La experiencia de la muerte en “Fauna” de Romina Paula | Centro Cultural de la Cooperación

La experiencia de la muerte en “Fauna” de Romina Paula

Autor/es: María Mercedes Castro

Sección: Palos y Piedras

Edición: 20


1. El objetivo de este trabajo es rastrear la aparición de la experiencia de la muerte a lo largo del texto dramático Fauna, de Romina Paula. En el texto dramático, una joven pareja viaja hasta Misiones para recrear cinematográficamente la vida de Fauna, una mujer que vivió en aquella provincia, a cuyo al rededor se creó un mito que cautivó la atención de Julia. La muchacha, junto con su pareja, José, va en busca de los hijos de Fauna, María Luisa y Santos, y con ellos emprenden la difícil tarea de la reconstrucción de la vida de la enigmática mujer. Difícil puesto que la vida de Fauna debe reconstruirse a partir de los cuadernos que ésta ha ido escribiendo para recobrar su identidad, y de los recuerdos de las personas que la vieron en vida.

La primera escena comienza con la recitación del poema “Experiencia de muerte”. Es la actriz quien recita esta traducción de Rainer María Rilke realizada por Fauna.

Partiremos entonces de la noción de la traducción como una traición. Ninguna traducción nunca es completamente fiel a su original y es por esta razón que desde el inicio de la obra comienza a percibirse la imagen de la muerte. La traducción realizada por Fauna, es una muerte de la versión original del poema. Es una recreación, un nuevo ente puesto a existir, que dista mucho de la versión alemana. Y es alrededor de esta noción de muerte que da origen a algo nuevo, como articularemos el siguiente trabajo. A partir de la aparición de esta traducción, y a lo largo de toda la obra, se hace alusión a diversos tipos de muerte, ya sea simbólica o figuradamente. Nuestro objetivo es describir todas estas experiencias de muerte rastreadas a lo largo de la obra y comprender los procedimientos de su aparición, es decir, comprender cómo el tópico de la muerte va estructurando la intriga de la obra.

2. Desde la primera hasta la última escena, la presencia de la muerte es una constante en la obra.

La primera escena, llamada “Experiencia de muerte” comienza con la traducción de Fauna del poema de Rilke:

No sabemos nada de ese ir, que

No comparte con nosotros. No tenemos ninguna razón

Para mostrar admiración y amor u odio

A la muerte, maravillosamente deformada

 

Por una boca de máscara trágica.

Aun está lleno el mundo de papeles que en escena ponemos.

Mientras nos preocupe, si agradamos,

Actúa también la muerte, aunque no agrade.

 

Pero cuando partías, irrumpió en este escenario

Un haz de verdad a través de aquella grieta,

Por la que te ibas: verde de verdadero verte,

Verdadera luz solar, bosque de verdad.

 

Nosotros seguimos actuando. Lo aprendido con sangre y sudor

Declamando y gestos de vez en cuando

Suprimiendo; pero tu ser. Alejado de nosotros,

Apartado de nuestra obra puede

A veces sobrevenirnos, como la conciencia

Desprendiéndose de aquella realidad

De modo que por un rato somos arrojados

A actuar la vida, no buscando aprobación.

Es con este poema que comienza la narración de la vida de Fauna. María Julia cuenta que su madre, para poder ingresar en la Facultad, tuvo que vestirse de hombre, puesto que las mujeres no podían estudiar en aquella época. Encontramos aquí la primera imagen de muerte simbólica en la obra. Fauna renuncia a su condición de mujer, para pasar a ser Fauno. En este caso, el procedimiento empleado es el resumen; el tiempo de la historia es ampliamente mayor al tiempo del discurso. Fauna pasó años disfrazándose de hombre, pero María Luisa lo condensa en tan solo una frase: “De hombre, sí, iba de hombre, porque si no, no la dejaban entrar.” (Romina Paula, 17).

