Iberoamericanismo y Panamericanismo diferencias en busca de la Integración de América Latina | Centro Cultural de la Cooperación

Iberoamericanismo y Panamericanismo diferencias en busca de la Integración de América Latina

28/02/2009

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Desde la conquista europea hasta nuestros días el concepto de integración de los pueblos de América Latina se fue haciendo cada vez más complejo debido a las diferentes concepciones ideológicas y a los distintos intereses. Dos de estas concepciones que llevaron a cabo este proceso de complicada integración o desintegración, aunque hoy en día parece estar algo más cercana, fueron las ideas de ibero-americanismo y pan-americanismo.

Tomando la idea de J. Mariategui (1925) analizaremos y diferenciaremos brevemente estas dos ideas[1].

El ibero-americanismo comienza a reaparecer, de forma esporádica, en los debates de España y de la América española. Es un ideal o un tema que, de vez en vez, ocupa el diálogo de los “intelectuales” del idioma o “de la raza”. 

El ibero-americanismo pone al descubierto, en el diálogo de los intelectuales libres, todo ornamento diplomático. Nos revela así su realidad como ideal de la mayoría de los representantes de la intelectualidad y de la cultura de España y de Nuestra América.

Al ibero-americanismo le hace falta un poco más de idealismo y de realismo. Le hace falta consustanciarse con los nuevos ideales de Nuestra América. Le hace falta insertarse en la nueva realidad histórica de estos pueblos. Mientras que, el pan-americanismo se apoya en los intereses del orden burgués; el ibero-americanismo oficial será siempre un ideal académico, burocrático e impotente, sin raíces en la vida. 

A diferencia del ibero-americanismo, el pan-americanismo, no goza del favor de los intelectuales. No cuenta, en esta abstracta e inorgánica categoría, con adhesiones estimables y sensibles. Cuenta sólo con algunas simpatías disfrazadas. Su existencia es exclusivamente diplomática. La más lerda perspicacia descubre fácilmente en el pan-americanismo una túnica del imperialismo norteamericano. El pan-americanismo no se manifiesta como un ideal del Continente; se manifiesta, más bien, inequívocamente, como un ideal natural del Imperio yanqui, (antes de una gran Democracia, como les gusta calificarlos a sus apologistas de estas latitudes, los Estados Unidos constituyen un gran Imperio). Pero, el pan-americanismo ejerce -a pesar de todo esto o, mejor, precisamente por todo esto- una influencia vigorosa en América Latina; muchas veces disfrazado en estos últimos tiempos con diversos nombres y organismos. Uno de ellos fue el intento del ALCA, que a pesar de las distintas presiones no logro prosperar.

La política norteamericana no se preocupa demasiado de hacer pasar como un ideal del Continente el Ideal del Imperio. No le hace tampoco mucha falta el consenso de los intelectuales. El pan-americanismo borda su propaganda sobre una sólida malla de intereses. Las vías de tráfico comercial pan-americano son las vías de esta expansión. La moneda, la técnica, las máquinas y las mercaderías norteamericanas predominan más cada día en la economía de América Latina. Puede muy bien, pues, el Imperio del Norte sonreírse de una teórica independencia de la inteligencia y del espíritu de Nuestra América. Los intereses económicos y políticos le aseguraran, poco a poco, la adhesión, o al menos la sumisión, de la mayor parte de los intelectuales. 

Nada resulta más inútil, por tanto, que entretenerse en confrontaciones entre el ideal ibero-americanismo y el ideal pan-americano. De poco le sirve al ibero-americanismo el número y la calidad de las adhesiones intelectuales; ya que ambos dos, el ibero-americanismo y el pan-americanismo, se apoyan en los en los intereses y los negocios como así también en los sentimientos y las tradiciones de Nuestra América.

Para poder lograr y pensar en una integración de América Latina debemos dejar de lado estos dos conceptos que lo único que buscan es imponer políticas económicas y sociales llevando a cabo la desintegración y el enfrentamiento de nuestros pueblos; y promover una integración cultural sin fronteras.

 

Alejandro Pisnoy

Prof./Investigador del CCC

[1] Mariátegui, José Carlos. Peruanicemos al Perú. Ed. El Andariego. Bs. As. 2007.

 


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