Hacia una Agencia Nacional de Comercialización: aportes y desafíos | Centro Cultural de la Cooperación

Hacia una Agencia Nacional de Comercialización: aportes y desafíos

Autor/es: Alberto Baldo, Cecilia Boye, Verónica Lassa

Sección: Estudios de Economía Política y Sistema Mundial

Edición: 21

Español:

El presente trabajo procura abordar los rasgos fundamentales de la estructura del comercio exterior argentino, tras las profundas transformaciones que el sector ha sufrido en el contexto nacional e internacional. Primeramente, el análisis se centra en las exportaciones de materias primas y las empresas exportadoras de granos, oleaginosas y sus derivados. Luego, se intenta reconstruir, desde la historia argentina reciente, las diferentes estrategias que se desplegaron para enfrentar las tensiones estructurales de nuestra economía -la restricción externa o la escasez de dólares-, y recuperar los antecedentes de Políticas Públicas que se vincularon a cada una de esas estrategias.
Finalmente, se presenta el aporte del Centro de Estudios de la Corriente Agraria Nacional y Popular (CANPO) en materia de conformar una “empresa mixta” para la comercialización de granos. Se explica cuáles son los actores en los sectores de la producción, el trabajo, el comercio, el transporte y el sistema financiero que se requieren para promover los intereses nacionales; y el porqué ha de ser el Estado el ente que regule para garantizar el interés general. La CANPO entiende que la construcción de una alternativa para la “comercialización agroindustrial” no se resuelve únicamente con encontrar las estructuras correctas, sino que la tarea central radica, precisamente, en la construcción de una fuerza social cuya correlación de fuerzas sea favorable para avalar, exigir e impulsar dicha iniciativa.


Introducción

Los debates políticos y económicos presentes sobre los modos de apropiación de las rentas que se originan en el sector agroindustrial, los posibles esquemas de desarrollo, el tipo de inserción internacional del país, y los diferentes mecanismos de intervención directa e indirecta en el mercado granos y derivados requieren un pormenorizado análisis de la estructura actual del sector agroexportador de la Argentina. Entendemos que el punto de partida consiste en reconocer el conjunto de trasformaciones operadas en el sector que lo han modificado sustancialmente, y por lo cual ya no resulta posible continuar abordando dicha realidad con categorías conceptuales y caracterizaciones de los actores que pertenecen al pasado. Al análisis debemos incorporar necesariamente los profundos cambios que desde mediados de la década del 70 y con mayor fuerza a partir de los años 90, se fueron generando con la incorporación de nuevos esquemas de organización de la producción que reconfiguraron los territoriosi con el debilitamiento de ciertos agentes económicos, consolidación de otros e incluso con la aparición de nuevos actores como los pools de siembra, las grandes empresas proveedoras de insumos y los fondos comunes de inversión. Por otra parte, debemos contemplar también el impacto que produjo el conjunto de innovaciones vinculadas a la biotecnología y la introducción de paquetes tecnológicos cerrados –integrados por semillas transgénicas, siembra directa, agroquímicos e ingeniería genética– provistos por empresas multinacionales; impacto que incidió en las relaciones económicas y sociales entre productores, acopiadores, industriales y exportadores, y las transferencias de excedentes desde los eslabones más débiles de la cadena a los que acumulan mayor poder (Rofman, 1999).

Al respecto, y junto con los fenómenos antes referidos, la apertura indiscriminada de la economía durante la década del noventa generó, según Azcuy Ameghino (2002), que tanto...

(...) la fabricación y comercialización de los insumos agropecuarios y las industrias procesadoras de los de los productos primarios como aceiteras, lácteas, molinerías, jugos y bebidas etc., se desnacionalizara, con lo cual una parte del sistema agroindustrial se halle cada vez más controlado por empresas trasnacionales.

En el plano internacional se impone en el sistema capitalista mundial la presencia cada vez más fuerte del capital financiero, lo que algunos autores coinciden en llamar “hegemonía de las finanzas” (Chesnais, 2001; Dumenil y Levi, 2002; Lapavitsas, 2010). Las estrategias empresariales comienzan a subordinarse al creciente poder de los grupos accionistas, la producción se organiza en función de la valorización financiera, buscando una mayor flexibilidad y externalización en las operaciones. Como consecuencia del poder de las finanzas, se da una realineación de objetivos de los gerentes de las empresas a los principios de la "corporate governance", guiado por los intereses de los accionistas. Los directivos alinean sus estrategias a las exigencias de rentabilidad y la gestión se guía en base a los indicadores financieros. Es decir, la organización de la producción se va modificando adaptándose a la lógica financiera. En la Argentina, durante este período, se instala un modelo neoliberal cuyas políticas condujeron a un severo replanteo de la estructura productiva y de las conductas de los agentes económicos. La eliminación y desmantelamiento de los organismos de control comercial y las leyes que regulaban la actividad agropecuaria, condujeron a formas de articulación entre el sector primario e industria basadas en contratos privados (Gorenstein, 2004). A su vez, la apertura comercial, la desregulación de los mercados y el achicamiento del papel del Estado en el proceso productivo, impulsaron la fuerte entrada de inversión extranjera directa en el sector agroalimentario. Se favoreció así la creciente transnacionalización del sector industrial como de las grandes empresas proveedoras de insumos agroalimentarios. Estas transformaciones han modificado drásticamente la estructura y las condiciones de producción del sector agropecuario. En este escenario, se expande en la región pampeana una nueva forma de organización de la producción primaria basada en la gran escala: el "contratismo", los “pools” de siembra y los "fondos comunes de inversión".

En el marco del conjunto de estas profundas transformaciones brevemente descriptas, tanto del contexto nacional e internacional, el presente trabajo procura abordar los rasgos fundamentales de la estructura actual del comercio exterior argentino, centrando el análisis sobre las exportaciones de materias primas y las empresas exportadoras de granos, oleaginosas y sus derivados. En un segundo momento, se intentará reconstruir desde la historia argentina reciente las diferentes estrategias desplegadas para enfrentar las tensiones estructurales de nuestra economía vinculadas a la restricción externa o la escasez de dólares, y se recuperan los antecedentes de Políticas Públicas alineadas a cada una de dichas estrategias. Finalmente, se presenta el aporte del Centro de Estudios de la Corriente Agraria Nacional y Popular (CANPO), en el cual se describen el conjunto de actores que se requieren para promover los intereses nacionales vinculados a sectores de la producción, el trabajo, el comercio, el transporte y el sistema financiero, coordinados por el Estado como garantía del interés general para la puesta en marcha de una “empresa mixta” para la comercialización de granos. Entendiendo que la constitución de una alternativa para la “comercialización agroindustrial” no se resuelve solo con encontrar las estructuras correctas, sino que la tarea central radica en la construcción de la fuerza social que posibilite una correlación de fuerzas favorable que permita avalar, exigir e impulsar dicha iniciativa.

