Venezuela: Democracia protagónica y participativa (2007-2014) | Centro Cultural de la Cooperación

Venezuela: Democracia protagónica y participativa (2007-2014)

Autor/es: Juan Manuel Karg

Sección: Especial

Edición: 20

Español:

El presente trabajo tiene como objetivo analizar, en el lapso 2007-2014, el surgimiento de diversas instancias de participación popular en el marco de la llamada Revolución Bolivariana en Venezuela. Nos enfocaremos en la creación de los Consejos Comunales y Comunas, como intento de resolución de problemáticas cotidianas de las comunidades, advirtiendo que las Ciencias Sociales del continente no han analizado el tema en su complejidad. A la vez, daremos cuenta de la relación entre estas novedosas herramientas con los poderes públicos preestablecidos y las instituciones que sostienen el Estado venezolano. ¿Cómo se ha dado la relación entre ambas instancias: lo instituido y lo instituyente? ¿Cuál ha sido el papel del Poder Ejecutivo, tanto durante la presidencia de Hugo Chávez como al comienzo de la gestión de Nicolás Maduro en Miraflores? Por último, abordaremos el papel de los Consejos Comunales y las Comunas en el intento de construcción de un Socialismo del Siglo XXI en el país caribeño, eje de construcción de un orden social de nuevo tipo que tanto Chávez como Maduro han reivindicado como horizonte estratégico del proyecto político en curso en el país.


1. Introducción

Para el autor de este artículo, las Ciencias Sociales de nuestro continente no han abordado en profundidad, en la última década, un elemento participativo novedoso en la configuración política de la etapa posneoliberal en América Latina: la creación y emergencia de Consejos Comunales y Comunas en el marco de la Venezuela Bolivariana –uno de los procesos más radicales de intento de configuración de un nuevo orden social en nuestro continente–.

Se han escrito, sí, infinidad de artículos y ponencias tendientes a dar cuenta de un exacerbado “hiperpresidencialismo” en la gestión venezolana desde la llegada de Hugo Chávez al Palacio de Miraflores, luego de su triunfo en las presidenciales de 1998. Pero, paradójicamente, no se ha podido analizar que fue el propio Chávez, luego del llamado a la creación de un Socialismo del Siglo XXI nuestroamericano, quien convocó a la creación de estas instancias vinculadas con las realidades cotidianas de las comunidades, y sus necesidades.

¿Ha sido este un “olvido intencionado” de parte del mainstream de la Ciencias Sociales en nuestro continente? ¿O esta ausencia de documentación y clasificación sobre los límites y potencialidades de estas novedosas experiencias tiene relación también con su incipiente desarrollo, el cual no ha sido del todo abordado por los cientistas sociales de nuestro continente? Este artículo pretende, asimismo, adentrarse en otros elementos importantes para dar cuenta de estas nuevas formas protagónicas: ¿Cómo se da la interrelación entre el Ejecutivo y estas instancias que emanan de la sociedad civil, aun luego de la muerte de Chávez y la asunción de Nicolás Maduro? ¿Cuál es el papel de los Consejos Comunales y Comunas en la búsqueda de la construcción de un Socialismo del Siglo XXI al cual se hace reiterada alusión desde Caracas?

Aquí no analizaremos, por tanto, uno de los aspectos principales cumplidos por Venezuela en la última década y media: su inserción e influencia en términos geopolíticos regionales, sobre todo a partir de la creación de diversas instancias de integración autónomas de los designios de Washington –como Unasur, Celac, ALBA–. Se procurara dar cuenta de elementos cotidianos indispensables, pero internos, que no han tenido gran relevancia de acuerdo al tratamiento dado por parte de los grandes medios masivos a nivel internacional, pero tampoco han sido estudiados en profundidad desde el ámbito de las Ciencias Sociales.

1.2. Una primera aproximación a los Consejos Comunales y Comunas, hoy

De acuerdo al Censo 2013, realizado por el Ministerio de Poder Popular para las Comunas y Movimientos Sociales, Venezuela cuenta en su actualidad con más de 40 mil Consejos Comunales y casi 1.500 Comunas en todo su territorio nacional. Estos datos, desde la fría estadística, implican a su vez un desarrollo considerable de instancias cuyo surgimiento data de 2006 –es decir, menos de diez años atrás–.

