecieron mucho más rápido que las importaciones pasando de un déficit poco menor de u$s 200 millones en 1999, a más de u$s 2,3 mil millones de superávit en 2003. Finalmente, para el MERCOSUR la lógica fue la misma, solo que con una dinámica inversa: la crisis de salida de la Convertibilidad en Argentina hizo que sus importaciones desde Brasil caigan más rápido que sus exportaciones, lo que revirtió el pequeño superávit comercial que mantenía Brasil con el bloque.

Gráfico N° 6 Saldos Comerciales con los principales socios (en millones de dólares)

Grafico 6

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb.

Es en este marco donde comienzan a perfilarse ciertas presunciones respecto del rol que jugaría Brasil en la región en los años siguientes y que, como veremos a continuación, no se verificaron. En primer lugar, el saldo negativo de Brasil con el MERCOSUR, y la profundización del mismo que supondría la inminente devaluación del peso argentino, auguraban un Brasil colocado en la región como comprador neto, dinamizando así los ciclos de crecimiento de sus socios regionales. A su vez, el patrón de inserción como vendedor de manufacturas a los países desarrollados descartaba la posibilidad de que Brasil considerara a la región como un destino final de su producción industrial. En realidad, en artículos como T. Vigevani y H. Ramanzini Jr (2009)1 o M. Bekerman y G. Dalmasso (2010)2 se reproduce la idea de que Brasil utilizaría eventualmente a la región como “plataforma” de base para lanzarse, una vez realizada la curva de aprendizaje y alcanzadas las escalas suficientes, hacia mercados de altos ingresos.

Estas primeras presunciones (muchas veces vigentes en la actualidad) se mostrarán erradas rápidamente en los períodos subsiguientes cuando Brasil re-dirigirá sus exportaciones industriales de los países centrales hacia la región generando, a su vez, significativos déficits comerciales a sus socios latinoamericanos. En este marco es dable afirmar -como lo hacen M.C. Quiroga (2010) o L.F. Macedo Solares (2003)- la existencia de un sesgo histórico-político en la gestación de la integración regional en América Latina. La asimilación del MERCOSUR solo como fue una forma de constituir un “reaseguro para la democracia de los países miembros” (M. C. Quiroga; 2010)3, impidió avanzar en consideraciones de índole económica, imposibilitando la generación de mecanismos para palear las asimetrías productivas entre los socios.

Crecimiento dinámico y centralidad de divisas en comercio (2003-2008)

Crecimiento, apreciación y acumulación de reservas

La etapa de sucesivas devaluaciones del Real comenzada en 1999 culminaría en 2002. La fase que se abre en 2003, y que dura hasta 2008, estará caracterizada contrariamente por una constante revalorización de la moneda brasilera que finalizará el período mencionado con un Real un 40% más apreciado respecto del dólar.

La aceleración de la tasa de crecimiento que representó lustro 2003-2008 fue acompañada hasta 2006 con un ritmo exportador mucho más dinámico que el importador permitiendo aumentos sucesivos del saldo comercial y la Cuenta Corriente. Asimismo, en el trienio 2003-2006 la Cuenta Capital registró ingresos netos menores pero comenzó a perfilarse como una opción para obtener dólares. El acuerdo de pago al FMI a fines de 2005, más la valorización constante de las empresas y la economía brasilera producto de la apreciación del Real, sumado a las tasas estructuralmente altas4, brindaban elevados rendimientos en dólares que posicionaron a Brasil como el destino por excelencia de la región para capitales extranjeros financieros y productivos. A partir de 2005, Brasil emprende un proceso de desendeudamiento externo con fenomenal acumulación de reservas, que aumentan cerca del 300% entre 2003 y 20085.

El período 2003-2008 se caracteriza, entonces, por una gran liquidez de dólares en plaza (producto del superávit de Cuenta Corriente y Capital, fuertemente a partir de 2007) lo que permite a Brasil crecer a ritmos más elevados que la década anterior, apreciar el Real, mejorar los rendimientos financieros y productivos en dólares y desendeudarse.

Gráfico N° 7 Evolución del Tipo de Cambio y el Balance de Pago por Cuenta (en miles de millones de dólares y % de variación)

Grafico 7

Fuente: elaboración propia en base BCB.

En 2007, cuando el retroceso comercial reduzca fuertemente el saldo de Cuenta Corriente, los factores financieros mencionados mostrarán sus efectos de manera rotunda multiplicando el ingreso de capitales extranjeros por Cuenta Capital. Las inversiones directas aumentarán un 84%, mientras que las de “cartera” –sólo las extranjeras- lo harán en un 430% respecto de 20066. Esto da por resultado ingresos netos de 89 mil millones de dólares por Cuenta Capital. Esta afluencia de dólares más que compensaba la caída de la Cuenta Corriente, ya en franco retroceso por la dinamización de las importaciones que trajo aparejada la apreciación (a la inversa de las exportaciones, que perdían dinamismo).

Esta etapa de apreciaciones con acumulación de reservas tendrá su fin en 2008 cuando, producto de la crisis financiera, el superávit comercial se reduzca de manera mucho más brusca que en 2007. Ante esta situación Brasil se vea obligado a devaluar el Real más de un 30% para contener el ahora déficit en la Cuenta Corriente.

Tal como se destaca en N. Arceo, M. González y N. Mendizábal (2009), el impacto de la crisis sería mayor en aquellos países con elevada vinculación económica con Estados Unidos, por ser el epicentro de la misma. A su vez, los autores también analizan los canales de transmisión de la crisis haciendo hincapié fundamentalmente en el comercial (caída de demanda) y el financiero (fuga de capitales). Todos los aspectos mencionados pueden corroborarse fácilmente para el caso de Brasil, al cual la crisis de 2008/2009 lo afectó sustancialmente más que al resto de la región, generándole un desbalance de divisas por las dos vías mencionadas en la bibliografía: la comercial, dado que el ritmo al que aumentaron las ventas de EE.UU. fue superior al que aumentaron sus compras; y la financiera, ya que la incertidumbre respecto del impacto de la crisis revirtió el saldo de capitales “en cartera” que llegaron a Brasil. Los mismos pasaron de 48 mil millones de dólares netos ingresados en 2007, a una fuga neta cercana a los mil millones de dólares en 2008. Esto contrajo fuertemente el resultado de la Cuenta Capital (67%), la que apenas alcanzó para cubrir el déficit de cuenta corriente y acrecentar las reservas en aproximadamente mil millones de dólares.