Situación actual del comercio exterior de materias primas y empresas exportadoras de granos, oleaginosa y sus derivados.

Para países periféricos, con una estructura de comercio exterior con un peso importante de exportaciones de materias primas, cuyos precios son muy sensibles al ciclo económico mundial, “las divisas son un activo escaso y estratégico”. Si además son economías con necesidad de dólares para pagar deuda externa, y con fuerte presencia de capitales extranjeros, lo que implica una creciente remisión de utilidades de multinacionales a sus casas matrices, el control de las operaciones con monedas extranjeras es imprescindible para no quedar a merced de los dueños de las divisasii. Analizando el siguiente esquema de los principales exportadores de 2011, según el ranking elaborado por la Asociación de Importadores y Exportadores de la República, podemos observar que:

Grafico 1

Fuente: del Instituto de Estudios Fiscales y Económicos (IEFE)

Las veinticinco empresas que más venden en el mercado internacional representaron el 53 por ciento del total de las exportaciones de 2011.

La elevada concentración, además de una referencia sustancial en cuanto al tipo de estructura económica, no es un dato menor en términos políticos como potencial capacidad de ejercer presión sobre el diseño de políticas públicas.

El perfil de esas empresas muestra que doce se dedican a la exportación de granos, oleaginosas y sus derivados; seis venden al exterior petróleo y gas; dos son mineras; y las cinco restantes están vinculadas con bienes industriales de mediano-bajo contenido tecnológico: tres firmas fabrican autos; una, tubos de acero y otra, aluminio.

Algunos Datos Estructurales de estas Empresas Exportadoras

Si bien la producción primaria de granos involucra a una importante cantidad de productores (73 mil, mayormente de soja), solo el 6% de los mismos concentran el 54% de la producción. Este reducido grupo, representativo de la agricultura a gran escala (pools de siembra), se ha consolidado como nuevo actor en la última década. Ocupan el rol de gerenciadores de los medios de producción de terceros a través de un modelo de organización de la producción basado en una red de contratos, que consiste en: arrendamiento de tierras ajenas; alquiler de equipos y maquinarias; uso masivo de nuevas tecnologías de proceso como la siembra directa y el doble cultivo (soja de 1º y soja de 2º) y nuevos paquetes de insumos en base a semillas genéticamente modificadas (soja RR), herbicidas asociados (glifosato) y fertilizantes.

Las exportaciones de grano de soja se encuentran fuertemente concentradas en un número reducido de empresas:

  • Las cinco primeras explican el 66% de las ventas externas.
  • Las diez primeras dan cuentan del 96%.
  • Un poco más de la mitad del volumen exportado lo explican 4 empresas: Cargill, Noble Grain, ADM y Bunge.

Datos Estructurales de estas empresas exportadoras de Granos, oleaginosas y sus derivados.

Grafico 2 y 3

Fuente: MECON, Subsecretaría de programación económica, Dirección de información y análisis regional y sectorial, Serie “Producción regional por complejos productivos”, Complejo Oleaginoso.

El Sector Agroindustrial

El complejo oleaginoso presenta un perfil fuertemente orientado al mercado externo. Constituye el principal complejo exportador de nuestro país (28% del total de las exportaciones), por encima de la cadena automotriz y petroquímica. Dentro de la producción de oleaginosas realizada en el país, la de soja es la que reviste mayor importancia (representa el 84% de la producción total de aceites), seguida de lejos por la de girasol (15%). El resto de los aceites (maíz, oliva, algodón, maní, lino y colza) tienen una participación marginal. En la etapa industrial también existe una alta concentración: 5 de los 37 productores de aceites concentran el 60% de la capacidad instalada de molienda. Muchas de estas empresas suelen estar integradas con otras vinculadas a actividades que, en general, se ubican aguas arriba de la cadena: producción de semillas, siembra de oleaginosas en campos propios y producción de fertilizantes. Asimismo, la mayoría posee plantas de almacenamiento de granos y terminales portuarias propias, lo que permite la comercialización, exportación de granos y producción de aceites y pellets. Del total de la producción de aceite crudo de soja, el 67% se destina a la exportación, el 27% a la producción de biodiesel y el resto a la refinación (tanto para consumo doméstico como para otras industrias). Con relación al aceite de girasol, también el grueso se exporta (dos tercios del total) y el resto se refina principalmente para consumo doméstico (aceite comestible) y, en menor proporción, para uso industrial (margarinas, mayonesas, galletitas y otros alimentos). El proceso de refinación se encuentra concentrado en cinco grandes empresas que lideran el mercado interno. Los residuos o subproductos de la industria aceitera (harinas proteicas y tortas) se procesan y transforman en pellets para la fabricación de alimentos balanceados. Por último, el biodiesel, que en nuestro país se produce a partir del aceite crudo de soja, es un combustible renovable que cobró impulso a partir de la sanción de la Ley Nacional Nº 26.093/06. En 2010 se estableció un porcentaje de mezcla del biodiesel (y bioetanol) con naftas y gasoil destinados al consumo interno, que actualmente es del 7%.

Grafico 3 y 4

Principales Empresas

Entre las aceiteras, las principales son Bunge (EEUU), AGD (Argentina), Cargill (EEUU), Molinos Ríos de La Plata (Argentina), Dreyfus (Francia), Vicentín (Argentina), Glencore/Oleaginosa Moreno (Suiza), Nidera (Holanda). Las tres primeras transnacionales (Cargill, Bunge y Dreyfus) controlan el 60% de las exportaciones de subproductos, incluyendo Molinos Río de la Plata que pertenece al grupo Bunge. Mientras que las de capital nacional exportan el 28% (AGD, Vicentin, ACA).