Para la conformación de una Comuna, los Consejos Comunales deben realizar una comisión promotora. Esta es la encargada de redactar una carta fundacional, que tiene una discusión primaria a partir de la asamblea de ciudadanos y ciudadanas de la comunidad. Luego, para su aprobación y registro posterior, debe realizarse un referéndum en el cual participe, como mínimo, el 15% del padrón electoral de dicha localidad. Estos pasos, previstos por ley, son necesarios para legitimar la Comuna y dotarla de los derechos y responsabilidades con los que cuenta esta herramienta.

Algunas cuestiones interesantes a analizar, según datos del propio relevamiento realizado por el MPPCyMS: Zulia, estado fronterizo con Colombia que siempre ha tenido fuerte presencia opositora al chavismo –también durante el primer año de presidencia de Maduro, más allá de haber ganado la gobernación a fines de 2013–, presenta 4559 Consejos Comunales, siendo, por lejos, el Estado que más ha avanzado en este aspecto (más de 10% del total global). El Estado llanero de Barinas, a su vez, presenta la emergencia de 140 Comunas sobre 1879 Consejos Comunales, siendo el Estado que más ha desarrollado una integración complementaria entre ambos componentes, y dando cuenta de un notable potencial en la conformación de Comunas. Y, además, el Estado de Lara, con 161, sigue a Zulia en el orden de comunas por distrito.

Estos elementos nos muestran un gradual crecimiento de estas instancias de participación protagónica en el interior del país, lo que reforzaría la tesis de un desarrollo mayor por fuera del distrito Capital (Caracas). Una de las hipótesis que manejamos es que la necesidad de lograr una mayor vinculación con instancias productivas lleva a un desarrollo sistemático de estas instancias en el interior del país. Trataremos de dar cuenta de este proceso más adelante, con algunos ejemplos particulares en los diversos estados venezolanos.

1.3. El papel del poder popular y su importancia en el Plan de la Patria (2013-2019)

Es interesante, llegados a este punto, analizar el papel teórico que, en uno de los últimos textos escritos de puño y letra por Chávez, se le asigna al poder popular, como “vector” de la democracia protagónica venezolana. Allí, en el denominado Plan de la Patria 2013-2019, se afirma que el poder popular es:

...garante del reconocimiento de la dignidad del ser humano, como sujeto en ejercicio pleno de sus derechos, reconociendo a la familia como un factor determinante de protección y base fundamental del nuevo andamiaje social, cuyas premisas han de ser la armonía, la solidaridad, la complementariedad y la corresponsabilidad como vía hacia el vivir bien.

Es decir, aparece la figura de un sujeto colectivo, sólo posible en plenitud a través de la sociedad, que será quien lleve adelante los cambios a los que hace referencia el texto, detallado compendio de los objetivos planteados para el actual período de gobierno por el fallecido ex presidente venezolano. Es importante destacar la propia construcción del Plan de la Patria: al presentarlo ante el Consejo Nacional Electoral, Chávez planteó que la propuesta estaba sujeta a “un gran debate desde las bases del pueblo”. Este proceso de discusión colectiva implicó, de acuerdo con datos oficiales que constan en el proyecto de ley, 11.412 asambleas de debate en las cuales participaron cerca de 450 mil personas. Así, 200 propuestas nuevas –que no estaban contempladas en el texto propuesto por Chávez– fueron integradas al texto final, producto de la deliberación en la sociedad venezolana.

Sin embargo, hay que decir que esa expresión del “plan de la patria” no es antojadiza, sino que se vincula con progresivas leyes que, en esa materia, se aprobaron en la Asamblea Nacional. Veamos un ejemplo: a fines de 2010, se sancionó la Ley Orgánica del Poder Popular (LOPP), cuyo fin es, según afirma el propio texto...

...impulsar el fortalecimiento de la organización del pueblo, en función de consolidar la democracia protagónica revolucionaria y construir las bases de la sociedad socialista, democrática, de derecho y de justiciai.

Un concepto cruza fuertemente los artículos de la LOPP: el de soberanía popular. Por ello, esta ley también menciona la necesidad de generar condiciones para garantizar que la iniciativa popular asuma funciones, competencias de administración y ejecución de obras.