Siguiendo el análisis del texto dramático que propone la Poética, nos centraremos, en esta primera instancia, en el ángulo narrativo, más precisamente en el enfoque de la historia. Dentro de la historia, si realizamos un análisis de su sintaxis, es decir, realizando el esquema actancial, encontramos que, si el destinador de la acción principal (la recreación de la vida de Fauna) es el arte en sí mismo, el destinatario serán los cuatro personajes principales: María Luisa, Julia, Santos y José Luis. En el eje de la participación no encontramos ayudantes, pero si oponentes: Santos y José.

Los cuatro personajes están involucrados en la difícil tarea de reconstruir una vida mediante la creación de una ficción. Y los cuatro serán atravesados por la experiencia de la muerte, que los trastocará y los convertirá en algo diferente. Como mencionamos recientemente, los cuatro personajes son destinatarios en el eje del deseo, es decir que los cuatro se beneficiarían con la realización del filme, pero también los cuatro conocerán, de alguna u otra manera, la experiencia de la muerte.

La intriga se organiza siguiendo una causalidad temporal implícita, es decir, que hay una conexión temporal que implica a todos los acontecimientos, pero que exige un esfuerzo para comprender tal conexión. La primera experiencia de muerte, la vemos, propiamente, en el poema. Como fue adelantado en la introducción, la traducción representa en sí misma la muerte del original y su contenido nos remite directamente a la inminencia de la muerte y a la imagen de la muerte como única portadora de la Verdad. La traducción, entonces, muerte en sí misma, abre el camino a toda la serie de muertes que tienen lugar escena tras escena. Como mencionamos, la segunda muerte que se da a conocer, es la muerte simbólica de Fauna, al convertirse en Fauno. Inmediatamente después de esta muerte, en la misma primera escena, se narra otra muerte, esta vez una muerte real. María Luisa cuenta que además de Santos, tenían otro hermano, que murió luego de nacer:

Y el Athos que nació muerto, el mellizo de Santos. No, miento, no nació muerto, en realidad nació y murió, ahí mismo, yo lo vi nacer y morir, una cosa detrás de la otra: salió, respiró, pegó una especie de aullido y dejó de respirar. (...)

Romina Paula, 21

Al igual que con el relato de la primera muerte simbólica de Fauna, la duración del discurso acerca de la muerte de Athos es menor a la del tiempo de la historia, nos encontramos, nuevamente, frente a un resumen. Es importante destacar el contacto que María Luisa y Santos tienen con la muerte, desde el inicio de sus vidas.

Luego de la narración de la muerte de Athos, se narra por primera vez y por parte de María Luisa, la muerte real de Fauna:

Yo acompañé a mi madre hasta el último día. Un día no pudo subir más al caballo y al día siguiente se murió. Se fue a dormir la siesta y siguió de largo, no resistió.

Romina Paula, 21

Nuevamente nos encontramos frente a un resumen, el tiempo de la historia es más amplio que el del discurso.

Al final de la primera escena nos topamos con una nueva muerte simbólica: la muerte de la pareja del director y la actriz. Julia decide que prefiere mantener la distancia con José Luis, quiere concentrarse en el trabajo y en la realización del filme, considera que su relación con el director puede ser un obstáculo para alcanzar el fin que ambos buscan; por lo que decide separarse de José mientras dure el trabajo. Nuevamente estamos frente a una muerte simbólica, pero no por esto menos importante que el resto de las muertes rastreadas. Julia decide pos poner su relación sentimental para poder lograr una mejor concreción del fin que persigue; hace a un lado su vida personal. De esta manera, su singularidad también está muriendo. Su esencia muere para encarnar a Fauna.

Al comienzo de la segunda escena, nos encontramos con un nuevo procedimiento estructurante de la trama: el monólogo de Santos acerca de la muerte de sus dos yeguas. El monólogo comienza con una clara alusión a la experiencia de la muerte en el arte:

(...) Los artistas... Escenifican la muerte alguna vez? La presenciaron siquiera? o no hace falta para imaginar? A que no, a que no... Yo voy a contar el morir de algo grande, muy grande. (...)