Si tenemos en cuenta que Toepfer es una empresa controlada por ADM, observamos que las 4 primeras transnacionales del ranking concentran el 63% de las exportaciones totales de granos, exportan el 62% del trigo, el 65% del maíz y el 61% de soja. Como grupos nacionales aparecen dentro de los 10 primeros ACA y AGD controlando entre las tres el 9 % de las exportaciones totales de granos. Entre el resto, podemos mencionar a Noble Argentina que pertenece a Noble Group (empresa transnacional), Nidera, que es una transnacional cuya casa matriz está en Holanda y Oleaginosa Moreno que es controlada por la Suiza Glencore. En el mercado de exportación de aceites se repite la situación de concentración, las tres primeras compañías transnacionales controlan el 62% de la exportación de aceite (Cargill, Bunge a través de Bunge Argentina y de Molinos, y Dreyfus). Las empresas argentinas exportan el 21% (AGD, Vicentin, ACA). Estas 7 empresas concentran el 94% de la molienda para la fabricación de aceites vegetales, de las cuales el 26% es producido por empresas de capital nacional (Vicentin, AGD,), mientras que el 61% pertenece a las tres grandes transnacionales (Bunge, Cargill, Dreyfus). Las exportadoras y aceiteras están nucleadas en CIARA y CEC (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales); son 32 en total.

El rol de cooperativas en la exportación AFA y ACAiii.

Observamos en los datos anteriores la fuerte concentración del complejo. Sin embargo, entre 2005 y 2012 se verifica un claro avance en la participación de nuevos jugadores en desmedro de las compañías globales de comercio de pools. En estos últimos ocho años, la participación de Cargill cayó de 23 a 15%; la de Bunge de 17 a 9%; la de Dreyfus de 12 a 10% y la de Nidera del 9 al 6%. Por ejemplo, mientras en 2005 la exportación de granos fue de 34,75 millones de toneladas y en 2012 de 40,87 (es decir que  creció 17%), el volumen comercializado por Cargill pasó de 7,93 a 5,98 millones de toneladas, lo que equivale a una pérdida porcentual de 24%.

a) En 2005 hubo 106 exportadores. En 2012, más del doble: 222.

b) En 2012, 118 compañías exportaron entre 1.000 y 9.999 toneladas; en 2005 eran solo 35. Se triplicaron.

c) En 2005 había 37 empresas que exportaron menos de 1.000 toneladas. En 2012 fueron solo 8.

Otro dato no menor es que durante 2012 el principal exportador de trigo fue la cooperativa ACA, superando incluso a Cargill. En tanto la AFA colocó unas 550.000, superando en volumen a compañías de la talla de Noble o Toepfer. Incluso Cafer, la cooperativa federada de Entre Ríos se anotó en la lista con unas 23.500 toneladas de trigo, también.

I. La escasez de divisas: Un problema estructural para el desarrollo de la industria nacional

En la Argentina coexisten dos sectores productores de bienes bastante diferentes. El sector agropecuario, muy eficiente y competitivo a nivel mundial, que produce alimentos que exceden el consumo interno y que, por ende, exporta y provee dólares a la economía argentina. No obstante, el empleo que genera es insuficiente para ocupar a la totalidad de la población económicamente activa. Por otra parte, el sector industrial, insuficientemente desarrollado, es clave para la creación de empleo. No obstante, con el tipo de cambio que hace competitivo al sector primario, genera un balance comercial externo negativoiv. Así dado ese nivel de tipo de cambio, el balance comercial argentino es la suma de del superávit del sector agropecuario mas el déficit del sector industrial. En términos dinámicos, cuando la economía argentina crece, en particular cuando lo hacen el empleo y el salario, se agudiza la escasez de dólares. En efecto: más empleo y mayores salarios significan mayor demanda de alimentos y menores ventas al exterior. Del mismo modo, más insumos importados, materias primas para el sector industrial y maquinas para producir. Esta es la llamada “restricción externa”. El resultado: escasez de dólares; éste ha sido uno de los problemas centrales de la economía Argentina desde 1930 en adelante.

En relación a esta situación de tensión estructural de nuestra economía vinculada a la restricción externa que en determinado momento limita la expansión industrial, desde una mirada heterodoxa, el pensador nacional Marcelo Diamand, realizó importantes aportes. Dentro de las preocupaciones teóricas presentes en sus textos, se encontraba la noción de estructura productiva desequilibrada (EPD) (Diamand, 1972). Este concepto...

(...) trata de una estructura compuesta de dos sectores de niveles de productividad diferentes: el sector primario, en el caso argentino, el agropecuario, de una alta productividad, que trabaja a precios internacionales y exporta, y el sector industrial, de una productividad mucho más baja, que trabaja a precios sustancialmente superiores a los internacionales, fundamentalmente para el mercado interno”. (pág. 7)

Específicamente, los diferenciales de productividad existentes se deben a las prósperas condiciones naturales –las cuales favorecen la productividad del agro–, y al atraso del grado de desarrollo del país –el cual repercute sobre la productividad industrial–. Este elemento teórico era central según el autor, para poder entender las restricciones al crecimiento, las cuales aparecían en el sector externo, “en forma de una crónica insuficiencia de divisas para alimentar a pleno el aparato productivo” (Diamand, 1988: 4). En particular, en el marco del proceso sustitutivo de importaciones, se llega a una etapa donde se producen divergencias entre el crecimiento industrial que demanda divisas –aunque no las produce–, y la provisión de las mismas por parte del sector agropecuario de crecimiento más lento. Esta divergencia dispara una crisis de Balanza de Pagos y constituye el primer limitante del crecimiento. Como corolario, para evitar “caer en un dilema” sobre la fijación del tipo de cambio entre un sector u otro, Diamand (1988) sostenía la necesidad de establecer tipos de cambio sectoriales diferenciales (mediante retenciones variables), mientras demandaba hacia el sector más productivo (agropecuario) la solidaridad “con el resto de la sociedad la que para ser justa debería funcionar en forma simétrica” (pág. 56). De modo que el crecimiento del sector industrial requiere de divisas que no es capaz de generar, las cuales deben surgir del sector agropecuario –en la actualidad, a partir de los derechos de exportación–. A diferencia de entonces, hoy existe una sostenida demanda internacional de materias primas junto con un elevado nivel de precios, por lo cual las divisas no escasean, sino todo lo contrario. Sin embargo, las preocupaciones presentes dentro de sus aportes, como la obtención y redistribución de aquellas divisas, y los problemas de competitividad de la industria, siguen estando indiscutiblemente presentes. Lo cual, en un contexto internacional favorable en cuanto a una demanda sostenida de alimentos y con los márgenes de ganancia más altos de la historia económica reciente –al menos en lo que se refiere al capital más concentrado–, amerita aún mayor atención.

