“La ciudad empresa. Espacios, ciudadanos y derechos bajo la lógica del mercado” Buenos Aires, Ediciones del CCC, 2013 | Centro Cultural de la Cooperación

“La ciudad empresa. Espacios, ciudadanos y derechos bajo la lógica del mercado” Buenos Aires, Ediciones del CCC, 2013

Autor/es: Javier Marín

Sección: Comentarios

Edición: 19


El impulso inicial

Hace 5 años, cuando todavía era joven la actual gestión de gobierno en la Ciudad de Buenos Aires y mientras un número importante de ciudadanos apoyaba las protestas de las patronales agrarias, Nicolás Casullo nos convocaba (y provocaba) a “empezar a discutir la derecha”. Era un “empezar ya” que alertaba sobre una acción necesaria y urgente:

Dilema enredado y a examinar, cuando la derecha no pretende ser, hoy en la Argentina y en otros países, un partido desde sus antiguas prosapias, o que busque un nuevo traje que la delate. Tampoco una programática que aparezca “contra alguien en especial”. Más bien una adopción para todos, que se yergue y aduce la desintegración de “anacronismos” basados en las vetustas ideas de “conflicto” político, de “intereses opuestos enfrentados”, de “lucha social”. La derecha es, desde hace años, activa: de avanzada. Es una permanente operatoria cultural de alto despliegue sobre la ciudadanía (...) i

Por un lado, se trataba de llamar la atención sobre los modos de llevar adelante una batalla cultural que, todavía, afrontamos demasiado confiados en la potencia persuasiva del mejor argumento, así como en elementos de discurso heredados de luchas anteriores, ante recorridos de la política de derecha que pensamos ya sabidos, conocidos de antemano.

Ahora, ¿qué sucede cuando, como decía Casullo, “la derecha no busca trajes que la delaten”? A menudo, las denuncias y consignas caen en el vacío no solo por la protección mediática que tienen los representantes del poder económico concentrado, sino también porque la forma concreta de expresión de los valores progresistas no encuentra los adversarios que antes explicitaban de manera más clara orientaciones y proyectos; discursos que, aunque ideológicamente antagónicos, eran solidarios en la construcción de una arena común de disputa. Lo que intenta, y a menudo logra, el lenguaje conciliador con que hoy se construyen los proyectos de exclusión no es solo el ocultamiento del conflicto propio de política, siempre construida en terreno de intereses enfrentados, sino, sobre todo, la desarticulación del campo discursivo en el que los signos concretos de distintas ideologías articulan su modo de lucha y se delimitan unos a otros a partir de esa relación.

Nuestro país tuvo la triste distinción de representar un paradigma internacional como laboratorio del neoliberalismo en los 90. Hoy es parte de un sólido grupo de naciones en nuestra región que lucha en todos los planos por la construcción de un camino alternativo al modelo neoliberal. En este contexto, cierta incertidumbre nos atraviesa a todos los que participamos en ámbitos de construcción política cuando vemos el apoyo que amplios sectores de la ciudadanía brindan a un proyecto de exclusión social como el que despliega el PRO en la Ciudad de Buenos Aires. El éxito, siempre parcial, de una nueva lógica discursiva como la que describíamos en el párrafo anterior no logra explicar este fenómeno, aunque sea un dato relevante. Sobre todo porque, más allá de cómo funcione el discurso político, es necesario atender esos otros discursos que se despliegan en las prácticas cotidianas de los ciudadanos. Es preciso estudiar, fundamentalmente, la vinculación orgánica de esos discursos con las políticas que impulsan los gestores de un modelo de ciudad que impone a todo la lógica de mercado; ya no solo al gobierno de los asuntos públicos, sino también a los derechos que aún se proclaman universales. Estas políticas, plasmadas en programas no explicitados la mayoría de las veces, no responden solo a intereses coyunturales de una gestión, sino que forman parte de un modo específico de acumulación de capital en el mundo actual.

