Primer encuentro del espacio de discusión de coyuntura | Centro Cultural de la Cooperación

Primer encuentro del espacio de discusión de coyuntura

02/12/2014

El sábado 6 de septiembre un conjunto de compañeros y compañeras del Centro Cultural de la Cooperación "Floreal Gorini" nos juntamos para discutir, reflexionar e intercambiar perspectivas acerca de "Las nuevas (y viejas) formas de expresión de la derecha". A continuación esbozamos, en modo muy coloquial, las principales líneas de la discusión en aquella jornada.

Continuaremos los encuentros el siguiente año. Esperamos contar con su participación.

Primer encuentro del espacio de discusión de coyuntura

Por qué nos juntamos

Varias cosas nos convocaron a participar en un espacio de discusión de coyuntura en el CCC. En primer lugar, una preocupación por el crecimiento de la derecha -o su mayor exposición y manifestación-, en líneas que van más allá del gobierno de turno, y que percibimos que afectan a todo el lenguaje político, a todo el contexto de debate. Percibimos que esto afecta a nuestras más preciadas banderas, como la de los "Derechos Humanos", que es un significante que sutilmente (o no tanto), viene sufriendo algunos desplazamientos, afectando incluso la discusión sobre los DDHH (ubicándolos del lado de la "inseguridad", o cuestionando los juicios a los genocidas).
En segundo lugar, sentimos la necesidad de pensar colectivamente con mayor reflexividad, trascendiendo el lenguaje periodístico y cotidiano que a veces "achata" los problemas, y resuelve de un plumazo cuestiones profundas armando superficialmente un "mapa" que nos dice quiénes son lo buenos y los malos en el escenario político. Identificamos la necesidad discutir en profundidad, sin quedarnos presos de lo discursos periodísticos por la necesidad de intervenir públicamente.
Asimismo, nos sentimos convocados por nuestro interés militante en el CCC, al que consideramos un lugar desde el cual participar en la disputa política. Apreciamos un espacio donde volcar "lo más político" de nuestros trabajos académicos y donde potenciar la profundidad de las investigaciones a la luz de los debates que se plantean en la militancia... y viceversa. Apreciamos el bagaje político y militante de cada unx de lxs compañerxs, y tomamos este espacio como un espacio de formación y reflexión sobre la práctica, de experiencias abiertas a la discusión político-cultural, valorando la mucha fuerza política y cultural que vive en el CCC para forjar una práctica y un pensamiento alternativos y de izquierda.

Presentación de algunas líneas de "Dilemas de la democracia (y el capitalismo) en la Argentina"[1]