Los cambios operados en el frente externo brasilero durante el bienio 2007-2008 son fundamentales para comprender el funcionamiento de la economía de dicho país en los años siguientes. El paso de un sector externo dependiente de los saldos comerciales positivos, a una economía fundamentalmente financiada por el ingreso de capitales extranjeros por la Cuenta Capital será lo que determine la dinámica macroeconómica en los años actuales y, por ende, el rol comercial de Brasil y su patrón de inserción mundial. Como vimos, este vuelco comienza en 2007, se mantiene en 2008 y se consolidará de manera notoria en la última etapa de la apreciación: el bienio 2009-2010.

Impacto Comercial: Expansión del superávit y primeras señales de agotamiento

La política de apreciación cambiaria que mantuvo Brasil durante el lustro comenzado en 2003 tuvo consecuencias claras en el balance comercial y, como ya vimos, en la Cuenta Corriente. La valorización sostenida del Real y el crecimiento económico dinamizaron fuertemente las importaciones sin que las exportaciones pudieran acompañar dicho ritmo. Asimismo, sobre el final del período en cuestión aparecerán una serie de factores exógenos que, sumados a la apreciación cambiaria, reducirán bruscamente el dinamismo comercial brasilero:

  • La extranjerización económica: la gran afluencia de capitales extranjeros se posicionará en algunos sectores (químicos, metalmecánica, etc) como grandes plataformas importadoras que generarán déficits sustanciales a Brasil.
  • El aumento de los precios internacionales de commodities: si bien esto beneficia a Brasil a la hora de exportar productos primarios o semi-elaborados, las importaciones de químicos y fertilizantes para dichas producciones neutralizarán parte de dichos efectos positivos, mientras que el aumento del petróleo impactará fuertemente, acrecentando su déficit energético.
  • La crisis financiera en Estados Unidos: como veremos a continuación, el reordenamiento mundial a partir de la crisis de 2008 perjudicará notoriamente a Brasil.

Gráfico N° 8 Evolución de las exportaciones, importaciones y saldo comercial (en miles de millones de dólares)

Grafico 8

Fuente: elaboración propia en base a BCB.

Si bien durante la primera etapa de este período el balance comercial mejora de manera muy dinámica, a partir de 2006 esta tendencia se revierte. El magro crecimiento del superávit en dicho año será seguido de una reducción del 14% en 2007 y una brusca caída del 38% en 2008, cortando así con una seguidilla de casi una década de mejora año a año. El desplome comercial del bienio 2007/2008 ubicará el saldo comercial en niveles similares a los de 2003, es decir, revirtiendo todo el avance generado hasta 2006.

Tabla N° 3 Tasa Anual Acumulativa de crecimiento de las importaciones y las exportaciones (en %)

tabla 3

Nota Metodológica: incluyen la variación del primer año de cada período. Fuente: elaboración propia en base a BCB.

El escaso dinamismo comercial señalado para el bienio 2007/2008 se explica fundamentalmente por el comercio industrial. La política de apreciación que rigió durante el lustro, combinada con los factores exógenos mencionados anteriormente, generaron que los productos manufactureros brasileros pierdan lugar en su canasta exportadora a manos de rubros con menores niveles de complejidad como Petróleo y Gas y Minería. Como contrapartida, el abaratamiento relativo de los bienes importados generó un incremento en el peso de los bienes manufacturados que pasaron de explicar el 76% en 2003, al 82% de las importaciones en 2008. Durante este período se concreta, entonces, una des-industrialización de las exportaciones y una “re-industrialización” de las importaciones que tornará deficitario el balance comercial industrial y achicará notoriamente el resultado comercial de total de Brasil.

Gráfico N° 9 Composición de las exportaciones e importaciones por rubro 2003-2008 (en %)

grafico 9

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb y CEPAL.

Lo cierto es que la tendencia mencionada recientemente (reducción global del superávit comercial por la aparición de déficit industrial) no se desenvolvió de manera gradual con el paso de los años, sino que sucedió de manera abrupta entre 2007 y 2008, donde el superávit industrial de u$s 23 mil millones obtenido en 2007, pasa a ser un déficit comercial superior a los u$s 6 mil millones en 2008.

Tabla N° 4 Saldo comercial por rubro 2003-2007-2008 (en millones de dólares)

tabla 4

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb y CEPAL.

Los sectores industriales que encabezaron este agravamiento en el balance comercial fueron: Químicos, Metalmecánica-Electrónica de Consumo y Combustibles. Si bien los tres sectores eran estructuralmente deficitarios, en 2008 las importaciones de los mismos crecieron en promedio un 75% mientras que sus exportaciones lo hicieron apenas un 20%, ampliando y profundizando así su condición de compradores neto con el exterior. Al respecto, el buen desempeño en los rubros industriales superavitarios (como Alimentos y Bebidas, Metales Comunes, Madera, etc.) no pudieron contrarrestar esta dinámica y el balance industrial total pasó a ser deficitario. Si bien para los casos de Metalmecánica-Electrónica de Consumo y Combustibles la apreciación y los precios internacionales combinados con el crecimiento económico brasilero (por ende, el aumento del consumo y la demanda agregada) explican gran parte de la ampliación del déficit, para el caso de Fabricación de Productos Químicos aparece un factor un tanto más complejo: la dinámica de las multinacionales en Brasil.

