Grupo de Intervenciones Teatrales Callejeras La Bisagra: Una experiencia de teatro para la transformación social en el espacio público | Centro Cultural de la Cooperación

Grupo de Intervenciones Teatrales Callejeras La Bisagra: Una experiencia de teatro para la transformación social en el espacio público

Autor/es: Claudia Bang

Sección: Palos y Piedras

Edición: 11


Introducción

El objetivo del presente trabajo es reflexionar acerca de las potencialidades de las intervenciones teatrales callejeras como práctica política. A partir del relato del proceso de creación de una intervención teatral y su presentación en el espacio público podemos pensar en la importancia del teatro para la transformación social, específicamente el teatro callejero como herramienta política de transformación. La especificidad que conlleva la intervención en el espacio público, la articulación con luchas de movimientos sociales y políticos, y la búsqueda por promover la participación de los espectadores-participantes pone de manifiesto la clara incidencia de estas prácticas escénicas en la vida social cotidiana.

Esta es una mirada desde la investigación-acción-participativa, lo que implica pensar las prácticas a partir de poner el cuerpo en ellas. Por lo tanto, quien escribe forma parte de la experiencia teatral descripta. Esta metodología plantea la posibilidad de generar una dialéctica entre teoría y praxis, generar una teoría a partir de la práctica misma y desde la implicación en dicha práctica como acto político.

La Bisagra. Grupo de Intervenciones Teatrales Callejeras

La Bisagra es un grupo artístico formado por un conjunto de teatristas y un músico interesados en incidir desde el teatro en lo social. El grupo entiende que el contexto social actual está caracterizado por una naturalización del individualismo y la indiferencia generalizada ante todo tipo de problemáticas sociales y ante la lucha que llevan adelante movimientos políticos y sociales.

A partir de los desafíos que plantea este contexto y las potencialidades de ser abordados desde el teatro es que surge La Bisagra como proyecto teatral callejero con el firme objetivo de llevar adelante una acción política concreta: instrumentar a través de canales estéticos la sensibilización, reflexión y concientización sobre las problemáticas sociales que nos atraviesan, intentando impulsar una toma de posición activa ante las mismas. El grupo intenta llevar al espectador las problemáticas y planteos por los que luchan movimientos sociales y sectores marginados, acompañando sus acciones en la transformación social.

Contexto de surgimiento de la obra callejera

Durante algunos meses el grupo se relacionó con trabajadores del Anfiteatro Municipal Eva Perón ubicado en el Parque Centenario de la Ciudad de Buenos Aires. Dichos trabajadores se encontraban en plan de lucha, manifestándose en contra del cobro de entradas a algunos espectáculos que la actual gestión del Gobierno de la Ciudad puso en marcha en dicho Anfiteatro. El Anfiteatro había sido, desde su creación, un espacio cultural público y de acceso gratuito, financiado enteramente por el Estado.

Miembros de La Bisagra también se relacionaron con la Feria de Artesanos del parque, quienes están organizados en asamblea y se manifiestan contra la imposición de una reja que la misma gestión de Gobierno instaló, rodeando la parte central del parque. Esta reja divide un espacio sentido subjetivamente como “seguro, vigilado y controlado” y otro espacio supuestamente desprotegido, lo que reproduce una lógica de exclusión y limitación del uso de los espacios públicos.

A partir de la relación con estos grupos en lucha es que se crea colectivamente la intervención teatral. Se desarrolla una acción conjunta con la Feria de Artesanos, quienes realizan una vez por mes una actividad artística llamada “La reja del Arte”.

La Fiesta. Culto a la Cultura Culta

El objetivo político de la pequeña obra callejera “La Fiesta. Culto a la Cultura Culta” es llamar la atención a la gente sobre el cobro de entradas en el Anfiteatro y las consecuencias del enrejado de plazas y parques, dando a conocer una postura de apoyo al desarrollo cultural en espacios público gratuitos.

La intervención teatral consiste en la realización de una Fiesta organizada por un grupo de varios personajes reunidos como “vecinos” que acuerdan fervientemente con el cobro de entradas en el Anfiteatro y con la segregación y separación que propicia la reja en el Parque. Estos vecinos festejan e invitan a presenciar el festejo porque ahora podemos pagar en el Anfiteatro. Desde el absurdo se convoca a festejar que por fin la cultura es culta y para gente como uno. Los personajes representan una degradación de lo que socialmente se entiende por Cultura, afirmando que el pago de entradas aportaría a una cultura más digna, mientras rinden culto a una cultura representada por las figuras más frívolas y comerciales del mundo del espectáculo actual, mostrando el movimiento degradante que han sufrido las políticas culturales en la ciudad.

