Arte, política y cultura: Periodizar las relaciones desde el Centro Cultural de la Cooperación | Centro Cultural de la Cooperación

Arte, política y cultura: Periodizar las relaciones desde el Centro Cultural de la Cooperación

Autor/es: Juano Villafañe

Sección: Comentarios

Edición: 1


Las relaciones entre arte, política y cultura han sido siempre complejas. Sus vínculos y autonomías relativas han sido analizados normalmente en relación a los circuitos e instituciones establecidas en la sociedad dentro de períodos y marcos históricos determinados.

La posibilidad de revisar las relaciones entre arte, política y cultura dentro de un espacio propio como nuestro Centro Cultural de la Cooperación nos permite presentar planos y alternativas distintas, considerar nuevos vínculos y nuevas relaciones. Nos permite atender las relaciones del arte y la política en la construcción presente, como historia y como futuro.

Considerar el trabajo artístico como parte del trabajo intelectual y la necesidad de que nuestros propios artistas se fueran transformando en protagonistas orgánicos de un nuevo proyecto cultural nos impuso desde la fundación del Centro Cultural de la Cooperación pensar en una suma de funciones que representen ese objetivo.

El ensayo de Antonio Gramsci Los Intelectuales y la Organización de la Cultura fue un punto de partida para reelaborar a nuestra imagen y semejanza la suma de funciones que nos permita definir nuestra propia organización. En este sentido, pensamos una ecuación que encierra las potencialidades de una suma de acciones que permiten un recorrido de especificidades con grados de autonomía: la función específica del artista, la función teórica intelectual y su resultado, la crítica, la función político cultural y la función política-política. Esta suma permite, en su totalidad, redefinir un vínculo orgánico con el Movimiento Cooperativo, el Centro Cultural de la Cooperación y su dirección política, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativo

Entender la organicidad de nuestros intelectuales como una suma de especialidades, de prácticas y de políticas, nos permite un recorrido particular para la crítica, para la crítica del arte, la crítica de la crítica, la crítica de la cultura y la crítica de la política. La dimensión orgánica de una suma de funciones específicas ante la propia crisis general de la política supone reconsiderar cada una de las partes y especialidades con proyecciones propias que se suman a sí mismas dentro de una dimensión política mayor como el Centro Cultural de la Cooperación.

Si se trata de una suma de funciones específicas es fundamental atender los grados de excelencia que permitan marcos de legitimidad en cada una de las funciones: el artista como productor de imágenes, metáforas o símbolos, el artista en tanto intelectual en la función teórica y crítica, la política cultural desde una cultura crítica y una nueva crítica de la cultura y la política como acontecimiento transformador de la sociedad.

Cada especialidad, desde su autonomía relativa, dirime a la vez sus propias problemáticas estéticas, críticas, filosóficas, culturales o políticas. O sea que el marco referencial de funciones y el resultado de su propia suma no genera necesariamente un cierre de los discursos o un pensamiento oficial único. El último libro de Jorge Dubatti, Filosofía del Teatro I, Convivio, Experiencia, Subjetividad es un claro ejemplo que nos ofrece un excelente trabajo teórico sin discursos filosóficos preestablecidos y nos confirma la necesidad de pensar el teatro "como acontecimiento y zona de experiencia", superando los conceptos de "teatro de la representación" y "teatro de la presentación". Tanto desde lo empírico como desde el saber todos piensan: teatristas, teóricos y público. De esta forma Jorge Dubatti nos ofrece un gran aporte a una nueva filosofía de la praxis realizada desde Buenos Aires, una de las capitales más importantes del teatro occidental moderno. El ensayo de Jorge Dubatti, además de permitirnos pensar el teatro, nos relaciona fuertemente con los debates de época ante la multiplicidad canónica, el giro subjetivo, la posmodernidad y las nuevas condiciones del capitalismo cultural. El teatro se piensa desde una la multiplicidad de tendencias y de autonomías relativas, transformándose la Escuela de Espectadores a la vez en un centro irradiador de ideas y de políticas culturales alternativas. De esta forma el propio Centro Cultural de la Cooperación discute el presente y el futuro artístico desde cada uno de los "presentes absolutos" de cada representación teatral de la Ciudad de Buenos Aires que a la vez es única e irreproducible.