Romina Paula, 27

Esta referencia directa a la muerte en escena, por parte de Santos, resulta de vital importancia para la comprensión de nuestra hipótesis. La muerte es la estructuradora de toda la narración. Los artistas pueden representar la muerte, sin siquiera haber tenido contacto con ella. Pero esta muerte que representan, es tan real como la muerte que acontece diariamente en la vida cotidiana? Santos plantea que la muerte nunca podrá darse en escena, como se da en la vida real. Es por esa razón que procede a narrar la muerte de sus dos yeguas. Y nos topamos aquí con un nuevo resumen. El hermano de María Luisa cuenta brevemente como murieron la Laica y la Marrón, y cómo él se siente responsable de estas muertes. Si Santos y el Mono no hubieran olvidado a las yeguas atadas, estas no hubieran sido devoradas por las abejas. Inmediatamente después, la actriz repite unos versos del poema:

Pero cuando partías, irrumpió en este escenario

un haz de verdad a través de esa grieta,

por la que te ibas: verde de verdadero verde,

verdadera luz solar; bosque de verdad.

Romina Paula,28

Estos versos explican el pensamiento de Santos: sólo en la verdadera muerte se encuentra la Verdad.

El teatro trastoca la muerte real, la transforma en algo más. La muerte que se representa en escena, es, pues, una muerte metafórica y nunca logrará ser idéntica a la muerte en sí misma. Pero tampoco es su objetivo ser equivalente a la muerte real. La poíesis siempre es metáfora. Y ser metáfora significa llevar más allá. El teatro nos acerca el mundo de más allá, y lo plasma en escena. He aquí la profundidad ontológica del acontecimiento teatral: fundar un nuevo nivel del ser, convertirse en otra cosa respecto del mundo cotidiano, otorgándole así, a los objetos y situaciones mundanales, nuevas y múltiples lecturas.

En la tercera escena nos topamos con la segunda muerte simbólica de Fauna y, nuevamente, con el procedimiento del resumen. María Luisa cuenta que su madre, al ser abandonada por su marido, toma la decisión de escaparse a Salta y hospedarse en un hotel bajo el nombre de Martina Céspedes, nombre de la mujer por la que había sido abandonada. Dice María Luisa: “es como si se hubiera exiliado de su propio cuerpo” (PAULA, 32) . Luego del impacto emocional que le produce el abandono de su marido, Fauna decide morir como Fauna, decide convertirse en otra cosa, tomar una nueva identidad.

Promediando la obra, nos encontramos ya con tres muertes de Fauna, las dos primeras simbólicas, y la última, su muerte real.

En el sexto acto, se da una nueva muerte simbólica. Se trata de la muerte de lo femenino, de la maternidad vista como atributo de la mujer. Esta vez el procedimiento del relato es la pausa, hay discurso pero no historia. Julia habla acerca de su condición de mujer y argumenta que está cansada de desdoblarse constantemente. Se pregunta cómo ser madre y actriz al mismo tiempo y qué es lo que realmente define a la mujer:

(...) Quiero ser padre y concebir hijos lejos de mi, hijos que ni se que existen o saber pero sin necesidad de -todo el tiempo- ver! Qué dice que soy una mujer, qué me hace comportarme así, con tanta determinación? (...) Quisiera poder ser el padre de mis hijos ” (PAULA, 44)

La historia no avanza, pero sí el discurso. Julia plantea el querer dejar de ser mujer, mujer en cuanto madre. Le gustaría ser padre, estar lejos de sus hijos. Esta muerte simbólica es de suma importancia. Es la muerte como entrega. Julia considera que no puede ser actriz y madre al mismo tiempo, que su cuerpo es tan solo uno, y quiere dedicarlo todo a la actuación. Esta idea de la actriz representa la muerte de su condición como mujer, que dará paso a la entrega total a su oficio. Es la muerte de géneros sexuales. En la misma escena, la actriz le dice a José, luego de que él hubo leído un par de líneas pertenecientes a Julia: “Su Fauno es más femenino que el mío” (PAULA, 45) La barrera entre los sexos muere, cualquiera puede representar a cualquiera. Esta muerte también es simbólica. En la escena siguiente, Julia le declara su amor a María Luisa, quien la rechaza sosteniendo que “No puede verla como una mujer (...) Estoy confundida con el tema de mi madre (...) con usted interpretando a mi madre” (Romina Paula, 47).