Hacia principios del 2000, el sector químico era la segunda actividad industrial con mayor stock de IED en el país, solo detrás del complejo automotriz. A su vez, hasta 2006 fue la segunda actividad industrial que más IED recibió, detrás de Alimentos y Bebidas. Si se compara la evolución del déficit del sector con la afluencia de capitales extranjeros al mismo se observa claramente cómo en términos netos por cada dólar nuevo invertido en el sector se generaron u$s 18 de déficit en 2007 y u$s 23 en 2008. Para el rubro Químico, el aumento en los stocks de IED año a año se correspondió con aumentos más que proporcionales del déficit sectorial. Los orígenes de dichas inversiones fueron Estados Unidos (25%, primer origen) y Holanda (24%, segundo origen), justamente los dos países con los que Brasil tiene el mayor déficit comercial en Químicos7. Lo que revela que la estrategia de las multinacionales en el sector fue la de montar grandes plataformas importadoras.

Gráfico N° 10 Evolución de la IED y el Déficit Comercial en el sector Químico (en miles de millones de dólares)

Grafico 10

Fuente: elaboración propia en base a BCB.

Si se amplía el análisis sectorial al comportamiento en materia de socios comerciales durante el lustro 2003-2008 se observa que la aparición del déficit industrial de Brasil se da fundamentalmente por la modificación que la Crisis Financiera le produce a su relación comercial con Estados Unidos y China. Casi la totalidad de las complejidades surgidas en el bienio 2007/2008 se explican por el balance con dichos socios.

Tabla N° 5 Principales Socios por Volumen Comercial (en %)

tabla 5

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb.

Tanto el retroceso del volumen comercial de Estados Unidos8, como el avance de China –ya en el marco de los BRIC- se dan de manera asimétrica. Para el primer caso, la caída en la participación de las compras estadounidenses desde Brasil es más vertiginosa que la caída en las ventas hacia dicho destino. Mientras que con China, si bien crece en ambas participaciones, las importaciones lo hacen más rápido. En ambos casos el resultado para Brasil es el mismo: un empeoramiento del balance comercial bilateral fundamentalmente durante el bienio 2007-2008.

Gráfico N° 11 Composición de las importaciones -por origen- y las exportaciones -por destino- (en %)

grafico 11

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb.

Para el caso estadounidense se observa un estancamiento en las compras externas de dicho país producto de la crisis financiera por la que atraviesa ese bienio. En ese marco, las exportaciones de Brasil a dicho destino no pierden participación ya que se desaceleran a la par que el resto de los orígenes. Sin embargo, las importaciones desde Estados Unidos crecen de manera más dinámica motorizadas por el aumento de Combustibles, Químicos y Metalmecánica. Este comportamiento genera el desplome en el superávit comercial bilateral que Brasil mantenía con Estados Unidos. Cabe destacar que en los sectores mencionados, la fuerte presencia de multinacionales sirvió de mecanismo para colocar productos que el mercado estadounidense no podía absorber debido a la crisis.

Para el caso de China, tanto las importaciones como las exportaciones brasileras crecen más rápido que el total ganando peso como destino y origen comercial del gigante asiático. Pese a ese incremento en la relación comercial, vale destacar que en ningún caso Brasil llega a ser un socio representativo de China, ya que no alcanza a explicar siquiera un 2% en sus ventas o compras internacionales. Sin embargo, como ya vimos, para Brasil la situación es distinta: China se consolidó en este período como un socio relevante. Este aspecto ha sido ya destacado por ejemplo en C. D´Elía, C. Galperín y N. Stancanelli (2008) donde se define la relación de China con la región como una relación asimétrica, donde existe una “diferencia de la significación recíproca para uno y otro país”, cuestión a la cual Brasil no escapa, incluso considerando su acercamiento formal mediante los BRICS.

El déficit del bienio 2007-2008 con China se explica fundamentalmente por el aumento más rápido de las importaciones sobre las exportaciones. Productos chinos como maquinarias diversas y aparatos eléctricos sufrieron la caída de la demanda estadounidense y se re-direccionaron hacia Brasil, mientras que rubros como electrónica de consumo y químicos ganaron competitividad apalancados por la apreciación del Real. En conclusión, el superávit de más de u$s 3.000 millones que Brasil mantenía con China en 2003, se revierte hacia 2008 llegando a un déficit superior a los u$s 3.600 millones.

Gráfico N° 12 Saldos Comerciales con los principales socios (en millones de dólares)

grafico 12

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb. Nota Metodológica: MERCOSUR no incluye Venezuela.

Finalmente, y al igual que con la UE, Brasil mostró una mejora notoria en materia comercial con el MERCOSUR. Las exportaciones hacia dicho bloque se incrementaron durante este período a una tasa anual acumulativa del 31%, mientras que las importaciones lo hicieron al 21%. La dinámica de las exportaciones estuvo explicada únicamente por el rubro industrial, donde se destacaron los sectores: Automotriz, Electrónica de Consumo, Químicos y Metales Comunes (hierro y acero). Así, la estructura exportadora de Brasil al bloque mantuvo su elevado nivel de industrialización (en torno al 95%). Por su parte, las importaciones de Brasil desde el bloque aumentaron su componente industrial llegando a poco menos del 85%.

De lo anterior se desprenden dos cuestiones a destacar que tomarán mayor relevancia en el período 2009-2013. En primer lugar, que mientras las exportaciones de Brasil al mundo se des-industrializaban producto de la apreciación y el avance de sectores como minería y combustibles en la canasta exportadora, con el MERCOSUR esta des-industrialización no se verifica. Hacia el bloque, Brasil logra mantener un 95% de exportaciones industriales. En conclusión, y contrario a lo afirmado en la bibliografía9, la región le permitió asegurarse un mercado para colocar su oferta industrial en el marco de una caída de la demanda de dichos productos desde el resto del mundo. Es decir, mientras que dicha oferta perdía mercados a nivel mundial, lograba penetrar la región debido a las ventajas comerciales que le brinda el mercado común con el resto de los competidores extra-bloque. En segundo lugar, que las importaciones de Brasil desde el MERCOSUR se comportaron de manera similar a las originarias del resto del mundo: aumentando su componente de bienes industriales. Y que los principales sectores que acompañaron este incremento en las importaciones industriales brasileras desde el bloque son los mismos que motorizaron el aumento de las exportaciones de Brasil a la región. Es decir, existe un esquema de intercambio intra-sectorial explicado fundamentalmente por las estrategias regionales de las multinacionales con sedes en varios países.

