Ayotzinapa no es un caso aislado: México, hoy | Centro Cultural de la Cooperación

Ayotzinapa no es un caso aislado: México, hoy

Autor/es: César Zubelet

Sección: Entrevistas

Edición: 22


En el marco de la mesa redonda que se realizó en el CCC: “Ayotzinapa no es un caso aislado: México, hoy” presentamos tres miradas distintas, pero complementarias, en torno a la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa en el Estado de Guerrero, México.

Por este motivo dialogamos con la Profesora-Investigadora en la Academia de Ciencia Política y Administración Urbana, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Mariana Berlanga Gayón; también con la Profesora-Investigadora en la Academia de Comunicación y Cultura de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Marta Rizzo García; y con la Profesora Investigadora en la Academia de Estudios Sociales e Históricos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Mariana Elkisch Martínez.

Desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México ¿Mejoró la situación económica y social en el país?

Mariana Berlanga: Lo que se ha hecho es la maquilización, la liberalización de la economía, la pauperización y la disminución de los salarios; lo que ahora estamos viviendo es el liberalismo en pleno auge.

Marta Rizzo García: Al contrario; lo hizo más dependiente y lo tiene sometido hasta el presente. México es un país que está como si estuviese encarcelado por el vínculo que tiene con Estados Unidos y Canadá, por las dependencia comercial en las exportaciones, así que no mejoró su situación.

Desde los medios de comunicación se vende la idea de que hay mejoras, pero éstas son para unos pocos, porque la pobreza se está acentuando cada vez más y, simultáneamente, México es la nación del mundo que tiene más multimillonarios Es un país de muchos contrastes , y con el TLC, éstos se agudizaron más.

Mariana Martínez: La firma de ese acuerdo ha servido para implementar el neoliberalismo más voraz, que ha favorecido a las transnacionales para deshacer todas las empresas nacionales, todo ese Estado sólido que el priísmo quiso consolidar en su primera etapa, logró ser una vuelta al pasado; fue el desmantelamiento del Estado desde el punto de vista de la educación, la salud, la seguridad y de los derechos básicos. También fue la entrada a la legalización de la explotación más voraz por parte de las empresas a la población, que constituyó una mano de obra esclavizada con cara de maquiladoras, de transnacionales, de prostitución y todo tipo de redes, donde lo legal y lo ilegal se confunden; esto ha sido la entrada al Tratado de Libre Comercio.

¿Cuál es la matriz para que se desarrolle la violencia y el crimen organizado en México?

Mariana Berlanga: Pienso que hay un proceso sin dudas de privatización del espacio, del territorio, de los recursos naturales, de los activos públicos; y por otra parte los mismos capitales tienen intereses encontrados. Al mismo tiempo, existe la multiplicación de los variados capitales del crimen organizado que operan en todo el territorio como es el narcotráfico, la trata de personas y el tráfico de armas; es decir que hay toda una disputa del capital por el territorio, y esto se expresa en un conflicto interno.

Paralelamente, la ocupación capitalista del espacio es una ocupación de guerra, de esta manera el fondo del proceso es el ordenamiento territorial ubicado en un país riquísimo en recurso naturales.

Marta Rizzo García: Son demasiadas cosas. Hay un nivel de desintegración en lo cultural, emocional, pero no se puede educar a alguien que tiene hambre. Existe en nuestro país una situación de extrema pobreza, de falta de recursos, de agua, de alimentación básica. Y no estamos hablando de ningún lujo, sino de vivienda, de higiene, y ante este tipo de contexto, aparecen las acciones violentas, aunque no la justifico, pero la violencia no se da gratis.

La gente comienza a armarse cuando ve que el Estado no está funcionando para lo que en principio debería servir, por ejemplo, para la protección de la ciudadanía. Entonces, ante la ausencia del Estado comienzan a gestarse grupos armados. No es que la población sea violenta, sino que responde a veces con violencia a la mucho mayor violencia que ejerce un Estado que mantiene a un sesenta por ciento de la población mal alimentada, bajo el umbral de la pobreza.