Vemos en esta declaración cómo Julia muere completamente como mujer al interpretar el rol de la madre de María Luisa. La actriz ya no puede ser vista como la mujer que es, a causa del papel que está interpretando. Muertes simbólicas que sólo pueden darse en la teatralidad. En el afán de representar a un otro, la propia singularidad muere, y las líneas que limitan la propia identidad de los personajes comienzan a desdibujarse, para terminar borrándose por completo al final de la obra. Los personajes terminan en un estado de dubitación absoluta; ya no comprenden quiénes son ellos mismos, ni qué es lo que quieren en verdad.

Hacia el final de la escena octava, Santos narra cómo salvó de la muerte a Laica, justo después de su nacimiento. La yegua debía morir, “se le había trabado una patita” (PAULA, 52). Pero Santos intervino y la salvó. Y así como la socorrió cuando estaba por morir, también se siente culpable de su muerte. “(...) es como si la naturaleza hubiese insistido en completar lo que se había propuesto en el parto (...)” (Romina Paula, 52). Nuevamente, nos referimos a una muerte real, narrada por el procedimiento del resumen. Este episodio nos muestra la inminencia de la muerte, Santos no logró intervenir en los planes de la naturaleza. Nuevamente vemos cómo la muerte toca de cerca a Santos, primero, al presenciar la muerte de su propio mellizo; luego, salvando a la yegua de la muerte y, por último, no pudiendo hacer nada para evitar que muriera atacada por el enjambre de abejas.

La última escena comienza con la actriz que narra el cuento de los cisnes salvajes de Hans Christian Andersen. Pero en la obra hay una elipsis. Se interrumpe la muerte. Julia narra una historia en la que Elisa, la hermana de los cisnes, jamás muere. El procedimiento de elipsis es de suma importancia en este momento de la obra. La muerte de Elisa es clave en el cuento, es la hermana que muere por salvar a sus hermanos; es la muerte como entrega. Es en este punto en donde podría establecerse una comparación con la muerte simbólica de Julia, mencionada previamente.

Julia está dispuesta a sacrificar su condición de maternidad, para preservar su condición de actriz. Es la muerte como sacrificio, como entrega por un fin, que se cree superior. En Fauna, como analizamos a lo largo de todo el trabajo, nos encontramos con múltiples imágenes de la muerte, tanto reales como simbólicas. Es en la última escena, en donde decide elidirse la presencia de la muerte de un relato en donde la muerte es real. Esto no es casual, la muerte resulta eliminada de un relato ficticio, y esto es lo que da pie al desenlace de la obra. Desenlace en el cual la única protagonista es la muerte de todo tipo de objetividad. La ficción se confunde con la realidad y los personajes ya no saben si están actuando o dialogando fuera de la ficción. El fin de la obra, entonces, queda enmarcado por la muerte de la objetividad. Realidad y ficción se funden en un mismo acontecimiento, del cual ni los personajes mismos pueden escapar:

Actriz: Ay, no entiendo, si es una broma igual no me gusta nada.

Santos: Yo estoy hablando muy en serio, lo más en serio de toda la noche.

Actriz: Pero yo estaba actuando.

Santos: Si, todo el tiempo.

Actriz: No, todo el tiempo no, ahora, antes. Ahora ya no.

Santos: No le creo, ahora actúa de actriz frágil.

Actriz: No, soy frágil!

Santos: Y eso cómo se demuestra en alguien como usted, cómo se comprueba.

Actriz: No entiendo a donde estamos yendo.

Romina Paula, 58

Luego de esta confusión, la obra finaliza cuando los cuatro personajes se dicen “Te amo’. María Luisa se lo dice a Santos, y duda con Julia. Santos a José Luis, y duda con Julia. José Luis a Julia, y duda con Santos. Julia a María Luisa, y duda con José Luis.