Tabla N° 6 Compatibilidad entre principales sectores exportados e importados por Brasil desde el MERCOSUR (en %)

tabla 6

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb y CEPAL.

Finalmente, vemos que este comportamiento de complementariedad que estructuran las multinacionales en la región no tiene implicancias neutrales en materia comercial. Por el contrario, para el caso de los productos químicos, Brasil fue el país que mantuvo el superávit regional, con lo que podría afirmarse que parte de los desbalances que vimos del mismo con las casas matrices (en este caso EE.UU. y Holanda) son pagados finalmente por sus socios regionales de menor envergadura económica, como nuestro país.

Crisis mundial y concreción del “giro externo”: un Brasil dependiente de la Cuenta Capital (2009-2014)

Crisis internacionales, estancamiento y “giro externo”

El efecto de los años de apreciación cambiaria sobre la actividad económica –ver P. Salama (2009)- combinados ahora con la crisis financiera con epicentro en el principal socio comercial de Brasil, arrastraron la producción industrial de este último (7% de caída, donde se destacan sectores fundamentales como Metalurgia y el complejo Metalmecánico10) convirtiendo a 2009 en el único año de caída en el PBI en toda la década. Luego de este acomodamiento “hacia abajo”, el rebote de 2010 sería más que proporcional creciendo un 7,5% y estancándose a partir de allí en una tasa promedio de crecimiento del 2% que rige hasta la actualidad. Claro está, que dicha tasa de crecimiento no se corresponde con un empuje industrial, sino más bien con el crecimiento la producción primaria y servicios diversos.

Luego de la fuerte devaluación de 2008, Brasil logra estabilizar su déficit de Cuenta Corriente en torno al 2% del PBI. Asimismo, el leve mejoramiento comercial de 2009, producto del repliegue más lento de las exportaciones que las importaciones, sumado a el buen desempeño de la Cuenta Capital, le permitirán retornar a su política de apreciación revaluando el Real un 25% sólo en ese año.

Sin dudas, la crisis financiera aceleró el giro de Brasil hacia la Cuenta Capital, la enorme plétora de dólares en el mundo producto de las fenomenales expansiones monetarias de la FED para reactivar su sistema financiero pusieron la tasa de referencia mundial en 0,25% (dicha tasa rige desde 2009 y hasta la actualidad). En ese marco de exceso de dólares, bajo interés y crisis en los países centrales, los capitales vieron en Brasil una excelente oportunidad de negocios y hacía allí emigraron en diversas formas. Resulta interesante relevar qué componentes de la Cuenta Financiera fueron los que encabezaron el buen despeño de Brasil durante la crisis en materia de obtención de divisas, dado que en ese mismo año la SELIC reduciría los rendimientos financieros al caer a un mínimo del 9%, el más bajo desde 1997.

Gráfico N° 13 Evolución del Tipo de Cambio y el Balance de Pago por Cuenta (en miles de millones de dólares y % de variación)

Grafico 13

Fuente: elaboración propia en base BCB.

Durante la fuerte recesión mundial de 2009, la Cuenta Capital brasilera registró ingresos netos por u$s 71 mil millones (145% más que en el año anterior) que le permitieron costear el déficit corriente y acrecentar las reservas. Esta abrupta irrupción de dólares es explicada por el fuerte aumento de las Inversiones Extranjeras en Cartera, que revirtieron la fuga mostrada en 2008 y obtuvieron ingresos netos por más de u$s 46 mil millones. Esto se da luego de la incertidumbre de fines de 2008, donde el proceso de desprendimiento de acciones de empresas brasileras por parte de actores extranjeros se había acelerado notablemente. En 2009, y de la mano de la crisis financiera, el desplome de las oportunidades de negocio a nivel mundial y la caída del precio en dólares de las acciones de empresas brasileras -producto de la devaluación de 2008- hicieron atractivos dichos activos ante una eminente revaluación frenando así el proceso de “desprendimiento” y alentando la llegada de nuevos capitales. Cabe destacar que el 98% de las acciones de empresas brasileras se negocia en la plaza local (sólo el 2% lo hacen en el exterior mediante Depositary Receipts), con lo que la evolución del tipo de cambio impacta directa e instantáneamente en el precio de la acción para los inversores externos.

Finalmente, acompañaron el mejoramiento de la Cuenta Capital durante la crisis de 2009 las Inversiones Directas, pero no las extranjeras como en años anteriores, que cayeron un 42%, lo cual es entendible en el marco de la crisis mundial y el repliegue de todas las economías. En esta categoría, la mejora estuvo explicada por la reversión del saldo de las Inversiones Directas brasileras que pasaron de un déficit de u$s 20 mil millones en 2008 a un ingreso neto superior a los u$s 10 mil millones en 2009. Este cambio se mantiene hasta la actualidad, y se explica por la reversión del flujo de dólares entre las casa matrices de transnacionales brasileras con sus subsidiarias en otros países. Esta categoría era negativa hasta 2008 producto de los préstamos intra-empresariales que la matrices con sede en Brasil hacían a sus subsidiarias en el exterior, mientras que a partir de 2009 serán las subsidiarias las que remitan dólares a sus casas matrices. Cabe destacar que, como afirman M. Bekerman y G. Dalmasso (2010)11, casi la totalidad de las subsidiarias de empresas brasileras transnacionales se encuentran en la región, fenómeno ayuda a explicar el elevado grado de penetración que consigue Brasil en dicho territorio y consolida su posición de usufructuario.

