Legados humanistas
(Artistas cubanos en Argentina)
Iván Cepeda García - Alexei Ramirez Serrano
Juan José Miranda Hernández - Carlos Manuel Céspedes Alexander Guerra - Ernesto Santiago Rojas
Inauguración 7 de Abril- 19 hs. Sala Raúl Lozza (2ºss) y Sala 1ºss.
La Muestra Legados humanistas sobre artistas cubanos residentes en Argentina ofrece un abanico estético que hace eco en el legado cultural de las prácticas de artistas a través de distintas generaciones de cubanos, cuyo punto de anclaje hace hincapié en la transferencia de humanización y de amplia solidaridad comunitaria que aglutina la complejidad de las diferentes voces desde la Revolución del ’59 hasta el presente.
Nuestro símbolo no es pues Ariel, como pensó Rodó, sino Calibán.
Esto es algo que vemos con particular nitidez los mestizos que
habitamos estas mismas islas donde vivió Calibán.
Roberto Fernández Retamar
Vale la pena esta extensa introducción con una cita profundamente calibanesca para poder abordar retrospectivamente la pregunta fundante que le hiciera un periodista europeo en 1971 al escritor cubano Roberto Fernández Retamar; ¿Existe una cultura latinoamericana? Conversábamos, como es natural, sobre la reciente polémica en torno a Cuba, que acabó por enfrentar, por una parte, a algunos intelectuales burgueses europeos (o aspirantes a serlo), con visible nostalgia colonialista; y por otra, a la plana mayor de los escritores y artistas latinoamericanos que rechazan las formas abiertas o veladas de coloniaje cultural y político. La pregunta me pareció revelar una de las raíces de la polémica, y podría enunciarse también de esta otra manera: “¿Existen ustedes?” pues poner en duda nuestra cultura es poner en duda nuestra propia existencia, nuestra realidad humana misma, y por tanto estar dispuestos a tomar partido a favor de nuestra irremediable condición colonial, ya que se sospecha que no seríamos sino eco desfigurado de lo que sucede en otra parte. (…) Si bien este hecho, de alguna manera, es padecido por todos los países que emergen del colonialismo –esos países nuestros a los que esforzados intelectuales metropolitanos han llamado torpe y sucesivamente barbarie, pueblos de color, países subdesarrollados, Tercer Mundo-, creo que el fenómeno alcanza una crudeza singular al tratarse de la que Martí llamó “nuestra América mestiza”. (RFR, Casa de las Américas, Nº 68, 1971)
Cierta mirada presente refrenda la problemática que se reitera en el contexto posmoderno. El “cuestionamiento” acerca de la existencia del arte latinoamericano se presenta como marca singular en la Muestra Legados humanistas sobre artistas cubanos residentes en Argentina.
El legado cultural y las múltiples tradiciones aparecen reflejados en las prácticas de artistas cubanos de distintas generaciones. Conforman su punto germinal, la transferencia de humanización y la amplia solidaridad comunitaria que aglutina la complejidad en las diferentes voces desde la Revolución del ’59 hasta el presente. Sin lugar a dudas, las religiones afrocubanas, los altares populares yorubas, los paisajes tradicionales, los frutos del caribe, los cangrejeros de Caibarién y la propia imagen de Fidel repetida hasta el infinito revelan lazos cotidianos con las prácticas socioculturales de la isla que siguen afectando simbólicamente a los artistas desterritorializados de su lugar de origen. La pregunta continúa: ¿Cómo se manifiesta lo “cubano” o lo “latinoamericano”? ¿Qué códigos visuales denotan las subjetividades en el debate sobre las identidades?
Muchas de las reflexiones sobre dicha problemática abren un abanico sobre los dinámicos modos de subjetivación escondiendo solapadamente condiciones estructurales de colonialidad cultural y asimetrías de poder que no supieron sortear las posturas discursivas poscoloniales. Sin embargo, desde nuestra perspectiva, no podemos dejar de insistir en que no existe producción artística ex nihilo, puesto que todo ámbito de construcción del pensamiento permite la constante resignificación y ponderación del legado de humanización de nuestras realidades que en éstos artistas palpita de manera singular la historia viva de Cuba.
Juan Pablo Pérez
Curador
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