Mariana Martínez: Pienso que hay varias matrices; diría que, por un lado, está la política militar de los Estados Unidos; no debemos olvidar que este país es el que ha venido inflando los carteles del narcotráfico, ellos no solamente los han financiado, sino que han dejado crecer a estas organizaciones criminales, amparándolas cuando envían droga a su país porque allí están los principales consumidores y, por otro lado, tenemos todo lo vinculado al tráfico de armas.

También creo que para sostener todo esto, es necesaria la vigencia del sistema capitalista y neoliberal; por este motivo el Estado mexicano ha tenido que ser cada vez más autoritario; todo esto aunado a una tradición cultural machista, sexista y racista, donde se naturaliza muy fácilmente la violencia.

¿Pensás qué hay un poder fáctico ligado al narcotráfico qué actúa dentro del Estado, las fuerzas de seguridad y el poder judicial?

Mariana Berlanga: Absolutamente creo que sí, pero ese poder fáctico no es solamente el narcotráfico, ahora es el crimen organizado: ya no son solamente carteles que venden droga, estamos hablando de trata de personas, de tráfico de órganos. Es la diversificación del crimen, y el Estado está completamente penetrado por el delito organizado.

Marta Rizzo García: Es que actúan con el Estado. Hay una suerte de acuerdo político entre los distintos estamentos de gobierno y estas organizaciones criminales; no se pueden separar tan fácilmente, están como integrados unos con otros. Por eso tienen tanta fuerza y pueden matar a tanta gente y tener a un país bajo el miedo.

Mariana Martínez: Pienso que el Estado está totalmente permeado por el crimen organizado. No es posible delimitar esa frontera, ya que todo esto tiene una administración que no es del gobierno federal solamente, porque está fragmentado, no es homogéneo, como, por ejemplo el Estado argentino en los setenta, donde el terrorismo de Estado era muy claro. Tampoco es aquel Estado; éste es un Estado que ha permitido que el cáncer del crimen organizado se lo devore.

¿Por qué creen que se llega a esta situación social?

Mariana Berlanga: Por un lado, hay capitales lícitos que intervienen ahí, que poseen fuerzas paramilitares. Y, por otra parte, hay un proceso de corrupción que deja condiciones para eso: los salarios de los policías y de los soldados son bajos, así que se trata de fuerzas fácilmente corrompibles. En la estructura llana es muy fácil la penetración en las Fuerzas Armadas. Además, los capitales, en la lógica neoliberal, trasladan las responsabilidades a los paraestatales, a las transnacionales; es decir, que el Estado se retira y en el momento pasa todo el poder económico a la transnacional; es ésta quien promueve en muchos casos las paramilitarización.

Marta Rizzo García: Se llega a esta situación a través de un cúmulo de indignaciones, de mucha rabia acumulada: México estuvo muy callado. Por eso aparecieron diferentes elementos que fueron fomentando que la gente se siguiera pudriendo cada vez más, que creciera su indignación hasta su actual explosión. Esto pudo haber sucedido hace dos o tres años, con la muerte de cincuenta niños en una guardería; podría haber explotado el año pasado con la muerte de unos jóvenes en un casino en el norte del país... Pienso que fue como una olla a presión que estaba sonando y estalló ahora: es como la gota que colmó el vaso.

Mariana Martínez: Pienso que todo este contexto neoliberal influyo muchísimo, porque las primeras que necesitaban que las leyes no se cumplieran fueran las empresas transnacionales, las mismas que comenzaron a trabajar al margen de la ley; todas las empresas deben cumplir las leyes ambientales. Todo el mundo debía pagar un impuesto, menos las transnacionales; así es como el Estado comienza a debilitarse desde todo punto vista, y todo el crecimiento del crimen organizado en sus múltiples negocios, se comienza a vivir en impunidad permanentemente. Lo ubico desde los años noventa para acá, pero también puede pensarse desde los ochenta, cuando evidentemente a Estados Unidos no le interesaba que México limpiase sus instituciones porque ellos resultarían afectados; y a las transnacionales, tampoco.