El año 2010 mantendrá un perfil de Cuenta Capital similar a 2009, es decir, con fuerte ingreso de dólares vía compra de acciones de empresas brasileras por capitales extranjeros. A partir de 2011, con el cambio en la política cambiaria y las devaluaciones del Real, el dinamismo financiero pasará a estar explicado en primer término por la IED mientras que las Inversiones en Cartera mantendrán un buen nivel de ingreso pero menor, fundamentalmente motorizadas por la compra de acciones por parte de capitales extranjeros y la adquisición -cada vez más dinámica- de Títulos de Renta Fija de largo plazo colocados en el mercado brasilero a capitales extranjeros.

Vemos como mientras la Cuenta Capital toma centralidad en la obtención de divisas, el déficit de Cuenta Corriente se amplía notablemente incluso en años de devaluaciones (2011-2014), donde terminará representando un 4% del PBI. Para comprender dicha dinámica, es necesario analizar la reducción que sufrió el superávit comercial durante este período.

Impacto comercial: Las crisis internacionales y el camino al déficit comercial

El impacto de la crisis financiera mundial reducirá notablemente los flujos del comercio internacional. El repliegue comercial para Brasil en 2009 fue cercano al 25% (23% en exportaciones y 26% en importaciones) permitiéndole retener el superávit comercial en torno a los u$s 25 mil millones, mismo nivel que en 2008. Sin embargo, la composición de ese superávit continuó profundizando su componente primario dado que el retroceso de 2009 se dio, al igual que en el período de crecimiento anterior, con des-industrialización de las exportaciones y “re-industrialización” de las importaciones. Es decir: se mantuvo el nivel de superávit comercial total pero con un mayor déficit industrial. Esto es posible porque el desempeño comercial en las actividades primarias (fundamentalmente agricultura y explotación de minas y canteras) durante la crisis de 2009 fue más que proporcionalmente superavitario.

En dicho dinamismo se destacó la participación de China como mercado de colocación de las producciones primarias brasileras. Tal es así, que en 2009 Brasil revierte el déficit comercial con dicho socio y llega a acumular un superávit de más de u$s 4 mil millones. Mientras las exportaciones totales de Brasil al mundo caían en dicho año un 23%, las destinadas a China aumentaban un 23% colocando al gigante asiático como el principal socio de Brasil a nivel mundial y desplazando a Estados Unidos de dicho lugar luego de una década ocupándolo. Asimismo, como contracara de la dinámica observada con China, la relación bilateral con Estados Unidos continuó retrocediendo de manera asimétrica y perjudicial para Brasil. En 2009, ambos países comerciaron un 33% menos que en el año anterior, pero con una caída más pronunciada de las exportaciones de Brasil a Estados Unidos que de las importaciones. Los rubros exportadores más afectados fueron el minero y el manufacturero (algunos alimentos procesados, metales comunes y el sector automotriz), que sufrieron un desplome de sus ventas externas superiores al 45%. El resultado de este repliegue marcadamente asimétrico será la reversión del histórico superávit estructural con Estados Unidos por un déficit que se ampliará con el paso de los años y perdura hasta la actualidad.

Gráfico N° 14 Evolución del peso y saldo comercial de Estados Unidos y China con Brasil (en miles de millones de dólares y %)

grafico 14

Fuente: elaboración propia en base AliceWeb.

Lo cierto es que estos cambios en las relaciones bilaterales de Brasil con China y Estados Unidos se materializan en 2009 pero vienen forjándose, como ya se mencionó, desde mucho antes. Los años posteriores a la crisis mundial, años en donde la centralidad del sector externo estará notoriamente colocada en la Cuenta Capital, el saldo comercial de Brasil se debatirá entre la capacidad que encuentre dicho país en generar saldos positivos con China, la Unión Europea y la región para pagar el déficit con Estados Unidos. Los efectos de este triángulo comercial -aún siendo positivos- dejarán a Brasil en una situación de vulnerabilidad, dado que el déficit con Estados Unidos es cada vez más industrial mientras que el superávit con China y la Unión Europea incrementa año a año su componente primario, es decir: la única forma que encuentra Brasil para retener su superávit comercial es ampliando el déficit industrial. En este marco, su estrategia con la región es fundamental dado que es con el único socio de relevancia con el que la mayor parte de su superávit continua siendo industrial, es decir, la región le permite a Brasil saldar parte del déficit con Estados Unidos sin ampliar su déficit industrial, cosa que no le ocurre con China o la Unión Europea.

Gráfico N° 15 Evolución de las exportaciones, importaciones y saldo comercial (en miles de millones de dólares)

grafico 15

Fuente: elaboración propia en base a BCB.

Superada la crisis de 2009, el comercio retomará su senda de crecimiento hasta 2011 cuando el dinamismo exportador brasilero vuelva a situar al superávit comercial en torno a los u$s 30 mil millones. A partir de allí, las exportaciones caerán año tras año mientras que las importaciones alternaran caídas menores y aumentos resultando, en todos los casos, un retroceso sistemático del saldo comercial hasta convertirse en deficitario en 2014. Este retroceso experimentado a partir de 2012 se explica en primer término por un factor exógeno: la crisis europea.

Gráfico N° 16 Composición de las importaciones -por origen- y las exportaciones -por destino- (en %)

grafico 16

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb.

Una vez más, como en el bienio 2008-2009, una crisis con epicentro en un socio comercial relevante para Brasil (en este caso un bloque) le generará un perjuicio en sus cuentas externas. El retroceso económico del viejo continente desplomó las importaciones de origen brasilero, que cayeron un 21% entre 2011 y 2014, mientras que las exportaciones hacia Brasil desde dicho origen aumentaron un 1% en igual período. El resultado de esto fue la reversión del saldo comercial llegando a representar para Brasil un déficit de más de u$s 4,6 mil millones en 2014. La pérdida de dinamismo de las exportaciones brasileras (fundamentalmente las mineras e industriales) le generaron la misma situación que con Estados Unidos en 2009: crecimiento del déficit industrial y reducción del superávit primario que torna negativo el saldo comercial bilateral.