En este libro, un amplio y diverso grupo de investigadores del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini analiza, a partir de investigaciones y reflexiones fundadas, la forma específica en que la Ciudad de Buenos Aires está siendo construida como ciudad neoliberal. Las lógicas desplegadas para esta construcción guardan relación con procesos globales orientados por múltiples agentes del capital concentrado (fundaciones, empresas, grupos de pensamiento, medios de comunicación, organismos financieros, etc.), por lo cual sería erróneo reducir los análisis al accionar de la actual gestión de gobierno local. Aun cuando la mayor parte de estas investigaciones encuentren en la descripción de las políticas impulsadas por la administración macrista su modo de acercamiento a la problemática, en ningún caso se trata de una “crítica de gestión” o de artículos de denuncia.

Antes de avanzar, es necesario aclarar que, si bien todos los capítulos de este libro conforman un rico diálogo en el cual se analiza un mismo fenómeno desde planos distintos, no son el resultado de un proyecto único de investigación. Cada autor o colectivo de autores desarrolla su propio marco y se han respetado los enfoques particulares con los que venían trabajando. Hecha esta aclaración, proponemos algunas líneas de lectura que arman un recorrido posible que, por supuesto, no agota los aportes de cada artículo, sobre todo en lo que hace a la especificidad de los temas particulares que se abordan.

El modelo de ciudad-empresa

Este libro se abre con la introducción de Susana Murillo al paradigma de la ciudad-empresa. En este artículo, la autora describe los principios con los que históricamente se construyó la Ciudad de Buenos Aires y que se mantuvieron a pesar de los cambios propios del devenir histórico y la acción de gobiernos de diferentes signos ideológicos. Se trataba de una ciudad fundada en una idea de igualdad, garantía defendida además en múltiples procesos de lucha. Desde hace algunos años, y de manera más acentuada a partir del inicio de la actual gestión de gobierno, los principios neoliberales encuentran formas específicas de plasmarse en proyectos que empiezan a modificar seriamente la estructura heredada de aquella construcción histórica de la ciudad.

A lo largo de su artículo, Murillo pone en relación los principales temas y problemas que configuran el modelo de ciudad-empresa; tales ejes atraviesan también el resto de esta compilación. Si el impulso inicial de producir este libro tuvo que ver con la necesidad de superar las denuncias aisladas y desconectadas de una visión de conjunto, pensar la ciudad-empresa como paradigma nos permite ver el fondo histórico en el que se despliegan las políticas del estado local, los programas impulsados por sectores empresarios y las condiciones socio-políticas que hacen posible tal despliegue.

A partir del análisis de Murillo, podemos ver los nudos que atan entre sí los negocios inmobiliarios, los procesos de gentrificacónii (concepto importante en este libro) y los discursos xenófobos que solapadamente circulan en la sociedad y son insumo del marketing político que programa modos de segmentación del espacio urbano. A partir de estas estrategias, determinadas zonas van siendo rediseñadas de acuerdo a intereses del mercado, mientras grandes sectores de ciudadanos son expulsados, a veces de manera violenta, por representar el otro en el que se encarnan los miedos de los sectores incluidos en la dinámica hegemónica de la economía. La negación de derechos a ese otro excluido es un elemento necesario para el desarrollo de un proyecto de ciudad de este tipo.

Rol del Estado, poder privado, y políticas de espacio

En el segundo capítulo del libro, “La Ciudad de Buenos Aires y el derecho a la Ciudad”, Mutuberría, Navatta, Rodríguez y Zapata enmarcan en los cambios iniciados en los 70 en la economía mundial el nuevo rol asignado al Estado como posibilitador de negocios privados. Se describe el modo en que, sobre todo a partir de los 90, una nueva forma de producción del espacio urbano se desarrolla a partir de la renovación y recualificación de determinadas zonas, lo cual produce consecuencias habitacionales negativas para los sectores medios y bajos. La administración del suelo urbano orientada por intereses privados genera graves problemas de acceso a la vivienda, que son profundizados por una política del estado local en la materia que lejos está de ser mera incapacidad. Muy al contrario, los programas y presupuestos destinados a vivienda forman un todo articulado con el proceso de fragmentación de la ciudad y expulsión de las clases bajas y medias hacia zonas menos privilegiadas.