Alternativas históricas para enfrentar la restricción externa o la escasez de dólares

Históricamente, en la Argentina cuando se producía la escasez de divisas se resolvía con la devaluación del dólar. Con el ajuste. Es decir, con precios de los alimentos más altos y, por ende, menores salarios reales y menor nivel de empleo. La caída del consumo interno mejora el saldo de la balanza comercial externa y el ciclo vuelve a empezar. La historia argentina reciente permite identificar, al menos dos grandes estrategias para enfrentar la restricción externa o la escasez de dólares:

A. Una estrategia es la industrialista, que pretende reemplazar con producción nacional parte de las importaciones; estrategia ésta asociada con mayor nivel de empleo y salario, y que tiende a usar la regulación estatal de la economía para convivir con la escasez de divisas. Desde los años 30 a la fecha, tanto por necesidad (1933, dada la Gran Crisis mundial y la caída del comercio mundial, en este contexto países como Canadá y Australia asumen controles sobre sus exportaciones de materias primas), como por elección explícita (1945-55, o 1973-1976) se optó por el modelo industrialista de sustitución de importaciones.

Antecedentes de Políticas Públicas alineadas a esta estrategia: De la Junta Reguladora de Granos –JNG- al Instituto Argentino de Promoción del Intercambio. (IAPI)

Ya desde 1933, el Estado se plantea la necesidad de disponer de herramientas capaces de ejercer un control sobre el sector que contemple el uso de los recursos para la defensa de los intereses nacionales. Entonces, el presidente Agustín P. Justo dispuso la creación de la Junta Reguladora de Granos, que en 1946  amplió sus alcances con la creación del Instituto de Promoción del Intercambio (IAPI) inspirado por el General Perón. Sus objetivos eran centralizar el comercio exterior y transferir recursos entre los diferentes sectores de la economía como un acto de soberanía. Los vaivenes del mercado internacional y el derrumbe de los precios internacionales luego de la recuperación europea de posguerra lo transformaron en un gestor de subsidios que, más temprano que tarde, dictaron su final, dando paso en 1963 a la Junta Nacional de Granos, disuelta finalmente por el presidente Carlos Menem en 1991. En ese año, a través del Decreto Nº 2284/91, se disolvió toda forma de control y regulación estatal. Aquella resolución abriría de par en par el ingreso de las multinacionales en el mercado de granos y restaría protagonismo al Estado en el mercado, otorgando a las cerealeras libertad para disponer a su antojo de los recursos derivados de su actividad.

Cronología de la Regulación del Comercio de Granos


Nombre

Año

Referencia

Junta Reguladora de Granos-JRG

1933

Decreto 31.864 del presidente Augusto P. Justo crea la JRG dependiente del BNA. Financiaba la compra a los productores y luego las negociaba con los exportadores

Dirección Nacional de Elevadores

1933

Ley 11.742

Ley de Granos

1935

Ley 12.253. Se crea la Comisión Nacional de Granos y Elevadores

Junta de Producción Agrícola-JPA

1944

La JPA reemplaza a la JRG. Abarca toda la cadena de granos.

Instituto Argentino de Promoción del Intercambio – IAPI

1946

Las funciones de la JPA quedaron comprendidas en la Gerencia de Productos Agrícolas del IAPI. Este monopoliza la compra-venta de toda la producción. . El Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (LAPI) fue la respuesta argentina a la referida estatización de los instrumentos de comercialización. Con este sistema, el Estado nacional protegió los precios de los productores; se reservó las ganancias (rentas diferenciales) anteriormente absorbidas por los monopolios y las utilizó para financiar obras de interés público".

Instituto Nacional de Granos y Elevadores-INGE

1955

Ley 14373. Se deja sin efecto el IAPI, creando el INGE en cuya jurisdicción queda el mercado de granos.

Junta Nacional de Granos-JNG

1956

Decreto 19679/56 crea la JNG dependiente del Ministerio de Economía.

Desaparece el monopolio que representa el IAPI. El comercio interno y externo que está a cargo de los privados.

La red de elevadores sigue administrada por el Estado.

JNG cambia sus funciones

1963

Dec/Ley 6698/63 redefine las funciones de la JNG. Pasa a ejercer el CONTROL total del comercio interno y externo de granos y subproductos y de todas las instancias concurrentes. También pasó a estar facultada para intervenir en el comercio, fijar precios, realizar convenios, fijar cupos y administrar silos y elevadores.

JNG ahora Protagonista

1973

La Ley 20.753 de 1973 otorga a la JNG función protagónica. Tanto la industria como los exportadores eran abastecidos por el organismo, que a su vez realizaba operaciones directas de exportación.

JNG retrocede a las funciones del ´63

1976

Dec/Ley 21288 de los Dictadores Videla y Martínez de Hoz derogan la Ley 20.753, pasando nuevamente a pocas manos de la actividad privada el comercio interno y externo. El Estado se abstuvo de intervenir y, además, vendió parte de los silos y elevadores de campaña y portuarios., facultando a lo privado clasificar y liquidar y fijar tarifas de almacenamiento y procesamiento. Una modificación del decreto 6698/63, en 1979, posibilitó la instalación de puertos privados, por los que apenas cinco años después se exportaba el 28% de los embarques.

JNG

1983

El Gobierno de Alfonsín promovió una mayor participación de la JNG, del sector cooperativo y de las empresas argentinas en los procesos de comercialización, experiencia que arrojó resultados limitados. Cabe señalar que las transnacionales no fueron marginadas profundizándose la confrontación entre éstas y el Gobierno.

Liquidación de la JNG

1991

Con el Decreto 2.284/91 del menemismo la Junta Nacional de Granos pasa a la historia ante la indiferencia de gran parte de las entidades representativas de los productores. Así se puso un punto a la historia iniciada en 1933

B. La otra estrategia ligada a los mercados. La falta de dólares se resuelve finalmente con endeudamiento externo, privatizaciones de empresas públicas e inversiones extranjeras. Los programas del 2 de Abril de 1976 y el llamado “Plan de Convertibilidad” de la década de los 90 optaron por enfrentar las escasez de divisas mediante el endeudamiento externo. La sostenibilidad de estos modelos depende del flujo constante de préstamos del exterior, con el propósito de financiar el déficit comercial externo, más los pagos originados en el endeudamiento externo creciente. No casualmente dichos modelos se agotaron cuando se agotó la capacidad de endeudamiento. Para esta estrategia resulta clave hacer todo lo necesario para seducir al capital y/o prestamistas internacionales. En este sentido, esta política amistosa con los mercados financieros internacionales fue el eje de la política de apertura.

Desregulación y privatización: Cambios políticos e institucionales

Las políticas de desregulación y privatización aplicadas al conjunto de la economía durante los años 90 impactaron también en el sector exportador, introduciendo una serie de cambios en el sistema de comercialización y transporte.