Gráfico N° 17 Saldos Comerciales con los principales socios (en millones de dólares)

grafico 17

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb.

En el año 2014 se suma a la reversión del saldo comercial con Europa, la pérdida de dinamismo del superávit con China que, producto del retroceso del 12% de las exportaciones a dicho destino, pasa de u$s 9 mil millones en 2013 a solo u$s 3 mil millones. La combinación de ambos factores muestra la vulnerabilidad y un principio de agotamiento de la estrategia adoptada luego de la crisis de 2009, en la cual Brasil financiaría su déficit industrial con Estados Unidos con los superávits con China y la Unión Europea (resultado del diferencial positivo entre el déficit industrial y el superávit primario con dichos socios). El retroceso conjunto con ambos en 2014 lleva a Brasil al primer déficit comercial total de la década.

En términos sectoriales, en el período 2009-2014 se destaca el incremento del peso de Petróleo y Gas y Combustibles en las importaciones, que reflejan el brusco aumento de la demanda energética. Respecto de la canasta exportadora se observa un incremento en el peso de los rubros primarios (Agricultura, Minería y Petróleo y Gas) por sobre las manufacturas, que perdieron dinamismo en sectores claves como Alimentos y Bebidas, Metales Comunes y el complejo metalmecánico (incluido el sector automotriz).

Gráfico N° 18 Composición de las exportaciones e importaciones por rubro 2009-2014 (en %)

grafico 18

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb y CEPAL.

Como se ve, el retroceso a partir de 2012 con socios como la Unión Europea y China no se da como en el período 200-2008 por la dinamización de las importaciones para satisfacer los elevados niveles de consumo interno, sino por el bajo dinamismo de las exportaciones. La reducción de las mismas año a año en sectores claves para la canasta exportadora brasilera, en un marco de mantenimiento o retroceso moderado de las importaciones, generó una doble dinámica de achicamiento de superávits en rubros vendedores netos y ampliación de déficits en actividades tradicionalmente compradoras del exterior. En los sectores que comandan las exportaciones brasileras es donde más se sintió la crisis europea. En los mismos, a la retracción de la producción a partir de 2012, se sumó en 2014 la caída de los precios internacionales de los commodities12 y la demanda desde China (principalmente en minerales, seguido de Agricultura y Alimentos y Bebidas).

Gráfico N° 19 Evolución de los principales sectores exportadores de Brasil (en miles de millones de dólares)

grafico 19

Nota: En 2014, las exportaciones consignadas representaron el 74% de las exportaciones totales brasileras. Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb y CEPAL.

Producto del mencionado retroceso exportador desde la crisis europea de 2012 y hasta 2014, es decir, en apenas un trienio: Brasil reduce su saldo comercial en más de u$s 23 mil millones pasando a ser deficitario por u$s 4 mil millones. En términos de saldos, la totalidad de este retroceso es explicado por los rubros:

  • Explotación de minas y canteras: donde se destacan la brusca ampliación en 2013 y 2014 del déficit energético, disparado por el fuerte aumento de las importaciones de petróleo y gas desde Estados Unidos y Nigeria. A lo que se le suma la sustancial reducción del superávit comercial en la extracción de minerales producto del bajo dinamismo importador de la Unión Europea luego de la crisis y de China en 2014.
  • Industrias Manufactureras: donde se conjugan la reducción del superávit en Alimentos y Bebidas con la Unión Europea y Estados Unidos, con la ampliación de los déficits en los sectores Combustibles (con Estados Unidos), Químicos (fundamentalmente con la Unión Europea) y Automotriz (con Estados Unidos).

Tabla N° 7 Saldo comercial por rubro 2012-2013-2014 (en millones de dólares)

tabla 7

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb y CEPAL.

En conclusión, vemos que el período 2009-2014 está marcado por las crisis de 2008/2009 en Estados Unidos y 2011/2012 en la Unión Europea. El reordenamiento mundial luego de ambas crisis perjudica notoriamente a Brasil en términos comerciales. El bajo dinamismo en las compras internacionales de los socios afectados aminora el rendimiento exportador de sectores estructuralmente superavitarios para Brasil como Minería, Alimentos y Bebidas o Metales Comunes. A su vez, esto se combinó con la profundización de los déficits en sectores tradicionalmente compradores netos como Químicos, Metalmecánica, Electrónica y Automotriz. Finalmente, se suma a este escenario de desmejoras una ampliación notoria del déficit comercial energético.

Detrás de dichos cambios sectoriales se esconde la reversión de los superávits comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea que, a la hora de enfrentar sus respectivas crisis, se replegaron perjudicando a Brasil. Con dichos socios, la reversión del saldo industrial en 2008/2009 pudo ser suplida durante algunos años por las exportaciones de productos primarios pero las crisis afectaron notoriamente los rendimientos de dichas producciones tornando insustentables las relaciones bilaterales y pasando, en ambos casos, a ser deficitarias. Con China, Brasil experimenta una situación similar: en 2014 el superávit primario con dicho socios se retrajo fuertemente (motorizado por la caída de las exportaciones de minerales) mientras que el déficit industrial creció achicando así el superávit total. Esta evidencia refuerza las tesis presentes en E. Oviedo (2007) respecto de lo que esconde la “relación estratégica” de “cooperación Sur-Sur” con “complementariedad económica” propuesta por China en la región. Como bien el autor, los tópicos mencionados son plenamente cuestionables: en primer lugar, el posicionamiento de China y su capacidad económica lo colocan entre los países con mayor poder a nivel mundial, con lo que la relación respondería a más bien a una tradicional “Norte-Sur” como fue a finales del Siglo XIX la relación de la región con Europa. Asimismo, -prosigue Oviedo- la concepción de “complementariedad” con un país netamente exportador de manufacturas asocia a la región, indefectiblemente, con la exportación de productos primarios. El giro del modelo brasilero y su consecuente acercamiento a China conlleva por detrás todos estos factores, que atentan contra la sustentabilidad del esquema económico externo de Brasil.

