Nota de coyuntura: "Las aulas container son de derecha." - Analía Peralta | Centro Cultural de la Cooperación

Nota de coyuntura: "Las aulas container son de derecha." - Analía Peralta

29/05/2014


Todos debemos recordar cuando en Diciembre del año pasado, el novedoso sistema de inscripción on line mostró la desatención del Gobierno de la Ciudad respecto a la construcción de escuelas públicas en todos los niveles del sistema y la resistencia despertada en la comunidad educativa ante el anuncio y posterior instalación de contenedores a modo de aulas1. Con las aguas más calmas, aunque no con el problema solucionado, el pasado 22 de Abril, el diario La Nación publicó un escrito de opinión sobre este tema2. En un nuevo intento por mostrar que las políticas que se desarrollan son neutrales, se realiza una defensa de esta medida enunciando que el problema es de tipo “técnico” y no “ideológico” y que, si bien es considerada “mala”, la instalación de contenedores como aulas apunta a solucionar un tema “urgente”: el crecimiento de la demanda de escuela pública en la Ciudad. Utilizando argumentos que van desde comparaciones con otros países donde este tipo de aulas también fueron instaladas (y que se defienden como “sistemas educativos valiosos”), hasta la descalificación de quienes estaban en contra como seres irracionales, apasionados e ineptos para la comprensión de los problemas (y la autora posicionándose como la persona informada que puede pensar claramente y aportar la palabra verdadera y desideologizada a los asuntos), la nota resulta una apología de la política macrista en general y de los contenedores en particular, en pleno proceso de posicionamientos para medir candidatos presidenciables.

La nota comienza con una pregunta como título: “Las aulas container ¿son de derecha?”. Nosotros decimos enfáticamente “Sí”, y argumentamos: no coincidimos con la “solución de emergencia y temporal” que sostiene la autora ni con la hipótesis de que el único “error” de la gestión fue que no pudo prever el crecimiento de la demanda, situación por la que culpabiliza a quienes viviendo en la Provincia de Buenos Aires quieren estudiar en la Ciudad (como si la Constitución porteña no zanjara esta cuestión afirmando que todas las personas tienen los mismos derechos en la Ciudad, independientemente de su lugar de residencia). Bien sabemos que la falta de vacantes es un problema viejo sobre el que no puede alegar desconocimiento el macrismo. Por ello, las aulas container no son soluciones de urgencia, son una medida más para desvalorizar la escuela pública y hacer, de modo subrepticio, que quienes puedan pagar una cuota en una escuela privada opten por hacerlo. Los problemas que estas aulas container traen no son negados en la nota, sino que se reconoce que éstas son ruidosas, húmedas, calurosas en verano, frías en invierno ¿quién querría que sus hijos e hijas estudien allí?

Tampoco nada nos hace pensar que sean medidas temporales, como también se destaca en la nota. En Canadá, uno de los sistemas educativos que se cita como “modelo”, estas aulas (que en todas las latitudes se instalan en los patios, es decir, reduciendo el espacio para la actividad física y la recreación) son utilizadas hace varios años e incluso, tal como afirma la autora, se multiplican.

Un dato interesante que nos sirve para argumentar por qué sostenemos que la desatención de lo público se hace carne en esta gestión es que en Argentina contamos con una Ley Nacional de Educación del año 2006 que establece la obligatoriedad desde la sala de 5 años hasta la finalización de la escuela secundaria. Esta ley también establece que la sala de 4 años debe universalizarse, es decir, desde hace 8 años deberían haberse tomado las medidas necesarias para incrementar la oferta de instituciones. Otro dato es que la Ciudad de Buenos Aires tiene una Ley de obligatoriedad de la secundaria que data del 2002 (Ley 898/2002), 4 años antes de la sanción de la Ley Nacional. 12 años ya de su entrada en vigencia: todos y todas deberían estar en la escuela. El macrismo, en sus más de 7 años de gestión, no ha sabido responder a esta necesidad que distintas organizaciones vienen denunciando, incluso diferenciando que la zona más afectada por la falta de instituciones es la zona Sur, donde proliferan las escuelas privadas. Lo saben las organizaciones, lo debe saber el oficialismo porteño. Claramente no se trata de un problema nuevo.  