2. Empresas sociales directas e indirectas. Correlación entre Consejos Comunales, Comunas y estructura productiva.

Uno de los mayores desafíos de instancias como los Consejos Comunales y las Comunas tiene que ver con el involucramiento de estas instancias en el proceso productivo del país, teniendo en cuenta el cambio en la matriz productiva que se intenta fomentar en vías de ir abandonando la cultura política y económica del “rentismo” petrolero. De acuerdo a la Ley Orgánica para el Fomento del Sistema Económico Comunal, que también data de fines de 2010, hay dos clases de propiedad social comunal: las empresas de propiedad social directa comunal y las empresas de propiedad social indirecta comunal. La diferencia principal reside en que estas últimas los medios de producción son de propiedad pública-estatal, dándole la potestad al Estado para poder transferir progresivamente estas propiedades “a una o varias comunas”, de acuerdo a lo consignado en la ley. Es decir: cuando esa transferencia ocurre esas empresas pasan a ser “de propiedad social directa comunal”.

¿Qué las diferencia, por caso, de las conocidas cooperativas? Que estas no cuentan con una base territorial o sociopolítica definida, mientras que las empresas de propiedad social comunal se encuentran arraigadas en las organizaciones comunales que son responsables de su organización y funcionamiento cotidiano. El desarrollo de estas instancias se da en la búsqueda de “impulsar y consolidar una economía productiva, redistributiva, posrentista, poscapitalista, sobre la base de un amplio sustento público, social y colectivo de la propiedad sobre los medios de producción”, tal como también se consigna en el Plan de la Patria, recientemente aprobado como leyii.

El autor de este trabajo participó, en febrero de 2013, de varias reuniones con los productores de la Empresa de Propiedad Social Indirecta Comunal Carpintería Plaza, en Guarenas Guatire, Estado Miranda, en el marco del proyecto de investigación en curso. La carpintería, inaugurada a mediados de 2012 y cuyo trabajo está relacionado directamente a satisfacer la demanda de materiales para la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), cuenta con unos 30 productores –con una proporción igualitaria entre hombres y mujeres– que pertenecen al Consejo Comunal Plaza (Guatire).

Es interesante ver el ciclo de capacitación técnica: con una duración de tres meses, dictado conjuntamente por miembros del Fondo de Desarrollo Microfinanciero (Fondemi), el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES), y la Escuela del Fortalecimiento del Poder Popular, los productores se han formado tanto en el área específica –el propio trabajo de la carpintería– como en formación sociopolítica. Este es un elemento destacado, ya que en el propio lugar donde está emplazada la carpintería, los trabajadores cuentan con dos aulas donde realizan cursos, charlas y seminarios, antes y después del horario laboral.

Varias cuestiones a señalar sobre el funcionamiento de esta unidad productiva: todos los productores poseen un mismo horario de trabajo, y cobran por ello el mismo salario. En cuanto a la organización del trabajo, funcionan con asambleas de productores, cuya dinámica gira en torno a la adquisición de materia prima, y a establecer mecanismos de rotación en las funciones que desempeñan en la actividad productiva.

La hipótesis que mencionáramos con anterioridad, referida a un posible mayor auge de estas instancias de participación en el interior del país, en virtud de dar cuenta de la resolución de problemáticas cotidianas, parece corroborarse con la ampliación en la inauguración de empresas de propiedad social comunal, con vinculación directa con los Consejos Comunales y las Comunas. Durante nuestra visita a Venezuela, comprobamos la inauguración de unidad de suministros agrícolas vinculados a instancias de participación protagónica en los estados Lara, Apure, Cojedes, Falcón, Sucre, Bolívar, Yaracuy, Zulia, Guárico, Barinas, Táchira.

En estas unidades de suministro, que trabajan en relación directa con instancias de comercialización popular como Mercal o Pdval –mercados con productos al costo, promovidos por el Ejecutivo– se producen principalmente alimentos: carne de res, carne de cerdo, pollo, pescado, tomate, legumbres, papa, queso, yuca, topocho, aguacate, piña, lechosa, entre otros productos. Allí la formación es similar a la recibida por los productores de la carpintería Plaza: hay un curso específico de manipulación de alimentos, y también una formación en el área ideológico-política. En muchos casos, además, estas unidades de suministro han pedido colaboración a los diferentes entes gubernamentales para poder formarse en otros aspectos indispensables para desarrollar ese trabajo: tareas de tipo administrativo, contable –principalmente respecto a la estructura de costos–, y de modelos de gestión.

