Testimonio de Manuel Corrales González desde Cuba | Centro Cultural de la Cooperación

Testimonio de Manuel Corrales González desde Cuba

31/01/2011

El siguiente artículo, publicado en CUBARTE el 2 de diciembre del 2010, fue escrito por Angelina Rojas Blaquier a partir de una entrevista realizada por Alexia Massholder a Manuel Corrales González, para el Archivo Oral de la Biblioteca Utopía.

Para Manuel Corrales, con amor

Por: Angelina Rojas Blaquier

Acabo de concluir una visita a Manuel Corrales González. Sucedió que una joven investigadora argentina buscaba información para su tesis doctoral y requería de algunos pormenores acerca de la estrecha relación que varias décadas atrás sostuvieran Juan Marinello y el intelectual comunista argentino Héctor P. Agosti, parte de cuya obra se publicara en Cuba, en 1960. Corrales no se rehusó a la entrevista. La citó para el sábado 27 de noviembre a las 5: 00 p.m. No había otra fecha, la joven regresaría a su país dos días después. Pero aquella fecha tenía un matiz muy especial: Manolo cumplía la dulce y extraordinaria edad de 95 años. Supongo que ser, quizás, el más antiguo luchador actuante vivo de la cultura cubana, añade otro significativo valor a la vida de Corrales, sobre todo por aquello de poder continuar con su vocación de entrega a la divulgación y el engrandecimiento de la cultura cubana. No es casual que la palabra fundador aparezca reiteradamente en su vida. Ha estado entre los fundadores de casi todo cuanto ha nacido para servir a la lucha por la verdadera independencia y al desarrollo cultural de la patria cubana durante casi un siglo.

Ese hombrecito inquieto y solicito, desde que comenzó sus estudios secundarios allá por la década del 30 del pasado siglo, se vinculó a las luchas estudiantiles en el Instituto de Segunda Enseñanza. Fue de los primeros en acudir a la Liga Antimperialista, organización en la cual inició su lucha política, llegando a ser el Secretario General en su provincia natal desde 1932, hasta su disolución, alrededor de 1936. Entonces el enfrentamiento a Gerardo Machado articulaba de hecho las luchas de los distintos sectores sociales. Por ello también se unió al Ala Izquierda Estudiantil y decidió hacerse comunista y afiliarse al primer Partido Comunista de Cuba cuando sólo tenía 18 años, sin pensarlo mucho y desde muy temprano porque era la única fuerza más clara, que consideraba no era suficiente derrotar a Machado [...] la única cuyo concepto de lucha no se circunscribía a la derrota de Machado, sino que la interpretaba como parte de la lucha contra el sistema capitalista y contra el imperialismo en nuestro país, condición sine cua non para la conquista de la verdadera independencia nacional.

Recuerda el dirigente que para comprender y asumir esa convicción y esa conducta, mucho lo ayudaron las ideas y el quehacer de Mella y de Rubén, los grandes inspiradores de las luchas de entonces, y que, El Manifiesto Comunista fuera precisamente su primera lectura política revolucionaria, a la cual siguieron muchas otras, incluyendo a Trotzky, la mayoría en la ilegalidad, y hasta como parte de las reuniones clandestinas que frecuentemente se efectuaban en una casa a media cuadra del parque Leoncio Vidal de Santa Clara.

Organizador y participante activo en la huelga general de marzo de 1935 en Las Villas, fue víctima de la represión desatada contra sus participantes y dirigentes aunque ya no fue éste su primer encarcelamiento. Pocos meses después, en medio de la difícil situación existente durante el gobierno de Mendieta-Caffery-Batista, se entregó a la reorganización del Comité Municipal del PCC en el entonces municipio de Ciego de Ávila y a la fundación y dirección de la organización juvenil unitaria Hermandad de Jóvenes Cubanos de dicha localidad, organizaciones en las cuales se mantuvo laborando activamente durante varios años. Al respecto de aquel período confiesa Corrales: la corrupción imperante, la represión, los asesinatos de obreros y estudiantes, las luchas populares, el accionar de Mella y Rubén me conmovieron y todo eso me inspiró a incorporarme al la lucha contra Machado y contra el imperialismo. Fue aquella una época llena de acontecimientos y ebullición revolucionaria, proceso que viví participando yo mismo en la lucha, primero contra Machado y después contra Batista.

La constante actividad, persecuciones, encarcelamientos, etc., no impidieron que Manolo aprendiera piano, tres idiomas y se adentrara en la vida cultural del país, a tiempo que, durante la década del 40, estudia medicina en la Universidad de La Habana.

Entre sus diversas responsabilidades de entonces, sobresale la Secretaría de Relaciones Exteriores de la FEU. Era la compleja etapa de la Segunda Guerra Mundial. Con esa responsabilidad trabajó mucho en la conducción y realización de numerosas acciones estudiantiles solidarias con los combatientes antifascistas a través de los Comités Internacionalistas que ayudó a fundar, sin abandonar la movilización de los estudiantes en defensa de los intereses estudiantiles y populares mediante los Comités 30 de Septiembre y 27 de Noviembre creados entonces.