La función intelectual tradicional está devaluada y desarticulada. Carece de relaciones orgánicas que vinculen prácticas posibles, con teorías posibles, con políticas posibles. El Centro Cultural de la Cooperación es un continente que permite articular relaciones y funciones, replanteando la función intelectual dentro de una masa crítica de investigadores, artistas y becarios. Además de establecer un marco apropiado para las funciones y sus prácticas permite relaciones con la propia sociedad y sus contingencias.

Periodizar relaciones

Esta posibilidad de investigar sobre nuestras propias prácticas e iniciar a su vez investigaciones sobre las relaciones entre arte, política y cultura nos coloca ante la necesidad de sistematizar y periodizar justamente estas relaciones. Se trata de cruzar informaciones sobre categorías, definiciones y análisis dentro de los debates que se generaron alrededor del arte, la política y la cultura, desde los artistas hacia la política, de la política hacia el arte, de la crítica hacia el arte y la política.

Se trata de encontrar un nuevo cuerpo teórico a partir de relaciones y periodizaciones que nos permitan encontrar referencias entre las anteriores distancias críticas y las nuevas distancias, entre las anteriores rupturas y los nuevos giros culturales, entre las anteriores vanguardias y las nuevas posvanguardias. Relacionar categorías dentro de un nuevo territorio que requiere también una nueva cartografía de identidades referenciales, porque el nuevo territorio no surge necesariamente como negación absoluta del viejo territorio, en la misma estación conviven todos los viajes, inclusive algunos que ya no volverán a realizarse. Extrañamientos y perspectivas que se dislocan y dejan al presente un absoluto casi sin equidistancias con los tiempos del devenir o del pasado. Cada disciplina se manifiesta en este complejo territorio de distintas formas en las relaciones entre arte, política y cultura.

Desde el departamento Artístico se recopiló una serie de materiales teóricos vinculados al arte y la política de los años 60. Estos materiales nos permitirán desarrollar en el taller de Arte y Política el primer estudio de relaciones y períodos. El hecho de que los textos recogidos que recuperemos para el trabajo tengan un orden cronológico dentro de las décadas elegidas (1) no implica establecer necesariamente una línea correlativa entre los autores o los temas. Las investigaciones propiamente irán determinando las continuidades, los saltos, las rupturas. Inclusive existen autores que proyectaron sus producciones teóricas en varias de las décadas que nos proponemos para el estudio como puede ser el caso de Georg Lukács que inicia su tarea editorial en 1911 con su trabajo el Alma y las formas y culmina con sus últimos textos: Estética (1963), Ontología (1964-1971) y su propia Autobiografía que pudo dictar meses antes de su muerte (1971). Lukács, junto a Gramsci, fueron sin duda los más grandes intelectuales del marxismo occidental. El propio Lukács representa a la vez todas las tensiones del marxismo durante el siglo XX: una periodización de las relaciones entre arte y política puede atravesar las distintas etapas del pensamiento del filósofo húngaro y contactar a la vez con los complejos procesos políticos de los cuales formó parte, criticó y también confrontó. Por otra parte, La Escuela de Frankfurt, con sus distintas promociones de intelectuales, cubre prácticamente todo el siglo pasado hasta nuestros días. Estos ejemplos son interesantes para establecer nosotros mismos una política de las periodizaciones que no debe ajustarse a calendarios rígidos, ni a esquemas ideológicos previos. Las periodizaciones deberían entonces también reconocerse dentro del propio proceso investigativo.

Los materiales que presentamos en esta oportunidad (2) además representan una parte del debate Europeo dentro de los ex-países socialistas y, por otro, la producción latinoamericana fundamentalmente vinculada con la Revolución Cubana. Una sistematización más ajustada de las investigaciones debería tener en cuenta las diferencias historiográficas y a la vez los traslados más o menos sincrónicos dentro del marxismo internacional de la época.

