Estamos presentando el segundo número de nuestra primera experiencia en publicaciones periódicas digitales. Esperamos que el ejemplar de presentación haya satisfecho a los lectores y generado interés para abordar las nuevas apariciones. Nos podemos considerar satisfechos por las visitas recibidas teniendo en cuenta la novedad de la propuesta y la maraña de ofertas que circulan en el universo digital.

En este número, ofrecemos una importante novedad, tendremos como colaborador especial al artista plástico Adolfo Nigro con la publicación de dos de sus obras y un trabajo sobre su obra a manera de contratapa.

Como hemos señalado en nuestro primer número, los artículos centrales son producto de trabajos de nuestros investigadores e intentan mostrar, a modo de apretada síntesis, los ejes centrales del proyecto del Centro Cultural de la Cooperación: la formación de intelectuales de las nuevas generaciones en el pensamiento crítico. Presentamos también artículos de opinión de nuestro propio espacio de dirección y de invitados especiales, intentando proponer distintas miradas del quehacer cultural, político y social de la Argentina.

También acompañan este número de la revista comentarios de libros propios o de otras editoriales que consideramos de importancia para el debate actual en los campos que abarca nuestro proyecto. Y como siempre está la sección Palos y Piedras con trabajos vinculados al ámbito de la producción teatral que ya tiene un espacio ganado entre los especialistas y aficionados a ese territorio creativo.

Han pasado varios meses desde el primer número, pocos en realidad en términos normales, una eternidad tratándose de la Argentina y del proceso que estamos viviendo en Latinoamérica.
Con una gran participación popular hubo elecciones en Cuba, por primera vez en mucho tiempo y por propia voluntad no ocupará cargos en el gobierno el Comandante Fidel Castro. Este hecho histórico marca la capacidad del pueblo cubano para resolver con firmeza política, en un marco de soberanía y libertad, un paso que los enemigos pensaban sería traumático y apocalíptico. La Revolución Cubana muestra así su vitalidad y vigencia. Seguiremos contando con los aportes de Fidel, plenos de agudeza y sabiduría, desde su lugar de estadista, como elementos esclarecedores para el debate de los grandes problemas actuales.

Un momento de gran tensión fue motivado por la violación del territorio ecuatoriano por parte del ejército colombiano y la consecuencia del asesinato del dirigente de las FARC Raúl Reyes. Aparte de constituir esta agresión un claro acto invasivo y lesivo de la soberanía de Ecuador, la caída de Reyes significó un duro golpe al proceso de negociaciones que éste venía protagonizando para una salida pacífica y negociada al conflicto interno colombiano. No hay dudas que éste fue el verdadero objetivo de la violenta acción orquestada por la cúpula uribista con el apoyo logístico y militar de EEUU.

Fue auspiciosa la respuesta de los países de toda la región solidarizándose con el gobierno ecuatoriano y rechazando la violación de un territorio soberano, evitando y aislando la presión norteamericana. El duro enfrentamiento interno colombiano solo puede tener solución por una vía pacífica y negociada. La movilización en contra de las tendencias más agresivas de la derecha colombiana y de la presión ejercida en ese sentido por el gobierno norteamericano, se ha convertido en un eje fundamental de la hora. Es de destacar la positiva actitud del presidente Chávez en su propuesta humanitaria para la liberación de los retenidos. Debemos aunar esfuerzos para que ese conflicto interno no se convierta en un enfrentamiento entre naciones hermanas.

También nuestro país tuvo sus turbulencias. Con la decisión gubernamental de aumentar y convertir en móviles las retenciones a la exportación de granos se desató una refriega que hizo emerger a la calle conflictos larvados, viejos y nuevos. Sintiéndose agredidos miles de productores agrarios salieron a protestar airadamente. En ese marco los sectores más conservadores, concentrados y reaccionarios de la sociedad argentina se montaron y convirtieron una lucha gremial en una oportunidad política. No es casual que el criador de caballos Luciano Miguens, actual presidente de la “célebre” Sociedad Rural y directivo de la misma desde 1979, haya dicho con una euforia mal disimulada que ya no son la vieja oligarquía, y que ahora son aceptados por la sociedad. Está claro que es este otro sofisma. En el río revuelto, la verdaderamente existente oligarquía intenta mimetizarse con los chacareros, para sacudirse el estigma que supo construir a lo largo de un siglo y medio. Es preciso estar alertas pues la derecha existe y busca avanzar. Este proceso de más de veinte días ha logrado encausarse en una negociación. Hoy está transitando carriles de diálogo. Es nuestro deseo que este camino se consolide, que en los acuerdos se reconozcan y respeten los intereses de los productores pequeños y, sobre todo, los del pueblo, pues es altamente injusto que los que menos tienen no puedan acceder a los alimentos básicos para solventar la extraordinaria rentabilidad obtenida en el negocio de granos por los grandes terratenientes y monopolios de la exportación.

Si bien una revista de aparición cuatrimestral no tiene compromisos con la coyuntura, los tiene con la realidad.

Hasta la próxima.