3. Las Ciencias Sociales y la democracia participativa en Venezuela

Si bien hemos mencionado una ausencia notoria de rigurosos análisis sobre la creación de este tipo de instancias –que en parte atribuimos a la aún novedosa emergencia de estos procesos–, destacamos que hubo algunas voces que plasmaron sus primeras impresiones de este tipo de herramientas en los pocos años que las mismas tienen desarrollándose. De acuerdo a Edgardo Lander, uno de los primeros investigadores que se ha abocado al estudio de este nuevo fenómeno,

...las experiencias organizativas populares a partir del impulso de políticas públicas son, como necesariamente debían ser, muy desiguales. Desde experiencias en las cuales se encuentran más presentes el clientelismo y el paternalismo, hasta otras en las cuales se han logrado gestar tanto niveles mayores de autonomía de las organizaciones y comunidades en relación a los organismos públicos que impulsan dichas políticas, como tendencias a la democratización de las propias instancias públicasiii.

En el inicio de esta experiencia, Lander caracterizó a los Consejos Comunales como un bypass de los niveles estaduales y municipales, para el establecimiento de una institucionalidad paralela que, sin la mediación de esas instancias del Estado, “establece una relación directa entre la organización en el ámbito comunitario –los Consejos Comunales– y la Presidencia de la República”iv.

En su análisis acerca de la Ley Orgánica de Consejos Comunales, sancionada en 2009, la investigadora argentina Natalia Scarselleta afirma que ésta fomenta “que el pueblo organizado ejerza el gobierno comunitario y la gestión directa de las políticas públicas”. Para Scarselleta se promueve que, por un lado, las organizaciones que ya trabajan en ese territorio puedan reunirse y consensuar un plan único de trabajo, para trabajar en conjunto de acuerdo a los conocimientos diversos que pueden existir, y que se pueden aprovechar en beneficio colectivo. Y, además, impulsando el control sobre las actividades de los asambleístas de la comunidad y sobre la gestión de los recursos, ya que, de acuerdo a la autora, “las asambleas cuentan con múltiples estrategias de control y regulación para evitar los casos de corrupción, el desvío de fondos, y el incumplimiento de lo pactado”v. Se produce, por tanto, un fenómeno de contraloría por parte de la propia comunidad, no sólo en lo referido a cuestiones netamente económicas, sino también a las funciones públicas de vocería –en representación de la comunidad–.

Acá es importante mencionar a la Ley Orgánica de Contraloría Social, también de 2010, donde a su vez se hace hincapié en la corresponsabilidad del Ejecutivo, al afirmar que:

...los informes y denuncias producidos mediante el ejercicio de la contraloría social y que hayan sido canalizados ante los órganos competentes del Poder Público deben obtener oportuna y adecuada respuesta.

Tras ello, la ley advierte de la posibilidad de efectuar sanciones a los funcionarios públicos que no se sometan a ello. La contraloría social está prevista como la quinta y última fase de la planificación participativa, luego del diagnóstico de situación, de la elaboración de un plan, del pedido de presupuesto y de la ejecución final de la obra prevista.

En tanto, para Víctor Álvarez, investigador del Centro Internacional Miranda, y más crítico que sus antecesores, es imprescindible que las herramientas de poder popular se involucren en la discusión respecto a la matriz productiva, tema que analizáramos en el apartado anterior. Así, Álvarez afirma que “las nuevas relaciones de poder se expresan a través de la propiedad social sobre los medios de producción”. Para este economista, la propiedad de los medios de producción es primordial porque:

...es la única manera de garantizar que la productividad social se aproveche en función del pleno desarrollo de todos, en lugar de ser utilizada para satisfacer los propósitos particulares de los capitalistasvi.

En base a lo que venimos planteando en este trabajo, esta preocupación de Álvarez parece estar contenida en el gradual paso que está previsto en el desarrollo de la economía comunal: el pasaje de una propiedad social comunal indirecta a una directa de parte de las unidades de producción.