A. En el aspecto político e institucional, en el año 1991 se disolvió la Junta Nacional de Granos,v entidad que reguló el mercado desde sus comienzos en la década de 1930.

B. Mediante la ley 24.093 del 3-05-1992 se modificó el sistema portuario nacional, transfiriendo a las provincias la potestad sobre los mismos, y permitiendo en los hechos la privatización en su operación. El nuevo marco legal convirtió, en muy breve tiempo a las grandes empresas comercializadoras de granos en propietarias de terminales portuarias bajo la forma jurídica de puertos industrialesvi, donde localizaron allí las principales plantas aceiteras. Cargill posee terminales portuarias en los puertos de Ingeniero White y Puerto Quebracho en Santa Fe, Bunge argentina (en la terminal 6 en San Martín, Santa fe e Ingeniero White) y Dreyfus (en la terminal lagos a orillas del río Paraná, Santa Fe). En cada uno de esos sitios, el acceso a esas instalaciones está hoy bajo custodia de la Prefectura Naval Argentina, pero el artículo 9 de la ley 24.093 dejó abierta la posibilidad de que los particulares a cargo del puerto establezcan otro tipo de custodiavii. La legislación de la década de los 90 otorgó condiciones ventajosas y específicas para los administradores de puerto al recortar derechos laborales a empleados portuariosviii, y estuvo orientada a limitar los derechos de protesta de los trabajadoresix, aspectos que muestran la relación particular entre empresas y el Estado, interesado en sus jurisdicciones provinciales y nacional en otorgar condiciones ventajosas a estas grandes firmas.

C. La relación estrecha entre la política estatal y las grandes empresas industrializadoras y comercializadoras de granos también se expresa en la decisión de aumentar el dragado del río Paraná y concesionar el mantenimiento de esa vía fluvial desde donde están ubicadas aquellas instalaciones y hasta su salida al mar. En enero de 1994, la Secretaría de Transporte de la Nación llamó a licitación pública, con el objeto de lograr la modernización, ampliación, operación, mantenimiento y señalización de la hidrovía del río Paraná y su desembocadura en el Río de la Plata. La ganadora fue una empresa mixta de capitales nacionales y belgas.

II. Hacia una Empresa Nacional de Comercialización

Según el análisis precedente de la cadena productiva del sector agroindustrial hemos podido advertir que los actores más concentrados de la misma no se encuentran en la etapa productiva sino, fundamentalmente, en la comercialización. En la actualidad tres empresas transnacionales (Cargill, Bunge y Dreyfus) controlan el 60% de las exportaciones de subproductos, incluyendo Molinos Río de la Plata que pertenece al grupo Bunge. En el mercado de exportación de aceites se repite la situación de concentración, las tres primeras compañías transnacionales controlan el 62% de la exportación de aceite (Cargill, Bunge a través de Bunge Argentina y de Molinos, y Dreyfus). En relación al trigo,x un estudio de Lavarello y Godstein (2010) señala que la competitividad de las múltiples calidades y usos industriales del trigo se encuentra condicionada por la elevada concentración, la preeminencia de relaciones mercantiles y la atomización de productores. En esas condiciones concluye el estudio que la comercialización constituye el núcleo dominante de la cadena, dado que allí se establece el precio y, por ende, se influye tanto en la rentabilidad individual de los productores como en la competitividad de las etapas de procesamiento posteriores.

Por todo lo descripto, entendemos que para regular aspectos relevantes como la concentración de mercado, actores dominantes y fijación de precios, la política pública debe incidir sobre la comercialización del sector agroindustrial. Asimismo, esta acción desplazaría el conflicto hacia el eslabón más fuerte de la cadena, lo cual redundaría en mejores acuerdos con los pequeños y medianos productores –actores relevantes a la hora de peticionar por la intervención del comercio exterior.

Al parecer, una propuesta de estas características remite a pensar en instituciones pertenecientes al pasado, alejadas de la realidad actual, como las Juntas Reguladoras de Granos y de Carnes –creadas por los gobiernos conservadores de la década del treinta del siglo pasado–, o durante el primer Peronismo, el Instituto de Promoción del Intercambio (IAPI). Sin embargo, un dato pocas veces difundido u ocultado es que en el presente, nuestro país es el único de los siete principales exportadores de cerealesxi que no posee mecanismos integrales de regulación de la comercialización de materias primas. Existen formas indirectas o directas de intervención, las cuales van desde la combinación de transacciones realizadas por el sector privado con significativos subsidios e intervenciones de precios, hasta reglas de fijación de estos últimos que permitirían avanzar en propuestas de nuevas instituciones que tiendan a corregir las problemáticas señaladas y ubiquen al Estado como un actor relevante que permita orientar los procesos de desarrollo. Al respecto desde el Centro de Estudios de la corriente Agraria Nacional y Popular se viene trabajando en un proyecto de conformación de una “Agencia Nacional de Comercialización” de productos agropecuarios y agroindustriales que vincule a sectores de la producción, el trabajo, el comercio, el transporte y el sistema financiero coordinados por el Estado, como garantía del interés general.

Esta iniciativa plantea un conjunto de desafíos que a los fines descriptivos podemos ordenar de la siguiente manera:

En primer lugar se requiere avanzar en la descripción y análisis desde el que partimos para el diseño de la política de comercialización que involucra la situación actual del comercio agropecuario y agroindustrial, su infraestructura y los actores del sector involucrados.

En un segundo momento, se plantea abordar la conformación de una mesa de trabajo entre los actores convocados a formar parte de la empresa, estableciendo un orden de prioridades. Y definiendo en ese marco el formato y la conformación que debe tener la Empresa Nacional Mixta, acordando los aportes de cada integrante y el rol asignado al Estado. Además, el análisis puntual de la cantidad y calidad de los recursos humanos necesarios.

El tercer aspecto implica la definición sobre la manera de operar de la empresa de comercialización.

En cuarto lugar, se requiere organizar el modo de financiamiento del sistema: ya sea la compra de productos, como la entrega de insumos para la producción.

Finalmente, resulta necesaria la planificación de la política de infraestructura y logística que debe adquirir la empresa nacional de comercialización. A continuación, una breve descripción de estos cinco desafíos necesarios para avanzar en la conformación de la Agencia Nacional de Comercialización.

