Fanny Edelman: Para la libertad | Centro Cultural de la Cooperación

Fanny Edelman: Para la libertad

Autor/es: Ana María Ramb

Sección: Comentarios

Edición: 11


El 24 de noviembre último, el Teatro Nacional de Cervantes desbordaba de luz y de afecto. Representantes de organizaciones políticas, sociales y de derechos humanos ofrecían su homenaje a Fanny Edelman.

Imposible resumir su historia en unas pocas líneas, no sólo porque transitó buena parte del siglo XX y lo que va del XXI, sino por su protagonismo en hechos y etapas que ya son Historia. Siendo muy joven, comenzó a colaborar en el Socorro Rojo, organización que ayudaba a las familias de los presos políticos y sociales de la llamada Década Infame (años 30), durante las dictaduras de Uriburu y de Justo. Fue ésa su primera experiencia solidaria, y la que marcaría su vida. Muy pronto, ya afiliada al PC de la Argentina, marcharía a defender la República Española agredida por el franquismo, y en esos avatares estuvo al lado de Tina Modotti, de María Ibárruri, la Pasionaria, del poeta Antonio Machado, de Pablo Neruda.

De nuevo en nuestro país, asume labores de solidaridad con los combatientes exiliados, perseguidos por el franquismo. Muy pronto otro pueblo concentraría sus afanes, al constituir el movimiento de ayuda a Vietnam. Y continuó en su periplo por el mundo, para llevar la solidaridad internacionalista, ya fuese a Chile, ya fuera hasta el África.

Fue una de las fundadoras de la UMA (Unión de Mujeres de la Argentina) en 1947, de la que llegaría a ser secretaria general, vicepresidenta y presidenta, y se mantuvo vinculada a ella durante 50 años. Fue incluso secretaria de la FEDIM (Federación Democrática Internacional de Mujeres) entre 1972 y 1978, cuando la institución tenía ya 200 organizaciones adheridas en el mundo. Impulsó el Año Internacional de la Mujer y del Encuentro de Naciones Unidas en Nairobi, en 1975.

Años antes, conmovida por el triunfo de la Revolución Cubana, supo reconocer de inmediato su significación y posibilidades de transformación profunda en la vida del pueblo cubano. Durante los años de plomo en la República Argentina, en 1978 presentó ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra 200 testimonios de familiares de víctimas de la dictadura genocida de nuestro país.

En nuestro Bicentenario, durante el X Encuentro del Movimiento Nacional de Solidaridad con Cuba, recibió en Buenos Aires una plaqueta de honor y el nombramiento de Decana de este Movimiento. Ha sido también reconocida como Ciudadana Destacada de la Ciudad de Buenos Aires por su incansable contribución a los derechos humanos, y recibió la ciudadanía española en reconocimiento a su contribución solidaria.

En el evento del Cervantes, que contó con el auspicio de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, Miguel Monserrat, copresidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (entidad de donde surgió la iniciativa del homenaje), exaltó la perseverancia, la coherencia total y la consecuencia inquebrantable de quien “no sólo ha luchado y sacrificado; también alienta e inspira”. Por su parte, la directora ejecutiva del Instituto Espacio para la Memoria, Ana María Careaga, reconoció a Fanny como una mujer de mucha vida, llena de multiplicadores sueños y criada desde niña en plena libertad.

Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, describió a la homenajeada como una mujer que luchó y lucha por un mundo mejor, y subrayó que su vida toda constituye un testimonio de resistencia. A su turno, el secretario general del PCA, Patricio Echegaray, señaló que la participación de la joven Fanny Edelman en la Guerra Civil Española galvanizó “el temple y el perfil solidario e internacionalista que definirían su existencia y su personalidad política, cuyo centro de gravedad se encuentra en el antifascismo”.

De visita en la República Popular China, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, Ricardo Alarcón de Quesada, agradeció a Fanny su solidaridad y espíritu internacionalista, que se han multiplicado en muchos hombres y mujeres que, como ella, perseveran en el empeño por alcanzar un mundo mejor, de paz y justicia, y destacó que ella “jamás dejó de acompañarnos en el dolor y la esperanza”.

Rodolfo Mattarollo, Embajador. Secretario Técnico de la UNASUR en Haití, escribió su mensaje desde aquel hermano país, y afirmó que el presente homenaje a Fanny Edelman era “beneficioso sobre todo para nosotros, ya que con su ejemplo nos señala a todos una dirección, la que conduce hacia el respeto de la dignidad humana, dirección tantas veces extraviada en este mundo dividido”.

Activa feminista marxista de vastos horizontes, y comprensiva de las diversidades sexuales, Fanny suele decir: “Cuando la solidaridad tiene un sentido real, noble, generoso y humanístico, eso va enriqueciendo y mejorando la propia condición humana.” Al agradecer el homenaje, quien ejerce en forma efectiva su cargo como presidenta del PC de la Argentina, se refirió a Latinoamérica como el corazón con el cual late hoy el cambio de época, y definió al siglo XXI como el de la izquierda, la unidad y las transformaciones político-sociales. Por último, sostuvo que “para ayudar a esa primavera que es el socialismo del siglo XXI seguiré militando junto a mis compañeros” hasta que sus ojos no vean más la luz.

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