En este contexto, ¿ qué características asume el actual Estado mexicano?

Mariana Berlanga: Tenemos un Estado absolutamente penetrado por el crimen organizado, un Estado brutalmente represor, que encabeza una guerra de exterminio contra la población. Un Estado que busca generar condiciones óptimas para los capitales extranjeros, siguiendo los patrones de seguridad que imponen los Estados Unidos; es decir que se trata de un Estado gerencial y criminal.

Marta Rizzo García: Creo que no hay Estado; hay ausencia de Estado, y el que hay es el principal actor de esta situación que se ha desencadenado y cuya punta del iceberg, como vemos ahora, es el caso de Ayozinazpa. Hoy el Estado es unos de los principales actores vinculados con el crimen organizado y las grandes transnacionales. Por un lado, vivimos como si no tuviéramos Estado, pero por otra parte, es el mismo Estado el que esta propiciando esta situación desastrosa para el país.

Mariana Martínez: Lo que nos está pasando ahora en México, es que es muy difícil caracterizar al Estado mexicano, porque ha dejado de cumplir sus funciones de Estado, por eso hablamos del Estado fallido; pero por otra parte es un Estado muy fuerte en términos represivos, en términos de la fuerza militar que implementa en contra de su propia población; es un Estado que nos ha dejado de proteger hacia afuera y ha comenzado a atacarnos por dentro. No es un Estado de derecho porque todas las instituciones están en crisis, y la ley existe pero no se respeta, no se cumple, es letra muerta. En ese sentido, el pueblo ve una falta de legitimidad, como en mis cuarenta años no la había visto nunca. La gente ya no concurre a las instituciones, no solamente ante la desaparición de un familiar; sino ante las cosas comunes, por ejemplo: el tema de una herencia... Hay una crisis institucional tremenda que no sé cómo se pueda recomponer.

A partir de las últimas manifestaciones que se produjeron por los estudiantes desaparecidos en Ayozinazpa, ¿Pensás que pueda entrar en crisis el gobierno de Peña Nieto y del modelo neoliberal?

Mariana Berlanga: Es probable que pueda haber una crisis de gobierno, pero eso no significa una crisis del Estado. Una crisis de gobierno está dentro de lo posible; ahora lo cierto es que, si comprendemos la situación de un Estado criminal, la renuncia de un presidente (la de Peña Nieto) no resuelve absolutamente nada. Aunque pueda llegar a suceder, porque la renuncia del mandatario es una demanda en las calles, en términos estructurales esa renuncia no va a modificar el problema que padecemos.

Marta Rizzo García: Lo de la renuncia nos encantaría, pero lo veo algo complicado. Pensemos que en México hay una fuerte dominación cultural: tenemos setenta y dos años del PRI, con una alternancia en el gobierno con otro partido, para que luego vuelva el mismo. Las condiciones socioculturales no son propicias para que exista un cambio en términos sistémicos, porque que renuncie Peña Nieto no resuelve nada, ya que el problema seguirá, o se incrementará.

Mariana Martínez: Pienso que el escenario es tan complejo, que no podemos visualizar una salida. Tampoco se puede predecir cómo se comportaría la población o la sociedad,. Creo que la consigna “que se vayan todos” es un deseo; por otro lado, lo que estamos viviendo es una crisis de sistema, ya no importa quién esté en el gobierno, porque nos damos cuenta de que este sistema ya no nos está funcionando. Éste es el tema, porque estamos en un vacío de proyecto, ése es el peligro, ya que todo este fervor revolucionario podría resquebrajarse en cualquier momento, porque no hay proyecto, estamos sobreviviendo a la coyuntura, y no estamos pensando en un cuestionamiento que vaya más allá de la coyuntura. Lo bueno es que la gente comienza a despertarse y a salir del letargo que tenía, pero eso no está conduciendo a nada en términos de proyectos, si bien se genera una presión tan intensa, que ahora los políticos tienen que salir a dar la cara.

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