Presentamos este nuevo número de nuestra revista, en vísperas de elecciones legislativas en nuestro país. Nuevamente, en una saludable práctica que las nuevas generaciones dan como natural, los ciudadanos son convocados a elegir entre los candidatos que ejercerán su representación por un período de cuatro años.

Como siempre ante estas circunstancias, las presunciones se hacen más complejas por tratarse de una compulsa donde no se considera como esencial la ejecutividad de un gobierno, sino decisiones que implican modalidades electivas mucho más singulares. De cualquier manera, entendemos que tanto las primarias (PASO) como la propia elección de octubre plantean escenarios en los cuales pueden ponerse en juego el sostén de un proyecto; y en este sentido, consideramos fundamental que una fracción importante de votantes exprese la voluntad de continuar con el apoyo masivo al gobierno, proponiendo a las distintas instancias legislativas a candidatos que claramente se sumen a los bloques existentes que defienden desde sus estratégicos escaños los logros de todos estos años.

En ese sentido no es indiferente para nosotros la posibilidad de que sea reelegido para continuar en la Cámara de Diputados Carlos Heller. Nuestro dirigente cooperativista se ha destacado en la defensa de las mejores propuestas y ha presentado proyectos de gran sensibilidad social, siguiendo los objetivos generales del movimiento cooperativo y cumpliendo a rajatabla con los compromisos contraídos con sus votantes. Está claro para nosotros que en esta compulsa no sólo se trata del ejercicio del sufragio. Para el movimiento solidario esta elección es parte de un gran debate acerca del modelo de país que queremos para los próximos años.

En el tema específico de la cultura, ámbito de nuestro Centro, entendemos que es mucho lo que se ha avanzado en la última década. Han sido notables los aportes en materia audiovisual, editorial (en ese lapso el Estado ha adquirido más de 65 millones de ejemplares para los estudiantes en todos sus niveles), teatral; se afirmó la federalización de las industrias culturales y la puesta en marcha de la ley de medios, si bien interdicta aún en aspectos esenciales, sirvió de acicate a producciones que en otras épocas eran impensables.

Un gran contraste se ve claramente en relación a las políticas públicas en la Ciudad de Buenos Aires, en la cual cuatro años de gobierno de derecha han deteriorado las expresiones de cultura popular siendo penosa la situación de un ámbito que siempre se destacó por su creatividad, obligando a redoblar esfuerzos por recuperar para el campo popular la administración del distrito capitalino como un paso estratégico en el plan de generar poder para el pueblo.

En este número de la revista, como un aporte a un debate de suma actualidad, incluimos una nota de opinión del destacado abogado constitucionalista Eduardo Barcesat, sobre la imprescindible e impostergable necesidad de reforma del sistema de Justicia, demorada por la concentración de poderosos intereses que se resisten a los avances democráticos y que encuentran en la actual configuración del Poder Judicial la garantía última para sostener sus privilegios, muchas veces salteando leyes democráticamente aprobadas.

En la clásica sección de Investigaciones a la cual dan cuerpo artículos de nuestros propios investigadores, incluimos un análisis sobre la relación entre políticas culturales y políticas públicas, problematizando el nada sencillo concepto de “esfera pública”, temas de interés estratégico para nuestro Centro Cultural. Por otra parte, luego de la feroz represión llevada a cabo por el gobierno de Mauricio Macri sobre pacientes, familiares y médicos del hospital Borda, un trabajo de Grisel Adissi reconstruye el modo en que la problemática psiquiátrica fue calando cada vez más hondo en la sensibilidad social. Por último, presentamos un artículo sobre el problema del agua en Bolivia, que repasa la historia del conflicto durante el periodo de hegemonía neoliberal, con las graves consecuencias de la mercantilización de este derecho básico, y analiza el nuevo momento a partir de la democratización y los límites que aparecen en el momento de concretarla.

No podemos dejar de mencionar que en el mes de junio hemos organizado el “Ciclo La Patria Grande”, una presentación con destacados representantes del pensamiento y la acción política latinoamericana, poniendo en acto la decisión de expresar las opiniones de protagonistas en la construcción de esta maravillosa aventura de la integración de nuestra región. En ese marco, tuvimos el gran placer de recibir en nuestra casa tres enriquecedoras visitas: de la República del Ecuador, a Galo Mora Witt, secretario ejecutivo del partido Alianza País, asesor del presidente Rafael Correa; de la República de Cuba, a Abel Prieto, Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas de la Escuela de Artes y Letras de la Universidad de la Habana; y, por último, a Álvaro García Linera, vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia y miembro del partido Movimiento al Socialismo. Para compartir parte de esta valiosa experiencia con nuestros lectores, en este número, incluimos una entrevista con Galo Mora y prometemos para las próximas ediciones materiales referentes a los otros dos invitados.

Lo que resta del 2013 será un tiempo de grandes tensiones, que no deben alterar el trabajo fecundo, creativo y audaz que la irrupción de la política en su mejor versión ha generado fundamentalmente en la juventud abriendo un cauce más que interesante para el futuro cultural argentino. Desde nuestra visión de izquierda latinoamericanista, continuaremos convocando a debatir en nuestra sede a los grandes líderes político-culturales de esta época apasionante de nuestro continente.

Seguramente todos los investigadores del CCC, tanto de las ciencias sociales como de las artísticas; serán protagonistas de los debates teóricos y de las luchas sociales y políticas que se vivirán en el marco de la disputa de poder que está en pleno desarrollo en nuestra Patria. Una vez más, cultura y política se entrelazan indisolublemente. Para nosotros esa unión está en la naturaleza del desarrollo social, con el consiguiente e inevitable conflicto que trae aparejado, cuando se quiebran viejos paradigmas y dogmas culturales que se amalgaman con los intereses económicos de los grandes capitalistas.

En suma, concluimos una vez más en la voluntad de que nuestro centro continúe aportando al debate cultural de nuestro tiempo.