La sangre derramada…L.O.M.J.E. | Centro Cultural de la Cooperación

La sangre derramada…L.O.M.J.E.

19/07/2011

La sangre derramada…L.O.M.J.E.

Juan Pablo Pérez

[…] ¿y dónde no la hay esa sangre caída de los 16 / fusilados en Trelew?

¿y no habría que ir a buscarla?

¿y no se la habría de oír en lo que está diciendo / o cantando?

¿no está esa sangre acaso diciendo o cantando?

¿y quién la va a velar?¿quién hará el duelo de / esa sangre?

¿quién le retira amor?¿quién le da olvido?

¿no está ella como astro brillando amurada a la / noche? …

Juan Gelman (Glorias-1973)

A principios de la década del setenta Rodolfo Walsh sostuvo que la literatura no podía ser pensada por fuera de los procesos sociales y políticos del momento. Dialogar con un documento histórico permitía establecer intrínsecamente un repertorio de acciones artísticas que invertían los códigos de la ficción con la realidad. La pregunta es ¿Cómo el arte se hace cargo de lo contingente y pone en tensión la práctica política?

1-La matanza en Trelew de dieciséis militantes políticos tuvo en las artes visuales un eco inmediato. Al mes de los fusilamientos del 22 de agosto de 1972, se realizó en la plaza Roberto Arlt la muestra participativa “Arte e Ideología en el CAYC al aire libre”. En esta exposición en la que se buscaba desafiar la realidad de la calle, se presentó -entre otras experiencias artísticas- La realidad subterránea, un trabajo colectivo de José Luis Pazos, Eduardo Leonetti, Roberto Duarte Laferriere y Ricardo Roux. El proyecto que contaba con la complicidad de Juan Carlos Romero, no aparecía publicado en el catálogo, y aprovechaba un pequeño sótano con que contaba la plaza para exhibir una serie de fotografías de los campos de concentración del nazismo. El acontecimiento debía durar una semana, sin embargo sufrió la censura y destrucción de las piezas. El motivo fue una contundente pintada –a modo de graffiti- sobre el muro de “la realidad subterránea” de dieciséis cruces blancas y de los números 17, 18 y 19 que representaban a los tres sobrevivientes de la masacre. Militantes que estando presos en la Cárcel de Devoto, fueron entrevistados por Francisco Urondo con la idea de esclarecer lo ocurrido y analizar políticamente las estrategias y concientización en la lucha de las organizaciones armadas, testimonios luego publicados en La patria fusilada (1973). En ese relato de los hechos, María Antonia Berger (FAR) detalla el momento en el cual, con su propia sangre derramada (producto de la balacera durante la brutal masacre), escribe en la pared de su celda: “LOMJE” (Libres o Muertos, Jamás Esclavos).

2-La disputa política durante la dictadura del General Lanusse, aunque subterránea y oculta para un amplio sector de la población, era vivenciada como luto y premonición de la violencia institucionalizada y radicalización de los años posteriores.

Juan Carlos Romero y Perla Benveniste junto a otros artistas produjeron en agosto de 1973 la pieza Proceso a nuestra realidad más conocida como “Ezeiza es Trelew”. Un muro de ladrillos con afiches de los fusilados en Trelew, además del afiche diseñado por Romero sobre la masacre en Ezeiza y los graffitis homologando especularmente ambas matanzas. El muro entendido como fragmento de la realidad fue censurado en la cuarta edición del Salón Acrílicopaolini, y un mes después cobró otro sentido al transformarse en una tumba con forma de cruz localizada en el hall de la Facultad de Derecho. La confrontación con la derecha peronista provocó un atentado contra dicha pieza desamparada ante un escenario ajeno al ámbito artístico. La emergencia coyuntural impuso estrategias de comunicación inmediata y acciones efímeras como forma de sortear las tensiones entre el arte y la política.

3-El tercer momento del recorrido de “Ezeiza es Trelew” fue en diciembre de 1973 para la muestra en la galería Arte Nuevo “Investigación de la realidad nacional” a la que se incorpora Horacio Zabala. Esta última instancia tenía un profundo carácter reflexivo y de concientización de la praxis artístico-política hacia el interior de la institucionalidad del arte. En dicha ocasión, Juan Carlos Romero presenta la fotografía de la manifestación con la bandera de “Montoneros” intervenida a mano alzada con las frases de Perón y Evita respectivamente: “Renunciar a la política es renunciar a la lucha y renunciar a la lucha es renunciar a la vida, porque la lucha es vida, precisamente…para pelear contra la oligarquía vendepatria y farsante, contra la raza maldita de los explotadores y los mercaderes del pueblo”.

Cabe destacar que ninguno de los participantes en la obra Proceso a nuestra realidad (“Ezeiza es Trelew”) formaba parte orgánica de los movimientos armados. Sin embargo, su compromiso militante asumía un posicionamiento ideológico e identificaciones sociales a través de la permeable influencia y apropiación de la política en el arte. Juan Carlos Romero cristaliza en su obra muchas de las matrices conceptuales de los primeros años setenta que trabaron fuertes discusiones a la hora de definir las relaciones entre arte, política y realidad.

Compartir en

Añadir nuevo comentario

Image CAPTCHA