“Roma ante Romulum fuit” (Roma existía antes de Rómulo) | Centro Cultural de la Cooperación

“Roma ante Romulum fuit” (Roma existía antes de Rómulo)

11/09/2011

Pinturas de Víctor Fernández

Inauguración Jueves 22 de septiembre 19hs

Sala Abraham Vigo

Roma ante Romulum fuit (Roma existía antes de Rómulo).

… Y las pinturas existen antes de ser pintadas.

Siempre me ha gustado pensar que las obras comienzan mucho antes de ser siquiera bocetadas.

Seguramente el principio de cada obra se remonta a tiempos muy anteriores a la propia historia personal de un autor. Ideas y configuraciones que desde algún pliegue del tiempo y el espacio, aguardan pacientemente el momento en el cual se cruzarán con quien las convierta en pinturas.

Fragmentos de imágenes e imprecisas intuiciones se van acumulando, conectando, y tomando sentido luego de una suerte de proceso de sedimentación. Y allí quedan luego las pinturas, como huellas visibles del múltiple entretejido de historias que las originaron.

Para que de a poco cobrara forma la serie “Todos los caminos vienen de Roma”, tuvieron que suceder infinidad de apuntes y fotografías tomados en mis primeras visitas al coliseo y al foro. Archivado durante meses, todo ese material cobró renovado sentido cuando la imagen de un noticiero de TV, registraba una sesión en la cámara de diputados y me devolvía la versión actualizada de un recinto circular en cuya arena se cruzaban glorias y tragedias capaces de simbolizar una época y bosquejar unos cuantos rasgos de la condición humana.

Muchas otras cosas debieron suceder para que cada pintura fuera eslabonando la serie, y entonces, casi secretamente, allí estarán:

Las cuestiones matemáticas que caracterizaron algunos de mis trabajos anteriores, y muchas de las convicciones sociales y políticas que me constituyen.

Los estorninos, que cada atardecer deslumbran con sus figuras danzantes sobre el cielo romano.

Los augures que descifraban destinos en el vuelo de los pájaros.

Las películas de romanos que daban en el cine “París” de Necochea.

El rito dominguero practicado tantas veces en cierto estadio de La Boca.

El dolor y la esperanza de los migrantes.

Los libros en los que fui descubriendo frases latinas de asombrosa actualidad.

Los esclavos-gladiadores que ofrendaban sus vidas a un emperador.

La tradición de pintores boquenses de la que me siento orgulloso heredero.

Texturas, formas y colores, sugiriendo cosas que acaso nunca descifraré.

Inspirando el trabajo de cada día, está la atenta vigilia y la esperanza de lograr que al menos un trazo de toda mi obra, pueda honrar este abismal y mágico enlace de prodigios que la vida y el arte, en su inmensa generosidad me han permitido entrever.

Víctor G. Fernández

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