4. La relación entre las Comunas y los poderes públicos preestablecidos

El actual Ministro del Poder Popular para las Comunas y Movimientos Sociales, Reinaldo Iturriza, afirma que en estos momentos, en Venezuela, hay un trabajo mancomunado entre el poder popular y las alcaldías –mayoritariamente oficialistas, de acuerdo a las últimas elecciones municipales realizadas en diciembre de 201–. Este dato es importante en relación con un argumento de tensión entre ambos, propagado por determinadas fuerzas conservadoras de la sociedad venezolana –que, en sus diatribas contra la organización popular, han buscado en estos años “dividir” a ambos–.

De acuerdo a Iturriza,

...se pudo demostrar que existe una tendencia: los alcaldes trabajan conjuntamente con las comunas. Eso demuestra que no hay comunas chavistas ni opositoras, lo que hay es la voluntad política de un sujeto de impulsar esa forma de organizaciónvii.

Esta afirmación, actual, se contrapone con el análisis que Lander realizaba en 2007, con el inicio del desarrollo de los Consejos Comunales (a los que caracterizaba, tal como vimos, como by pass).

Algunos ejemplos recientes son interesantes para ver la relación entre las comunas y los poderes preestablecidos: en el municipio Sucre, del Estado Miranda, por ejemplo, donde ha ganado la Mesa de Unidad Democrática en las recientes elecciones municipales, tal como afirmara Iturriza, “se vio a pueblo antichavista votando a favor de la carta fundacional porque reconocen la figura de la Comuna como apoyo a la resolución de problemas concretos de la población”.viii

Esto demuestra cierta aceptación, por parte de algunos sectores conservadores de la sociedad venezolana, de los logros que implica la auto-organización social. Es decir, sin haber un apoyo al Gobierno Nacional, sí hay motivos cotidianos que ameritan apoyar la fundación de la Comuna como tal.

Para Gerardo Rojas, miembro de la Comuna Socialista Ataroa y director regional en Lara del MPPCyMS, la comuna es:

...la negociación permanente de las fuerzas que están participando de un territorio en función de construir su auto-gobierno. –Por ello, Rojas afirma que–: ...no es que un factor controla, sino que es el rehacer cotidiano de las relaciones de poder en un territorio lo que garantiza que la comuna esté en el tiempoix.

Es decir, no habría equilibrio sostenido en el desarrollo comunal, sino disputa permanente de proyectos al interior de los territorios, factor que es él mismo, de acuerdo a esta cosmovisión, el que produce la perdurabilidad del proyecto comunal.

5. La participación protagónica en el marco de la construcción del “Socialismo del Siglo XXI”

Diversos analistas políticos e intelectuales han dado cuenta de la necesidad de repensar el socialismo en nuestro continente, a partir del llamado de Hugo Chávez de construir un “Socialismo del Siglo XI”. ¿Cómo influyen en esta construcción instancias como los Consejos Comunales y Comunas, teniendo en cuenta las propias afirmaciones de Iturriza acerca de que incluso el propio “pueblo antichavista” se expresa a favor de la construcción de estas instancias?

Sin duda, dentro del paradigma teórico del propio Chávez había una relación directa entre ambas concepciones. Es decir: un cambio radical en la organización de la sociedad también debería tener una vinculación directa con nuevas formas de participación protagónica, para lograr una complementación adecuada. Este es un rasgo trascendental de la búsqueda de un socialismo de “nuevo tipo”, tal como se considera al “Socialismo del Siglo XXI”.

Para el politólogo argentino Atilio Borón:

...el nuevo socialismo requiere cambios en dirección del asociativismo, la propiedad colectiva, el cooperativismo y una amplia gama de experiencias de autogestión y cogestión, así como diversas formas de propiedad pública y colectiva.x.

Es interesante su análisis sobre el tema, ya que comienza trabajando la matriz “económica”, para luego dar lugar al papel de “lo político” –siempre considerando que no podemos reducir ambas esferas, ni analizarlas como si fueran compartimentos estancos, sino dar cuenta de su vinculación constante–.