Una primera justificación en esta selección de materiales fue la gran extensión del debate que trajo aparejado el problema del realismo en el arte, fundamentalmente en las corrientes europeas. Las miradas latinoamericanas simultáneas o posteriores a la Revolución Cubana establecerán otros desplazamientos: el eje ya no estará centralizado en las estéticas del producto final, la función intelectual y las políticas culturales extenderán las problemáticas en otras dimensiones. En este sentido, el trabajo de Julio Cortázar Literatura en la Revolución y Revolución en la Literatura: algunos malentendidos a liquidar (1970), establecerá para nosotros un antes y un después frente al debate del realismo, las estéticas oficiales, el "contenidismo" y el voluntarismo artístico.

Esta primera selección de materiales (3) apuesta a ser entonces un disparador del trabajo investigativo. Acompañaremos estos textos con una intervención que coloque nuevamente algunos temas centrales de nuestro Centro Cultural en relación a las funciones artísticas o específicas, a las funciones intelectuales y teóricas, a las funciones política-culturales y político-políticas de nuestro trabajo orgánico. Presentaremos esa suma de funciones específicas entre sí con sus autonomías relativas atravesadas por las líneas centrales de nuestra ideología: antiimperialismo, anticapitalismo y nuevo socialismo del siglo XXI.

Las funciones específicas y sus relativas autonomías alrededor de líneas ideológicas fundamentales derivan en una suma de parcialidades cuyo resultado final debería ser el proyecto político de nuestro Centro Cultural. Estas relaciones entre prácticas y funciones implican a la vez aceptar la experiencia y la posibilidad de generar nuevos conocimientos alrededor, justamente, de estas especialidades y sus correspondientes prácticas. Ante la crisis general de la política, nuestras funciones artísticas, críticas y culturales también se potencian y se derivan en nuevas críticas del arte, en nuevas críticas de la crítica, nuevas críticas de la cultura y críticas de la política.

Es fundamental entonces considerar que desde el marxismo el tráfico de la mercancía no solo sirve para realizar la crítica de la economía política, sino también sirve para "la explicación histórica del modo de pensar abstracto y conceptual, la división del trabajo en intelectual y manual que nació justamente con la mercancía" (Sohn-Rethel) y por cierto para realizar una nueva crítica de la cultura desde el arte. El arte forma parte del "arsenal de la mercancía" (Marx, El Capital) y, a su vez, este tráfico alcanza hoy nuevas modalidades y formas que han impactado sobre las relaciones entre los valores de uso y los valores de cambio que tienen los productos en el mercado.

Esta condición que integra el arte a un arsenal de productos que circulan por el mercado no implica que todos los productos artísticos funcionan ante sí mismos y sus consumidores de la misma forma: el cine no es igual al teatro. Pero, al colocar el estudio en ese tráfico, la implicancia de los valores y la sustitución de los mismos o la resistividad de unos discursos frente a la asimilación de otros, permite reconocer el propio circuito cultural y el impacto diverso de la mercancía o de la resistencia a ser mercancía.

Marx no pudo conocer la televisión. Esto no devalúa para nada las lógicas del tráfico de la mercancía aplicadas al presente, más aún, las lógicas de ese tráfico potencian el pensamiento de Marx: el "valor de la mercancía transforma cada producto del trabajo en un misterioso jeroglífico social" (El Capital). Descifrar jeroglíficos se transforma hoy en un gran acontecimiento dentro del "trabajo general abstracto". El tráfico clásico de la mercancía en algunos aspectos se ha modificado además sustancialmente: "es la mercantilización directa de la experiencia misma: lo que se esta comprando en el mercado son cada vez menos productos (objetos materiales) para poseer, y cada vez más experiencias vitales- experiencias de sexo, comida, comunicación, consumo cultural, participación en un estilo de vida-. Los objetos materiales cada vez más aquí sirven solo como sostén para esta experiencia, que se ofrece cada vez más en forma gratuita para seducirnos a comprar la verdadera "mercancía experiencial", como los teléfonos celulares gratis que se consiguen si firmamos un contrato anual". Esta condición planteada por Slavoj Zizec (A propósito de Lenin) se complementa muy bien con la planteada por Jeremy Rifkin, el autor del polémico libro El Fin del Trabajo: "A medida que la producción cultural domina cada vez más la economía, los bienes asumen la calidad de sostén. Ellos se vuelven meras plataformas o encuadres alrededor de los que representan significados culturales elaborados. Ellos pierden su importancia material y asumen una importancia simbólica. Se vuelven menos objetos y más herramientas para ayudar a facilitar la representación de experiencias vividas."