En este marco, se incorpora el concepto de Henri Lefebvre de “derecho a la ciudad”, desde el cual se define el derecho de toda persona a “crear ciudades que respondan a las necesidades humanas (radicales), y no a las del capital”.iii También en Buenos Aires, frente a las políticas expulsivas y medidas represivas se producen acciones de reclamo de ciudadanos que luchan por su derecho a la ciudad.

En el tercer artículo, “Polos, distritos y enclaves en Buenos Aires”, siguiendo la misma línea de análisis sobre el rol del Estado como posibilitador de negocios privados, Ivana Socoloff destaca el modo en que los objetos de la globalización desembarcan en los territorios particulares en un proceso que es tanto de “imitación como de creación”. Esto significa que los modelos que han probado su éxito como generadores de ganancia a corto plazo para grandes inversores de capital se instalan en las ciudades y aprovechan las particularidades locales para lograr una vinculación más orgánica con la nueva realidad. En el caso de los polos, se revalorizan zonas antes poco consideradas no solo para favorecer el negocio inmobiliario, sino por el beneficio que reporta a las empresas de un mismo rubro el concentrarse en un sector urbano para abaratar costos de distinto tipo. El estado local invierte fuertes sumas de dinero en la creación de las condiciones propicias para “atraer a las empresas”.

Se genera un proceso de fragmentación no solo de la ciudad a partir de las zonas revalorizadas, sino dentro de estos barrios, también con espacios que se privilegian sobre otros. A esto se suma una fragmentación social entre vecinos que pueden aprovechar las ventajas de la nueva situación y aquellos que pasan a ser un residuo molesto que hay que expulsar en pos de garantizar la “seguridad” en el barrio. Desde el Estado se contribuye activamente a este proceso con estrategias que asignan lugares específicos a cada grupo de ciudadanos, siempre desde una retórica que habla del beneficio común para ocultar los intereses contradictorios de distintos grupos.

En el cuarto artículo, “La orientación del gasto como herramienta de exclusión”, Carla Degliantoni y Lucía Pezzarini analizan el presupuesto de la ciudad entre 2007 y 2012. Cuando la gestión actual poco nos dice sobre sus planes de gobierno, es fundamental atender en qué se gastan los recursos de la ciudad para poder analizar con mayor fundamento la orientación de su programa político. En este trabajo, no solo se atiende al presupuesto asignado, sino también al que ha sido efectivamente ejecutado, quizá más importante que el anterior a la hora de estudiar las políticas que impulsa una administración. Además del conocido privilegio que esta gestión le dio a los grupos privados en Salud y Educación, con reducciones en el sector público que no responden a la falta de recursos, es preciso atender el modo en que se administraron los montos destinados a infraestructura de la ciudad. Fueron subejecutados presupuestos destinados a resolver necesidades inmediatas como vivienda, agua potable y alcantarillados. Si pensamos en el modo en que fondos públicos fueron usados para revalorizar zonas en beneficio de negocios privados, es claro que no se trata de incapacidad en la gestión de recursos, sino de un proyecto político con orientaciones muy precisas.

En el quinto artículo, “La Deuda Externa como mecanismo de dependencia”, Martín Burgos, Darío Carbón y Marcelo Betti hacen foco en el tristemente célebre problema de la Deuda Externa. Estudian el modo en que fue creciendo la Deuda de la Ciudad de Buenos Aires durante el gobierno de Macri. Más allá de los elevados montos, se describe el tipo de composición, que preocupa por el grado de participación de organismos internacionales bien conocidos en la Argentina durante los años 90, sobre todo por su vocación de injerencia en los asuntos públicos a partir del círculo perverso que genera el endeudamiento. El destino de los fondos también es tema importante de reflexión y complementario con el artículo anterior sobre presupuesto.