Así, Borón afirma que

...se trata de un nuevo socialismo que podría sintetizarse en la siguiente fórmula: propiedad colectiva (no necesariamente estatal) de los medios de producción + democratización fundamental de todas las esferas de la vida social.

De esta visión se desprende que las instancias de participación protagónica de la sociedad podrían dar elementos necesarios para avanzar en ambos planos –ya que no habría “democratización” política sin su correlato económico y viceversa–. Este análisis parece en sintonía con la visión de las leyes sancionadas por la Asamblea Nacional venezolana que hemos analizado con anterioridad.

De acuerdo con la mirada de István Mészáros, autor que fue citado fuertemente por Chávez durante numerosas alocuciones, el patrón de medición de los logros en la transición hacia ese “Socialismo del Siglo XXI” debería ser...

...hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas contribuyen activamente a la constitución y consolidación bien arraigada de un modo sustancialmente democrático, de control social y autogestión general.xi.

Desde este punto de vista, claro está, la relación entre democracia participativa y efectividad en la gestión es complementaria e indisoluble.

6. La Comuna en el escenario político post Chávez en Venezuela

Desde la llegada al gobierno de Nicolás Maduro, el eje de participación popular ha tenido varias aristas importantes para su gestión. Primero, en relación con el día a día. Maduro creó el llamado “gobierno de calle”: momentos donde tanto él como miembros de su gabinete participan de actividades callejeras en los diversos Estados, analizando –y resolviendo, claro– las problemáticas sociales, políticas y económicas que allí se dan.

Sin embargo, el llamado “gobierno de calle” es parte de una reflexión mayor, que parece provenir, en parte, de una advertencia del propio Chávez en una de sus últimas apariciones públicas. Allí, en el Consejo de Ministros del 20 de octubre de 2012, el entonces presidente venezolano llamó a su gabinete a efectuar un “golpe de timón” en la gestión pública. Incluso, en referencia a Maduro -entonces recién nombrado vicepresidente- Chávez afirmó “Nicolás, te encomiendo esto como te encomendaría mi vida: las comunas, el estado social de derecho y de justicia”.xii

La cita supo expresar –con un cierto dramatismo indisimulable, pero acompañada de una gran firmeza discursiva– el contenido de una fuerte autocrítica que el entonces presidente, ya gravemente enfermo, quería realizar sobre el incipiente desarrollo de los Consejos Comunales y Comunas. Chávez llego a decir, en ese discurso, que “la autocrítica es para rectificar, no para seguir haciéndola en el vacío. Es para actuar ya”. Advertía cierto amesetamiento de la gestión gubernamental en relación con la creación de nuevas instancias de participación protagónica, y advertía que sus ministros –su equipo de colaboradores más cercanos– no veía el problema que eso significaba (es decir, no se involucraba en la temática de participación popular por creer que no era de su competencia específica, tal como señaló).

Sin dudas el cambio de actitud tomado por Maduro en relación con el tema tuvo que ver con esas palabras y con esa advertencia. Así, organizó junto a Iturriza –a quien él mismo nombró en su cargo, con el visto bueno de gran parte de las organizaciones sociales del campo popular venezolano– las jornadas que derivaron en el Censo Comunal de 2013. También el ex canciller expresó la importancia del tema en lo referido a su gestión durante el balance anual que realizó ante la Asamblea Nacional en enero de 2014, donde sentenció que:

...la comuna, como expresión del poder popular, es el camino para avanzar a plenitud hacia la democracia participativa y protagónica como proyecto de vida. Decir comuna en el marco del proyecto bolivariano es decir organización, cambio y libertad.xiii

7. Conclusiones de un proceso abierto

Arribamos a algunas conclusiones preliminares luego del desarrollo de los diversos elementos que nos proponíamos analizar, para poder comprender globalmente las nuevas instancias de participación popular en la Venezuela Bolivariana. En primer lugar, una certeza: la participación protagónica es pensada como parte fundante del proceso político que vive Venezuela. En ese marco se constituyen los Consejos Comunales y las Comunas, como la búsqueda continua de un necesario pasaje de una democracia aún representativa a una democracia participativa, que ayude a garantizar derechos sociales y políticos en la cotidianeidad.

