Relato de Alejandro Saderman | Centro Cultural de la Cooperación

Relato de Alejandro Saderman

02/04/2012

Como heredero y depositario de la obra fotográfica de mi padre, Anatole Saderman, en la labor de inventario y organización de su archivo me ha tocado revisar más de una vez cajas y sobres con negativos, tratando de confirmar la identidad de los retratados. Si bien dedicó los últimos años de su actividad al paisaje urbano, porteño y europeo, mi padre es conocido sobre todo por su condición de retratista, y frente a su cámara desfilaron prácticamente todos los artistas plásticos argentinos  durante sus años de actividad en el primer estudio de la avenida Callao, luego en la calle Lavalle, y por fin en la calle San Martín. Alicia Dujovne llegó a decir en un reportaje que artista plástico que no hubiera sido retratado por Saderman, era como  si no tuviera un rostro.

Pero hay uno de estos artistas plásticos a quien mi padre retrató muchísimo más que a cualquier otro, y en diferentes épocas: solo, con su mujer, con sus hijas. Y una de las fotos preferidas por él, y considerada uno de sus clásicos, es aquella en la que aparecen, recortados contra una ventana, los perfiles de un padre y su hija, en un gesto que es como la pura síntesis de esa relación. Los personajes retratados en esa foto son el pintor Carlos Alonso y su hija Paloma.

Anatole Saderman

Moscú, Rusia, 1904 – Buenos Aires, 1993

Hijo de una familia dedicada al comercio textil, cursa en Moscú sus estudios regulares. En 1918, tras la Revolución,  los Saderman  emigran a Lodz, Polonia, y luego a Berlín donde Anatole termina su bachillerato e ingresa a la universidad con la intención de dedicarse a la filología eslava. Con Hitler en ascenso, viajan a América y se radican en Asunción (Paraguay). Con una cámara francesa que le regala su padre, Anatole toma sus primeras fotografías en 1926 e ingresa como ayudante de laboratorio en un emporio donde también realiza retratos a lápiz e ilumina fotografías. En 1932 se traslada a Buenos Aires, ingresando en el laboratorio del estudio Van Dyck. En 1934   abre su estudio de Callao 1066 y realiza fotografía social. Al tiempo que se vincula con los artistas plásticos e intelectuales, comienza a desligarse de la fotografía comercial y afirma su orientación hacia el retrato de carácter.

En 1938 realiza su primera gran exposición de Retratos de Plásticos Argentinos en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes. En los años siguientes desarrolla una intensa labor: exposiciones en salones nacionales y extranjeros; acción gremial y docente; jurado en concursos y salones. En 1960 el Fondo Nacional de las Artes incorpora a su patrimonio unos 300 retratos de artistas plásticos realizados por Saderman y en 1961 tiene lugar su primera retrospectiva. Entre 1967 y 1974 expone en innumerables muestras en el país y participa del International Salon of Photography, en Singapur.

En 1974 publica su libro Retratos y Autorretratos. En los ´80 expone en Barcelona y Valencia (España), es nombrado Miembro de Honor del Foto Club Buenos Aires y recibe el Diploma al mérito en fotografía de la Fundación Konex.

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