1. Descripción y análisis del punto de partida para el diseño de la política de comercialización

A. Hacer un análisis de la situación de los niveles de concentración del comercio de productos agropecuarios y agroindustriales: quiénes lo manejan, qué cantidad, el origen de estos capitales. Por ejemplo:

  1. Si bien la producción primaria de granos involucra a una importante cantidad de productores (73 mil), solo el 6% de los mismos concentran el 54% de la producción. La última cosecha registró más de 105 millones de toneladas de granos y un incremento en la producción sojera superior a las 9 millones de toneladas respecto a la cosecha precedente.
  2. El complejo oleaginoso presenta constituye el principal complejo exportador de nuestro país (28% del total de las exportaciones)
  3. Dentro de la producción de oleaginosas realizada en el país, la de soja es la que reviste mayor importancia (representa el 84% de la producción total de aceites)
  4. Siete empresas multinacionales manejan el 80% de las ventas al exterior de soja: ADM, Bunge, CHS Argentina, Dreyfus, Cargill, Nidera y Toepfer concentraron el 82,14% de las ventas a lo largo de todo 2012, y el 65% entre enero y octubre del 2013. Dreyfus y Bunge lideraron la tabla en 2013.
  5. Entre las aceiteras, las principales son Bunge (EE UU), AGD (Argentina), Cargill (EE UU), Molinos Ríos de La Plata (Argentina), Dreyfus (Francia), Vicentín (Argentina), Glencore/Oleaginosa Moreno (Suiza), Nidera (Holanda). Las tres primeras transnacionales (Cargill, Bunge y Dreyfus) controlan el 60% de las exportaciones de subproductos, incluyendo Molinos Río de la Plata que pertenece al grupo Bunge. Mientras que las de capital nacional exportan el 28% (AGD, Vicentin, ACA). Las 4 primeras transnacionales del ranking concentran el 63% de las exportaciones totales de granos, exportan el 62% del trigo, el 65% del maíz y el 61% de soja. Como grupos nacionales aparecen dentro de los 10 primeros ACA y AGD controlando el 9 % de las exportaciones totales.
  6. Los exportadores y aceiteras están nucleados en CIARA CEC (Cámara de la Industria Aceitera de la Republica Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales) son 23 en total. Las principales son Cargill – ADM – Dreyfus – Bunge.

B. Saber con qué infraestructura cuenta hoy el Estado (acopio, acondicionamiento, puertos, oficinas comerciales), en qué situación están (concesionadas, prestadas, paradas, en desuso) y en qué lugares. Por ejemplo: Según la Bolsa de Comercio de Rosario, la región del Gran Rosario es la que tuvo el mayor crecimiento en el transporte de cargas terrestres del país en la última década, con volúmenes anuales del orden de los 7 millones de toneladas por vía ferroviaria y más de 60 millones por camión, concentrando el 30% del movimiento nacional de cargas de todo tipo. Además, por los puertos instalados en su entorno se embarcan más del 60% de las exportaciones de granos del país, del 85% de las de aceites y del 93% de las de subproductos.

Infraestructura de transporte fluvial y marítimo

En Argentina, el 76 % de la exportación de granos sale por puertos de la Hidrovía.

En el Paraná se concentra el 80 % de la exportación agrícola local, el mayor tráfico siderúrgico y reúne todo el movimiento de cargas generales, fluviales y de contenedores, que tienen como puerto de origen y destino Buenos Aires.

El Polo Rosario-San Lorenzo-San Martín abarca 20 puertos privados. Es la principal salida de exportación de granos en líneas marítimas transnacionales. Está el clúster más grande del mundo de procesamiento de granos, harina, aceites y biodiesel.

En la actualidad, por la HPP transitan 500 embarcaciones al mes para el transporte comercial; la mayoría de las mercancías son pools (granos, cereales, maderas, mineral de hierro, contenedores, etc.), de bajada, con una frecuencia de 4 veces más que de subida, y en subida se transporta combustible en el orden del 80%.

Hidrovia SA es la empresa concesionaria del Río Paraná, está integrada por Jan De Nul NV, empresa de dragado belga, y de EMEPA S.A., núcleo empresarial argentino. Ambas resultaron beneficiarias del proceso de privatización de los 90, cuando el menemismo concesionó el Río Paraná como vía navegable desde Santa Fe hasta el Océano Atlántico.

En 2009, se concretó el acuerdo estratégico de Petróleo PdVSA con la naviera nacional Fluviomar, que dio origen a la nueva empresa venezolana-argentina Fluvialba. Un paso importante se dio con la firma del acta de entendimiento entre Fluvialba y el astillero Tandanor.

El volumen medio de transporte de una barcaza es de 1.400 toneladas, equivalente a la utilización de 40 vagones o 50 camiones.

La participación de los puertos situados entre Timbúes y Arroyo Seco en las exportaciones pasó de 54% en 1990 a casi el 78% en los últimos años.

Transporte por ferrocarril

El ferrocarril transporta apenas el 8% de la carga total.

En 2006, había alrededor de 6.500 vagones de carga entre sólida y líquida, y una red total de, aproximadamente, 28.000 km.

Existen cinco líneas de carga en la Argentina: Nuevo Central Argentino (NCA), Ferroexpreso Pampeano (FEPSA), Ferrosur Roca (FSR), América Latina Logística (ALL) y Belgrano Cargas. Las dos primeras son las que mayor cantidad de granos y subproductos transportan. NCA opera alrededor de 5.000 kilómetros de líneas de carga en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán. FEPSA, en tanto, alcanza San Luis, La Pampa, Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe.

Composición actual de la red nacional de carga: Ferrocarriles de carga

  1. Buenos Aires al Pacífico (BAP), Pescarmona, 5.300 km.
  2. Mesopotámico-Urquiza (FMGU), Pescarmona, 2.600 km.
  3. Ferrosur Roca (FR), Loma Negra, 3.400 km.
  4. Ferroexpreso Pampeano (FEPSA),Techint , 5.200 km.
  5. Nuevo Central Argentino (NCA), Aceitera Deheza, 4.500 km.
  6. Gral. Belgrano (FGBSA), varios, 10.000 km.

Utilización:

  1. El tendido del Nuevo Central Argentino, de propiedad de la Aceitera Gral. Deheza, es utilizado como colector de granos hacia las plantas de la empresa y de despacho de aceite a los distintos puertos de embarque, como el que la misma firma tiene sobre el Paraná.
  2. Casi el 80% de las cargas del Ferrosur Roca, que pertenece a Loma Negra, se compone de cemento y otros materiales que moviliza esta empresa entre su planta de Olavarría y Buenos Aires.
  3. Lo mismo, pero en menor medida, ocurre con el transporte de acero por el Ferroexpreso Pampeano, del grupo Techint.