Luego de analizar estas circunstancias, y ver el nivel de vulnerabilidad que tiene el patrón de inserción comercial brasilero en la actualidad, adquiere mucha más relevancia indagar sobre cómo Brasil mantuvo durante este período de retroceso comercial su posición hegemónica de exportador industrial con la región, y cómo frente a las crisis la misma tuvo una conducta sustancialmente más estable que le permitió a Brasil retener al MERCOSUR como una fuente de ingreso de divisas.

Durante el período 2009-2014, el elevado peso de los productos industriales exportados por Brasil al MERCOSUR se mantuvo, reteniendo así su superávits manufacturero.

Gráfico N° 20 Evolución del componente industrial de las exportaciones brasileras y variación del PBI de Argentina (en %)

grafico 20

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb, CEPAL y FMI.

Si bien se observa un retroceso en el componente industrial de las exportaciones a la región en el año 2014, el mismo no es lo suficientemente brusco si se lo contextualiza considerando los siguientes factores:

  • Que pese al retroceso de las exportaciones industriales a la región, el peso de las mismas continúa ubicándose al menos 25 puntos porcentuales por encima que con el resto del mundo. Es decir, la proporción de exportaciones industriales sobre totales es sustancialmente superior en la región que en el resto de los destinos de exportación de Brasil.
  • Que la producción industrial brasilera cayó un 4,2% en 201413, es decir, parte de la caída de las exportaciones se debe a mermas en la propia producción.
  • Que el socio más relevante para Brasil en la misma –nuestro país– tuvo un trienio 2012-2014 de brusca desaceleración económica y caída del PBI14, lo que explica gran parte del derrumbe en la demanda de bienes industriales de origen brasilero.

Como resultado de los elementos mencionados, sectores que durante 2003-2008 se orientaron como exportadores hacia la región –todos ellos fuertemente atravesados por la instalación de multinacionales con sede matriz en Brasil– experimentaron una merma exportadora significativa por la combinación de caídas en la producción propia y la demanda desde el MERCOSUR.

Tabla N° 8 Exportaciones brasileras al MERCOSUR y producción de sectores relevantes (en millones de dólares y %)

tabla 8

Fuente: elaboración propia en base a AliceWeb, CEPAL y Ministério do Desenvolvimento.

Producto de esta caída más brusca de las exportaciones que de las importaciones, el superávit comercial industrial de Brasil con la región se retrajo cerrando 2014 en torno a los u$s 5 mil millones. Parte de esta reducción fue cubierta con incremento en las exportaciones y, por ende, el superávit de producciones primarias que perdieron mercados en el resto del mundo durante 2014, como son los casos ya analizados de: Minería y, en menor medida, Petróleo y Gas. Es decir que, al igual que sucediera con los productos industriales brasileros durante 2003-2008, la producción minera y de petróleo y gas desplazada del resto del mundo se re-dirigió en parte a la región. Esto reafirma la tesis de que Brasil utiliza a la región como un frente de repliegue ante cambios que lo perjudican en la configuración económica internacional.

Como conclusión para este período se destaca que ante la concreción del giro en el balance de pagos hacia la obtención de divisas mediante la Cuenta Capital, los efectos de las devaluaciones del último trienio no alcanzaron a compensar los reveces sufridos por Brasil en los reordenamientos mundiales de las crisis de 2009 y 2012. En este marco, los resultados comerciales son producto del escaso dinamismo de la economía brasilera, fuertemente estancada desde 2011, que se conjuga con una moneda apreciada y niveles de consumo elevados que amplían y magnifican las importaciones en un marco de retroceso fuerte de las exportaciones, generando un fuerte desbalance comercial. Al respecto, queda manifiesto que en este período Brasil se termina de ubicar en el mundo como un exportador neto de materias primas (agricultura y minerales) e importador de manufacturas, y que sólo pudo torcer el rumbo de la tradicional División Internacional del Trabajo comerciando con la región donde –aún sin tomar una política de fomento a las relaciones con dichos socios– conserva un cuantioso superávit industrial que, dicho sea de paso, tiene también una enorme potencialidad en tanto la región logre retornar al sendero de crecimiento económico previo a 2012.

Reflexión Final

A modo de comentario final, y retomando parte de las conclusiones esbozadas a lo largo del trabajo, queda por destacar que el rumbo de las variables económicas brasileras durante 2015 lejos de mostrar mejoras, auguran un largo camino hacia la profundización de las tendencias de estancamiento y vulnerabilidad. Sólo un vuelco generalizado del esquema macroeconómico brasilero podría revertir la marcha emprendida hacia la desmejora comercial y la debilidad económica de los últimos años. En la actualidad, la dependencia de la Cuenta Capital ha llegado a un punto crítico, más a sabiendas que las categorías más dinámicas dependen íntegramente de capitales extranjeros (Inversiones Directas y la compra de acciones o títulos). Estas categorías mostraron tener una volatilidad alarmante durante las crisis y ser incompatibles con una política integral de reactivación económica interna, dado que garantizar los rendimientos financieros elevados en dólares implica tener una tasa interés estructuralmente alta y una capitalización pujante, es decir: una financiarización de la economía, en este caso también extranjerizante. Como contracara de dicha dependencia, pareciera que la estrategia macroeconómica de Brasil es sostener el consumo importado con los dólares obtenidos a través de la Cuenta Capital, es decir, en el mejor de los casos: contra más capitales financieros ingresen, mayor será el déficit comercial. Lo cual resulta, aparte de inestable por depender de la afluencia de capitales extranjeros, insustentable en el mediano plazo.

