Los medios y nuestra historia | Centro Cultural de la Cooperación

Los medios y nuestra historia

Autor/es: Osvaldo Bayer

Sección: Comentarios

Edición: 18


Reproducimos el prólogo del libro de reciente aparición “Prensa en Conflicto: de la guerra contra el Paraguay a la masacre de Puente Pueyrredón” coordinado por Luciana Mignoli. Ediciones del CCC, 2013.

Cuando tuve en mis manos el original de este libro me dije: por fin algo así, estudiar el comportamiento de los órganos de información en las diversas fechas clave de nuestra historia. Y este nuevo aspecto de la discusión que tiene que abrirse –y ya se ha abierto, por suerte– es para lograr una democracia que pueda denominarse así luego de que, en toda su historia, el grueso de la información que dominó en nuestra sociedad ha estado en manos privadas.

Era hora ya de hacer este balance. Y justo aquí, en estas páginas, se han tomado ocho fechas clave. En algunas de ellas el pueblo salió a la calle en la protesta social, en otras diversos sectores del poder hicieron uso de ese poder para defender el sistema social y económico que ha caracterizado a nuestra historia, en detrimento de los principios de Mayo que desde 1813 cantamos como letra de nuestro Himno Nacional.

Los ocho acontecimientos clave que se tratan aquí son: la Guerra del Paraguay, la llamada Conquista del Desierto, la huelga de conventillos de 1907, la Semana Trágica de 1919, el bombardeo de la Plaza de Mayo en 1955, el Cordobazo en 1969, la huelga del 30 de mayo de 1982, y los sucesos de Puente Pueyrredón del 26 de junio de 2002.

Los que llevaron a cabo esta obra se basaron en la investigación y conclusiones de investigadores de cada uno de estos hechos, y elaboraron síntesis de los diálogos entre ellos, de manera que el lector va a penetrar en la esencia de cada uno de esos acontecimientos que marcaron tan visiblemente nuestra historia. Porque queda claro que la búsqueda de la verdad y del juicio final sobre la actuación de cada sector tiene que estar basado en la Ética en cuanto a la defensa del respeto por la vida y de los derechos constitucionales para todos sin excepción y no en la defensa de los intereses económicos de cada sector interviniente en el poder, como lo reflejaron las informaciones y las conclusiones finales de la denominada “Historia oficial”.

Este libro enseñará a los futuros investigadores de nuestra historia a tener en cuenta siempre los intereses que movían a cada uno de los medios de información de la época de los cuales se extraen los detalles de los sucesos acaecidos. Y por eso, para explicar en todos sus detalles y llegar a la verdad –basada en la Ética de la defensa de los Derechos Humanos– muchas veces hay que recurrir a testigos de época, cuando se tiene la suerte de llevar a cabo una investigación de hechos no muy lejanos en la vida de los pueblos.

Por ejemplo, es indiscutible la influencia que tuvieron los diarios La Prensa y La Nación en los hechos históricos mismos y luego en sus interpretaciones históricas al rememorarlos; como los hechos ocurridos desde hace cincuenta años han tenido la influencia de los dos diarios más grandes, Clarín y La Nación. De esto se hace un profundo análisis en este libro.

Y llegamos así, después de la lectura de estas páginas, a analizar lo que actualmente sucede en nuestro país, que tiene que finalizar en algo muy positivo si queremos seguir ahondando la verdadera democracia. Nos referimos a la nueva Ley de Medios.

En una auténtica democracia, los medios no deberían pertenecer a empresas privadas sino que tienen que ser de derecho público. Es decir, deben estar representados en cada medio los sectores que conforman la sociedad; los partidos políticos, las diversas organizaciones que representan a todos los sectores de una población, por ejemplo las organizaciones que defienden a los jubilados, a los derechos de las mujeres, a los derechos del niño, centrales obreras, entidades barriales, y las diferentes entidades de la economía nacional. En cada medio, entonces, se elegiría a los responsables que deben vigilar que se cumplan estos principios. Y, por supuesto, habría redacciones integradas por cooperativas de profesionales periodísticos y no, por ejemplo, el caso de La Nación que perteneció siempre a una familia, los Mitre, y que reguló su existencia defendiendo siempre el conservadurismo más duro. Del mismo modo, la otra potencia de la información, el diario Clarín, pertenece a una señora que jamás fue una profesional del periodismo y que está acompañada por un grupo interesado en que sea principalmente una empresa que dé enormes ganancias y vaya generando la información de todo un país mediante la compra de diarios del interior, de canales de televisión nacionales y provinciales, estaciones de radio, revistas semanales, etc. Así no se fundamenta una verdadera democracia.

Al hacer historia del periodismo sobre la base de la información de hechos relevantes en nuestra sociedad, este libro abre un camino hacia una profunda discusión acerca de la democratización verdadera de nuestros medios. Forjar el futuro de acuerdo a las enseñanzas de nuestra historia. Tratar de cumplir con los principios de aquel Mayo de 1810.

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