Se hace imprescindible reconocer el enorme esfuerzo desplegado por Manuel Corrales cuando encontró fuerzas y empeño para, simultáneamente, fundar y dirigir otras importantes organizaciones estudiantiles universitarias o asumir otras responsabilidades. Entre éstas se destacaron la Sociedad Universitaria de Amigos de la Música; la dirección de Cultura de la FEU, y como miembro de la Comisión de Ciencias Sociales de la Asamblea Constituyente Universitaria de 1947. Todo ello pudo combinarlo y asumirlo con la responsabilidad de Secretario General del Partido Socialista Popular en la Universidad durante una parte de su fase estudiantil. No es casual entonces que Manolo, entre sus muchas facetas, fuera también fundador y directivo del Ballet Alicia Alonso devenido Ballet Nacional; de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo; de la Casa de las Américas; Secretario Permanente de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, y fundador y director de Danzas del Ministerio de Cultura. También asumió el trabajo cultural de Cuba en diversas misiones diplomáticas y cumpliera tareas similares en diversas instituciones culturales internacionales. Al propio tiempo es miembro y continúa colaborando con esmero en la Sociedad Económica de Amigos del País; la Sociedad Cultural José Martí; el Consejo Nacional del Movimiento por la Paz y la Soberanía de los Pueblos y en la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO.

Un momento muy especial en la trayectoria humana y revolucionaria, lo fue su relación con el intelectual revolucionario Juan Marinello Vidaurreta y su esposa, Pepilla Vidaurreta. Oriundos también de la antigua provincia de Las Villas, Corrales conoció a Marinello en las luchas antimachadistas en esa provincia, cuando él era estudiante secundario y Marinello ya un profesor universitario. En aquellas lides se produjo el acercamiento que propiciaba la militancia y la lucha partidista y que muy rápidamente se convirtió en una relación política y cultural muy estrecha que de algún modo Manolo ha seguido cultivando con fidelidad y permanencia tras la muerte de Juan.

Lo recuerdo -comenta- como una gran personalidad y una gran figura. Era un hombre de cierta forma atípico en el Partido debido a su condición de profesor universitario y fue la persona por el que yo me guiaba, precisamente por su formación cultural y su participación directa en las luchas, incluidas las manifestaciones estudiantiles cuando ya era catedrático. Ello le permitió un gran arraigo entre los jóvenes estudiantes. Y concluye: Marinello tenía una figura muy atrayente, se conducía de una manera muy correcta y era un hombre sabio.

Corrales fue un fiel colaborador de Juan Marinello durante varias décadas y celoso albacea de su patrimonio cultural tras fallecimiento de éste el 27 de marzo de 1977, esfuerzo que culminó con la conversión de la vivienda del intelectual en la Casa Memorial Juan Marinello que inauguró también como fundador director en 1988. En ella desplegó durante una enorme actividad en favor del conocimiento de la vida y obra de un cubano que cubrió casi un siglo de febril actuación cultural y política revolucionaria; facilitó el acceso de investigadores y estudiosos a una biblioteca fabulosa y desarrolló un activo trabajo comunitario hasta que, esencialmente por deterioro constructivo, el recinto fue cerrado en espera de una reparación que aún no ha concluido y que mantiene a Corrales en constante actividad a favor de su recuperación y reinauguración, en tanto baluarte del patrimonio histórico, cultural y revolucionario de la nación cubana.

Impresiona un hombre que arriba a los 95 años de una vida caracterizada por la dedicación inclaudicable al pueblo y en especial a su cultura, y que desde su más temprana juventud hizo de la patria un culto a la que se entrega todo lo que se es. No es de extrañar tal atributo dada la estirpe mambisa que anidó en su cuna mediante el calor y el cariño de su abuela, María Joaquina de Jesús Sarduy, esclarecida patriota villaclareña que en muchas ocasiones condujo municiones y medicinas por los campos revolucionarios, y sufriera prisión junto a su compatriota, Evangelina Cossio, al ser sorprendidas, cargadas de pertrechos, en el camino de las Bocas en esa ciudad, y que sembrara en el hogar la nobleza, la fidelidad y el patriotismo que también caracterizan a Manolo.

Fue sin dudas la entrevista-cumpleaños a Corrales una oportunidad única. En su hogar, junto a su esposa y un reducido número de familiares muy allegados, esta historiadora, que ha aprendido, admirado y compartido labores y saberes con Manolo durante mucho tiempo, y Alexia, joven doctorante argentina que no podía ocultar su asombro, agradecimiento y emociones, tuvieron el privilegio de compartir con un cubano enérgico e inagotable que en su aniversario 95 no cesa de luchar y de ayudar en su lucidez patriótica revolucionaria.

Compartir en

Añadir nuevo comentario

Image CAPTCHA