El artículo de Grisel Adissi, “El subsector público de Salud como una oportunidad única para los intereses privados”, aborda un tema de interés prioritario para todos los ciudadanos. Analiza el modo en que la fragmentación de la ciudad guiada por intereses privados afecta el todo orgánico que la ciudad debería constituir si se privilegiaran los intereses mayoritarios. Ante la falta de información oficial y confiable, Adissi reconstruye la trama que ata a inversores inmobiliarios, asociaciones profesionales, empresas farmacéuticas, negocios de medicina privada y, por supuesto, la gestión de gobierno local. El abandono de la salud pública que lleva al deterioro de las condiciones de atención, y en algunos casos al cierre de los hospitales, tiene bastante que ver con la segmentación social que un programa excluyente instala como guía de acción política. En casos como el del hospital Borda, aunque no es el único, los terrenos públicos son vistos como una inmejorable oportunidad de negocios. También en este artículo se estudia el modo en que los proyectos neoliberales adquieren su forma concreta a partir del aprovechamiento de las singulares condiciones históricas, sociales, políticas, económicas y culturales del lugar donde se desarrollan.

Exclusión: resultado y punto de partida

En el siguiente artículo, “Neoliberalismo y asistencia social en la Ciudad de Buenos Aires”, Ana Logiudice analiza las políticas de asistencia social guiadas por concepciones neoliberales tales como el precepto de nunca brindar asignaciones que superen los mínimos biológicos de reproducción. De esta manera, la asistencia no incide sobre la fuerza laboral disponible y la dinámica del mercado de trabajo. Para esto se privilegian los criterios de focalización: la asistencia se limita a la población inhabilitada de participar del proceso de valorización y ser integrada por la vía de la condición salarial. El trabajo examina el modo en que los criterios focalizadores son reinstalados o reeditados en nuevas formas. En temas de asistencia social, la exclusión, que es producto de un modelo de economía que privilegia el negocio privado sobre el interés de la sociedad, se vuelve un punto de partida.

En el siguiente artículo, “La (no) resolución del conflicto a través de la violencia…”, Perel, Glanc, Semeria, Habib y Acosta analizan la estigmatización de los sectores populares en el acceso a la vivienda y la Salud Mental. Se ponen en relación las políticas públicas de la actual gestión de gobierno con los derechos consagrados en la legislación vigente de la Ciudad de Buenos Aires, tanto en su Constitución como en la normativa específica sobre estos temas. Bajo la conocida retórica del no conflicto, se deslegitima la voz de aquellos que reclaman por derechos que el estado local niega a muchos de sus habitantes. De modo preocupante, son las mismas autoridades del poder público las que activan un lenguaje xenófobo para negar derechos y justificar acciones violentas. El uso de la fuerza (fuera de norma y desmedido) sirve como advertencia a los sectores pobres que insistan en tener acceso a los mismos derechos que gozan otros ciudadanos, es decir, aquellos grupos que el estado local reconoce como parte legítima de la ciudad.

Perfil de ciudadano para un proyecto de exclusión

En “Educación y neoliberalismo en la Ciudad de Buenos Aires”, Frisch, Gallucci, Peralta y Stoppani parten de la explicitación de un supuesto que atraviesa todos los artículos y merece ser destacado: “abordamos al neoliberalismo en tanto programa civilizatorio –político, social y cultural– de alcance mundial, que se despliega en la región bajo diversas iniciativas”. En tanto programa civilizatorio, la alianza entre el Estado y los inversores de capital no pude ser analizada como un simple negocio, ya que esto dejaría fuera el estudio sobre el perfil de ciudadano que este modelo social y económico necesita construir.

Desde la gestión neoliberal, la escuela es repensada en función de las necesidades empresarias. En lugar de la formación de ciudadanos libres, autónomos y críticos, la calidad educativa se mide por la capacidad de construir trabajadores dóciles, disciplinados y adaptables a las condiciones de un mercado cambiante. El individuo, convertido en empresario de sí mismo,iv es responsable de formarse de la manera más apropiada para competir por los lugares disponibles en el mercado laboral, siempre limitados de acuerdo al cálculo económico de las empresas. Así se pierde la concepción de la educación como un derecho universal, al convertirse en un bien de mercado, sujeto a los códigos de la competencia.

La incertidumbre sobre el porvenir es un fondo sobre el que se construyen los discursos legitimadores de este tipo de orientación. Otra vez el miedo se vuelve un elemento constitutivo del escenario social que construye el neoliberalismo y que se integra a los planes de gobierno.

