Nota de coyuntura: "Profundizar las desigualdades: El debate sobre el presupuesto educativo en Ciudad de Buenos Aires" | Centro Cultural de la Cooperación

Nota de coyuntura: "Profundizar las desigualdades: El debate sobre el presupuesto educativo en Ciudad de Buenos Aires"

08/11/2012

El pasado jueves 25 de Octubre, el Ministro de Educación porteño Esteban Bullrich defendió en la Legislatura Porteña el proyecto del presupuesto educativo para el año 2013. Si bien el aspecto presupuestario constituye solamente una de las dimensiones desde las que se pueden abordar las políticas educativas, consideramos que se trata de una forma concreta de analizar cuáles son las áreas que se consideran prioritarias desde una gestión de gobierno. En este sentido, permite visibilizar una serie contradicciones entre el discurso –lo que se enuncia-y la práctica política –lo que efectivamente se hace-. En este caso concreto, el presupuesto elaborado por el Ministerio de Educación pone en duda su declarada preocupación por la escuela pública y los sectores vulnerables. Asimismo, constituye una instancia más en la que se verifica el carácter marcadamente privatizador de la política educativa que el macrismo viene llevando adelante desde 2007 en la Ciudad de Buenos Aires, operando en desmedro de la escuela pública.

Desde nuestra perspectiva, los datos que arroja un determinado presupuesto o partida presupuestaria pueden ser analizados a los fines de elaborar una lectura más amplia en términos de intencionalidades políticas concretas. Ello puede manifestarse en primera instancia en la asignación de mayores o menores recursos financieros para diversos programas al momento se sancionar el presupuesto. A su vez, en el transcurso de cada periodo los montos realmente ejecutados pueden ser superiores o inferiores a los que habían sido asignados originalmente. Esto sólo puede ser comprobado una vez finalizado el año fiscal a través del análisis de las cuentas de inversiones. Finalmente, puede suceder que se ejecute la totalidad de una partida y no se cumpla con las metas físicas previstas para el programa, esto es, que el dinero sea  administrado de forma poco eficiente, por ejemplo, dilapidándose en instancias intermedias.

El presupuesto presentado en la legislatura por el Ministerio de Educación de la Ciudad muestra un incremento en términos absolutos para el año 2013 del 16,1% ($ 9.915.021.191) respecto del presupuesto aprobado en 2012 ($8.536.007.522). Sin embargo, su participación en el presupuesto general disminuye del 26,09%  al 24,45% del total. Cabe preguntarse cuáles son los criterios que justifican esta disminución de la participación en inversión educativa.

A su vez, mientras que el presupuesto 2013 prevé un incremento en términos absolutos del 23,9% en la partida destinada a la Dirección General de Educación Privada, se asigna a la Dirección General de Educación Estatal un incremento de solamente el 3,1%. Ello implica concretamente que la participación del sector privado en el total del presupuesto de educación pasa de un 15,61% a un 16,62%, mientras que la del sector estatal disminuye de un 58,35% al 51,82%. En esta distribución de las partidas presupuestarias se observa una clara tendencia a incrementar el financiamiento del sector privado en detrimento del sector estatal.

Finalmente, el área de infraestructura escolar presenta una notable disminución, tanto en términos absolutos como relativos: mientras que la partida asignada en 2012 era de $293.436.883, en 2013 se prevé solo $139.848.115, es decir una reducción del 52,31%. El monto destinado a infraestructura escolar pasa de representar un 3,44% del presupuesto educativo a un 1,41% .  Esto encuentra una línea  de continuidad respecto de lo efectivamente ejecutado durante 2011 donde en el presupuesto aprobado se asignó una partida de $513.208.563, que luego de las modificaciones asignadas por el poder ejecutivo ascendió a $727.759.510, pero de los cuales se ejecutaron solamente $486.711.824. Esta disminución presupuestaria se fundamenta en una afirmación respecto de que los graves problemas de infraestructura escolar en Ciudad de Buenos Aires, que causaron las tomas de establecimientos educativos en 2010, estarían solucionados. Ello contrasta con la enorme cantidad de denuncias respecto de la situación edilicia de una parte importante de las escuelas públicas de la Ciudad y mucho más respecto de la falta de establecimientos educativos en la zona sur.

En esta línea, consideramos pertinente el debate en torno al presupuesto educativo para reflexionar acerca de la escuela que la actual gestión quiere construir. Lejos de pensar que los avances que el PRO dice haber realizado en cuanto a la educación de gestión estatal son motivo para disminuir la participación de este sector en el presupuesto, vemos en estas prácticas la intención de transformar la escuela pública en una escuela para pobres.

El proyecto de presupuesto 2013 abre nuevos interrogantes y vuelve a poner en el centro de la discusión algunos ya planteados en cuanto a la situación de la educación pública en nuestra ciudad. En agosto de 2012 se creó la Dirección de “Estrategias para la Educabilidad” , en el ámbito de la Subsecretaría de Equidad Educativa del ministerio de educación, que tiene como uno de sus fines asistir a niños, adolescentes y familias en situación de vulnerabilidad social garantizando “condiciones mínimas de educabilidad para el acceso al sistema educativo y el sostenimiento de sus trayectorias educativas” (Boletín Oficial, Buenos Aires, 10 de agosto de 2012). Por un lado, el concepto de “educabilidad” tiene que ver con una desviación del abordaje de la problemática educativa que centra las dificultades de aprendizaje y permanencia en la escuela a los niños y sus familias, pasando por alto aquellos condicionantes político sociales que influyen en estas cuestiones. Asimismo, sabemos que no es suficiente plantear condiciones mínimas de educabilidad para los alumnos de las escuelas de gestión estatal mientras año tras año crecen las partidas asignadas a la gestión privada ¿Existe un sector de la población que deba conformarse con las condiciones mínimas de educabilidad? ¿Existen saberes y condiciones para la educación propios de cada sector? ¿No es esta una manera de profundizar en el ámbito educativo las diferentes trayectorias sociales que los niños tienen en función de sus condiciones materiales de existencia?

El cuestionamiento y la denuncia ante los intentos del PRO por profundizar un modelo que tiende a acrecentar la brecha de desigualdades en la ciudad son, por lo menos, un primer paso para no ser meros espectadores de este proceso.

Romina Gallucci y Pablo Frisch

Observatorio de Políticas Educativas

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