La intervención intenta desnaturalizar ese movimiento, utilizando para ello la estética del absurdo y el grotesco. Basta del “todo gratis”, basta de “cultura pobre”, la cultura no es para cualquiera, el cobro de entradas en espacios públicos es un logro de los vecinos y de este querido gobierno de la ciudad. Esto es lo que defienden los personajes, representados como “simples vecinos”. Se cantan canciones con música en vivo y se generan pequeñas escenas, terminando con el descubrimiento de un “Culto”: imagen que muestra un collage de diferentes personajes frívolos de la televisión actual, los que están montados sobre un teatro Colón enrejado, acompañado del signo $$$. Se corta una torta enorme y luego se reparten algunas migajas entre el público. Se termina la fiesta cuando estos “vecinos” salen corriendo para ocultar la torta mientras uno de ellos dice: la torta no alcanza para todos, la fiesta gratuita ya terminó, fiel metáfora de la política distributiva del Gobierno.

Al terminar la obra se propicia un debate e intercambio con el público presente. Numerosos espectadores niños y adultos disfrutan del espectáculo, muchos de los cuales participan activamente del debate posterior. A partir de este encuentro e intercambio entre actores, público y organizaciones sociales ha surgido el planteo de juntar firmas para pedir el acceso gratuito a todos los espectáculos del Anfiteatro, propuesta que surgió de los mismos espectadores. Esto mostraría un efecto transformador concreto que se dispara a partir de esta puesta en escena.

Caracterizando la experiencia

En este contexto las intervenciones teatrales callejeras tienen por finalidad una acción política concreta: movilizar al espectador-participante desprevenido, sorprender, descolocar, generar una escena que cobra fuerza transformadora por mostrar de forma exacerbada e impactante una realidad naturalizada en el cotidiano. El objetivo sería instrumentar a través de canales estéticos la sensibilización, reflexión y concientización sobre las problemáticas sociales que nos atraviesan, impulsando una toma de posición activa ante las mismas.

Se considera así al teatro como herramienta idónea de intervención, pues a través de la dramatización se permite recrear una problemática social. La puesta en escena permite recrear los roles sociales de discriminación e indiferencia en que nos situamos constantemente en el cotidiano frente a dichas problemáticas. Elementos tomados del grotesco permiten acentuar estas características y sacarlas del lugar de cotidianeidad naturalizada, el generar situaciones absurdas permite asimilar el reconocimiento que se podría tener de reacciones propias en los personajes discriminadores o indiferentes. La idea es poder redescubrir la realidad a través de la ficción, darle nuevos sentidos a partir de descontextuarla y volver a darle un texto y un contexto. En ese sentido, la utilización del humor favorece el acercamiento a la realidad desde un lugar lúdico, desde la distensión, la sorpresa, la espontaneidad, y promueve la participación de las personas, estableciendo un clima de confianza para facilitar la comunicación con los espectadores-participantes.

La intervención en el espacio público obliga al espectador a tomar parte, posicionarse ante una situación que lo interpela directamente, y dejar ese lugar de indiferencia, sensibilizándolo y convocándolo a registrar en qué medida él también es parte de la reproducción de las relaciones asimétricas e injusticia social. Llevar hacia el espectador las problemáticas por las que luchan movimientos sociales y sectores marginados es hacer del transeúnte, habitante callejero, un espectador activo ante su realidad/otra realidad representada teatralmente.

La Bisagra utiliza la creación colectiva como metodología de creación de las intervenciones y fundamento ideológico congruente con su finalidad política, en este caso la creación ha sido articulada y consensuada con las diferentes organizaciones en lucha en el Parque, convirtiéndolos en co-autores de la obra callejera. En una sociedad donde prima el individualismo y el aislamiento, el teatro trabajado desde lo colectivo puede constituirse en un elemento fundamental de transformación de los lazos sociales. En el trabajo grupal de La Bisagra, el proceso no termina con el armado de la obra, sino que cada presentación es un proceso grupal de transformación colectiva entre actores y espectadores - participantes, a los que se invita a reflexionar colectivamente.

Los integrantes de La Bisagra se han formado en diferentes técnicas de teatro convencional, música, teatro callejero, teatro participativo, teatro foro, clown y se encuentran en formación permanente para realizar un trabajo artístico de calidad, ya que el objetivo estético y artístico del grupo es defender un teatro popular y callejero que no sea un teatro pobre.

Las formas de circulación de las producciones artísticas de La Bisagra no responden a la dinámica de la “comunidad teatral”. Sus escenarios son los escenarios cotidianos: plazas, calles, avenidas, subtes, etc. El espacio público, común y perteneciente a todos, se constituye en un espacio privilegiado para acceder a un público desprevenido, capturar la atención del transeúnte y compartir esta propuesta teatral con el objetivo de que “algo” se transforme en este encuentro, transformación conjunta que se realiza a partir del vínculo teatral.

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