También en este artículo se analiza el modo en que el sector educativo es encarado como un mercado donde se favorece la realización de negocios rentables para determinados agentes. Las resistencias de la comunidad educativa, tanto de docentes, padres y alumnos, no dejan de ser destacadas, ya que no sería justo afirmar que el proyecto pedagógico neoliberal esté avanzando sin dificultades. De hecho, las luchas en defensa de la educación pública inclusiva ocupan un lugar protagónico entre las disputas cotidianas frente al modelo de ciudad neoliberal impulsado por la gestión del PRO.

Por otra parte, la educación no es el único campo importante desde donde se construyen valores y subjetividades. Las múltiples y diversas formas de construcción simbólica deben ser atendidas a la hora de indagar qué tipo de ciudadano se intenta construir desde el proyecto neoliberal que gobierna la Ciudad de Buenos Aires. Un aspecto a destacar está ligado con las identidades colectivas construidas históricamente. En su artículo “Políticas de olvido: la gestión neoliberal de los patrimonios históricos y culturales”, Eugenia y Luis Sanjurjo encaran el modo en que las memorias vivas, territoriales y colectivas, según su propia definición, intentan ser borradas en pos de la construcción de un perfil de ciudadano que sea capaz de olvidar aquellos rasgos de identidad que lo atan con valores específicos a su barrio, a su ciudad y a otros ciudadanos.

Las prácticas cotidianas, las construcciones y las luchas de generaciones de ciudadanos dejan marcas en las memorias colectivas que se instalan también en la geografía urbana. En estas marcas, así como en prácticas colectivas localizadas territorialmente, sobrevive el recuerdo de un pasado común que sostiene imaginariamente a distintos colectivos de ciudadanos. A esto se hace frente con las políticas de olvido de un proyecto neoliberal que necesita romper todo lazo de solidaridad no regido por la lógica de mercado. Como también se estudia en el capítulo anterior sobre educación, el neoliberalismo tiene en la concepción de individuo como empresario de sí mismo una de las garantías fundamentales de su programa.

Es necesario atender también las producciones simbólicas contemporáneas, que forman un campo de fundamental importancia a la hora de pensar en los tipos de subjetividades que se construyen. Por eso, en su artículo “Hacia una ciudad cultural democrática”, Juano Villafañe encara algunos de los temas centrales para pensar la producción artística actual en la ciudad y, sobre todo, el tipo de política específica reservada al campo de la cultura.

Por un lado, la actual gestión de gobierno local enfatiza un lugar de la cultura como bien de exportación, para consumo de turistas. Así como los bienes materiales, también los productos simbólicos dejan de ser un derecho de todos para pasar a regirse por una lógica de mercado que restringe el acceso y reparte ganancia entre pocos, muchas veces dejando fuera a los artistas que participan del proceso de generación de esos ingresos.

Pensar la cultura como bien de consumo estandariza lo que debería distinguirse por su singularidad, y anula el potencial transformador de la experiencia estética. El autor señala la necesidad de organismos que democraticen el gobierno de la cultura incluyendo a intelectuales, artistas y trabajadores en la decisión sobre el destino de subsidios, becas e ingresos, así como en distintas estrategias de fomento a la producción y difusión. Estos organismos también deberían trabajar en el sentido de ampliar el acceso a la cultura, entendida como un derecho, a los sectores que hoy están marginados material y simbólicamente.

Villafañe dedica una mención especial a la Ley de Mecenazgo que impulsó el macrismo y que completa el panorama de una cultura cada vez más privatizada. A partir de esta norma, las grandes empresas pueden destinar fondos que deberían ir al Estado por medio de impuestos al auspicio de productos culturales de su elección. Así, la falta de organismos en áreas fundamentales de la producción cultural, se complementa con una política de auspicio guiada por empresas privadas, en cuyas manos queda la decisión sobre los productos simbólicos que tendrán vías privilegiadas de producción y circulación.

