Eduardo "Tato" Pavlovsky a 50 años de haber comenzado el camino que une el arte y la política | Centro Cultural de la Cooperación

Eduardo "Tato" Pavlovsky a 50 años de haber comenzado el camino que une el arte y la política

25/06/2010

 

Médico, terapeuta, dramaturgo, autor, militante y muchas cosas más. Eduardo "Tato" Pavlovsky es, a 50 años de haber comenzado el camino que une el arte y la política, un ejemplo para todos nosotros. En el marco de las actividades en Homenaje a Pavlosky presentamos su testimonio. A Pavlovsky el teatro, la política, las poéticas se le fueron apareciendo, y él las fue tomando en sus manos, convirtiéndolas en cada espectáculo, en cada función en algo diferente. El mismo nos cuenta en la entrevista realizada para el Archivo Oral "Subjetividad, política y oralidad" de la Unidad de Información del Centro Cultural "Floreal Gorini":

"Para mí el personaje en el teatro, el sujeto, el contorno, la silueta, se tiene que abrir desde el personaje a otros territorios, abrir y explorar, explorar, explorar. Entonces es un teatro fuerte, hay intensidad. A mucha gente le gusta y a otros les resulta demasiado fuerte."

Más adelante nos habla de su acercamiento a Meyerhold:

"Meyerhold es la culminación de una obra trágica producto del stalinismo, yo me entere en el 93 por que lo leí en una revista inglesa y que recién la KGB abría los archivos de la verdad sobre Meyerhold ¡En el 93! Stalin murió en el 54. [...] Porque no conocían la historia, porque fue en el año 93 que abrieron los archivos y la gente se dio cuenta que este hombre que tenía una estética de la improvisación, de la experimentación, el teatro de la conversión consciente, pensaba que la imaginación creadora era un arma revolucionaria por excelencia, pensaba que el teatro debía ser subversivo, pensaba que la improvisación era fundamental, que el teatro era musical, pensaba que el actor tenía que ser culto, tenía que leer, no quería que fueran brutos. Resonaba en lo que, muchas veces, uno piensa del teatro. Entonces me fui metiendo en la vida de él. Tuve que leer mucho. [...] ¿Cómo no me va a interesar esa personalidad? Sobre todo ligado a lo que pasamos nosotros."

De su participación en Teatro Abierto nos cuenta:

"Creo que Teatro Abierto fue un fenómeno interesante, como lo que yo defino acontecimiento. Algo que si bien esta dado por circunstancias históricas, necesitaba la cultura explayarse y exponerse, porque no se dejaba estrenar a cierto autores argentinos. También es cierto que lo que ocurrió fue un acontecimiento. Defino acontecimiento por lo que pasa no por la representación sino por fuera de la representación. Es decir, no estaba escrito que Tito y [Osvaldo] Dragún se reunieran, y empezaran a hablar con gente y la gente se reuniera, y hablara un sector del público y se hicieran obras que no tenían un contenido político muy determinado. Sin embargo lo político, fue el acontecimiento. [...] El hecho de que se reuniera la gente a hacer teatro como manifestación cultural un poco contestataria. Pero no era política. Eso es interesante. Cuando una manifestación cultural rebasa la representación del teatro y pasa al público que venía como a una manifestación y después viene una bomba al Picadero y se sigue haciendo eso. Pero lo que hay que notar de Teatro Abierto, es que Teatro Abierto funcionó en ese momento, en ese lugar y en ese tiempo. Porque todas las repeticiones de Teatro Abierto no funcionaron. Se ve que los acontecimientos ocurren una sola vez en un lugar. Como dice Deleuze: habría que crear acontecimientos nuevos todos los días para que se haga esto que queremos todos que es la revolución. En cuanto a revolucionarse a sí mismo. [...] Lo espontáneo era el público y como se movía. Pero las obras eran muy bien dirigidas. Hay una obra que fue la primera que hice después de volver con Laura Yusem, que fue muy importante para mí por la experiencia con Carlos Carella, que fue "Cámara Lenta". Cuando yo era un boxeador terminado y el era un manager. Y me seguía y era una relación de amor y odio muy linda. Y Carlos Carella es un gran actor, magnifico en escena. Era incapaz de salir en escena y no darle a uno la escena. Cosa rara para el teatro. Y te voy a contar algo que es muy interesante: yo hacía teatro de martes a domingo y estaba muy cansado. Y un día había siete personas. Y le digo a Carlos "mira, está lloviendo, hay 7 personas, ¿Por qué no suspendemos?" y me dijo "son persona que vinieron para vernos a vos y a mí. No hay siete, hay dos. Vamos a hacer la función igual". Y esto es lo bueno del teatro. Porque yo en el psicoanálisis no encontré hombres enterizos.[...] Pero el teatro me ha dado más a la profesión que la profesión al teatro.

 

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