La segunda certeza tiene que ver con la necesaria vinculación entre estas instancias y el desarrollo de una economía de nuevo tipo, abierta a las necesidades de las mayorías populares, solidaria y cooperativa. Es decir, de acuerdo con los autores analizados y el propio desarrollo de estas herramientas, es necesaria una complementación entre “lo político” y “lo económico” en la búsqueda de construir un orden social –siempre manifestando, como ya hemos hecho, que es imposible disociar ambas nociones y conceptos–. Y en ese sentido hay que ser claros: el necesario pasaje de una economía rentística a una diversificada –previsto en el Plan de la Patria 2013-2019– aún no se ha dado en Venezuela, lo que complejiza aún más el panorama. Los Consejos Comunales y Comunas pueden tener un papel vital en ese desenlace, sin el cual será imposible pensar un desarrollo global –es decir, en todos sus aspectos– de las comunidades.

Tercera certeza: estas instancias deben retomar discusiones colectivas y aportes normativos de las diferentes leyes aprobadas por la Asamblea Nacional. Es un proceso de participación colectiva que, tal como decimos en el título de este punto final, sigue abierto por la propia dinámica del proyecto político en términos generales, el cual creemos que aún no ha entrado en fase de irreversibilidad –tal como lo demuestran los diversos intentos de desestabilización que hemos presenciado a inicios del 2014–. Por tanto, la formación en el seno de las comunidades es uno de los factores que más puede ayudar a asentar el trabajo que ya se viene desarrollando.

Cuarta certeza: los Consejos Comunales y Comunas han jugado un rol importante en la denuncia a los intentos de desestabilización en este tiempo, pero su rol debe ir más allá: detrás del rechazo a los intentos de restauración de un orden social conservador, debe anidar también el necesario horizonte de construir un nuevo orden, más justo, democrático y con garantía de la plena justicia social. Saldar esa dicotomía –entre lo nuevo que no termina de nacer, y lo viejo que no termina de morir, parafraseando a Gramsci– debe ser una de las principales motivaciones de cualquier tipo de instancia democratizadora en la Venezuela Bolivariana actual.


Notas

i Ley Orgánica del Poder Popular, Edición de Min. Comunas, 2010.
ii Plan de la Patria 2013-2019, recientemente aprobado como ley por la Asamblea Nacional. Ver online en: http://www.asambleanacional.gob.ve/uploads/botones/bot_90998c61a54764da3...
iii Lander, Edgardo, “El Estado y las tensiones de la participación popular en Venezuela”, en: Revista del Observatorio Social de América Latina, Año VIII, N° 22, septiembre de 2007.
iv Ibíd. Pág. 77
v Scarselleta, Natalia,“¿Democracia participativa? El caso de los consejos comunales en Venezuela”, en: Revista Demos Participativa, Año 3, Volumen 3, Nº 5, septiembre de 2010.
vi Álvarez, Víctor, “Del Estado burocrático al Estado comunal”, Ediciones Centro Internacional Miranda, Caracas, Venezuela, pág. 94.
vii Iturriza, Reinaldo (2014). “Las comunas son un nuevo estadío de la democracia bolivariana”. Ver online en: http://www.mpcomunas.gob.ve/reinaldo-iturriza-las-comunas-son-un-nuevo-e...
viii Ibíd
ix Rojas, Gerardo. “La comuna es construir la sociedad nueva”. Portal Alba TV, 25/03/2014. Ver online en: http://www.albatv.org/La-comuna-es-construir-la-sociedad.html
x Borón, A. 2008. Socialismo Siglo XXI. ¿Hay vida después del neoliberalismo?. Ediciones Luxemburg. Buenos Aires, Argentina.
xi Mészáros, István. 2001. Más allá del capital. Ediciones Vadell. Caracas
xii Chávez, Hugo (2012). Golpe de timón, Consejo de Ministros. Ver online en: http://www.minci.gob.ve/wp-content/uploads/downloads/2012/11/GOLPE-DE-TI...
xiii Maduro, Nicolás (2014). Memoria y cuenta, balance de la gestión 2013. Ver online en http://www.asambleanacional.gob.ve/uploads/documentos/doc_5d7e238cb9429f6004947adbd2712c1550afc446.pdf

Compartir en

Desarrollado por gcoop.