Recordar, resistir, construir: Si lo sabíamos, ¿por qué no pudimos evitarlo? | Centro Cultural de la Cooperación

Recordar, resistir, construir: Si lo sabíamos, ¿por qué no pudimos evitarlo?

05/02/2016

Si lo sabíamos, ¿por qué no pudimos evitarlo?

Marta Marucco

Editoriales y librerías denunciaron en una declaración publicada por Página 12 el 6 de noviembre de 2015, que desde el macrismo no se proponía nada consistente para las industrias culturales que, como la editorial, ha logrado un esforzado desarrollo. La experiencia en la CABA es desalentadora no solo en términos de ‘cultura’ como valor intangible sino también como industria. “El slogan ‘cambiemos’, consigna vacía de contenido y lista para todo uso, se transforma en una verdadera amenaza a nuestra actividad”, Respecto del crecimiento de la industria editorial durante la última década, recordaban que de los 32 millones de ejemplares de 9500 títulos producidos en 2002, se pasó en 2014 a 130 millones de ejemplares de 28.000 títulos. Reconocían que si bien el sector estaba lejos de la edad de oro de la edición argentina, desarrollada entre 1938 y 1955, resultaba claro que se había salido de la anomia a la que fue condenada desde mediados de los años 70, continuada por las políticas de los 80 y los 90 que facilitaron la excluyente concentración de la industria editorial en pocas manos Vaticinaban que el triunfo de Macri implicaría “la entrada como avalancha de los excedentes de stock de las editoriales españolas, que están a la espera del ‘asalto’ al mercado del libro argentino para compensar sus déficit derivados de las crisis económicas de ese país. Esto conducirá inevitablemente a un achique del sector, incluyendo despidos y cierres de pequeñas empresas”.

Al respecto, Débora Yánover, dueña de la Librería Norte, hija del poeta y librero Héctor Yánover, sostenía: “En los últimos diez años la sustitución de importaciones en la práctica significó el nacimiento de un montón de editoriales que publicaron y tradujeron títulos que solo teníamos en ediciones españolas en la década del 90. Ahora hay muchas ediciones argentinas traducidas por argentinos. Para las librerías esta producción descomunal fue un renacimiento de la industria editorial argentina que nos dio aire a todos”. Las editoriales nacionales medianas y chicas surgieron como hongos y esto tiene que ver con una política cultural del Estado. “Yo tengo casi 60 años... Viví la hiperinflación y el menemismo, en los que nos salía más barato importar de España los libros de Borges que comprárselos a Emecé. Era un horror, la industria editorial argentina estaba completamente muerta. Si abren la puerta de la importación, en veinticinco segundos se va al tacho lo que se construyó en diez años. Y va a quedar mucha gente en la calle.” La puerta acaba de abrirse por la Resolución 1/2016 de la Secretaría de Comercio que eliminó las restricciones al ingreso de libros del exterior junto con las de tintas, lacas y barnices.

Si sabíamos que esto ocurriría, ¿por qué no pudimos evitarlo?

El fraile dominico brasileño, Frei Betto, considera que la causa principal de los retrocesos sufridos por gobiernos progresistas de América Latina es el descuido en la formación ideológica de la sociedad

Durante su participación en la II Conferencia Internacional “Con todos y para el bien de todos”, dedicada a José Martí, Betto defendió ese criterio a la luz del pensamiento político y antiimperialista martiano. Señaló que la región avanzó mucho en los últimos años; se logró elegir jefes de Estado progresistas, conquistar conexiones continentales importantes como la Alianza Bolivariana, la Celac, la Unasur, pero se cometieron errores. Uno de ellos fue descuidar la organización popular, el trabajo de educación ideológica, por los que tanto se preocupó José Martí. Según el teólogo de la liberación, los retrocesos en una sociedad desigual significan que hay una permanente lucha de clases. "No podemos engañarnos, pues no se garantiza el apoyo popular a los procesos dando al pueblo sólo mejores condiciones de vida, porque eso puede originar en la gente una mentalidad consumista" El problema está -afirmó Betto- en que no se hizo el trabajo político, ideológico, de educación, sobre todo en los jóvenes, y ahora la gente se queja porque ya no puede comprar autos o pasar vacaciones en el exterior. En su opinión, hay un proceso regresivo porque no se ha desarrollado una política sostenible, no hay una reforma estructural, agraria, tributaria, política. "Encauzamos una política buena pero cosmética, carente de raíz, sin fundamentos para su sustentabilidad". Aseveró que el consumismo y la corrupción están matando la utopía en pueblos de nuestra América, como Argentina, porque -señaló- la gente no tiene perspectivas de de la vida de sentido altruista, solidario, revolucionario. Se va hacia el consumismo, y eso afecta toda perspectiva socialista y cristiana, que es desarrollar en la gente valores solidarios. "La solidaridad es el valor mayor tanto del socialismo como del cristianismo", subrayó. Fuente: Al Mayadeen TV Español

Coherentes con la convicción de que este no es tiempo para lágrimas sino para recordar, resistir y construir, apelamos a las palabras de Betto no como verdad revelada sino como incentivo para la polémica.

Marta Marucco

 

 

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