Vemos entonces, a lo largo del desarrollo, una linealidad en la sucesión de las diversas experiencias de muerte. Una tras otra, se van sucediendo muertes simbólicas y muertes reales. Pero el súmmum sólo puede alcanzarse al final de la última escena, cuando quien muere es la objetividad. Objetividad que queda aniquilada por la confusión de los personajes, ya no se sabe quién está representando a quién, y cualquiera puede representar a cualquiera. Incluso los sexos han muerto y la obra finaliza con una confusión abrumadora.

3. Ha quedado demostrado cómo las muertes se suceden linealmente a lo largo del texto dramático. Hay un in crescendo en la intensidad metafórica de las muertes, hasta finalizar, con la muerte más demoledora: la muerte de todo tipo de objetividad en el plano de la comprensión y el sentido.

La poíesis logra erigir un mundo paralelo al mundo, que alberga sus propias reglas de juego. Se crea un nuevo nivel del ser. El ente poético se construye en paralelo al mundo real y es esto lo que le otorga una naturaleza metafórica.

En la metáfora se “lleva” (pherein) “más allá” (meta) el sentido de los elementos concretos empleados para forjar la obra. ¿Se llevan más allá? Llevar más allá de lo sensible y mundano significa traer más acá el otro mundo. La metáfora consiste en romper las asociaciones de uso común de los elementos concretos e instalarlos en otro contexto en el cual -gracias a la súbita distancia que les confiere el desplazamiento - cobran nueva vivacidad, componen otro mundo: al ser llevados más allá de su sentido, acercan el universo que está más allá de los sentidos.

A. Murena en Dubatti, 2012:71

La muerte, al ser trabajada en la poíesis, se resemantiza, cobra un nuevo significado. La muerte en el texto de Romina Paula, no puede ser comprendida solamente con la definición tradicional de “muerte” . La muerte se transforma en algo más, cobra múltiples sentidos y no se cierra en sí misma, queda abierta a un sin fin de interpretaciones.

Vale la pena destacar el origen del nombre Fauna que, en latín, designaba a la diosa de la fecundidad. Lo que debería ser plena vida, en la obra, termina por transformarse en muerte. La muerte de Fauna termina arrastrando a todos los personajes a algún tipo de muerte simbólica. Todo cae y se revierte alrededor del mito de Fauna, todo se trastoca, nada queda igual. La muerte de Fauna implica la muerte de una categoría: la fecundidad, la vida. Como hemos mencionado, la metáfora que se da en la poíesis consiste en romper las asociaciones de uso común e instalarlas en otro contexto en el cual componen otro mundo.

Y esto es exactamente lo que sucede en el texto. Fauna, al portar el nombre de la diosa de la fecundidad, de la vida, debería irradiar luz, vitalidad. Pero el texto comienza con Fauna ya muerta, por lo que todo está cubierto de un halo de oscuridad y confusión. Desde el inicio al fin, se suceden un sin número de muertes. Es como si la muerte de Fauna arrastrara consigo a todo cuanto la rodea. Fauna ha muerto, pero su mito sigue vivo, llevando hacia la muerte a todo aquel que tome contacto con ella. La imagen de la muerte se ha trastocado. Es la imagen de la vida misma, la que conduce, inminentemente, a la muerte. La muerte ha sido resemantizada. En el texto dramático jamás se ve la imagen de la vida, absolutamente todo es muerte, constantemente. Las muertes que se van sucediendo no son sino excusas para aproximarnos a la muerte más importante de la obra: la muerte de la objetividad, de la comprensión. No es casual, entonces, volviendo a la entidad metafórica de la poiesis, que la primordial de las muertes del texto, sea, una muerte simbólica.


Bibliografía

  • Primaria:
    • Paula, Romina, Fauna, el tiempo todo entero y Algo de ruido hace, Buenos Aires, Entropía, 2013.
  • Secundaria:

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