Transporte por camión

A principios de la década del 90, pasaban por la región portuaria del río Paraná 800 camiones por día y, a principios de 2000, la cantidad se elevó a 1700 camiones. Hoy se estiman en más de 6000 diarios con muchas probabilidades de llegar a 10.000 en el pico de la cosecha.

En el transporte de granos a nivel interno, es muy alta la participación del camión.

La BCR explica que el 85% de la producción total de granos y derivados es transportado en camión. El transporte total de camiones, sumando los fletes de larga y corta distancia, permite suponer necesidades estacionales de hasta 50.000 camiones diarios en meses pico de salida.

(Fuente: Ex ONCAA, CANPO, BCR, MECON)

C. Analizar el espectro de exportadores, aceiteros y molineros, acopiadores con quienes es posible desarrollar las alianzas para la construcción de la empresa estatal. Para poder definir con quién, debemos tener en cuenta el aspecto político, lo económico (tamaño de cada empresa), la infraestructura con que cuenta, la ubicación espacial territorial de cada una, a fin de garantizar contar con una red que permita llegar a todo el país. Por ejemplo:

  • En la comercialización de soja, los acopiadores tienen una participación del 20,7%, las cooperativas un 15,5% y las corredoras un 25,9%, mientras que el 26,7% se vende en forma directa.
  • Los productores nucleados en cooperativas comercializan por esa vía el 80% de su producción. Las principales son AFA y ACA.
  • A medida que crece el tamaño del productor, crece la comercialización a través de canales directos (exportadores o industriales) y el uso de corredoras.
  • El 50 por ciento de la producción total de soja es comercializada a través de corredores y de manera directa.
  • Los megaproductores venden un 47% por forma directa, y un 31%, mediante corredores.
  • Los canales acopiador/consignatario y cooperativas pierden peso a medida que crece el tamaño del productor, a favor del corretaje y la venta directa.
  • Cooperativas: hasta octubre de 2013, AFA participó con el 18,48% y ACA con 7,43%, sumando un total de 1.659.975 toneladas, tres veces lo que exportó A.C.A en 2012 (559.975 toneladas)

2. Conformación de mesa de trabajo entre los actores que serán convocados a formar parte de la empresa, estableciendo un orden de prioridades. Definir en ese marco el formato y la conformación que tiene que tener la Empresa Nacional Mixta, qué pone cada uno y qué pone el estado. Además, la cantidad y calidad de los recursos humanos necesarios.

  1. El Estado Nacional a través de su Ministerio de Agricultura
  2. Los gobiernos provinciales de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos (ya que éstos son parte del ente que maneja el puerto).
  3. Concejo Federal productivo con representantes de los gobiernos provinciales de todas las provincias.
  4. Las empresas cooperativas del sector como ACA, AFA y FECOFE.
  5. Los acopios nucleados en la Federación de Centros y Entidades Gremiales de acopiadores de cereales.
  6. Los trabajadores a través de sus organizaciones sindicales, como los de la industria aceitera, molinera y harinera, los trabajadores rurales y portuarios, ferrocarriles y camioneros.
  7. Las empresas pequeñas y medianas del sector agroalimentario, así como también las grandes de capital nacional como AGD y Vicentín.
  8. Los productores a través de sus organizaciones gremiales.
  9. Los acopios nucleados en la Federación de Centros y Entidades Gremiales de acopiadores de cereales.
  10. Los bancos públicos, cooperativos y privados nacionales nucleados en ABAPRA y ADEBA.

3. Definir la manera de operar de la empresa de comercialización

  1. La forma clásica de compra a través de los acopios, o en forma directa, operando en el mercado disponible como en el mercado futuro. Comprando y pagando el grano en el momento de la entrega de la mercadería, como normalmente opera cualquier otra empresa.

  2. Esta debe ser una forma novedosa que nos debe distinguir del resto de las empresas, y tiene que ver con modelos similares a los implementados en Canadá o Australia, con el siguiente mecanismo de funcionamiento:

    1. El productor deberá elegir previamente si elige este sistema de comercialización, definiendo las toneladas aproximadas a comercializar bajo este sistema, el cual siempre se hará a través de los acopios cooperativos o privados.
    2. Al momento de la entrega del producto, se le pagará un valor del 60 o 70 % del total; con todo este producto se hará un pool de granos que después se irá vendiendo prioritariamente al mercado interno para la molienda, o entregado “a fason” a las plantas de empresas nacionales para luego obtener aceite y subproductos.
    3. A partir de las ventas que se vayan realizando durante el año se irá construyendo un precio promedio de todas las ventas el cual deberá estar todos los días en Internet para que cada productor pueda ver todas las operaciones de compra-venta que se hacen con el pool de granos que él integra, para poder determinar cuál es el precio final del producto que él entregó para ser liquidado por completo al momento de finalizar las ventas.
    4. Si el precio de venta final es inferior al monto entregado al inicio (60 o 70%), la empresa o el Estado se harán cargo de esa diferencia, que debe ser recuperada en los próximos años, lo cual garantiza una estabilidad de precio, tanto a lo largo del año como a través de los años.
    5. Quien ingrese a este sistema tendrá la posibilidad de que se le financien a cosecha todos los insumos necesarios para la producción de su cultivo, que se hará a través de la red de acopios.
    6. Acuerdo estratégico con CIAFA, que es la cámara de los laboratorios nacionales para poder distribuir sus productos; la misma se deberá comprometer a garantizar la calidad de los mismos y la cantidad necesaria para proveer a los productores, lo mismo con la semilla a través de los multiplicadores nacionales CASEM.

4. Organizar el modo de financiamiento del sistema: ya sea la compra de productos como la entrega de insumos para la producción

  1. La empresa nacional deberá estar integrada por los grandes bancos públicos más la participación de bancos provinciales, cooperativos y privados nacionales, siendo ésta la fuente de financiamiento.
  2. La empresa recibirá como ingresos una comisión por el comercio de los granos, la cual será definida previamente, así como se definirá la comisión que se le pagará al acopio, en un sistema de transparencia donde el productor, o cualquier involucrado, pueda tener acceso por Internet u otros sistemas a la información simple y requerida por él mismo.

5. Planificar la política de infraestructura y logística de la empresa de comercialización

La posibilidad de contar con una infraestructura regional que permita el transporte de los productos es central para comercializar con el mundo con nuestros servicios y costos.

Es, por lo tanto, estratégico impulsar la nacionalización y ampliación del servicio ferroviario, el fortalecimiento de una línea de bandera que fabrique aviones en el país, la recuperación de la marina mercante y el control estatal sobre la hidrovía Paraguay-Paraná en alianza con los países de la región y las empresas nacionales.

