La recuperación también es regional | Centro Cultural de la Cooperación

La recuperación también es regional

28/09/2021


Escribe: Josefina Grosso

En estos tiempos en los que la actividad económica muestra claros signos de recuperación, la dimensión regional de la misma está poco presente. En otras palabras, mucho se habla de la gradualidad y heterogeneidad sectorial de esta reactivación, pero poco se mira o analiza su relación con el espacio territorial, sintetizado en las cinco regiones de nuestro país. Cuando hablamos de regiones nos estamos refiriendo a Centro y Buenos Aires, Noroeste (NOA), Noreste (NEA), Cuyo y Patagonia.



Si bien las medidas preventivas instrumentadas en el marco de la pandemia por el gobierno nacional (en una primera etapa) y provinciales (en las fases sucesivas), tuvieron que contener primero la recesión 2018 y 2019 más la pandemia. Se tuvo que limitar la circulación de las personas y el normal desarrollo de las diferentes actividades productivas-sociales, la restricción de las mismas (en función de la situación sanitaria) junto con la configuración productiva de las regiones, determinaron una mayor o menor afectación de ciertos sectores (y, por ende, localidades-provincias-regiones) en relación con otras, condicionando con ello los tiempos y el alcance de la reactivación.

Claramente la configuración productiva de estas economías regionales basadas en producciones agropecuarias e industriales propiciaron este desempeño. En efecto, muchas de las actividades que se desarrollan en estos territorios estuvieron entre las menos afectadas tanto por el lado de las restricciones a la movilidad que podían condicionar su funcionamiento (en su mayoría fueron consideradas desde el inicio como actividades esenciales) como del consumo (de hecho, un conjunto significativo de ellas mostró un importante crecimiento de la demanda que, en algunos casos, terminaron repercutiendo en los precios).

En el primer trimestre de 2021, con una suba del 2,5% interanual la actividad económica mostró el primer repunte, luego de seis trimestres consecutivos de caída. Esta recuperación fue traccionada por el crecimiento de la región Centro y Buenos Aires, en la cual se desarrolla una parte importante de la actividad productiva del país. Según el ISER, esta región registró un aumento del 2,7 i.a., que se explica tanto por la reactivación de las actividades industriales como acero, automóviles y, en menor medida, sustancias químicas y la suba de algunos rubros agroindustriales como la producción de aceite de soja y leche.

Por su parte, el norte del país reafirmó su recuperación en los primeros tres meses del año, evidenciando incrementos del 3,9% i.a. en el NOA (las actividades vitivinícolas y algodoneras tuvieron buenos desempeños) y 2,4% i.a. en el NEA (se observó un aumento de la producción textil y de yerba mate).

Por el contrario, en Cuyo y Patagonia la recuperación es más lenta y se hace esperar. En el caso del sur esto responde a las caídas de los principales complejos productivos como petróleo y gas, minería (oro), aluminio y frutícola (manzanas), en tanto que en la región cuyana incidieron el magro desempeño de la actividad hidrocarburífera y vitivinícola. Recientemente en Patagonia, las provincias de Chubut y Neuquén se vieron afectadas por distintos eventos climáticos que afectan sus producciones provinciales.

La contracara de esta reactivación de la actividad económica parecería ser el rezago con el que se ha venido recuperando el empleo a nivel regional y, en consecuencia, en el agregado nacional. No obstante, hay que destacar que el año pasado, aún con un PBI cayendo a tasas de dos dígitos en el segundo y tercer trimestre, el empleo no se contrajo en la misma magnitud. En este punto corresponden mencionar la relevancia que ha tenido el paquete de medidas de asistencia implementado por el gobierno nacional para morigerar los efectos de la pandemia en los sectores productivos (Programa de Asistencia al Trabajo y a la Producción -ATP- y REPRO II).

Del último dato del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) correspondiente a junio de este año se destacan dos aspectos positivos. Por un lado, que se generaron 146 mil puestos de trabajo privados más que en relación con el mismo mes del año pasado, lo que representa una suba del 2,4% i.a. y, por el otro, que todas las regiones registraron alzas. Algunas como Patagonia, NEA y NOA con tasas por encima del 3%. Este escenario estaría anticipando no solo que en el segundo semestre se consolida la recuperación, sino que esta sería extensiva a todas las regiones.

La dimensión regional de la recuperación deja evidencia las diferencias territoriales de la estructura productiva de nuestro país. Si bien las actividades económicas se encuentran presentes en todo el territorio, existe una importante concentración y dependencia de la región Centro y Buenos Aires en la cual se localizan tanto las actividades agrícola-ganaderas como los principales núcleos urbanos de desarrollo industrial. El resto de las regiones están más orientadas a la producción de bienes basados en los recursos naturales, en donde los niveles de industrialización son heterogéneos y escasos. Esta configuración territorial de las actividades plantea desafíos para garantizar la reactivación de la economía y la ansiada consolidación de su crecimiento, para que generen condiciones de equidad regional e incluyentes para la población que vive en las diferentes regiones de la Argentina.

(*) Economista (UBA), Magister en Economía y Desarrollo Industrial (UNGS).

Se agradece a Ernesto Mattos, Director Nacional de Estudios Regional y Cadenas de Valor Regionales (Ministerio de Economía), Economista UBA/CCC, por sus aportes.

LINK A LA NOTA: https://www.ambito.com/economia/actividad-economica/la-recuperacion-tamb...


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