El encuentro comenzó con la presentación de algunas líneas de un artículo "Dilemas de la democracia (y el capitalismo) en la Argentina" -publicado este año en Realidad Económica- por parte de uno de sus autores. Invitamos a leer el estudio completo.
El artículo está basado en una investigación llevada a cabo a principios de 2013, que busca indagar sobre las reconfiguraciones ideológicas que acompañaron las reformas neoliberales. Allí se analizan los elementos culturales/ideológicos de la derecha diseminados en la sociedad, más allá de sus expresiones orgánicas.
En primer lugar, se asume que no se puede hablar de "la sociedad" como una realidad, pero tampoco de "los individuos", e incluso de "las clases", como unidades portadoras de un único cuerpo coherente de ideología. En toda ellas hay contradicciones. Entonces, aún percibiendo un proceso de "derechización", éste no es universal, ni masivo, ni va en un solo sentido. Los significantes circulan en el discurso político, y hay desplazamientos constantemente. La primera conclusión, entonces, es que se trata de algo dinámico, no esencialmente vinculado a tal o cual actor social.
El estudio de campo permite ver la fuerte presencia de nociones punitivistas, que aparece como un rasgo marcado que atraviesa todas las clases sociales, así como un énfasis en la anti-política y un rechazo al conflicto. Al mismo tiempo, aparece como legítima la justicia social (distributiva).
Se da así un esquema contradictorio que sostiene la necesidad de la justicia social, pero rechaza la conflictividad que ella misma genera en un sistema de dominación que es estructuralmente desigual. Puede empezar a entenderse en este punto el "éxito" del discurso de la nueva derecha: "Apoyamos cierta equidad, pero no el conflicto." Ante esto el discurso orgánico se dirige a los votantes diciendo: "Podemos darles lo que ustedes quieren, sin lo que ustedes rechazan."
Un estudio similar al de este trabajo en Brasil sostiene que el discurso anti-político es más fuerte en los sectores populares porque ellos son los más afectados por las crisis políticas. Mientras que desde otros sectores sociales se puede celebrar la política con sus aspectos conflictivos, los sectores populares son los que pierden todo cuando hay crisis. El discurso anti-política expresa un discurso anti-crisis.
Por otro lado, se revela en el trabajo publicado en Realidad Económica un fuerte discurso xenofóbico. Incluso en comparación con otros países, Argentina se muestra como un país con una cultura muy xenófoba.
En otro punto, la libertad de identidad de géneros es un tema que ha sido tomado por la derecha también, y presenta un espacio compartido con la izquierda.
Por último, la propiedad privada, se manifiesta como un derecho incuestionable e incuestionado.

Punteo de la discusión

La nueva derecha

Hay varias características que podemos identificar y que creemos nos permiten hacer un uso operativo del concepto de "nueva derecha". En primer lugar, a nivel orgánico, la nueva derecha no tiene un programa distinto que el neoliberal. Esta derecha es "nueva" en cuanto a sus estrategias de acumulación política. En segundo lugar, al mismo tiempo que se asumen explícitamente valores de derecha, se niega en el discurso posneoliberal la política, de manera que en ese discurso no hay izquierda ni derecha, hay sólo gestión eficiente o ineficiente. Además, mientras la derecha que podríamos llamar tradicional está asociada a los gobiernos militares, aquí hay un uso diferente de la violencia política. Tiene el mismo objetivo que en su momento las dictaduras, pero con otros medios. Por último, esta derecha -que ha logrado articularse en el continente últimamente-, muestra una renovación generacional de cuadros, un rejuvenecimiento de la dirigencia. Al mismo tiempo los grandes partidos tradicionales desaparecieron de la escena como tales, aunque algunas viejas estructuras políticas perviven.
Se podría hablar incluso de una refundación de la derecha. El aspecto más novedoso estaría dado porque se trata de "una derecha con base social". En derechas como la UCD, sus referentes estaban insertos en ámbitos más cerrados, como la academia, y sostenían una concepción de la política elitista y técnica. La UCD se asumía como representante de los empresarios que ofrecía una propuesta al conjunto de la sociedad. Pero la nueva derecha tiene mucho desarrollo territorial, y tiene -mal que nos pese- militantes convencidos. En los inicios del gobierno de Macri no lo supimos ver, y considerábamos que se trataba sólo de rentados y mercenarios. De todas formas, los recursos para sostener a esos militantes y punteros siguen siendo determinantes. De cualquier forma, crecieron, y "el discurso de la UCD llegó a la villa."