La incertidumbre respecto de cómo fluctuarán los capitales en el mercado internacional impone a Brasil determinados condicionamientos para garantizar su permanencia y afluencia. Condicionamientos que en gran parte se han desarrollado durante los últimos años anclando la economía y dilapidando el fenomenal superávit comercial alcanzado hacia 2007. En ese esquema podemos afirmar que, de no cambiar la política económica del sector externo, el déficit comercial brasilero se ampliará año a año.

Luego de la década transcurrida, las exportaciones de Brasil vuelven a quedar sujetas a la fluctuación de precios internacionales y la evolución de la demanda mundial, los años con mayor empuje exportador –comienzos de la década del 2000– no alcanzaron para modificar el patrón tecnológico de las exportaciones brasileras –ver P. Salama (2009) –. Asimismo, este esquema de vulnerabilidad y dependencia comercial se potencia en el marco actual de crisis generalizada en las economías más pujantes. Si Brasil comenzara por considerar a la región como su aliado comercial estratégico y revirtiera su consideración de mercado de última instancia, dinamizaría fuertemente los flujos comerciales beneficiándose y beneficiando a sus socios en una estrategia de crecimiento conjunto. El giro en este aspecto, hacia un entendimiento político y económico con la región, no puede darse sin interpelar a la “elite económica” brasilera, que ve al MERCOSUR “como un ancla que limita a Brasil en las negociaciones internacionales y dificulta acuerdos bilaterales con EE.UU. y la Unión Europea” –T. Vigevani y H. Ramanzini Jr (2009) –. Incluso, un giro de este tipo les permitiría a todos sus miembros tener una postura de conjunto para negociar mejores condiciones comerciales con China, el socio potencial más importante para el continente.

En el marco actual no parece haber escapatoria. Las modificaciones graduales no dieron resultado, y la voluntad política necesaria para realizar el vuelco hacia la producción que necesita Brasil no parece existir en la actualidad. Por el contrario, los cambios en el equipo económico anticipados por el Poder Ejecutivo brasilero luego de las elecciones de 2014 parecen proponer más bien una profundización del esquema actual, lo que haría a la economía de Brasil aún más vulnerable y dependiente del capital extranjero. Vale mencionar también, que la situación actual encuentra a Brasil con una espalda financiera sustancialmente mayor que en otras crisis similares, como por ejemplo las de 1990, 1994 o 1999. Con más de 350 mil millones de dólares en reservas, con niveles de endeudamiento menores y rodeado por una región en crecimiento que demanda productos brasileros, la probabilidad en el corto plazo de una crisis severa como las de la década del 90 es escasa. Sin embargo, las condiciones de desmejora y vulnerabilidad mencionadas en el trabajo existen y continúan operando en la actualidad pudiendo poner a Brasil en una situación límite en el mediano plazo.


Bibliografía

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  • Vigevani, Tullo y Ramanzini Jr., Haroldo (2009): “Brasil en el centro de la integración. Los cambios internacionales y su influencia en la percepción brasileña de la integración”; Argentina; Revista Nueva Sociedad N° 219.

Notas

1 “Desde su surgimiento a principios de los 80, el Mercosur fue considerado por Brasil como base de su estrategia de inserción internacional. La estructura del Mercosur parece atender los intereses de las elites brasileñas” (énfasis añadido).
2 “(…) el MERCOSUR adquiere un interés fundamental para Brasil como plataforma para la adquisición de economías de escala y de aprendizaje en materia de exportación de bienes tecnológicamente más complejos. Esto les permite luego expandirse hacia terceros mercados (…)” (énfasis añadido).
3 Respecto de la causa del poco éxito económico del MERCOSUR, la bibliografía señalada debate respecto de visiones más tradicionales –como F. Garcés (2006)– que asocian la desigualdad comercial a la falta de coordinación de política, ignorando el componente asimétrico que tienen las distintas estructuras productivas de cada socio.
4 Si bien la tasa de referencia interbancaria de Brasil (SELIC) comienza a descender gradualmente luego de llegar al 20% en septiembre de 2005, se mantendrá en dos dígitos hasta mediados de 2009, lo que la ubicará muy por encima de lasa FED, la del BCE y la de otros países con tipos de interés elevados como Rusia y en menor medida México.
5 Elaboración propia en base a FMI.
6 Explicado tanto por la compra de acciones de empresas brasileras, como por la adquisición de títulos de renta fija.
7 Dentro de los productos más relevantes se destacan algunos insumos agrícolas, medicamentos y productos inmunológicos.
8 El Herfindahl-Hirschman Index (HHI) de las participaciones de los socios comerciales que se ubicaba en 1.345 en 2003, desciende a 962 para 2008; lo que implica una caída en el nivel de concentración asimilable con un proceso de diversificación comercial.
9 Ver M. Bekerman y G. Dalmasso (2010) o T. Vigevani y H. Ramanzini Jr (2009).
10 Aparte de remarcar el impacto negativo de la apreciación sobre la actividad, P. Salama destaca en particular que para el caso de Brasil la vulnerabilidad de sus exportaciones sigue siendo elevada dado que “la mayor parte (...) quedan aún centradas sobre productos de bajo o medio grado tecnológico”, estos productos a su vez, si bien representan una mejora respecto de productos primarios, tienen una tendencia al ajuste en situaciones de crisis.
11 Ver apartado “La estrategia de internacionalización de estas empresas brasileñas”.
12 Dicha caída se condice con fuga de capitales desde los mercados de futuros de dichos productos hacia Estados Unidos ante una inminente suba en la tasa de interés de referencia de la FED, que no se verificó en hasta la actualidad. El comportamiento de estos capitales especulativos durante la última década es descripto de manera integral en Vargas y Chantry (2011), en relación a los precios de los commodities se destacan particularmente los aportes de M. Master (2008), W. Randall (2008) y H. Campodónico (2009).
13 Tomando la variación interanual de Enero-Noviembre, último dato disponible, del “Informe Estatístico da Indústria” del Ministério do Desenvolvimento.
14 Según la última proyección del FMI (World Economic Outlook Database, October 2014).

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