Recordar, resistir, construir III: La gratuidad de la educación pública, ¿en peligro? | Centro Cultural de la Cooperación

Recordar, resistir, construir III: La gratuidad de la educación pública, ¿en peligro?

01/02/2016

La gratuidad de la educación pública, ¿en peligro?

La suspensión de los concursos docentes no es el único problema que afronta la educación pública de la CABA. El 23/12/2015 nos enteramos por Infobaires 24 que el Cuerpo de Delegados Comunales de Asociaciones Cooperadoras alertó sobre el fin de la gratuidad de la enseñanza, denunciando que el gobierno porteño aún no pagó el subsidio (FUDE) asignado a las escuelas para atender a las necesidades de equipamiento escolar, material didáctico, elementos de limpieza, reparaciones menores, transporte escolar, gastos administrativos; es decir, lo mínimo necesario, excepto las remuneraciones al personal docente y auxiliar y las tareas de mantenimiento edilicio, para el funcionamiento de los establecimientos

Ana Heras, miembro de la Comisión Cooperadora de la Escuela primaria “Marcos Sastre”, nos comenta que el bajo monto del subsidio sumado al atraso consuetudinario de su pago obligan a las Cooperadoras a cubrir aproximadamente el 90% de los gastos demandados por la actividad educativa con los fondos que recaudan en concepto de contribuciones de las familias y donaciones de personas, organizaciones comunitarias e instituciones sociales.

Esta situación contraviene el Artículo 24 de la Constitución de la Ciudad Autónoma que proclama la responsabilidad de su gobierno de asegurar y financiar la educación pública, estatal laica y gratuita en todos los niveles y modalidades. Al mismo tiempo, atenta contra la función de las Asociaciones Cooperadoras que según el Artículo 7 de la Ley 26.759, sancionada por el Congreso de la Nación en 2012, tienen por finalidad

  • Participar en las acciones que tiendan a la promoción de la igualdad y el fortalecimiento de la ciudadanía democrática en las instituciones educativas.
  • Realizar actividades culturales, recreativas y deportivas en el marco de los proyectos institucionales del respectivo establecimiento
  • Colaborar en la integración e inclusión de sectores de la comunidad que se encuentren en situación de vulnerabilidad educativa o que estén excluidos de la escolaridad
  • Percibir y ejecutar subsidios destinados al mantenimiento edilicio de los establecimientos educativos, la dotación de mobiliario y equipamiento, la adquisición de útiles, materiales didácticos y bibliográficos

¿Cómo podrán las padres organizados en las Asociaciones Cooperadoras  atender a estas importantes funciones si tienen que destinar su tiempo y sus esfuerzos a suplir la responsabilidad indelegable, inalienable e imprescriptible del Estado de garantizar a todos los habitantes, el derecho humano a la educación en todos sus niveles y modalidades? Ana Heras responde el interrogante refiriéndose a la experiencia de  Cooperadoras Escolares que han debido destinar tiempo y esfuerzo a recaudar fondos, para hacer frente a la falta en que incurre el gobierno porteño. Así mismo, han debido destinar tiempo para realizar solicitudes administrativas cuando el Estado no cumple, e incluso presentaciones judiciales cuando no admite errores cometidos.

Esto último no solamente lleva tiempo sino que implica asesorarse con personas con conocimientos en administración, contabilidad y derecho, especialidades que se intenta también conseguir que sean aportadas por papás o mamás de las Asociaciones Cooperadoras, sin cargo, como una contribución voluntaria. Si bien esto se logra, y varias Cooperadoras llevan adelante sus reclamos administrativos e incluso judiciales, parece realmente contradictorio que se deba asumir esta posición: ¿no debería ser el rol del Estado garantizar que los recursos estén en tiempo y forma en todas las escuelas? ¿Por qué obligar a las familias a recaudar fondos o involucrarse en reclamos y acciones legales? Muchas Asociaciones Cooperadoras de la Ciudad, además de dedicarse a generar recursos, producir reclamos o iniciar demandas, tenemos la inquietud de planificar y llevar adelante proyectos culturales, educativos, artísticos, que permitan a las comunidades desarrollar un lazo fuerte con la escuela, al mismo tiempo que posibilite a las organizaciones barriales, a las instituciones intermedias y a otros particulares, colaborar en estas iniciativas. Existen muchas escuelas donde estos proyectos culturales se llevan adelante, con gran esfuerzo, y producen muchas satisfacciones, porque el fruto de la labor de las familias se pone a disposición de todos. Tales iniciativas son por ejemplo “Circuitos Culturales”, en los que instituciones de los barrios aportan espacio y tiempo para generar propuestas educativas y artísticas sin cargo para todos los que deseen participar, o bien “Actividades Artísticas”, que abren las puertas de las escuelas para dar lugar, también sin cargo económico, a espectáculos, bailes, juegos y cine barrial. Marta Marucco

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