El discurso público de esta nueva derecha se construye sin coherencia tomando elementos que miden bien en las encuestas. Se ven, asimismo, algunos matices. Por ejemplo, mientras Mauricio Macri no usa metáforas, y asume muy explícitamente valores de derecha, Sergio Massa sigue recurriendo a formas más veladas de proponer el mismo programa. Otro caso notable es el de Hermes Binner, que conjuga de alguna manera una política cultural y de salud de tono progresista, con un programa neoliberal. Nos preguntamos: ¿Es "preferible" el discurso del Pro por volver explícitos los términos de la política, o significa un retroceso porque legitima aquello que dice, desde el momento en que lo hace decible? ¿Cambia nuestra estrategia de acuerdo a la respuesta que demos a esa pregunta?
Esta "derechización" de la que hablamos significa la extensión de un discurso que ya existía, y que ahora aparece muy explicitado. Especialmente significativo es que se manifieste con ese grado de explicitación a nivel de estado. Sin embargo, quizás, el problema no son los Massa ni los Berni, sino que haya un público destinatario de sus discursos. Ése es el dato que nos habla de una derechización. En este punto, el personaje de Miki Vainilla, lejos de ser extravagante, puede tener un correlato bastante concreto más allá de la ficción. ¿Se trata de la clásica "clase media austada" o de otra cosa?
En el caso de Buenos Aires es muy evidente como este discurso se materializa en las acciones del gobierno, afectando muy concretamente la vida de los ciudadanos.

"Inseguridad"

La derecha viene preparando su regreso, con una estrategia en la que todo el problema de la "inseguridad" presenta un indudable avance. Se ha legitimado el punitivismo y es la punta de lanza de este discurso político. Sobre eso construyen su política, promoviendo la xenofobia, a la vez que criminalizando la protesta social.
En cuanto al gobierno nacional, la mejor respuesta que pudo darle a este problema fue la gestión de Nilda Garré frente al Ministerio de Seguridad. Y cuando en el 2011 asumió Scioli en la provincia, el gobierno nacional presionó en el mismo sentido, por ejemplo, enviando a Verbitsky a visitar depedencias del servicio penitenciario. Y hubo asesinatos en represalia. Nilda Garré renunció, evidenciando el retroceso en este campo.
Quizás hubo ingenuidad en este punto de parte del gobierno nacional. El problema también tiene que ver con las lógicas de funcionamiento del Estado, y las autonomías con las que se mueven las llamadas fuerzas de seguridad. De cualquier forma, esta batalla fue perdida. Hoy tenemos en el gobierno nacional y popular a personajes como Granados o Berni, y al mismo Scioli. Si eso configura una estrategia del gobierno para disputarle a la oposición de derecha, es de cualquier forma una estrategia frente a la derrota.
Como autocrítica, este tema pareciera ser nuestro punto ciego. Nos cuesta hablar de eso, al punto de que nos cuesta construir categorías para tratar este problema que se instalen fuerte en el contexto de debate. El tradicional argumento de la izquierda, de que el problema de base es la desigualdad social (y que ésta es consecuenica de las políticas de derecha), no logra instalarse en esta discusión.
Mientras tanto, el discurso punitivista, sumado al discurso anti-conflicto y anti-política resulta en una mezcla explosiva. Y sabemos que la reacción de la derecha no tiene límites, porque ni la muerte es su límite. (Y no sólo desde el estado, sino también desde la "sociedad civil", como pudo verse en los linchamientos.)

Xenofobia

La xenofobia es un problema muy presente. El miedo aparece como un elemento estructurante del sentido común, y en la necesidad ponerle un objeto a ese miedo, un enemigo, se construye la figura del inmigrante que debe ser expulsado. Pero el discurso xenófobo aparece también en los mismos inmigrantes y descendientes de inmigrantes. Al mito de que "vinimos de los barcos" que desconoce a las poblaciones originarias, se le agrega el argumento de que "algún límite tiene que tener, en algún momento es necesario cortar la inmigración". Esta cuestión de la construcción de otro amenazante del cuerpo social es, sin embargo, previo a los tiempos que corren.
El nacionalismo también puede ser vehículo del discurso xenófobo. Sin embargo, es innegable que en muchos sectores del campo kirchnerista, "nación", refiere a "patria grande", y tiene un sentido progresista y popular. Pero en el resto de los sectores no parece ser así. En las políticas concretas, también se ve ese límite: se puede ser ciudadano del Mercosur, pero no por eso se tiene derecho a las políticas sociales del lugar donde te radicás.

