EL CASO MALVINAS: ¿De territorio usurpado a Estado Kelper? | Centro Cultural de la Cooperación

EL CASO MALVINAS: ¿De territorio usurpado a Estado Kelper?

02/06/2011

Con el criterio de la continuación de la potestad que España ejerciera en las Malvinas hasta que las abandonara en 1811, el gobierno de Buenos Aires toma posesión de las mismas en 1820.

El prologuista del libro de Alfredo Palacios, “Las Islas Malvinas. Archipiélago Argentino”, Jorge Cabral Texo, valora la demostración por parte del autor del libro

...de que el golpe de mano llevado a cabo por Inglaterra el 1º de enero de 1833, contra la soberanía argentina en las Malvinas, fue prologado y hasta preparado por funcionarios diplomáticos consulares norteamericanos al facilitar el malón realizado por la fragata Lexington1, en Puerto Soledad, el 28 de diciembre de 1831, al dar caza a los funcionarios allí instalados y al alegar luego, en justificación de su vandalismo, una especie de tercería de dominio sobre las Islas Malvinas, sosteniendo que ellas no pertenecían a las Provincias Unidas sino a Inglaterra.

Su inopinada defensa de Gran Bretaña –dice Palacios, refiriéndose al Encargado de Negocios de EE.UU.-, sosteniendo sus pretendidos derechos..., abrió las puertas a las reclamaciones de Inglaterra.2

Un año y cuatro días después de la tropelía yanqui en las Malvinas, Inglaterra ocupó militarmente las islas, manteniéndolas en una situación de “colonias” hasta nuestros días. En ese momento no valió la Doctrina Monroe para los Estados Unidos, como no valió tampoco en la década del 80 del siglo XX: en 1982 Estados Unidos volvió a ponerse del lado de los ingleses, proporcionándoles valiosa información satelital sobre la ubicación de los navíos argentinos durante la llamada “Guerra de Malvinas”. Desde entonces Argentina no cesa de plantear año tras año sus reclamos soberanos sobre las islas ante el Comité de Descolonización de la ONU. Para los argentinos no cabe ninguna duda en cuanto a que el archipiélago es parte de la República Argentina. Para nuestros hermanos americanos tampoco; vale destacar que, en plena guerra, las manifestaciones de solidaridad con la Argentina se desplegaron por toda nuestra América y que tres gobiernos ofrecieron su ayuda militar para combatir a los británicos: Cuba, la Nicaragua sandinista y el Perú. Por supuesto, la dictadura militar argentina, que había desatado el conflicto como una forma de congraciarse con el pueblo en momentos en donde ya estaba tambaleante, no aceptó esa ayuda que hubiera continentalizado la guerra.

Obviamente que la Argentina perdió su guerra con Gran Bretaña. El nuevo status que adquirieron las islas fue muy funcional a los intereses de Gran Bretaña en el Atlántico Sur.

En octubre de 2006 un artículo publicado en el Suplemento “Enfoques” del diario La Nación de Buenos Aires, titulado “¿Un Estado Kelper?”, firmado por Jorge Liotti, instala el tema de la intención de algunos dirigentes kelpers de las islas de bregar por la independencia de las mismas. Señala el copete del artículo: “Como parte de una estrategia de endurecimiento frente a la posición argentina, un sector del gobierno isleño plantea la independencia del archipiélago, aunque algunos observadores afirman que detrás de la iniciativa está el Foreign Office.”

Algunos párrafos del artículo señalan:

¿Podrían las islas Malvinas convertirse alguna vez en un miniestado administrado por los kelpers y reconocido por la ONU como un país independiente? Aunque parezca temerario, el planteo forma parte de la estrategia de endurecimiento de posiciones que impulsan algunas autoridades del archipiélago y que ha generado una creciente preocupación del lado argentino.

La idea fue expuesta por uno de los nuevos miembros del Consejo Legislativo de las islas, Richard Davies, e inmediatamente desató una polémica.

No hay razón, en mi opinión, para que no podamos buscar una plena independencia en el futuro (...). Hubo una pequeña presencia argentina en las islas a fines del siglo XIX, pero desde entonces nosotros desarrollamos el país (sic)’, declaró en una entrevista concedida al diario chileno La Tercera...

Según relataron a La Nación miembros de la delegación argentina que participó el 15 de junio pasado de la reunión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, Davies también expresó su posición independentista en ese ámbito...

...la mención explícita al concepto de ‘independencia’ ha sido interpretada como una profundización del histórico reclamo de autodeterminación de los isleños. El vocero y ex miembro del Consejo Legislativo Lewis Clifton lo entiende de ese modo. ‘La Constitución de las islas contempla la posibilidad de la autodeterminación y el autogobierno’, dijo a La Nación. ‘Y el autogobierno –aclaró- podría llevar a la independencia en algún momento: es un paso más allá en el derecho de autodeterminación’.

Cisneros3 entiende que este esquema ‘deriva de la tradicional noción británica de Commonwealth, compuesta por estados independientes vinculados a la Corona’. Según su visión, la postura que impulsan los malvinenses es similar al caso de Bélice, ‘que es formalmente independiente, pero con fuerte vinculación con el gobierno de Londres en cuestiones de defensa’.4

No es casual ni caprichosa esta demanda. Al igual que a mediados del siglo XIX, las islas Malvinas se revalorizan hoy geoestratégicamente para la OTAN por su proximidad con el paso sureño interoceánico, por su cercanía también con el continente antártico, por su condición de portaviones fijo y base militar, y por su riqueza ictícola, de krill, de petróleo y de yacimientos de minerales especiales en las profundidades del océano circundante. El control del paso interoceánico es un tema de importancia, tal como lo explicita el Documento de Santa Fe IV, ante una eventual complicación del control del canal de Panamá. Estados Unidos hace la vista gorda, en este caso, a la doctrina Monroe –como lo señalara José Ingenieros para otros lugares de nuestra América- debido a su estrecha alianza en la actualidad con Gran Bretaña. Igual postura tuvo cuando avaló la invasión inglesa en 1833 y cuando se colocó del lado británico en la guerra por las Malvinas de 1982.

Un estado kelper independiente, miembro del Commonwealth, desbrozaría el camino para un accionar con plena libertad de movimientos a los intereses de Gran Bretaña, cuestión que hoy no ocurre por la tensión generada en la disputa permanente de la soberanía con la Argentina. Valga como ejemplo de las dificultades actuales, la prohibición de vuelos desde y hacia Argentina y la sanción en el Parlamento argentino que prohíbe a los buques y empresas que operan en el Mar Argentino estar asociados con empresas que cuentan con licencias malvinenses.

el 18 de abril de 2008 el Reino Unido hizo un llamado a una “ronda de licencias” para la explotación de nuevas áreas hidrocarburíferas en torno a las islas Malvinas, ante lo cual el gobierno argentino protestó enérgicamente ante Londres, calificando el acto de “ilícito”.

Esta nueva disputa recién comienza y no será entre argentinos y kelpers, sino nuevamente entre argentinos e ingleses, con los Estados Unidos tomando partido por estos últimos.

Horacio López

Subdirector C.C.C.

1 Fragata de guerra norteamericana.

2 Alfredo L. Palacios, Las Islas Malvinas. Archipiélago Argentino, Claridad, Buenos Aires, 1934.

3 Andrés Cisneros, ex vicecanciller argentino.

4 Liotti, Jorge “¿Un Estado Kelper?”, Diario La Nación de Buenos Aires, 22 de octubre de 2006.

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