Las aulas container, lejos de ser una solución, son un problema grave: el martes 20 de mayo el juez Roberto Gallardo decidió la clausura de los módulos instalados en el “Lengüitas” del barrio de Palermo debido a que el ex rector de la institución sufrió 2 descargas eléctricas al ingresar a esos espacios donde todos los días niños y niñas pasan su jornada escolar. Es el mismo juez que en febrero había prohibido la instalación de estas aulas en la institución por considerarlas riesgosas. Sin embargo, haciendo caso omiso a la disposición judicial, las aulas fueron instaladas.

A casi 3 meses de iniciado el ciclo lectivo, el problema que vienen a “solucionar” las aulas container –la falta de vacantes- parece haber perdido intensidad. Sin embargo, una importante cantidad de familias sigue esperando un lugar en la escuela pública y muchas son las organizaciones que continúan preocupadas por la vulneración del derecho a la educación. Con el problema generado por la inscripción on line, tampoco se tienen a la fecha datos concretos de cuántos niños y niñas continúan sin conseguir vacante porque el Ministerio de Educación de la Ciudad no brinda esta información, incluso con un pedido de la justicia mediante.

Entonces, volvemos a decir: “Sí, las aulas container son de derecha”. ¿Por qué? Porque entendemos que el macrismo encarna los valores del neoliberalismo, porque sabemos que la multiplicidad de medidas adoptadas durante su gestión apuntan a desvalorizar el espacio de lo público en general y de la escuela pública en particular, porque instala con cada política que despliega y con cada discurso que emite la idea de que la escuela privada es mejor y reserva el espacio público (que no pierde oportunidad para precarizar y vaciar) para los sectores más vulnerables. El correlato es que la matrícula de las instituciones particulares crece día a día, y mientras las escuelas públicas tienen problemas de infraestructura y de falta de instituciones (por mencionar sólo algunos), el presupuesto para el área de educación privada crece año tras año en el presupuesto porteño3.

Son de derecha porque no se plantean como una solución a corto plazo y para pasar esta supuesta “ineficacia” en la gestión educativa terminan siendo “la solución”. También porque no alcanza con el reconocimiento del error, como el Ministro cree hacerlo en diversas aclaraciones cuando habla sobre el tema, sino que se necesitan respuestas concretas y dignas para toda la comunidad. Y son de derecha porque lo que subyace es una mirada de la educación como una cuestión individual: te anotas por internet, si tuviste problemas le reclamás a la web o al 147, si no tenés la vacante quizás es porque te equivocaste en la inscripción (y no porque el sistema nunca captó las cinco opciones que elegiste) y la culpa de no tenerla es tuya porque vivís en otro distrito. Son de derecha, entonces, porque a meses del inicio del ciclo lectivo el Gobierno de la Ciudad deja en vilo a miles de familias y les genera problemas en vez de garantizar derechos. Apañado por los medios hegemónicos que omiten en sus ediciones diarias muchos de los conflictos que se suscitan alrededor del asunto, mañana amaneceremos con otra novedad y la gravedad de lo que nos alarmaba hace unos meses pasa desapercibida.

Y lo pensamos en términos ideológicos porque esa es la forma de pensar y entender la educación. El macrismo no peca de ingenuo ni de incapaz a la hora de elaborar sus medidas, sino que responde a intereses bien concretos: abre la puerta de bienvenida al mercado día tras día a través de convenios con empresas y ONGs que responden a intereses empresariales, subsume lo pedagógico a las necesidades de las corporaciones, despliega la pedagogía del autoritarismo4 sin consultar y sin permitir la participación de la comunidad educativa, y por último y esencial, niega el derecho a la educación a miles de niños, niñas y adolescentes. Un derecho que hoy es tan universal como sistemáticamente vulnerado en nuestra Ciudad.

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1http://www.centrocultural.coop/blogs/observatorio/#InscripcionOnline http://www.centrocultural.coop/blogs/observatorio/#AulasContainer

2 http://www.lanacion.com.ar/1683081-las-aulas-container-son-de-derecha

3 http://www.centrocultural.coop/blogs/observatorio/2013/12/26/nota-de-coyuntura-%C2%BFcomo-termina-el-ano-educativo-en-la-ciudad-de-buenos-aires/

4 http://www.infonews.com/2013/10/23/sociedad-104696-pedagogia-del-autoritarismo.php

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