Libertad de géneros

En el discurso de la nueva derecha hay cierto progresismo en cuanto a la libertad de géneros. En el estudio de Ezequiel Ipar, Eduardo Chávez Molina y Gisela Catanzaro, se observa que esto convive perfectamente con, por ejempo, un rechazo fuerte de la inmigración. Aunque esto a nosotros nos resulte contradictorio.
Por otro lado, consideramos que la designación de Bergoglio como Papa, le puso un límite a los avances en este campo. Aunque el proceso kirchnerista avanzó en políticas de salud, los ministros de salud siempre fueron más conservadores, y "ahora los católicos están más embalentonados". Se había logrado sancionar el matrimonio igualtiario y la ley de identidad de género, pero a partir del nombramiento del nuevo papa se frenaron las leyes contra la discrminacion y por el aborto legal.
De cualquier manera, la derecha parece "acomodarse bien" con las cuestiones de géneros.

Igualdad, Justicia Social y Derechos Humanos

La noción de igualdad y la necesidad de justicia social redistributiva aparece también fuerte en el estudio de Ezequiel Ipar, Eduardo Chávez Molina y Gisela Catanzaro, como un nudo que a la derecha le resulta difícil desarticular.
Un ejemplo en este sentido es el caso del matrimonio "igualitario". En otros países se le llama matrimonio gay, de personas del mismo sexo, etc. Acá se llama "igualitario". Fue una victoria discursiva de la izquierda.
Además, la necesidad de justicia sobre las violaciones a los Derechos Humanos durante la última dictadura, es una cristalización progresista en el sentido común que a la derecha le cuesta desintegrar. Aún cuando desde algunos sectores esto haya entrada en terreno de discusión, no sucede en este campo lo mismo que sucede algo equivalente a lo que ocurre con el tema "inseguridad". Nadie propondría "amnistía general y homenaje a los que lucharon contra la subversion".

Para la acción

Ante este avance de la derecha, tener claros nuestros punto fuertes y nuestras debilidades, nuestro terreno ganado y nuestros puntos ciegos. Y reconocer que eso no está dado, sino que es dinámico y está permanentemente re-construyéndose. También preguntarnos ¿Qué hicimos nosotros como militantes de izquierda para que se llegue a esta situación de derechización? Somos parte del campo político en el que ocurrió y ocurre este fenómeno y por definición no somos pasivos. Es necesario a la vez identificar la particularidad histórica de la derecha hoy y ahora. Siguiendo a Diego, que no se nos escape la coyuntura.
¿Qué puede y debe hacer una política de izquierda frente a las cristalizaciones de derecha en el sentido común? En primer lugar, tomarlo para poder reelaborarlo, no rechazarlo de plano. Enemistarse con el sentido común es retirarse de la política. Queremos desarmar ese discurso, pero con intención política, es decir, no negando que eso existe, sino también atender, para comprender, a lo que dicen las encuestas, a que ese discurso se ha legitimado -hasta el momento-. Responder a ese discurso antipolítica: la justicia social necesita de la política. Ocupar las calles, desandar la cultura de "de la casa al trabajo y del trabajo a la casa".
Buscar experiencias que nos sirvan para mirar el mundo de otra manera, de un modo revolucionario, para intervenir en la subjetividad del otro y en la propia. Desde nuestras acciones militantes generar preguntas que desarticulen esos discursos de derecha. Poner en evidencia que esos discursos fallan lógicamente. Generar situaciones que falseen en la práctica, en lo concreto, las hipótesis que esos discursos sostienen.
Abordar la cuestión de políticas culturales, proponer y practicar algo diferente a lo que propone el mercado y la derecha.
Finalmente, sostener, apoyar, promover las políticas que impliquen acumular recursos para la inclusión. Es indispensable contar con recursos para llevar a cabo una política de inclusión. Las políticas de Estado en esta dirección son clave.

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