Las imágenes, las metáforas, los símbolos se han incorporado al tráfico de la mercancía de manera particular en este nuevo capitalismo cultural multinacional. Por eso la crítica no puede finaliza en la excelencia del producto final, el acontecimiento crítico recién comienza en el análisis del producto final y se continúa en el modo de producir ese producto artístico y en la propia circulación del producto en el mercado.

Es cierto que son distintos los modos y la forma de atender estas condiciones en las artes escénicas, en la literatura, la pintura, la música o el cine. Son distintos para cada arte el modo de producción y la forma de circular por el mercado. Establecer las diferencias es también parte de esta política de periodizaciones y comparaciones históricas.

La desterritorialización de las imágenes y los símbolos, sus viajes mediáticos por el espacio y la simultaneidad de sus impactos en el mundo agregan nuevas realidades a las formas clásicas de circulación de los bienes artísticos.

Investigar entonces las relaciones históricas entre arte, política y cultura hasta nuestros días nos permitirá avanzar sobre una nueva crítica de la cultura desde una cultura crítica que permita la construcción de alternativas político culturales en las nuevas dimensiones que tiene la política tanto en las relaciones tácticas como en los objetivos estratégicos.

NOTAS: (1) (2) (3) - LISTA DE TEXTOS Y AUTORES PARA LA PERIODIZACIÓN

(Los años indicados en cada material corresponden a las fechas de edición. Los materiales se consiguen en el Departamento Artístico).

Georg Lukacs

ARTE AUTENTICO Y REALISMO (1965)

Un referente clásico de la estética marxista y defensor del realismo artístico. En este trabajo se establecen relaciones entre humanismo, realismo y marxismo como referenciales básicas para alcanzar un arte auténtico.

Bertolt Brecht

-SOBRE EL MODO REALISTA DE ESCRIBIR (1940)
-NOVEDADES FORMALES Y FUNCIONALIZACION ARTISTICA (1930)
-DEL REALISMO BURGUES AL REALISMO SOCIALISTA.

Estos trabajos de Brecht podrían haber sido integrados para una periodización de los años treinta. Pero en el caso particular de Brecht su obra se proyectó fundamentalmente en nuestro país en los años sesenta. Los difundimos hoy porque además denotan la centralidad crítica del problema estético y el realismo como objetivo final. Es muy interesante además la definición del arte como mercancía que Brecht hace al finalizar una de sus notas. Para cruzar apreciaciones entre períodos distintos puede observarse que existe un diálogo contrapuesto (no en contradicciones fundamentales) entre los análisis del Che y Cortazar en relación a estos artículos de Bertolt Brecht.

Krzystof-Teodor Toeplitz

LA IDEOLOGIA REALISTA SOCIALISTA (1957)

Este artículo del crítico polaco alcanzó en la década del 50 una gran resonancia en toda Europa. Este trabajo denota la crisis de saturación de un debate frente al "realismo socialista". La apertura que ofreció Nikita Jruschov en el informe del XX Congreso del PC de la Ex -Unión Soviética permitió disparar este trabajo que forma parte del ensayo: "El crepúsculo de los profetas" de este escritor polaco.

Vladmir Dnieprov

EN DEFENSA DE LA ESTETICA REALISTA (1958)

Este texto representa el criterio establecido oficialmente desde la revista Literatura Soviética y contrasta con el material escrito por Krzystof-Teodor Toeplitz.