Violencia y autoritarismo: el cierre de la ecuación

Cerramos el recorrido con un artículo que dialoga de manera trasversal con todos los otros capítulos de este libro y aborda un tema central en la explicación del avance de un proyecto de exclusión de múltiples aristas, algunas de las cuales hemos tratado de descifrar y describir en este trabajo colectivo. En “La matriz autoritaria del proyecto neoliberal…”, Victoria Haidar interroga las razones que vuelven aceptable social y políticamente un proceder autoritario que funciona en muchos casos por fuera de los límites que distintos tipos de legalidades imponen a los gobiernos. En su indagación, la autora describe dos características fundamentales de la gestión neoliberal en Buenos Aires: 1) la división del espacio social entre una “comunidad de individuos libres e iguales”v y otro sector que queda excluido del goce de derechos formalmente asegurados a todos los ciudadanos; y, 2) la suspensión de las reglas del Estado de derecho en nombre de una supuesta “utilidad común”, siempre guiada por criterios de mercado.

La lógica que fragmenta el espacio material de la ciudad de acuerdo al cálculo económico crea también espacios sociales estratificados. Aquellos grupos que no participan de la dinámica hegemónica de mercado quedan también excluidos del acceso a derechos básicos. El factor que completa el proyecto de ciudad excluyente es la suspensión de derechos humanos y constitucionales de sectores sociales que, a veces a través del reclamo de derechos y otras sólo con su presencia, atentan contra un supuesto interés colectivo. Este “interés común” es también considerado dentro de los límites del grupo de ciudadanos incluidos económicamente y, por lo tanto, “dignos de vivir en la ciudad”.

Palabras finales

Como decíamos al principio de estas líneas de presentación, los elementos tomados para esta lectura (arbitraria como todas) no agotan la riqueza conceptual de los artículos compilados en este libro. Apenas sirven para adelantar al lector algunos contenidos y proponer algunas relaciones que hacen a la unidad de esta obra conjunta.

Por otra parte, si hablamos de los elementos que configuran la unidad de este trabajo, el rasgo principal está dado por el compromiso político con el que cada uno de los autores encaró la producción de estos textos. Con este libro esperamos hacer un aporte a la comprensión de un proyecto de exclusión contra el cual luchamos todos los días desde distintos espacios; tanto desde las experiencias individuales de cada investigador, como desde las prácticas que llevamos adelante como colectivo humano, político, intelectual y militante que conforma el Centro Cultural del Cooperación Floreal Gorini.

A lo largo de esta obra, podemos ver no solo el aceitado andamiaje que han logrado construir los gestores públicos y privados del neoliberalismo en la Ciudad de Buenos Aires, sino también la relación que hay entre las formas específicas de avance de ese proyecto y las luchas que le ponen frenos y límites. Estas resistencias, de las cuales formamos parte, y, sobre todo, los proyectos colectivos que proponen vías alternativas a este modelo de exclusión son las fuerzas capaces de transformar la angustia en convicción, en confianza para la construcción de una ciudad que pueda ser el lugar de todos.

Antes de terminar, me permito usar el tono personal para agradecer especialmente a Susana Murillo por su invalorable apoyo y por la generosidad intelectual y humana con la que acompañó este proyecto. Agradecer a Juan Carlos Junio, a Jorge Testero y a toda la Dirección del CCC, por su confianza a la hora de delegar temas de gran importancia. A la Secretaría de Estudios e Investigaciones del CCC, por su constante trabajo y participación activa en el armado de este libro. Finalmente, el agradecimiento a cada uno de los autores por la dedicación y el entusiasmo para llevar adelante esta publicación, por el valioso tiempo que dedicaron a hacer posible este trabajo que es tan fiel reflejo del espíritu colectivo y solidario que anima a nuestro querido Centro Cultural.


Notas
i Nicolás Casullo. “Empecemos a discutir la derecha”, en Página 12, 27-05-2008.
ii La gentrificación denota el proceso de desplazamiento de sectores de bajos ingresos producto de la revalorización de sus zonas de residencia, así como su consecuente reemplazo por otros de mayor poder adquisitivo.
iii Henri Lefebvre. El derecho a la ciudad, Barcelona, Ediciones Península, 1968.
iv Michel Foucault. Nacimiento de la Biopolítica. Curso en el Collège de France (1979- 1979), Buenos Aires, FCE, 2007.
v Domenico Losurdo. La contrahistoria del liberalismo, España, El viejo Topo, 2005.

Compartir en

Desarrollado por gcoop.