Historia del Cooperativismo 7: Las cooperativas eléctricas | Centro Cultural de la Cooperación

Historia del Cooperativismo 7: Las cooperativas eléctricas

30/04/2010


A partir de la sanción de la Ley Nº 11.388 sobre «Régimen Legal de las Sociedades Cooperativas», que estableció los requisitos que debía llenar una entidad para poder ser considerada como tal, se produjo una aparente disminución del número de entidades cooperativas. Lo que ocurrió en realidad es que la ley «hizo sacar del medio una cantidad de sociedades que parasitariamente se disimulaban detrás de la cooperación.

 

En 1924- 25, la Dirección de Economía Rural y Estadística registraba 206 cooperativas con 118.945 asociados y un capital acumulado de más de 40.000.000 de pesos. Sancionada la Ley, el ejercicio 1928- 29 registra un leve crecimiento del número de entidades, que ascienden a 222 (79 urbanas y 143 rurales), pero los asociados se reducen a 78.391 y el capital social a $ 11.500.000. Esto es así ya que la mayor parte de las seudo- cooperativas que la Ley excluye tenía gran cantidad de asociados y capitales por dedicarse al consumo y servicios. Ese fenómeno no se observa entre las cooperativas agrarias, más pequeñas y con menor cantidad de asociados cada una.

Por otra parte, entre 1930 y  1946, el Estado no tiene una política activa frente al tema cooperativo, salvo para frenar su desarrollo cuando  se ponen en riesgo ciertos intereses privados (cooperativas eléctricas). Correlativamente, las cooperativas tampoco ven en el apoyo estatal un factor fundamental para su desarrollo, o directamente lo evita.

Las décadas del 30 y 40 señalan un lento crecimiento general de la cantidad y operatoria de las entidades cooperativas:

 

Evolución cooperativas – 1930 / 1940[1]

Años

Entidades

Asociados

1930/ 31

257

95.110

1931/ 32

347

117.180

1932/ 33

350

120.000

1933/ 34

381

136.400

1934/ 35

440

178.400

1935/ 36

498

223.300

1936/ 37

517

243.300

1937/ 38

550

293.900

1938/ 39

618

334.500

1939/ 40

646

367.700

 

Clase

1937/ 38

1938/ 39

1939/ 40

Cooperativas

Asociados

Cooperativas

Asociados

Cooperativas

Asociados

Agrícolas

200

38.900

230

44.000

238

51.600

Consumo

72

76.400

77

80.600

76

85.100

Créditos

45

19.400

51

27.600

63

30.500

Eléctricas

63

94.700

70

114.635

70

126.200

Seguros

33

38.300

37

47.900

30

49.700

Tamberos

78

3.200

85

4.200

96

5.100

Varias

59

22.800

68

15.200

73

17.200

TOTALES

550

293.900

618

334.500

646

365.700

 

Como se puede observar, en el marco de un lento crecimiento general, es el cooperativismo eléctrico el que explica gran parte del incremento del número de asociados. Estas cooperativas son aproximadamente el 10% del total de las entidades existentes, pero aportaban el 29% de los asociados en 1936/ 37 y el 35 % de los mismos en 1939/ 40.

El surgimiento de las cooperativas eléctricas se produjo a fines de la década de 1920, momento en que la distribución de energía estaba a cargo de empresas de capital extranjero: Las pequeñas poblaciones, de escasa rentabilidad, quedaban libradas a la iniciativa de algún empresario local o grupo de vecinos. La primera cooperativa eléctrica surge en 1926 en la localidad de Punta Alta, situada al sur de la provincia de Buenos Aires, en el marco de un descontento generalizado por la abusiva e indiscriminada aplicación de las tarifas por parte de la empresa La Industria Eléctrica.

En julio de ese año una asamblea vecinal constituye la Cooperativa Eléctrica de Punta Alta, por iniciativa de los obreros de los arsenales que tenían experiencia previa en el cooperativismo de consumo. Esta cooperativa, que comenzó su operatoria en octubre de 1927, decidió cobrar la mitad de la tarifa que aplicaba la empresa extranjera, suprimiendo además los pagos que se exigían por consumo mínimo y alquiler de medidor. El rápido crecimiento de la entidad, que en pocos meses logró reunir más de 1.500 asociados, provocó la reacción de esa empresa que fue apoyada por el Estado provincial[2] que le quitó la personería a la cooperativa en 1929.

La positiva experiencia de Punta Alta sirvió como modelo y estímulo para la fundación de numerosas entidades similares, entre ellas las de San Martín (Buenos Aires, 1930), Río Tercero (Córdoba, 1933), Bahía Blanca y Zarate (Buenos Aires, 1934) y otras en las provincias de Chubut, Santa Fe y La Pampa.

En 1938 se celebró el Primer Congreso Argentino de Cooperativas Eléctricas, al que asistieron 54 delegados en representación de más de 100.00 asociados de cooperativas de Salta, San Juan, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Buenos Aires, Chaco, Neuquén, Río Negro y La Pampa, a cuya iniciativa se debe la creación en 1939 de la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas.

 

Daniel Plotinsky

[1] Fuente: Servicio Nacional de Cooperativas (1969),  88

[2] Rodríguez (2006), 3


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