América, el “arte” y Rodolfo Kusch | Centro Cultural de la Cooperación

América, el “arte” y Rodolfo Kusch

16/11/2012

La muestra “La América Profunda de Rodolfo Kusch: Fotografías, Videos, Dibujos y Documentos” presenta una serie de materiales del Archivo Rodolfo Kusch (Buenos Aires) que giran en torno de algunos papeles, borradores, dibujos, fotos y fichas bibliográficas que forman parte de las carpetas con sus trabajos de investigación como preludio de la publicación del libro América Profunda (1962). Esta vastísima documentación, que aún necesita la tarea de datación y puesta en valor, requiere como todo archivo de un proceso de activación y visibilización en múltiples sentidos, especialmente con el objetivo de revisar ciertos debates que fueron obliterados en los relatos sobre el pensamiento latinoamericano. Desde esta perspectiva es revelador el dibujo expuesto que analiza los esquemas populares y las matrices de representación simbólicas durante la colonia a través de un mapa del Altar del Coricancha de Cuzco tomado del manuscrito del indio letrado Joan Santa Cruz Pachacuti Yanqui Salcamayhua. Este se constituye en una cartografía de la cosmogonía cuatripartita del sistema-mundo creado por Viracocha, dios dual (femenino-masculino) entre el sol y la luna.

Desocultar y reinterpretar estas imágenes es parte del ejercicio crítico al enfrentarse con las fotografías de los trabajos de campo realizados por Kusch en el noroeste argentino, en el altiplano boliviano y en Perú. Allí nos encontramos con pequeños contactos sobre el carnaval en Oruro, con los trajes de las diabladas, el paso de las comparsas, la cha’llada de autos y el ritual del yatiri tirando la suerte con la hojas de coca. Entre otras fotografías aparece la construcción de las chipayas, casas de formas circulares; y la imagen emblemática de Rodolfo Kusch pidiendo limosna –como los hedientos mendigos que nos introducen en el viaje a América- en la puerta de la iglesia de Carabuco en Bolivia.

A modo de puente vale la pena señalar sus vínculos tempranos con el arte, la presentación de la primera publicación de sus obras de teatro Tango y Credo Rante (Editorial Talía, 1959), que marca el interés por pensar el “gran arte” como lo llama en “Anotaciones para una estética de lo americano” (1955) y en “Planteo de un arte americano” (1959). Concepto comprendido como una experiencia íntima de confesión, cercano al rito, e identificado con un conjuro mágico en el arraigo que implica lo comunitario, en el arrabal porteño, desde la orilla y los márgenes, en la cual se adelanta para dar cuenta de las poéticas decoloniales. Desde luego, ese arte monstruoso americano como concibe también el escrito sobre Isidoro Duchase (Conde de Lautréamont) “Maldoror, monstruo americano” (1956), plantea una mirada sobre la construcción de las identidades en América, no a partir de una idea nostálgica del pasado prehispánico, sino que asume las identidades mestizas en conflicto desde los bordes de los arrabales porteños en el tango mishio como continuidad de un subsuelo común heredado de las culturas precolombina de América.

Allí radica una de las posibilidades de interpretar a Kusch y sus modos de ver el arte y el teatro como otras subjetividades que hacen a la sedimentación del pensamiento popular en nuestra América.

Juan Pablo Pérez

Curador

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