Carolina González Velasco es doctora en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Profesora e investigadora, ha publicado numerosos artículos referidos a su tema de investigación en revistas especializadas y compilaciones académicas, siendo Gente de teatro. Ocio y espectáculos en la Buenos Aires de los años veinte su primer volumen. Con él, la autora pretende reflejar el mundo del teatro de la década del veinte y el contexto histórico-social en el cual está inserto. Así, el libro...

...se ocupa de ese mundo del teatro en tanto experiencia social: describe y analiza las prácticas y relaciones entre sus actores, sus representaciones y productos culturales, y explota las articulaciones y los significados del fenómeno teatral en la sociedad porteña de los años veinte. (P. 13).

La publicación está estructurada en cinco grandes capítulos, los cuales, a su vez, ordenan la lectura bajo diferentes subtítulos. En el primer apartado, “Buenos Aires en los años veinte: sociedad y espectáculos” (p. 21), se aborda el aspecto general del relato, la ciudad, y las diferentes actividades y lugares que son enmarcados por ella, como las salas de teatro, los cafés, los cabarés y los prostíbulos, entre otros. En el segundo capítulo, “El negocio de los espectáculos teatrales: empresarios y consumidores frente a frente” (p. 55), se analiza el crecimiento del teatro como actividad redituable, las estrategias de los empresarios para vender sus productos, y las diferentes características de un público que es tomado como consumidor. “Identidades, conflictos gremiales y experiencias políticas en el mundo del teatro” (p. 103), por su parte, nos adentra detalladamente en el camino que recorren actores, autores y demás trabajadores del teatro para organizarse, en las pujas de intereses que se dan en ese marco, y en la incursión en política de los teatreros a través del partido Gente de Teatro. El cuarto apartado, “El corpus de las obras teatrales: una mirada de conjunto” (p. 159), arroja las opiniones –en general, devastadoras– de los críticos sobre las obras, y analiza las características que las llevan a ser catalogadas como productos realizados fabrilmente. El último capítulo es “Las obras del género chico: guía para el usuario porteño de los años veinte” (p. 187); allí se analizan los tópicos más frecuentes en los espectáculos del género chico, y cómo a través de ellos se puede hacer una lectura general de la ciudad de Buenos Aires.

A continuación se presentan un breve epílogo (p. 221), las conclusiones (p. 225), y dos interesantes anexos: uno con los principales cafés, teatros y cabarés de la época –que incluye su representación en el mapa– (p. 231); y otro con las obras que se estrenaron en el mes de septiembre de los años 1922, 1925 y 1930 (p. 241). Luego del intenso recorrido que realiza el libro, se concluye en la suma importancia del auge de los espectáculos teatrales en Buenos Aires durante los años veinte, por su inapelable presencia y porque desde su análisis, también se pueden observar las modificaciones atravesadas socialmente: “En una ciudad que crecía a ritmo sostenido y en una sociedad caracterizada por el cambio y la mezcla, el teatro, en diálogo con la prensa, la literatura y el tango, también construyó sentidos sobre la ciudad y la vida urbana” (p. 229).

Gente de teatro. Ocio y espectáculos en la Buenos Aires de los años veinte es un material muy valioso en su interrelación entre el teatro y la historia, da cuenta de un profundo trabajo de investigación y de un minucioso estudio de fuentes. El libro aporta una sistematización ordenada de datos concretos sobre una década de grandes cambios para la ciudad, y sobre la manera en que estos son aludidos por el mundo del teatro. Así, con un análisis integral, González Velasco se desplaza desde lo general a lo particular, y atraviesa la estructura de Buenos Aires y sus barrios, arribando a las temáticas que abordan las obras de teatro –con lo que cierra el círculo perfectamente, al advertir tópicos que refieren a distintos aspectos de la ciudad y la sociedad dentro de las representaciones artísticas–. El estudio es descriptivo y observa el detalle. Si bien, por momentos, corre el riesgo de volverse reiterativo, la escritura amena, coloquial, condimentada con anécdotas, y el material fotográfico que acompaña, hacen de Gente de teatro. Ocio y espectáculos en la Buenos Aires de los años veinte una obra que ilustra de maravillas una época y que aporta una interesante mirada histórico-social sobre la actividad teatral.