Relato de Yvonne Fauvety y Mercedes Alonso | Centro Cultural de la Cooperación

Relato de Yvonne Fauvety y Mercedes Alonso

02/04/2012

Las fotografías de nuestra familia, tomadas por Anatole Saderman desde el año 1956 y durante cerca de 20 años en distintas ocasiones, nos han acompañado siempre hasta el día de hoy y han terminado por ser parte de nuestra historia.

Además de tener un valor artístico, tienen un gran valor afectivo, porque están hechas con un cariño que sólo la sensibilidad de Anatole podía conseguir.

Viajaron hacia otras casas familiares, nos acompañaron en los cambios de viviendas y durante el exilio en España; vivieron en álbumes, en marcos de plata sobre las mesas de luz, enmarcados como cuadros en las paredes.

Son inapreciables como inspiración y estudio para dibujos y cuadros. Y son sus últimas fotografías de Paloma, a sus 18 años, las mismas que sirvieron para los afiches de la Memoria a 20 años del Golpe, para la colocación de las baldosas, y para nuestros recordatorios anuales en Página 12.

Paloma tuvo siempre una atracción especial por la lente de la cámara de Anatole, se gustaban mutuamente, ya desde sus 4 años, en nuestra casa de la calle Méjico, con su perrito y sus canarios. Anatole llegaba con sus cámaras, nunca más de dos y siempre de día. Y él simplemente se acomodaba al ritmo de ella, a sus risas y a los aconteceres del momento. Nunca le indicaba una pose, ni la dirigía hacia una luz, pero con la rapidez de su ojo experto y sensitivo aseguraba el instante mágico del tiempo que huye y se transforma en una presencia que nunca más será ausencia.

El romance duró casi 20 años. Y sigue ahora en esta muestra, que gracias a la gentileza de Alejandro Saderman, hijo de Anatole, podemos disfrutar plenamente.

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