Roberto Fernández Retamar

VANGUARDIA ARTÍSTICA, SUBDESARROLLO Y REVOLUCION (1967)

En este trabajo se resalta la función crítica y práctica de los intelectuales en la Revolución. Se describe además el conflicto moderno del arte frente al subdesarrollo y el lugar que ocupan las vanguardias.

Fidel Castro

LA LIBERTAD DEL ARTE Y LA REVOLUCION

Artículo muy difundido en los años 70. En este trabajo aparece la conocida frase: "dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada" como frontera para el arte y la política. Este trabajo indica que no hay una estética oficial de la Revolución, el centro crítico ya no está en las características del producto artístico final, sino en la suma: libertad estética + función intelectual + política cultural.

Palmiro Togliatti

SEAMOS LOS CAMPEONES DE LA LIBRE CREACION ARTISTICA (1964)

Este fragmento tiene un alto valor histórico ya que fue escrito uno días antes de morir en Yalta. Este trabajo, en que revisa críticamente la situación del movimiento comunista y los países socialistas, sería presentado en una reunión con dirigentes soviéticos a la que por cierto no pudo asistir. Fue cofundador con Gramsci del Partido Comunista Italiano y uno de los dirigentes máximos del levantamiento nacional de 1945 contra Musolini.

Ernesto Che Guevara

EL SOCIALISMO, EL HOMBRE Y EL ARTE (1965)

Este material forma parte de El Socialismo y el hombre en Cuba. Es un trabajo que tuvo y sigue teniendo una amplísima difusión editorial. El Che realiza en este artículo una crítica al realismo socialista, a las políticas culturales por administración y aborda los campos de legitimidad artística en los campos de la política.

Julio Cortázar

LITERATURA EN LA REVOLUCIÓN Y REVOLUCIÓN EN LA LITERATURA: ALGUNOS MALENTENDIDOS A LIQUIDAR (1970)

En este trabajo Cortázar mantiene un debate con el escritor colombiano Oscar Collazos. Este es un texto que marca definitivamente un antes y un después en relación a los vínculos entre literatura y política. Es un artículo que, al igual que el del Che o Fidel Castro, alcanzó un gran impacto en la nueva crítica cultural de los años sesenta-setenta. Julio Cortázar critica al "contenidismo" en el arte, al realismo socialista y al complejo intelectual de ciertos escritores de la periferia que creen todavía que viven de modernidades prestadas. Resalta la identidad latinoamericana y las calidades de nuestras literaturas entre las más relevantes del mundo.

Héctor P. Agosti

CULTURA DE ELITES O CULTURA DEL PUEBLO (1959)

Este texto forma parte del libro Nación y Cultura, seguramente la obra más importante de Agosti y la más difundida. Agosti fue el introductor de Antonio Gramsci en la Argentina. Conceptos gramscianos como la "socialización de la elites", "intelectuales orgánicos" "la hegemonía y los consensos en la sociedad civil" fueron reelaborados por Agosti para ser aplicados en la Argentina en la problemática de fondo entre Nación y Cultura. Este texto aborda el conflicto del país entre el interior y el centro metropolitano, entre tango y folklore, un debate que sigue vigente pero desde otros imaginarios. En este trabajo es interesante reconocer nuevamente las líneas centrales de una política de izquierda: el antiimperialismo y el anticapitalismo.

Adolfo Sánchez Vázquez

EL ARTE VERDADERAMENTE POPULAR (1965)

Sánchez Vázquez es sin duda el teórico marxista más difundido en los años sesenta. Con una gran producción sobre los problemas estéticos ideológicos y políticos en el arte. En este trabajo que forma parte de su libro ya clásico Las ideas estéticas de Marx, Sánchez Vázquez aborda las relaciones del tiempo y el espacio entre el arte y la política, sus funciones específicas y la búsqueda del sentido de lo popular en una sociedad alienada por el capitalismo.

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