Feria del Libro de la Habana | Centro Cultural de la Cooperación

Feria del Libro de la Habana

Autor/es: Jorge Testero

Sección: Comentarios

Edición: 1


Libro y Revolución

Durante febrero de este año se desarrolló la Feria del Libro de La Habana que tuvo como invitada especial a la Argentina. Una importante y nutrida delegación oficial más otros visitantes poblaron las calles de la antigua ciudad y trajinaron los pasajes de la Fortaleza –lugar emblemático en donde se realizó la muestra- gran cantidad de compatriotas. Como siempre una simpática y afectuosa recepción de parte de todos los cubanos nos hizo sentir como en casa desde el principio, y la especial atención de los responsables internacionales de la Feria generó un clima de cordialidad y seriedad que se fue potenciando a medida que pasaban los días.

Entre todos los argentinos se aunó un criterio único de admiración a la Revolución Cubana, a sus realizaciones y evidentes logros, y fue unánime la sensación de respeto a sus limitaciones y al esfuerzo que se hace para superarlas con la participación popular. También fue un punto de unión el profundo amor recíproco entre los dos pueblos sostenido en una historia de influencia cultural argentina en la isla y reafirmado desde el triunfo de la Revolución hermanados con la figura del Che.

Entre los visitantes de nuestro país - funcionarios de gobierno, artistas y ciudadanos en general - se hicieron evidentes las manifestaciones de agradable sorpresa que produce en todos los amantes del libro y de la cultura el lugar preponderante que el proceso revolucionario cubano les da en sus políticas de gobierno a pesar de las dificultades que atraviesa ese país. El injusto bloqueo norteamericano genera una situación tensa pero vivida con una actitud de serenidad, trabajo y certeza de que el camino elegido conduce a un futuro promisorio.

El eje central de la Feria fue el libro; alrededor de su incontable presencia se expresaron todas las actividades del intelecto humano, desde todos los puntos cardinales del planeta. Hubo presentaciones de todo tipo y actuaciones musicales. Acompañaron la Feria espectáculos teatrales, muestras plásticas y conferencias de ciencias sociales. Se destacaron expresiones claras de resistencia antimperialista como la presentación del libro de Mumia Abú-Jamal, fundador del Partido Panteras Negras, quien desde el Corredor de la Muerte de su prisión de Pensilvania en EE.UU. envió un mensaje de esperanza y fervor revolucionario. Este momento fue un punto alto en la emotividad pues se encontraban presentes familiares de los cinco presos cubanos injustamente encarcelados en el imperio, en solidaridad con ellos fue unánime el compromiso de todos por denunciar ese hecho y pelear por la liberación de los que están pagando con su sufrimiento ser verdaderos luchadores contra el terrorismo. En esa oportunidad, el pianista Miguel Angel Estrella y sus hijos ofrecieron un recital a modo de ofrenda argentina para aquel momento de lucha.

Otro punto alto fue el protagonizado por el filósofo italiano Gianni Vattimo, otrora pope del posmodernismo, quien expresó su retorno conceptual y político al socialismo. Resulta notable advertir cómo su experiencia en la Europa contemporánea concluyó en la necesidad de volver a las propuestas del cambio social profundo y la utopía. «Si ha fracasado el comunismo real, luchemos por el comunismo ideal», expresó el pensador italiano.

No es azaroso que una frase como ésta se haya dicho en ese ámbito, que se convirtió en una verdadera caja de amplificación de los procesos profundos que se están dando en Nuestra América.

Vínculos

La Feria también fue un lugar propicio para la reflexión y la formulación de profundos análisis sobre la literatura latinoamericana, y en especial de Cuba.

Su poesía e historia cultural fueron reflejadas en distintos paneles en los que se exhibió, además, la particular cordialidad de su gente, siempre predispuesta a manifestar la amistad y el respeto que la cultura cubana siente por la argentina. Así es, varias generaciones de cubanos poseen un entrañable vínculo afectivo, cultural y de formación con nuestro país. Se trata de una estrecha afinidad que viene desde la época en que el cine en blanco y negro cautivaban la platea de la Isla.

Este vínculo se prolongó hacia otras manifestaciones pioneras de nuestra industria cultural como revistas infantiles, deportivas y las colecciones de literatura infantil, que fueron el primer material de lectura para muchos cubanos. Fangio, Maradona y, por supuesto, la omnipresencia del Che como ejemplo del revolucionario, del hombre nuevo que alumbra la Revolución. Esa hermandad expresada en una corriente de simpatía hacia lo argentino es palpable en cada rincón de la Isla. Abreva también en los procesos que tuvieron como protagonistas a Ezequiel Martínez Estrada, Rodolfo Walsh y Julio Cortázar.

Producción intelectual

Las diversas actividades de la Feria expresaron, cada una en su contexto, importantes momentos culturales de la rica historia cubana.

Capítulos de gran emotividad y recuperación de un pensamiento crítico como el de Fernando Martínez Heredia, a cuya obra se rindió un merecido homenaje, expresan el deseo de los dirigentes cubanos y su Ministerio de Cultura, con Abel Prieto al frente, de absorber y defender lo mejor del pensamiento y la producción de la Isla.

En el recorrido por la producción histórica intelectual, fundamentalmente literaria, que oficialmente se expuso como patrimonio cubano, se presentaron aun aquellos escritores que, por distintas razones, tuvieron disidencias con la Revolución como Virgilio Piñera, Reynaldo Arenas y Guillermo Cabrera Infante.

La grandeza de la dirigencia revolucionaria de incorporarlos como parte de la tradición literaria cubana indica la madurez alcanzada por el proceso revolucionario, que acepta la producción crítica, pero vinculada con la historia, contradicciones, esencia y búsqueda de la nación antillana. Así, Cuba reivindica su posición en el universo cultural de todo el orbe y exhibe la capacidad, grandeza y verdadera característica política no dogmática del camino elegido por su pueblo.

La Feria del Libro de La Habana, junto a todo aquello que la rodeó, puso ante los ojos del mundo la riqueza de la producción intelectual propia, lo histórico y lo nuevo, caracterizado por la calidad artística y la sólida formación académica de los jóvenes formados por la Revolución. También mostró el respeto y el cariño que las nuevas generaciones sienten por Fidel y la firmeza de un pueblo determinado a continuar el proceso revolucionario.

Charla con Raúl Castro

Un particular momento fue el que vivimos muchos de quienes integramos la delegación argentina cuando fuimos agasajados por el gobierno en la persona de Raúl Castro en el Palacio de la Revolución, en lo que, sin duda, fue el punto institucional más significativo de los vividos en la Isla. La humildad y el amistoso trato que nos brindó el comandante a cargo del Ejecutivo cubano nos permitió participar de una charla amena, atravesada por anécdotas surgidas de episodios vividos por Raúl junto al Che y Fidel. También sobre la actualidad cubana, los anhelos y avances de su pueblo, siempre preparado para defender cualquier intento de arrebato de los logros de su Revolución.

Rodeados de libros, cuadros, esculturas, música, paisajes paradisíacos y bella gente los días de la Feria se hicieron cortos, casi todos dimos las míticas tres vueltas a la ceiba que está en la Plaza de Armas expresando el deseo de volver (deseo que ese gesto asegura satisfacer), casi todos salimos convencidos que volveremos. Para los argentinos Cuba siempre es un buen destino.

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