A la vez avanzar en la inversión pública y la regulación estatal para que el conjunto de los argentinos pueda decidir cómo se transporta, a quién y qué se transporta, en un proceso de sustitución de las exportaciones de materias primas por exportaciones de productos elaborados hacia las góndolas del mundo.

  1. La empresa podrá desarrollar todo tipo de emprendimientos para el logro de sus objetivos, como la construcción de puertos, depósitos, oficinas, fábricas para el procesamiento de los granos y sus derivados.
  2. Análisis de la composición actual de la red nacional de carga y la utilización del tendido ferroviario para diseñar estrategias de infraestructura a futuro. Los ramales estratégicos son tres:
    1. Buenos Aires al Pacífico (BAP), Pescarmona, 5.300 km
    2. Nuevo Central Argentino (NCA), Aceitera Deheza, 4.500 km
    3. Gral. Belgrano (FGBSA), varios, 10.000 km
  3. La recuperación del ferrocarril por parte del Estado deberá ser en primera instancia en alianza con los acopios del interior y, dentro de ellos, con las cooperativas, y de modo que todos tengan acceso cargar en el tren. Esto permite que todos gocen de igualdad de condiciones, no como hoy, cuando sólo unos pocos usan el tren, lo que disminuye considerablemente sus costos, quedando en situación muy ventajosa con respecto al resto.
  4. El transporte marítimo debe garantizarse a partir de la recuperación de nuestra flota mercante, construyendo un conjunto de barcos que permitan desarrollar nuevamente la experiencia de la logística y transporte al mundo. Nuestro Estado cuenta hoy en día con uno de los astilleros más grandes de Latinoamérica, el que gracias a la lucha de sus trabajadores se mantuvo en la órbita del Estado en la década de los 90.

Es importante avanzar con mayor presencia por parte del Estado mediante mecanismos reguladores del mercado y la competencia sobre aquellos actores que ostentan el manejo de las cadenas productivas, y sobre aquellas empresas que ejercen el poder dominante. Pero se hace necesario ir por más: avanzar en la diversificación de un modelo productivo con ramas industriales con mayor agregado de tecnología. Comenzando por la transformación de la proteína vegetal que hoy se exporta en proteína animal, lo cual significa un aumento exponencial de la rentabilidad en la producción y la comercialización, del número y condiciones laborales de los trabajadores, del ingreso de divisas por exportación, de los establecimientos agropecuarios y agroindustriales.

El objetivo estratégico de avanzar en el agregado de valor en origen sobre la producción primaria, tiene que ver con la soberanía decisional del país, el fortalecimiento nacional y la distribución de la riqueza a partir de un Estado regulador; implica un cambio en la lógica hegemónica del modelo agro-sojero-exportador concentrado, lo cual necesariamente conllevará políticas de Estado que generarán adhesiones y resistencias. Deberá diagramarse la política de industrialización de la producción agraria, atendiendo al objetivo del agregado de valor en origen con desarrollo local y altos niveles de asociativismo, lo cual implica más producción y más trabajo nacional.


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  • www.grupoCANPO.org
  • www.Infocampoblogs.com.ar

  • Notas

    i Al respecto significativo el análisis sobre los cambios operados en los actores agro pampeano realizado por Arrillaga, H. y Grosso, S. (2009) “Reconfiguración de actores sociales en un territorio: el caso del agro pampeano argentino, en un contexto de globalización”.
    ii Como ejemplo de tal situación se puede observar el conflicto que se desarrolló durante el año 2012 cuando las principales exportadoras de cereales y derivados lanzaron un cese de comercialización como protesta por la deuda reclamada por AFIP por deudas mal liquidadas que datan de 2007. En ese conflicto las principales exportadoras decidieron retirarse del mercado de soja para evitar liquidar divisas al Banco Central en un momento de extrema necesidad de dólares por parte del gobierno. Disponible en:http:// www.grupocanpo.org/1/cartillacomercioexterior
    iii En el ejercicio 2011/12 ACA comercializó 14,19 millones de toneladas, la cifra más alta en los 90 años de vida de la cooperativa. Con tal volumen, ACA es el mayor originador de granos del país. Tiene también una planta de producción de agroquímicos y productos veterinarios en la ciudad de Campana (Buenos Aires), una fábrica de alimentos balanceados en San Nicolás (donde se produce el “Ruter” para el destete hiperprecoz del ganado bovino), un frigorífico porcino en Justiniano Posse (que opera las marcas Magret y Trozer) y un criadero de semillas de maíz, girasol, sorgo y soja en Pergamino y otro de trigo en Cabildo (Buenos Aires). Además, ACA es uno de los principales exportadores argentinos de miel, contando para ello con una planta de homogenización de dicho producto en Pilar (Buenos Aires).Fuente: Infocampoblogs. Ing. Javier Preciado Patiño.
    iv Por ejemplo, en el período 2007-2012, las ramas industriales no relacionadas con recursos naturales tuvieron un déficit con el comercio exterior de 200.000 millones de dólares. (datos del Centro de Estudios para la Producción CEP).
    v Mediante los decretos 2.284 del 31/10/1991 y 2.486 del 26/11/1991 el poder ejecutivo dispuso la disolución de la Junta Nacional de Grano.
    vi La ley de Actividades Portuarias 24.093 y el decreto ley 769/93 establecen el marco legal de estos puertos privados que incluyen la actividad industrial.
    vii El artículo 9de la ley 24.093 establece: “…que cuenten con la vigilancia pertinente de la Prefectura Naval Argentina u otra adoptada por quien administra o explota el puerto.
    viii El decreto 817/92 de desregulación marítima y la reglamentación de la ley 24.093 mediante el decreto 769/93 suspendieron los convenios colectivos del sector, establecieron la libre contratación, la eliminación de ajustes salariales automáticos y derechos “que conspirasen contra la productividad laboral”.
    ix El cercenamiento de derechos laborales y del derecho de huelga fue parte en la década de los 90 de similares iniciativas respecto del derecho laboral en la mayoría de los países, orientados a establecer mecanismos de mercado en los contratos laborales portuarios, establecer cláusulas que limiten el derecho de huelga. Ver “ La Reforma Laboral y la participación privada en los puertos del sector público”, cuaderno CEPAL, Santiago de Chile 1996
    x Esta producción tiene un alto impacto en el consumo y precios en el mercado interno y además fue motivo de conflicto político durante 2013.
    xi Sin seguir un orden estricto de importancia, los siete principales exportadores son: Estados Unidos, la Unión Europea, Australia, Argentina, Canadá, Rusia y Ucrania.

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