Desbaratando zonceras monetarias. | Centro Cultural de la Cooperación

Desbaratando zonceras monetarias.

16/05/2025

Por Estanislao Malic
El concepto de demanda de dinero utilizado actualmente por el gobierno para justificar la emisión monetaria (sin presiones inflacionarias evidentes) está muy difundido en el discurso económico argentino. Sin embargo, sorprende encontrar que tales ideas se encuentran abandonadas en la mayoría de los círculos académicos globales, tanto ortodoxos como heterodoxos.

En hilos de X y otros espacios mediáticos solemos leer que la demanda de dinero subió o bajó. Eso ya es una zoncera descomunal. Lo único que puede ser observado son los stocks (cantidades), la demanda no se puede medir.  Por lo general, se suele argumentar que la demanda de dinero sube cuando aumentan los stocks y se desacelera la inflación, y que la demanda de dinero baja si hay inflación. Es tautológico, una teoría que se autovalida. No aprueba pensamiento científico del CBC.
Aclaremos un poco las ideas. Para la teoría keynesiana no existe tal cosa como demanda de dinero. Keynes es explícito al respecto, lo más parecido en su Teoría General es la demanda de liquidez, la cual impacta en la tasa de interés (o, complejizando un poco el asunto, en la estructura de tasas de interés). La preferencia por activos más o menos líquidos irá modificando la curva de tasas y ello tendrá diferentes implicancias en la economía. 
Las modernas teorías del dinero endógeno ya no concentran su atención en esta preferencia, sino que lo hacen en la demanda de crédito. Una determinada tasa fijada por el Banco Central influirá (más o menos) en las decisiones de crédito y, por ende, de creación monetaria.

No existe, bajo ningún concepto, un exceso de oferta monetaria o algo parecido.

Respecto a la ortodoxia, allí sí podemos encontrar antiguos exponentes que desarrollaron la idea de demanda de dinero, el más famoso de ellos fue, sin dudas, Milton Friedman. Al tratarse de una economía pensada como un sistema de trueque, sin dinero, el mismo juega el rol de cualquier mercancía, solo que el dinero sería la única seleccionada como tal. En este caso, se construye una curva de demanda de dinero (con fundamentos similares a las de una mercancía, pero no iguales) y se deduce que sus excesos de oferta reducen su precio (inflación), y sus excesos de demanda lo suben (puedo emitir y los precios se mantienen estables).

Esta teoría fue abandonada hace décadas por el mainstream ortodoxo, ya que las cantidades de dinero no parecen ser controlables por los bancos centrales, al tiempo que la inflación no evidencia relación empírica causal directa con las cantidades de dinero.

Vale también preguntarse qué sería la demanda de dinero. Si entendemos al dinero como todo depósito bancario o billete circulante, en realidad estaríamos hablando esencialmente de la liquidez (el dinero es un concepto más amplio). La liquidez tiene varios niveles: puedo tener depósitos, bonos, acciones, fondos comunes, saldos en billeteras virtuales. Ahí es donde Keynes señala que, según las preferencias de los agentes, se moverán entre tales activos, lo cual suena absolutamente lógico. Pensar en que la gente compra cosas porque no quiere tener dinero y eso hace aumentar los precios, no solo es completamente descabellado, sino que no resiste el menor análisis lógico (cuando uno compra un bien el que le vende "demanda" dinero) ni empírico (estanflación crónica en Argentina).

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