El fin de una larga ausencia: Echeverría de Héctor P. Agosti | Centro Cultural de la Cooperación

El fin de una larga ausencia: Echeverría de Héctor P. Agosti

18/05/2011

(Por Jorge Testero) El martes 26 de abril, en el marco de la 37ª Feria del Libro de Buenos Aires, desde  Ediciones del Centro Cultural de la Cooperación, presentamos el libro Echeverría, de Héctor P. Agosti. Este ensayo, sin lugar a dudas trascendental para la historia de las ideas en la Argentina, vuelve a estar disponible para el público general, a cincuenta años de su primera edición. La persecución y la censura que sufrieron las ideas de izquierda en las décadas posteriores a su primera aparición explican el largo periodo transcurrido hasta esta reedición, la primera de un libro que, entre otras cosas, abriría a la teoría gramsciana la puerta de entrada al campo cultural y político de nuestro país.

La actividad, que como responsable editorial del CCC tuve el placer de coordinar, contó con la presencia de Ana María Ramb, editora,  periodista y escritora, y de  Rafael Paz, médico, sicoanalista y escritor. Ramb reivindicó la pasión militante de Héctor Agosti, la voluntad inclaudicable que sostuvo incluso en momentos repetidos y prolongados de prisión, durante los cuales no cesaba su actividad política e intelectual. "Compartir detención con Agosti era como cursar la universidad", fueron las palabras que Ana M. Ramb recordó de su marido, quien había estado detenido con Agosti, y solía contar sobre los cursos de formación que éste organizaba en la cárcel y en los que participaba junto a otros detenidos políticos. La actividad intelectual en tiempos de prisión habilitó la comparación con la vida de Antonio Gramsci, dirigente comunista italiano que fue una referencia teórica importante para Agosti.

Por su parte, Rafael Paz, además de recordar su relación intelectual con Agosti, destacó su labor como pensador orgánico del Partido Comunista, cuya línea teórica enriquecía incluso en momentos de discrepancia. Paz remarcó el carácter profundo de esta inserción en el Partido como espacio para "sostener las rupturas con las obviedades ideológicas impuestas, situándose en un colectivo de lucha", y en ese sentido, destacó que la toma de partido, mucho más que el ser un hombre de partido, sería el gesto que marcaría la vida política de Agosti. Así mismo, valorizó el trabajo de Héctor P. Agosti que "sin traicionar la complejidad de lo real, dio cauce a la dialéctica entre explorar lo más exhaustivamente que se pueda una problemática y admitir a la vez su incompletud".

También estuvieron presentes en la sala miembros de la Asociación Agosti, así como Carlos Agosti, hermano menor de Héctor, con quien compartió su militancia. Carlos fue quien guardó las correcciones que Héctor Agosti había preparado para una reedición del libro que no pudo concretarse en vida del autor, e hizo un delicado trabajo de corrección y edición.

Héctor P. Agosti supo ser referencia para muchos jóvenes que se formaron bajo la orientación de su trabajo cultural, y que se convertirían, luego de algunos años, en influyentes intelectuales no sólo para nuestro país, sino también para el resto de América Latina.
Una mirada crítica penetrante orientaba su hacer intelectual, alumbrando trabajos tan agudos como relevantes para la discusión política del momento. Estos mantienen hoy plena vigencia, demostrando que sólo el pensamiento que nace de la observación profunda y con un claro sentido ideológico de los problemas de su tiempo, sobrevive a su propia época.

La figura de Esteban Echeverría no sólo fue tomada por Agosti como objeto de reflexión, sino también como puerta de entrada hacia debates que, tanto de manera explícita como solapada, se estaban dando en el escenario intelectual y político argentino de principios de los años 50 del siglo 20. Publicado con motivo del centenario de la muerte del integrante de la generación del 37, el libro aborda la vida y la obra de un hombre que, si bien no fue negado por la historia oficial, estaba ubicado en un lugar clasificado con una irritante simplificación que lo condenaba a ser un inocente romántico para unos y un réprobo antinacional para otros. Agosti se interna en la obra de Echeverría y nos presenta un pensador de gran vuelo, un autor de gran complejidad y un fino político cuya temprana muerte y posteriores retaceos oscurecieron sus fundamentales aportes. El propio Agosti condena a los "sociólogos tranquilizadores" que intentan en vano mellar el filo de su pensamiento.

En una tarea de impecable factura teórica, presenta a estudiosos y lectores en general una verdadera reivindicación de un pensador que trabajó sobre la realidad de un proyecto en formación asumiendo sus contradicciones, y que entendió a la Argentina naciente como un todo integrado que formara parte del sueño americano. En su famosa definición de mirar la realidad con un ojo en América y con el otro en Europa, está claramente indicado nuestro doble linaje, que por momentos adquiere ribetes trágicos, pero que contiene a su vez elementos sustanciales y fecundos para que nuestra Nación y nuestro pueblo avancen construyendo la identidad y el futuro social y cultural de la Patria. En sus análisis de las disputas que dividieron su tiempo y de las cuales fue víctima, proponía para una provechosa e inevitable salida: tomar elementos tanto unitarios como federales,  ya que ambas tradiciones contenían, en parte, expresiones populares legítimas,  para conformar una síntesis o confluencia de esas poderosas corrientes, pues advertía que sólo así se podría construir una Argentina nueva, inclusiva y democrática.

Lamentablemente fue otro el derrotero que siguió nuestra historia. Es dable puntualizar también que esas discusiones recorrían el espacio político y cultural en pleno apogeo peronista, cuando el propio Agosti se inscribió en la tradición echeverriana proponiendo un profundo debate para el futuro inmediato de nuestro país. Los sucesos posteriores frustrarían la propuesta y los eternos enemigos del pueblo, las grandes corporaciones extranjeras y locales, junto a las viejas y nuevas oligarquías agrarias, seguirían consolidando su poder político, económico y cultural. Para ese fin no repararían en el uso de la violencia siempre que lo consideraran necesario, como sucedió en los golpes dictatoriales de 1955, 1966 y 1976.

Hoy  vivimos otra gran oportunidad. Restaurada la política en franjas importantes de la sociedad, particularmente de la joven generación, afirmado un proyecto que permite, en un campo de reivindicaciones sociales básicas, retomar el gran debate que desbroce el camino hacia una verdadera confluencia de las principales tradiciones políticas de la historia nacional y de sus pensadores más lúcidos y representativos. En una Latinoamérica poblada de proyectos populares que presentan la unidad anhelada por nuestros fundadores como objetivo, entendemos que este libro aportará elementos de gran riqueza con conceptos que, así lo muestra el texto, acompañan el sueño argentino desde el principio.

Hoy la obra de Héctor P. Agosti comparte un valor político y un mérito común con la de Esteban Echeverría: y es el de seguir guiando en sus búsquedas a las generaciones que ensayarán los caminos que ellos intuyeron, desde la reflexión y la teoría, para la construcción de una nación cuya grandeza se mida en términos de un elevado desarrollo cultural y, sobre todo, de una mayor justicia social.

Fuente: Nuestra Propuesta

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